Una vida nueva (Libro 3º - Capítulo 09)

==== Una maravillosa y perra vida ==== .......... La parte del parto de los cachorros lo he vivido en la realidad. .........Aquí os cuento y relato las fantasías de mi mente. ....Espero que os agrade, porque es un placer vivir ésto, en la realidad. Es algo que supera lo inimaginable...... Muchas otras vivencias de Miel y María, podréis ver y sentir.........pero nada cómo ver brotar la vida.......... ..........Un beso para (Alex) TR, para Malossi, HombreFX, Gataenpatines, Brug, Irina y Breo y también para Adyfly, teto2000, Moonlight y mis lectores y lectoras............. ........... Sandra Raquel.

Una vida nueva ( Libro 3º - Capítulo 09)

Una maravillosa y perra vida

María y Miel, cayeron al suelo, en cuánto sus muñecas fueron liberadas. Respiraban jadeantes, sin apenas moverse de la postura que habían adoptado al caer.

Obrien, las dejó unos minutos en el suelo, para que recuperasen la circulación en sus brazos.

María fué la primera en incorporarse, que parecía menos marcada y magullada que Miel.

Unos minuros después, Miel lograba entre temblores increíbles izar su cuerpo, hasta lograr sentarse, mientras fuertes hormigueos recorrían desde sus axilas hasta las puntas de los dedos de las manos.

Cinco minutos después lograba levantarse, con un fuerte dolor de cabeza y aún con algunos hormigueos en sus manos, que poco a poco recuperaban la circulación sanguínea apropiada.

Se unió a ellos dos, mientras se masajeaba temblorosamente las sienes, que pareciera que la iban a estallar.

  • Miel, te sientes mal?.

  • Sí, Arturo, tengo un fuerte dolor de cabeza y mis manos tiemblan demasiado aún. Me siento fatal.

  • Lo arreglaremos con un buen desayuno. Tú, María estás bien?.

  • Sí, amor. Un poco agotada, pero me siento bien.

  • Venga, desayunemos y después pasaréis por la ducha, para estar limpitas. Aunque hoy sólo trabajará Miel, ya que sólo tengo pedidos de su cuerpo.

A Miel le producía náuseas, pensar en trabajar, aunque esperaba que una pastilla la hiciese el efecto oportuno.

El desayuno ayudó mucho, además de la pastilla que le entregó María. Luego, se ducharon las dos juntas entre risas y comentarios sobre sus nuevos amores y futuros esposos. No, hablaron de la sesión de la noche anterior, ní de otros asuntos que les parecían banales.

Después de secarse, salieron al jardín. Hacía un día maravilloso.

María y Miel se acercaron hasta la caseta de los perros y pudieron contemplar a la perra a punto de parir. Había un par de cuidadores, con los perros, qué al verlas las saludaron.

Diablo, apareció de inmediato, subiéndose sobre sus patas en el cuerpo de María y después en el de Miel. Lameteó a ambas, pero se quedó junto a Miel, mientras se aproximaban a la inmediata mamá.

Miel, se tumbó junto a ella y Diablo hizo el emparedado perfecto, sin intentar acto alguno. Mika, que así llamaban a la perra, se sintió cómo agradecida y lamió a Miel, a la vez que ésta la acariciaba y la decía palabras cariñosas.

Estas últimas escenas, las percibió Obrien, que se quedó impactado al ver la claridad y lealtad de los perros hacia Miel.

Miel sabía que Mika pariría esa misma noche y así se lo hizo saber a Arturo y a María. Y que desearía poder estar durante el parto de su hermana Mika, aunque dijo otras palabras.

  • Muy bien, Miel. Estarás desde esta tarde con tus hermanos. Ahora tenemos que trabajar un poquito.

Miel, se despidió de Mika y de Diablo, pero les prometió estar antes del alumbramiento. Los perros, parecía, cómo si entendiesen todas sus palabras. Obrien, miraba a los perros, miraba a Miel y los veía comunicativos. Jamás había presenciado imágenes más impactantes. Diablo daba calor en el cuerpo de Miel, mientras ésta, acariciaba y besaba a su compañera y próxima madre de sus cachorros.

Miel, era sagrada para los perros de aquel lugar. También lo era con los de Breo. Y quizás lo fuera de todos los perros. No podía saberlo. Le desagradó levantar a Miel de sus hermanos, pero el trabajo había que realizarlo y el tiempo apremiaba.

Miel estaba contenta y dispuesta. Su dolor de cabeza había desaparecido del todo y deseaba realizar cuánto más trabajo mejor, para poder volver con sus hermanos perros y poder disfrutar de los primeros instantes.

María fue colocando las cintas con alma de acero, sobre el cuerpo de Miel. Desde su muñeca derecha, fué adhiriendo el fino adhesivo, por todo el cuerpo de Miel, hasta llegar a a su muñeca izquierda. Y por la parte contraria, desde esa muñega circundó sus brazos, pasando por su barbilla hasta llegar a la otra muñeca.

