Una vida nueva (Libro 3º - Capítulo 08)
==== Un nuevo mundo de Miel ==== .......... Miel es encumbrada por el Obispo y los hermanos Tonino y Andrés a cotas altas para ellos. ................. Todos llorarán la despedida de Miel, hasta ella misma....... Pero, al llegar a la Mansión de Obrien......... ........... Espero que os guste a todos.........porque me siento bien en mi personaje y se lo deseo dedicar a quienes han soñado con lo imposible, muchas veces. .......... Un beso para (Alex) TR, para Malossi, HombreFX, Gataenpatines, Brug, Irina y Breo y también para Adyfly, teto2000, Moonlight y mis lectores y lectoras............. ........... Sandra Raquel.
Una vida nueva ( Libro 3º - Capítulo 08)
Un nuevo mundo de Miel
Miel se sentía un poco acalorada, pero no sudaba en exceso y se la veía preciosa. Por su cuenta, fué bebiendo un traguito de cada uno de los vasos de ellos, terminando en el del Obispo.
- Hermanos míos, ahora podréis entender muchas más cosas de Miel. Sí os contara que los perros la obedecen y la adoran, ahora seréis capaces de entenderlo. Sí el amor existe, está claro que ella lo transmite y lo adora. Pensaréis, que yo debo estar como las ascuas, de ver a una preciosidad hacer lo que hace. Es verdad, en efecto. Pero yo he tenido ya mis sesiones con ella, aunque de las del final no se acuerda. Pero antes de que se vaya esta tarde, lo podrá recordar para siempre. En Miel, he encontrado la dicha, la verdad, el alma, el amor. Toda una vida dando tumbos y una simple persona, me ha hecho ver la luz. Ella, es sagrada ya para mí, cómo imagino lo será para vosotros, hermanos míos. Miel, se sofoca al escucharme decir estas cosas delante de ella, pero es qué realmente es así. Deberemos dar salida a "La Virgen de la Miel", a la que llamaremos "La Dama Blanca". Y la sacaremos en romerías y procesiones, para dar testimonio de sus obras y su amor infinito. Y el dinero de las donaciones, irá a parar intégramente a la Fundación que se cree, para tal fin. Me he extendido algo más de lo habitual hermanos, porque este día, será muy especialmente recordado por nuestra orden, aunque deberemos buscar algo que no nos lo impidan las autoridades eclesiásticas.
Cuándo terminó de hablar el Obispo, Miel lloraba silenciosamente y los hermanos al darse cuenta, se acercaron a ella, para acariciar sus cabellos y darla decenas de besos en su rostro, mientras la confortaban y animaban.
- Miel, pequeña hija mía. Sabemos que tus lágrimas son simples muestras de tu amor. No debes preocuparte de nada. Todos los seres de buena fe, te protegerán durante toda tu vida. Y además, a mí, me gustaría poderte casar por la Iglesia, con tu amor y hombre honorable, llamado Arturo Obrien. Sé que hay otra amiga que pretende lo mismo, pero sólo es por agradar, pues ella está enamorada desde que era una niña, de Marthyn. Esperemos que él cambie y se de cuenta de éso. Sí así fuera, os podría unir a ambas parejas en este monasterio, que esperemos pueda establecer un convento que se llamará "Virgen de la Miel".
Miel, lloraba aún más fuertemente, pero en silencio.
Los hermanos, se sentaron junto a ella y la arroparon, hasta que se tranquilizó y dejó de llorar.
- Y ahora, habrá que comer, verdad hermanos?. Nuestra pequeña Miel, tiene que estar hambrienta. Apenas ha comido algo desde ayer.
Miel, ya reconfortada sonrió y se sintió de maravilla. Estar desnuda junto a ellos, era algo normal para ella y no se sentía limitada en nada. Y tanto Tonino, cómo Andrés iban por libre, pero muy pendientes de ella. El Obispo se sentía magnificado y deseaba que todo saliera bien. Miel, había realizado una obra involuntaria, pero siempre sería recordada y amada por todos ellos. El Obispo, precisaba de varios moldes, que encargaría a Obrien, para su "Virgen de la Miel" y que sería el cuerpo y el rostro de su pequeña Miel.
La comida fue servida por el servicio especial del Obispo, que era de total y absoluta discrección.
Miel recibía en su plato, los manjares más suculentos, servido por sus hermanos y el Obispo, qué no cesaban de hacerla comer y beber prudentemente.
Miel, se sentía encantada con el trato que la daban y de vez en cuando se producían anécdotas o recuerdos y vivencias graciosas, que hacían reir a Miel, hasta que les contagiaba a todos con sus risas.
