Una vida vacía 7

Mark va a ver a Emilio a la cárcel, mientras tanto, Robert prepara los últimos preparativos de su plan. Penúltimo capítulo con una pequeña escena sexual al final. No se lo pierdan.

He estado dándole vueltas a algunas ideas para relatos últimamente, y he notado que la serie que más me gustaría retomar de momento, sería Videogames and rock and roll, tengo un par de ideas para una segunda temporada. Le tengo un cariño especial porque fue la primera serie que hice fuera de mis preferencias sangrientas y me divertí mucho con ella. No creo poder retomarla en un futuro cercano, sin embargo, sí me gustaría hacer algún que otro especial cuando termine esta serie. Tampoco puedo prometer nada, pero eso sería lo que me gustaría hacer.

Una vida vacía

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Un relato del Enterrador

Si desean, pueden comentar a través de email a la dirección de correo: latumbadelenterrador@gmail.com

Episodio 7: Corazones rotos

Al final todavía era horario de visitas y el guardia me dijo que podía ver a Emilio. Me llevaron a una sala donde había unas mesas separadas por la mitad por un cristal y un teléfono para hablar con la persona al otro lado. El guardia me dijo que iba a buscar a Emilio y yo me quedé un rato pensando a solas.

No entendía mis sentimientos, a pesar de que Robert era la persona que amaba, ¿por qué me preocupaba tanto por Emilio? Yo a él le gustaba, pero... ¿A mi me gustaba él? También podía ser que fuera mentira, que no me quisiera y que me dijera eso para burlarse de mí. Estaba confuso y cansado, pero necesitaba hablar con él, saber que estaba bien y preguntarle que cómo podía ayudarle. Al poco rato, el guardia llegó con Emilio, el cual estaba muy pálido y sudando, se sentó en la silla del otro lado del cristal y cogió el teléfono.

-¡Mark! ¡Has venido!-dijo sonriendo.

-¡Por supuesto! ¡¿Cómo no iba a venir?!-dije nervioso.

-Gracias... De verdad...-dijo ampliando la sonrisa.

Me sonrojé un poco, pero decidí disimularlo, no me apetecía que se hiciera falsas ilusiones o algo por el estilo.

-¿Qué te pasa? Estás pálido y sudando...-dije preocupado.

-Verás... Hay algo que tengo que contarte, te lo diré porque confío en ti, pero no se lo cuentes a nadie, por favor-dijo mirándome serio.

-C-claro...-dije más nervioso aún.

Comenzó a contarme la historia de su vida, lo que le pasó con sus padres, lo que le hicieron a su hermana, cómo acabó viviendo con sus abuelos y cómo su madre se suicidó. Lo peor es que su padre estaba en esa misma cárcel, y pretendía violarle.

-Va a violarme, ¿sabes lo que es eso? Es horrible...-dijo asustado.

-Ejem...-tosí-Me hago una idea...

-¿Eh? ¡Ah, claro! Lo siento...-dijo nervioso.

-Da igual, mira lo que tenemos que hacer es sacarte rápido de aquí-dije pensativo.

-No creo que sea tan fácil, hay algo gordo detrás de esto, yo soy menor, no debería estar aquí... Y aún así ese juez... El tal Friendship...-dijo triste.

-¡¿Friendship has dicho?!-dije sorprendido.

-Si, ¿lo conoces?-dijo confuso.

-N-no... Es solo que es un apellido raro... (No puede ser, ¿por qué el padre de Robert...?)-dije forzando una sonrisa.

-Tengo que fugarme, no hay otra opción...-dijo decidido.

-¡Idiota! ¡Si haces eso, tendrás que huir del país como mínimo! ¡Eso sin contar que no te pillen!-dije enfadado.

-No importa, nada me ata a este sitio...-dijo en tono melancólico-Bueno, si... Tú...

De nuevo me volví a sonrojar, maldita sea, ¿cuándo se volvió tan sensible el macarra este? Se hizo un silencio, y él se me quedó mirando.

-¿Te vendrías... Conmigo?-dijo serio.