Luego, Obrien con una máquina roció cada parte del cuerpo de Miel, hasta completarla de azul, es sus más mínimos detalles.

A partir de ahí, había 5 minutos para componer la figura. Después de ese tiempo, sólo cabía desistir o soportar 10 minutos la desecación del spray.

La postura seleccionada era, una gran X, que por otra parte era lo más normal en peticiones.

Luego quedó una figura colgada de los pies, con las piernas muy separadas y sus manos atadas a la espalda.

Entre figura y figura, Miel debía ducharse y secarse.

María ayudaba en todo lo que podía, para que todo se agilizara.

La última postura, fue en el cepo. Y María volvió a colocarla las tiras adhesivas con ánima de acero y Obrien, volvió a empaparla por tercera vez con el líquido azul, que al final, se volvía negro brillante.

Pasó al cepo y así se quedó, por espacio de 12 minutos, hasta que todo se solidificó. María arrancó las tiras de ánima de acero, dejando desnuda, una vez más a Miel.

Los tres moldes quedaron perfectos. Ahora quedaba la parte de láser fotográfico, con las respectivas expresiones en el rostro de Miel. Esta parte del trabajo, ya no requería intervención de alguna de ellas y tardaba todo el proceso, en torno a unas 12 horas.

Miel se sentía un poco cansada, pero feliz por saber que todo el trabajo avanzaba a buen ritmo, para los distintos pedidos.

María y Miel, pasaron al aseo, para ducharse y estar limpias para Arturo, que tenía buen humor hoy.

Cuándo ya estaban sentados en la mesa para comer, apareció Diablo y mordió suavemente a MIel, sin hacerla la más mínima marca. Se quedó expectante y ansioso. Obrien, se fijó en su perro fiel y en su amada Miel. Y supo de inmediato que algo necesitaba Diablo de Miel.

  • Miel, tu hermano te reclama, pero sí te vas, comerás allí. Tú decides.

Miel, se excusó y se fué con Diablo. Obrien sonrió, porque ya sabía que sucedería asi. Y comieron María y él, mientras Miel se encargaba de animar a Mika. La sentía muy triste y asustada, pero cuando Miel se metió dentro de la caseta, junto a ella, pareció consolarse y animarse.

La comida que tenía Mika, no había sido probada, pero Miel al verla, la masticó y la fusionó con su saliva y se la dio a comer a Mika, que accedió a tomarla de la boca de Miel.

Diablo, abrigaba el cuerpo desnudo de Miel, mientras ésta, ayudaba a coger energías a Mika.

Obrien, apareció a la entrada de la caseta y preguntó....:

  • Estás bien Miel?. Deseas comer algo más de nuestra especie?.

  • Hola amor, estoy bien. Pero si me gustaría comer algo. He masticado la comida para Mika y ahora está descansando. Creo que en pocas horas aterrizarán los cachorros.

  • Bien te traeré verduras y algo de carne desmenuzada, pero antes, deja que te haga una coleta en ese pelo, o estarás llena de porquerías en nada de tiempo.

Miel se dejó hacer la coleta, ante la mirada de Diablo, que seguía su cuerpo cómo una estela.

Cuando la comida de Miel fue servida en un plato para perros, Diablo miró con entusiasmo. Miel, que era alguien muy especial para ellos, no podría defraudarlos por un simple plato de comida, así que la compartió con Diablo. Pero Miel, también se la hubo de dar de boca a boca. Estaba claro todo el rol de Miel con sus hermanos perros. Miel consiguió comer una buena cantidad, al tiempo que daba de comer a Diablo, que se sentía de maravilla compartiendo la comida con su Diosa humana.

Después de comer, se acostaron con los cuerpos muy juntos, pero sin que hubiese roces lascivos. Simplemente era la protección total de todos con todos.

Obrien, bajó por la tarde y vió a Miel, durmiendo plácidamente junto a sus hermanos perros. Y supo, que aquello sería una premonición positiva hacia su futuro, juntos. Y les dejó estar juntos. Sabía que esa noche Miel no aparecería por la casa. Sonrió emocionado y abandonó el lugar.

Nada más abandonar Obrien la zona, apareció Tron. Diablo se ircorporó e intercambiaron mensajes olfativos. Tron, asomó la cabeza por la entrada de la caseta y Mika le detectó, pero siguió tumbada. Tron, acarició con su lengua a la inmediata mamá y después a Miel, quién se incorporó un poco sorprendida y le abrazó y besó.

Cuando Tron, se fue, Diablo volvió para dar calor al cuerpo de Miel, casi echándose sobre ella.

Miel, se sentía maravillada de estar tan arropada.