La comida, se alargó cerca de las tres horas, contando con los licores en la sobremesa. Miel estaba feliz, pero se dió cuenta de que aún tenía algunas marcas en su cuerpo y no quedaba apenas tiempo para quitárselas.
El Obispo, le restó importancia y la dijo que él se lo explicaría a Obrien y que ella no se preocupase de nada más. Miel, no quedó demasiado convencida, pero ya nada podía hacer. No había tiempo para ser saneada. Fué al aseo y después de mear largamente, se dió una ducha rápida y se lavó los dientes, enjuagando después su boca.
Cuándo apareció, todos la esperaban en pie y con sus ropas, con las que había llegado.
La vistieron entre Tonino y Andrés, excitados y con lágrimas en los ojos, de verla marchar, aunque Andrés sería el encargado de llevarla hasta su hogar.
Pequeña hija mía. Sé qué es una pregunta inadecuada en este momento, pero no puedo soportar la duda. Te gustaría volver de nuevo a ésta, tú casa ya, algún día.
Claro qué sí, Padre mío. Me encantará volver en cuanto pueda. Me he sentido demasiado bien, para decir otra cosa, Padre.
Gracias, pequeña Miel. Estaremos aguardando cada minuto, desde que te hayas ido.
El Obispo, se acercó a Miel y la dió un dulce y tierno beso en su boca, mientras ya terminaban de vestirla entre Tonino y Andrés.
Después, se acercó Tonino qué la besó suave y dulcemente, al tiempo que le decía que jamás la olvidaría.
Miel, se dejó vencer y dos lágrimas rebeldes surcaron su rostro, mientras les sonreía forzadamente, pués sabía que terminaría llorando de verdad.
El Obispo y Tonino se fueron, para no hacer más amarga la despedida y Andrés, la apretó contra sí, abrazándola, mientras Miel se derramaba en un lloro continuo. Cuándo se serenó se fué con él hasta el coche y se sentó, abrochándose el cinturón, mientras sus lágrimas seguían corriendo por sus mejillas.
- Miel, no es un final. Es sólo una espera en la senda del camino. Sosiégate, hermana.
Miel, asintió, limpiándose las lágrimas rebeldes de sus ojos.
El viaje, fué tranquilo y Andrés era muy ameno y entretenido, además coincidía en gusto musical con Miel, a la que le encantaba el grupo "Maná".
Miel, hay un concierto, creo que para el próximo Viernes. Sí logro entradas, me dejarías acompañarte?.
Jo, me encantaría la verdad. Pero quizás quiera venir mi hermana María también.
No importa Miel, voy a ver si logro 7 entradas. Y las que sobren las ponemos a la reventa. Pero no te lo puedo asegurar.
Jo, Andrés. De verdad te gusta ese grupo?.
Claro que sí, hermana. La música, nos gusta a todos los seres. Variamos un poco en los ritmos y nuestros momentos anímicos, pero la música siempre ha sido nuestra compañera,
Uy, deberé pedir permiso a Arturo, para poder ir.
Arturo?........Ah, vale, tu futuro esposo. No creo que ponga objección alguna, pero hazlo sí.
Llegaron a la casa de Obrien, entre los ladridos de Diablo y Tron, que no cesaban de corretear junto al coche.
De repente y ya llegando a la entrada principal, los perros pararon de ladrar. Miel miró hacia lo alto de la escalinata y vió a Arturo y a María. Bajaron del coche, con cierto temor de Andrés ante Diablo, que le miraba espectante.
- No te preocupes de los perros, ellos son mis hermanos y no harán nada contra mi acompañante, salvo que me viesen en peligro.
Andrés se relajó y los olvidó momentáneamente y acompañó a Miel hasta llegar arriba de la escalera. Saludó a Arturo y a María.
María estaba loca de contenta y yo suponía que no sería por mi vuelta. Debía ser algo mejor aún. Besé a Arturo en la boca, mientras nos abrazábamos y después me abracé a María, mientras me besaba cómo poseída.
Entramos en la casa y mientras Arturo, caminaba al lado de Andrés, María me susurró que se iba a casar al fin por la iglesia con Marthyn. Me contó que se había declarado por teléfono, pero que ella le creía.
Y Miel, pensó en lo que el Obispo la decía horas atrás. Al parecer muchos hilos se estaban moviendo desde hacía tiempo.
Me alegré por María, porque al mismo tiempo me alegraba por mí misma. Seguiríamos juntas y más unidas que antes.
En el salón, Arturo me miró con una sonrisa especial, sin que supiese adivinar de qué se podría tratar.