-Y-yo... No sé... Vivo aquí, no puedo irme tan fácilmente-dije dudoso.

-Entiendo... Supongo que eso es un adiós...-dijo sonriendo triste.

-¡Aaagh! ¡Mira, te sacaré de ahí, así que no te preocupes, ¿vale?!-dije decidido.

-¿En serio?-dijo mirándome.

-¡Pues claro! ¡Tú actuaste en defensa propia! Y lo vamos a demostrar-dije sonriendo.

-Je... Gracias, me has animado-me sonrió de nuevo.

-Tú evita a tu padre, que yo te conseguiré un abogado para mañana, ya verás como todo sale bien-dije con determinación.

-Como si fuera tan fácil...-suspiró.

-Bien, nos vemos mañana, ¡aguanta!-dije para despedirme.

-Hasta mañana...-me susurró más animado.

Ambos colgamos y nos despedimos con la mano. Estaba confundido, ¿por qué habría hecho eso el señor Friendship? Quizás podría preguntarle a Robert... O podría hablar con el mismo señor Friensdship al ir a recoger a Yvon...

-¡Aaaaagh! ¡Las 20:45! ¡Voy a llegar tarde! ¡Tengo que ir a recogerla para llegar al dichoso concierto de Max Cool!-dije nervioso.

Como siempre, a toda prisa, y llegando tarde, comencé a correr a casa de Robert, y como siempre también, llegué tarde.

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Robert no estaba en casa, pero Yvon me estaba esperando, ella no se enfadó, porque resulta que Robert me había citado media hora antes porque ya me conocía (no sé si alegrarme o enfadarme...). Pedí un taxi y llegamos al dichoso concierto, que era en el estadio más grande la ciudad. Nos sentamos en una de las decenas de filas que había, más o menos en el centro e Yvon me habló.

-Mark, estoy muy feliz de que hayas venido conmigo...-dijo Yvon tímidamente.

-Oh, no es nada-dije sonriendo-Tú eres la hermana de mi mejor amigo, así que eres como una hermana pequeña para mí.

Me puso una cara muy rara y no entendí el por qué. Era un cumplido, ¿no? Parece que le sentó mal, porque se quedó un rato callada, y decidí dejarla tranquila por si había metido la pata. De repente, en el escenario apareció el ídolo de masas, Max Cool. El tío apareció con una sonrisa de oreja a oreja y miró a sus fans.

-¡Ya estoy aquí, chicas!-gritó.

-¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!-gritaron las fans.

-¡Hazme un bombo, Max, pescame para siempre!-gritó una a mi lado.

-(Vaya elegancia...)-pensé para mí.

-¡Cásate conmigo, Max! ¡Te daré mi cuerpo!-gritó otra más hacia delante.

-Veo que estáis animadas...-sonrió-¡Pues venga, vamos allá!

Dicho esto, empezó a cantar uno de sus temas “Fucking in your father's car”, no hay mucho que decir sobre la canción... El título lo dice todo. La verdad es que el tal Max estaba muy bueno, pero suponía que sería un arrogante, así que no me interesaba. Miré a Yvon y estaba sentada en el asiento con expresión triste, sin hacer nada.

-Oye, vamos, no estés triste. ¡Estamos en un concierto! ¡Tienes que estar alegre!-dije decidido.

Me miró sin decir nada, como si quisiera decirme algo, pero no pudiese. No entendía lo que le pasaba, así que decidí preguntarle.

-¿Estás bien, Yvon? ¿Qué te pasa?-dije preocupado.

-¡Genial, Max!-se oyó a las fans.

-Bien, me alegro de que os mole mi música. ¡Ahora una canción que acabo de componer “Don't call me brother because I want to fuck you”!-dijo Max gritando.

Tanto sus ojos como los míos se abrieron como platos, entonces... ¿Eso era? Para los que no sepan inglés, la última canción que iba a cantar Max se titulaba “No me llames hermano porque quiero follarte”. Osea que Yvon...

-Y-yvon... T-tú...-dije sorprendido.

Se puso roja como un tomate y echó a correr, intenté seguirla entre la muchedumbre de gente, pero la perdí y no sé cómo... Acabé delante del escenario, Max miró hacia abajo y me vio, no sé por qué, pero eso le hizo sonreír.