Ya en la noche, Mika se alertó. Todo comenzaba a partir de ese momento. Diablo y Miel despertaron, casi al unísono y Miel se separó de Mika, para darla espacio y aire, ante lo que iría apareciendo.

Miel, jamás había presenciado el parto de una perra. Se sentía nerviosa, sin saber que hacer. Diablo, se quedó expectante y atento a cualquier necesidad. Mika gemía y Miel la acariciaba, animándola.

Y comenzó a parir. Miel se quedó rígida, mientras veía aparecer al primero de los cachorros. Mika, les liberaba de los fluídos de su bolsa, hasta dejar sus pieles, suaves. Miel supo, que debería hacer una especie de corral, para que no se alejasen unos de otros. Y Mika seguía sacando y limpiando cachorros nuevos.

Cuando salió el décimo, todo parecía haber terminado, mientras las pequeñas bolitas de algodón encontraban las tetitas de mamá, pero un nuevo cachorro anunciaba su salida. Cuando apareció, Miel se encargó de recogerlo y que su mamá lo dejara decente.

Diablo, se sentía grande al ver a sus hermosas criaturas, ante la mirada ardiente de mamá Mika.

Miel, volaba de emoción, al sentirse relacionada directamente con todos ellos. Ahora, todos los cachorros, sorbían los primeros flujos de leche de su mamá.

Y mamá Mika, lamió suavemente a Miel. Ella ya estaba poseída por el amor de Miel. Diablo, la protegía del frío nocturno. Y así pasaron interminables horas maravillosas.

Al amanecer, apareció María. Y se atrevió a acercarse sóla y desnuda hasta la caseta. Nunca se había atrevido, pero ésta vez Miel estaba allí y sabía que podría lograrlo.

Diablo la detectó a 20 metros y se quedó alerta, protegiendo a Miel y a su prole, junto a la mamá de los mismos.

  • Diablo, soy María. Me dejas acercarme?.

Diablo, despertó a Miel y cuando ésta se incorporó, Diablo, la dejó acercarse a Miel. María se metió dentro de la caseta y Diablo las arropó cómo pudo.

Mika, lameteó a María, que se sintió encantada con ese mundo minúsculo, que tenía alrededor.

María, se sintió especial y comprendió lo que sentía Miel. Era una maravilla poder compartir todo ese mundo. Además, la encantaba cómo Diablo protegía la entrada y además las abrigaba, con su cuerpo.

  • A qué son una preciosidad, María?.

  • Lo son, realmente, Miel. Entiendo ahora muchas cosas de tu forma de ser y también de la de ellos. Me gusta sentirme arropada por mis hermanos.

  • Te imaginas, María lo que significarán para nosotras, mientras van creciendo?. Serán juguetones y aguerridos. Y deberemos rodar muchas veces con ellos y a veces gritarles, pero nunca dejarán de sentir algo especial por sus titas.

  • Jo, Miel. Lo pintas de un modo, que vamos a ser cómo mamás antes de tiempo.

  • Creo que ya lo somos y en pocos días, la camada de Tron. Tendremos cachorros para aburrirnos, verdad?.

  • Sí, creo que sí. He pensado, que si Tron me deja, haré lo mismo con su camada, que lo has hecho tú por ésta, Así, después llegarás tú y Tron te dejará entrar y estar junto a mí, mientras él nos protege a las dos.

  • Te vas a atrever, María?.

  • Sí, Miel. Ellos son mis hermanos y tú me has enseñado un mundo inimaginable. Quiero lograrlo, Miel.

  • Te ayudaré amor, aunque es más fácil que todo éso, sí ellos te aceptan. Sólo es dejarse llevar. Pero te ayudaré a que ellos te sientan cómo a mí, lo demás saldrá sólo.

Los cachorros dormitaban plácidamente, junto a su mamá que les daba amor y calor. Miel, besó a Mika y salió. María hizo lo mismo y se sintió de maravilla al ser aceptada por Mika y cuando salió, Diablo se alzó de patas sobre las los, posando una pata en cada una, mientras las miraba y lameteaba las tetas. Era su señal.

María se quedó encantada, con cada sensación. Al final, se alejaron porque debían de trabajar, aunque antes ducharse y desayunar.

Obrien las esperaba impaciente. Las vió entrar muy animadas y cómo iban al aseo. Sabía que harían sus cosas, se ducharían y volverían al comedor.

En pocos minutos, estaban desnuditas y limpias, junto a él. Besándole con un amor y frenesí desconocido.

Obrien, se quedó algo perplejo, pero vió sus rostros y supo que habían sido testigos de algo insólito. Ver nacer a unos cachorros o verles recién nacidos, impactaba para quién no estuviese acostumbrado.

María siempre se había alejado de los cachorros, pero sin embargo se trataba bien con los adultos. Hoy, ya parecía que las cosas se habían cambiado a mejor. Y la culpa de todo, la tendría Miel.