-¡Esta canción ha sido incluso mejor, Max! ¡Mis bragas están todo mojadas!-gritó una.

-Que curioso...-empezó Max-Hay un chico que ha venido a verme...

-¿Eh?-dije nervioso mientras él me señalaba.

-Sube al escenario chaval, vamos, no me seas tímido-dijo sonriendo.

-N-no, yo n-no...-dije nervioso.

De repente, un puñado de fans me rodearon y me miraron con furia.

-Si Max dice que subas, subes. O si no...-dijeron cabreadas.

Subí por miedo a perder mi preciada vida. Max me pasó la mano por encima del hombro y me miró sonriente.

-Dinos, tío, ¿cómo te llamas?-dijo tranquilo.

-S-soy Mark-dije nervioso.

-Mark, ¿eh? ¿Has venido a traer a tu novia?-sonrió traviesamente.

-No, he venido a traer a la hermana de mi amigo...-dije sin darle importancia.

-¿En serio? ¡Qué panoli! Jajajajaja-se rió.

-(Lo sabía... Arrogante... Métete el micrófono por el culo y déjame que me vaya)-pensé para mí.

-Bueno, eso es todo, ya te puedes ir, pringadillo-dijo sonriendo.

-Tsk... (No compro un disco de este aunque me amenacen de muerte)-pensé cabreado.

En una milésima de segundo se acercó a mi oído y me susurró.

-Espérame en el aparcamiento después del concierto y te daré polla...-susurró seductoramente.

Bajé del escenario sin ni siquiera mirarlo, estaba rojo como un tomate y volví a mi asiento. Me puse a pensar “En serio... Mucha gente se queja de que están solos y la gente no se fija en ellos, pero realmente... ¡Es mucho peor que todo el mundo quiera abrirte el culo! Quiero una vida tranquila, con un solo novio, y sin violaciones si puede ser... Un mundo ideal... Uf...” En ese momento me acordé de algo... Yvon. No había vuelto, y tenía que hablar con ella. Debía darme prisa.

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Robert estaba sentado en su cuarto esperando la llamada de su “suegro”. Mientras miraba las musarañas pensando en cómo sería su plan de acción, el teléfono sonó, era el padre de Mark.

-Robert-dijo la voz al otro lado.

-¡Suegro! ¿Qué tal está?-dijo Robert alegremente.

-He confirmado la situación, puedes dejar a tu novia-dijo la voz seriamente.

-Oh, ¿por fin voy a poder romperla?-dijo Robert sonriendo.

-Lo que hagas con tus líos no me interesa para nada-dijo la voz.

-Oh, vamos, suegro, seguro que está feliz de que ya esté libre para su hijo-dijo Robert risueño.

-La verdad es que no me interesa nada, solo hago este juego para mi propia diversión, no por mi hijo-dijo la voz tajantemente.

-Ambos sabemos que aunque se muestra frío y duro, en realidad adora a su pequeño, si no... ¿Por qué vino a pegarme el día en que supo que lo hacía con su hijo?-dijo Robert con una sonrisa arrogante.

-El caso es que ya puedes dejar a esa. Adiós-dijo la voz y colgó.

Robert sonrió para sí mismo y marcó el número de Vanesa. Sonaron un par de tonos y la chica, nerviosa, respondió.

-¿R-robert?-dijo la chica tartamudeando.

-Oye, Vanesa, ¿podrías venir a casa? Tengo que enseñarte algo-dijo Robert tranquilamente.

-Pero, es que mi abuela no me deja... Quiere que la ayude a hacer la cena...-dijo triste.

-Oh, ya veo que tu abuela es más importante que yo. Que curioso...-dijo Robert haciéndose la víctima.

-¡No! ¡Pues claro que no, amor! ¡Tú eres lo más importante para mí!-dijo ella enfadada-¡No lo dudes jamás!

-Entonces vas a venir, ¿no?-dijo Robert fingiendo ilusión.

-V-voy pa-para a-allá...-dijo Vanesa nerviosa.

Al colgar Robert miró la hora con una sonrisa de superioridad, Mark sólo tardaría un par de horas en volver del concierto, no tardaría mucho en librarse de aquella a quien consideraba un estorbo. Entonces se preparó para la diversión.

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Estuve todo el día escondiéndome de mi padre, cada vez que lo veía me ponía al lado de un guardia, y cuando no lo veía, miraba en todas direcciones, tenía que estar en guardia en todo momento. Ahora entendía a todos los empollones a los que había estado molestando. Pensé en mi novia, cuando saliera de ahí tenía que explicarle que me había enamorado de otra persona, aunque supuse que Fran le habría contado a la Yesi lo mío, y seguramente yo le diera asco ahora...

-Emilio Darky-dijo un guardia.

-¡Presente!-dije nervioso.

-¿Qué presente ni qué mierda? Que tienes visita. Tira para la sala de visitas-dijo el guardia de malas pulgas.

Por el camino vi a mi padre, que disimuladamente, me puso una nota en la mano, sin que el guardia se diera cuenta. Cuando entré en la sala de visitas, la leí.

“Esta noche cuando apaguen las luces iré a tu celda. Ríndete, no tienes dónde esconderte”

Arrugué la nota con impotencia, debía escapar esa noche. No podía esperar a Mark. Decidí dejar de pensar en eso y fui a ver quien venía a verme, eran mis abuelos.

-Ay, en mis tiempos las cárceles estaban más limpias-dijo la abuela de mal humor.

-Muriel, no alces la voz, que nos echan..-dijo mi abuelo suspirando.

-Viejos, ¿qué hacéis aquí?-dije haciéndome el pasota.

-Emilio, hemos venido a darte una noticia...-dijo mi abuelo serio.

-Me la suda, no me interesa, largaos-dije haciéndome el duro.

-Fran ha muerto-dijo la abuela seria también.

-¿Qué? ¡¿Qué?!-dije sorprendido.

-La policía no duda que hayas sido tú-dijo el abuelo.

-Vaya mierda de policía, en mis tiempos los policías siempre descubrían la verdad...-dijo la abuela algo triste.

-¿La verdad? Espera, ¿vosotros creéis que no lo hice?-dije mirándolos.

-No lo creemos, lo sabemos. Somos tus abuelos, sabemos que tú no serías capaz de matar a nadie...-dijo el abuelo decidido.

Me quedé en silencio, porque en ese momento, ay, patético de mí, que siempre había pensado que estaba solo en el mundo, me di cuenta de que... Yo tenía una familia, mis abuelos que eran muy duros conmigo, me querían de verdad. Ya era tarde para ver eso, para ver que ellos me estaban apoyando a pesar de que yo era un asesino.

-Largaos...-dije serio.

-¿Emilio?-dijo el abuelo.

-¡Yo lo maté! ¡Y lo volvería a hacer! ¡Largaos!-grité fuerte.

-Pero, Emilio...-dijo la abuela con la boca abierta.

-¡LARGAOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS!-grité con todas mis fuerzas arrancando a llorar.

Los guardias que había allí me agarraron y me sacaron de allí. Iba a escapar de allí esa noche y jamás volvería a preocupar a mis abuelos, el problema desaparecería... Yo desaparecería. Lo único que quería llevarme de este sitio... Era a la persona a la que quería, Mark.

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Por fin, el momento que había esperado desde el momento en que le dije que saldría con ella, estaba aquí. Iba a ensuciarla, a destruirla, a humillarla. Quería partir su corazón en un millón de pedazos, haciendo imposible su recuperación.

-Ya... Arf... Ya estoy a-aquí...-dijo cansada.

-Vaya... ¿Has venido corriendo?-dije sonriendo.

-Si-dijo nerviosa-Es que creí que podría perderte y...

-Je... Qué feliz coincidencia-dije sin dejar de sonreír.

Ella no me entendió, y por supuesto yo ya sabía que no lo haría, se sentó a mi lado y se abrazó a mí cual koala, lo cual, me ponía de los nervios.