Obrien, sonrió. Miel era demasiado para cualquier ser. Y sería su esposa en unas pocas semanas. Se sentía pletórico y satisfecho.

  • Bueno chicas, estaréis hambrientas, principalmente Miel. A desayunar para seguir con la tarea de ayer.

Comieron tranquilamente, mientras Miel devoraba cada plato. Su apetito fuerte y después de vivir lo que acababa de vivir, lo normal es que tuviese un apetito feroz.

  • Bueno, preciosas mías. Hoy hay trabajo extra, así que esta tarde María y Miel, os apañeréis entre las dos. Me han llegado más peticiones que debo revisar antes. Esta noche, es fácil que María la pase fuera, si se atreve a ser una especie de comadrona con Martha.

  • Creo que sí, que me voy a atrever, Arturo. Me ha gustado estar un rato junto a Miel. Y por lo que me ha contado Miel, es una auténtica maravilla. Claro, qué espero que Martha, me acepte antes.

  • Yo iré contigo antes y te dejaré allí sí eres bien recibida, aunque creo que sí. Tron es un buen hermano y sabrá agradecértelo.

  • Muy bien, después de terminar la sesión de medio día, os dejaré acudir a la caseta de Tron y Martha, para que os relacionéis un poco antes. María, nada de perfumes. Sólo bañada o mejor duchada y completamente desnuda, es lo mejor.

Miel y María estaban encantadas con aquellas actividades. Iniciaron el trabajo y consiguieron realizar 3 modelos más.

A medio día, se sentían agotadas, pero aún contentas. Obrien, las dejó un par de horas libres, aunque deberían comer por su cuenta.

María salió chutando hacia el territorio de Tron, mientras Miel la seguía a pocos pasos, jadeando del cansancio de tantas horas expuesta a los aerosoles y las duchas.

Una vez, vieron a Tron que corría hacia ellas, disminuyeron el paso y esperaron a que Tron las saludara. Al igual que Diablo, Tron se puso a dos patas sobre los cuerpos desnudos de ellas y las lameteó. Después, pudieron acercarse tranquilamente ante la inmediata mamá, que estaba muy gordita y cansada ya.

María, se atrevió a entrar a cuatro patas y acarició con la lengua el hocico de Martha. Esta le correspondió con otras lametadas y sus ojos vidriosos, animaron a María a entrar en la caseta, tumbándose un rato al lado de Martha, mientras la acariciaba y la decía cosas suaves y preciosas. Miel, también accedió a cuatro patas para besar a Martha, que la lameteó por encima del cuerpo de María.

Miel, detectó que amenazaba lluvia y que si llovía demasiado la caseta se iba a llenar de agua y así se lo dijo a María. Tenían que hacer algo, porque aunque Tron protegería la entrada con su cuerpo, ellas no deseaban que sufriera las inclemencias del tiempo.

María pensó que podrían montar un toldo con una lona y excavar en el suelo, para que el agua no se acumulara en la entrada.

Y dichó y hecho, María besó a Martha y salió disparada con Miel para buscar una lona y una grapadora, para ajustarla a la caseta.

Volvieron a los pocos minutos, arrastrando una lona de 2 x 2 metros. María se metió dentro de la caseta, para abrazarse a Martha, mientras Miel cosía la lona al tejadillo de madera, con el fín de que no se asustase Martha.

Miel lo dejó todo instalado en menos de 5 minutos, mientras Tron la miraba de un modo curioso. Sólo quedaban por clavar 3 postes de madera y coser la lona a los mismos y quedaría todo guarnecido. Aunque faltaría montar un pequeño dique en la parte izquierda de la entrada, para que el agua descendente, pasara a otras zonas.

Obrien, apareció a los pocos minutos y vió con una sonrisa, la obra de ingeniería de sus chicas. Y ayudó un poco en qué todo quedase perfecto, clavando clavos de montaña en el suelo, por si se levantaba viento.

Quedó perfectamente segura y protegida. María y Miel, estaban perdiditas de tierra.

  • Bueno, aplazaremos el resto de tareas. María, estarás bien aquí?.

  • Sí, Arturo. Estaré muy bien, ya nos hemos encariñado y deseo acompañarla. Tron, se encargará de darnos protección y calor.

  • Bien, Miel te traerá después algo de cenar. Será mejor que haga una coleta en tu pelo, así estarás más cómoda.

María, se dejó hacer la coleta y después de besar a Arturo y Miel, se acurrucó de nuevo junto a Martha. Tron, vigiló la entrada y poco después se colocó a la espalda de María, para guarecerla del aire que ya se estaba formando y darla calor.

María, jamás había experimentado algo tan sublime. Besaba a Martha y a Tron, sintiéndose una más de la familia.