-Bueno, dime, amor. ¿De qué querías hablar?-dijo sonriendo.

Já... En seguido acabaré con esa sonrisa que no hace más que irritarme...

-Dime una cosa, Vanesa. ¿Tú me amas?-dije con una sonrisa arrogante.

-¡Cari! ¡Ni se te ocurra insinuar que no!-dijo indignada.

Odio los apelativos cariñosos, ¡no me llames cari! Jajajaja... Asquerosa... Mereces que te destruya.

-¿A pesar de que soy un monstruo sin corazón?-dije haciéndome el abatido.

-¡Tú no eres un monstruo! ¡No digas eso!-dijo de nuevo indignada.

NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES. NO ME CONOCES.

-Sí lo soy... A pesar de que sé que Mark está enamorado de mí, lo hago sufrir haciéndole vernos juntos...-dije fingiendo estar triste.

Se quedó sorprendida en ese momento, cómo me costó no estallar en risa ah en mitad... Sin embargo, como buen actor que soy, seguí fingiendo estar abatido.

-¿M-mark es...?-dijo sorprendida.

-Más maricón que un palomo cojo-dije tajantemente aguantándome la risa.

-Oh... Bueno, ¡eso a mi no me importa! ¡Que le hagas eso no te hace un monstruo! Tú no tienes la culpa de gustarle..-dijo intentando convercerse a sí misma.

-Sí que tengo la culpa, puesto que yo fui quien le sedujo...-dije ya empezando a sonreír.

-¡¿C-cómo?!-dijo sin creérselo.

DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR. DESTRUIR.

-Solo eres un juguete, Vanesa. Jamás me has importado lo más mínimo. Salí contigo porque quería poner celoso a Mark, pero... Ya no te necesito, así que cual pañuelo con el que ya te has sonado los mocos, te tiro a la basura-dije sonriendo.

Se quedó en shock, me miraba sin expresión, no podía hablar, no podía moverse, solo estaba allí mirándome.

-Pff... Por favor, ¿de verdad pensabas que te amaba? Eres asquerosa, jamás podrás gustarle a nadie... Eres fea, gorda e irritantemente pesada-dije con odio.

-D-dijiste que me a-amabas...-dijo casi sin voz.

-Jamás ha salido eso de mi boca. ¿Por qué? Porque jamás lo he sentido...-dije sonriendo.

RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE. RÓMPETE.

-¿Eso he sido para ti, un pañuelo?-dijo llorando, con rabia.

-Mmmm... Digamos que ni eso. Un insignificante trozo de tela que usas para sonarte la nariz cuando no encuentras los pañuelos-sonreí.

En ese momento, se rompió. Comenzó a llorar desesperadamente, el cuerpo le temblaba, se tiró al suelo y empezó a moverse y a gritar. Yo sonreí aún más, por supuesto.

-Déjame contarte algo, Vanesa...-dije mirándola con indiferencia antes de empezar mi historia.

Yo nací siendo hijo de una familia de clase alta, jamás me faltó nada, ni comida, ni dinero, ni amigos... Siempre tuve todo lo que quería. ¿Que quería un animal? Me lo daban. ¿Que quería una playstation? Me la daban. ¿Que quería una hermanita? Me la daban. Sin embargo, sucedía lo mismo con esos objetos, no me llenaban. A la semana me cansaba de ellos. Necesitaba más. Necesitaba algo que me llenara. Y entonces cuando cumplí 15 años descubrí que me iban las pollas.

Me enamoré de un chico de mi clase, Cristian López, había repetido varios cursos, tenía ya 17 años. Como un niño inocente, me enamoré perdidamente de él. No obstante, para él yo no era más que un mocoso y ni siquiera me miraba. Yo estaba muy triste, lo único que realmente anhelaba, no podía conseguirlo. Un buen día, Cristian se acercó a mi, con una sonrisa y un ramo de flores.

Qué gracioso me pareció, me sentí como una chica, porque otro hombre me daba un ramo de flores. Pero me hizo muy feliz... Cristian me dijo que había visto cómo le miraba y que se había enamorado de mí. ¿No es dulce? Un amor adolescente, dos chicos entregados a la pasión. Durante una semana me llevó a muchas citas, al cine, a pasear por el parque... Era un sueño para mí… Y al fin el Sábado era el día en que por fin íbamos a unir nuestros cuerpos.

Imagínate mi nerviosismo, alguien iba a entrar por mi puerta de atrás... Me preparé practicando solo en casa, con los dedos, anhelando que fuera su polla la que me llenaba por dentro. Llegado el sábado, me llevó a su casa, yo confiaba plenamente en él, aunque estaba nervioso, pero sabía que él no me haría daño... Pff... Pfffff... ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

¡¿Y SABES LO QUE HIZO!? ¡¡¡¡¿¿¿¿SABES.... LO QUE HIZO????!!!!! JAJAJAJAJAJA... Me tumbó en la cama, me quitó la ropa y dijo que iba un momento al baño, pero era mentira... De repente, la puerta de su habitación se abrió y entraron en el cuarto todos mis compañeros de clase con caras de asco y de pena. En ese momento, deseé la mayor de las muertes. Quería desaparecer... Cristian apareció con ellos y me señaló riéndose y llamándome maricón. Todos empezaron a pegarme, y a insultrarme. Aquel... Querida Vanesa... Fue el peor día de mi vida...

-¡ESO NO TE DA DERECHO A TRATARME ASÍ!-gritó llorando.

-Por supuesto que no... Pero yo no tengo la culpa, estás maldita... Tu padre te marcó para siempre. Estás condenada a asquear a los hombres, por lo que te hizo tu padre. Por eso te has enamorado de mí. Porque soy igual de cruel que él...-dije sonriendo.

-M-monstruo...-dijo mirándome suplicante.

Le pisé la mano con una sonrisa y ella comenzó a gritar.

-Tsk. ¿Cómo es posible que tu grito me levante la polla?-dije enfadado-Bah, da igual. Aprende la lección, Vanesa. Jamás... ¡JAMÁS! Jamás confíes en nadie... Todo el que confía es traicionado.

Le pisé aún más fuerte y le escupí en la cara.

-Ahora largo, me das asco-dije serio.

Vanesa se fue llorando a todo volumen, y yo me tumbé en la cama. Podréis pensar que miento, pero... Me sentía un poco mal. Supuse que se me pasaría... Mark ya debía haber vuelto con Yvon, así que decidí llamarle a ver si estaba bien.

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No encontraba a Yvon por ninguna parte, estaba preocupadísimo. ¡¿Qué le iba a decir a Robert?! Incluso ya hacía rato que el concierto había terminado, sin darme cuenta de cómo, había llegado al aparcamiento. De repente, noté a alguien detrás de mí.

-Vaya, por fin apareces...-dijo una voz a mis espaldas.

-Oh, mierda...-dije cansado-¡Max Cool!

-No me gusta que me hagan esperar, pringadillo-dijo mirándome con superioridad.

-No tengo tiempo para esto, tengo que ir a buscar a la hermana de mi amigo, ¡que la he perdido!-dije nervioso.

-Oh, vamos... ¿A quién le importa una cría? Tú quieres chupármela, ¿verdad?-dijo con una sonrisita arrogante.

-¡¿Cómo que a quién le importa?!-dije enfadado.

-Desde el momento en que te vi supe que eras pasivo, y como yo también lo soy, pues no tenemos nada que hacer. No acostumbro a dejar que me chupen la polla, porque no me gusta demasiado, pero hoy te dejo porque mi guardaespaldas Rigoberto no me he dejado descargar...-dijo de forma chula.

No entendía por qué, pero aquella chulería descarada me estaba poniendo un poco cachondo. Ya deberíais conocerme, soy un pervertido que se pone cachondo en situaciones poco apropiadas...

-Vamos, chupa aunque sea un poco, no te arrepentirás...-sonrió.

Como hipnotizado, me agaché en aquel aparcamiento, cual prostituta barata, para chuparle la polla a aquel ídolo del rock. Me sentí muy bien al pensar que estaba cumpliendo el sueño de miles de chicas. Le saqué la polla del pantalón, no era muy grande, pero tampoco es que fuera pequeña, supongo que por eso era pasivo. Me la metí entera de una vez y él comenzó a gemir.

-Buah... Ya sabía yo que eras marica, los chicos no suelen venir a mis conciertos a no ser que sea para que les de rabo, aunque luego se llevan la desilusión de que soy pasivo-dijo disfrutándolo.

Me la metía y me la sacaba de la boca una y otra vez, y él gemía a todo volumen, se notaba que tenía buena voz, sus gemidos eran fuertes. Lamía el tronco de su polla y le entraban escalofríos, tenía un cuerpo muy sensible, perfecto para el placer. Me comenzó a pegar con la polla en la cara, y yo me saqué la mía para hacerme una paja mientras se la chupaba.

-Vaya, el que no quería...-dijo sonriendo arrogantemente.

Llegamos al clímax juntos, él se corrió en mi boca y yo en el frío asfalto del aparcamiento, lo miraba como esperando a que me pidiera que lo limpiara con la lengua (la costumbre de las violaciones). Él se rió y se agachó para lamerlo él.

-Tarde, putón. Me he adelantado...-me sacó la lengua mostrándome el semen en su boca.

-Bueno, me largo-dijo tragando y guardándose la polla. Ha sido un cameo entretenido, pero estoy harto de cameos, quiero que vuelva ya mi serie-dijo mientras se iba.

-¿Eh? ¿De qué hablas?-dije confuso.

-Nada, que volveré a esta página más pronto de lo que esperáis, y con mi serie, como tiene que ser-dijo perdiéndose en la noche.

No entendía de qué hablaba, pero me guardé la polla y vi una sombra cerca de donde estaba. Alguien había estado mirando.

-(Por favor, que no quiera violarme...)-dije para mí.

-M-mark...-dijo la sombra.

-Espera, ¡¿Yvon?!-dije asustado.

-¿Eres... G-gay?-dijo triste.

No sabía cómo reaccionar. Me había visto con Max... ¿Cómo había llegado a esto? Pero... No podía mentirle y darle falsas esperanzas, sobre todo porque si le mintiera no me iba a creer.

-Lo soy-dije serio.

-Entiendo...-dijo sonriendo.

En ese momento, a pesar de que sonreía, su cara estaba llena de lágrimas, estaba reprimiendo su propio dolor para no ser una molestia para mí. Yvon era una buena chica, alguien que se merecía un chico mucho mejor que yo, la abracé y le di un beso en la mejilla.

-Venga, vamos a casa...-sonreí.

En ese momento, me sonó el móvil. Era raro que alguien me llamara tan tarde, pero lo cogí por si acaso.

-¿Si?-dije respondiendo.

-Mark, te necesito... Vanesa... Me ha dejado-dijo Robert llorando al otro lado.

Mi cara cambió a una de sorpresa extrema, no me lo esperaba, pero... ¿Qué iba a hacer yo ahora?

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Me colé entre la ropa sucia para escapar de la cárcel, cuando todos estén durmiendo, yo saldré. Es un plan perfecto. Espérame Mark, pronto estaremos juntos para siempre... O eso espero.

FIN

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Y aquí acaba el capítulo de hoy, el próximo ya será el último, así que decidme con quién queréis que acabe Mark, y para hacerlo más interesante, he abierto el número de pretendientes. Todo aquel que sea hombre y aparezca en el relato, puede ser un pretendiente aceptable, incluso el abuelo de Emilio, Max o Fran, que está muerto. Claro que si escogéis un personaje absurdo, el final será cómico y absurdo. Eso ya lo dejo a vuestra elección. Votad y el personaje más votado será el pretendiente final. Por cierto, he de aclarar, por si alguien se siente ofendido, que con este relato, no veo las violaciones como algo cotidiano y que no tenga importancia. Es solo un relato de humor, no pretendo herir a nadie. Gracias a Dios yo no he sufrido una violación, pero tampoco me gustaría, solo es un relato para que nos riamos todos, así que no os lo toméis en serio. Nos vemos en el último capítulo.

OS SALUDA

ENTERRADOR