Andrés se quedó un par de horas con nosotros, mientras comentábamos pequeñas cosas, sin llegar a desvelar tódo cuánto allí había sucedido.
María, al final anunció en público que se casaría con Marthyn y así Miel podría hacerlo con Arturo, que se sentía dichoso.
Andrés, convino con Arturo, de que era un acontecimiento especial y que el Obispo estaría encantado de celebrar la unión, sí a ellos les parecía bien.
Cuando, se iba a ir Andrés, Miel ya se había cambiado de ropas y estaba con un chandal y quiso acompañar a Andrés para que Tron y Diablo le conocieran y no se echaran sobre él, si volvía otro día.
Salieron de la casa, trás despedirse Andrés de Arturo y María y bajaron la escalinata, mientras los dos perros se alertaban y quedaban a la espera.
Miel se abrió la chaqueta del chandal y Tron fue el primero en arrancar para lametearla. Diablo esperó su turno y después de lamerla las tetas, Miel se cerró el chandal y esperaron a que Andrés llegase ante ellos. Miel les contaba cosas al oído que Andrés no llegaba a captar.
Fue olfateado por ambos y después todo fue normal. Los dos perros, corretearon alrededor de ellos, sin molestarles para nada.
Andrés entró en el coche y le recordó que si tenía entradas, se lo comunicaría por mediación de Obrien. Así, ya no sería necesario que yo implorase.
Cuándo se fue, Tron y Diablo le siguieron hasta la salida, mientras yo regresaba a la casa.
Me sentía un poco extraña de estar en mi propia casa, al tiempo que me sentía feliz de volver a estar con Arturo y María.
Bueno esta María, está cómo una moto. No me ha dejado darte la sorpresa. Lo ha largado todo ella misma. Qué te parece el nuevo cambio de planes, amor?.
Me parece una maravilla. No pierdo a María y te gano a tí, enterito...bueno aunque te comparta un poquitín.
Estupendo, mi amor. Ya sé que ha sido un éxito tu visita al Obispo y ya tengo pedidos especiales de otros clientes, así que mañana a trabajar a destajo. Por cierto, no tienes que excusarte por volver marcada. El Obispo me lo ha contado todo y creo que ha sido una noble acción por tu parte.
Arturo, te ha contado todo?.
Cada minuto de tu estancia allí.
Y no te molesta, amor?.
Todo lo contrario, Miel. Me encanta tener una mujer especial. Hasta María ha alucinado con lo que nos contaba el Obispo.
También, lo has escuchado tu, hermana?.
Sí, Arturo puso el manos-libres y lloré de emoción. Jo, creo que te portaste genial, Miel.
Vaya. Y yo aturdida por sí se llegaba a saber de lo que me acuerdo, porque hay una parte que no recuerdo. Me pusieron una inyección y no aparece rastro por mi mente.
Tranquila, sabemos todo de todo, hasta la comida de hoy. Y he de decirte que follas con tal fuerza, que no creo que haya alma que se te resista.....jajajajajajaja. Con respecto a tu regreso, que sé que te gustaría realizar, será el viernes a media mañana. María y yo, nos adelantaremos en el viaje a China. XuanXin irá el martes por la mañana, hasta la residencia del Obispo, para unirse a tí. Así qué si lo deseas, te dejaré unos cuántos días libres allí. Pero éso debes decidirlo tú. Son muchos días, tú verás y decidirás.
Vale, sí me gustará regresar, la verdad es que han llorado mi despedida. Bueno, yo también he llorado un buen rato.
Vale, ahora, desnudaos que os tengo que ver sufrir, para celebrar todo.
Jo, Arturo y no lo podríamos celebrar con champán, aunque estuviésemos desnudas.
Lo haremos, pero deseo veros luchar la una contra la otra, ante unos amigos que he invitado para cenar. Nos encantará ver cómo sufrís y cómo vuestros azotes, os hacen contorsionaros de dolor. Después daré barra libre para azotes y sexo, aunque protegidos. Hacia las 4 de la madrugada, a la cama las dos. Y mañana a las 10 en punto, os quitaré las marcas, para desayunar después y comenzar a trabajar a destajo. Os queda alguna duda o pregunta?.
Las dos negamos con nuestras cabezas y nos desnudamos en silencio. María seguía estando genial, pero tenía azotes recientes. Y yo llevaba mis marcas de la noche anterior.
Seguís estando espléndidas, seguidme en silencio, por favor. En la sala especial hay varias personas. Todas ellas con máscaras. Alguna mujer, pero no desnuda. Sólo estaréis desnudas vosotras dos. Espero que sepáis actuar bien, pero deseo veros azotar con fuerza y sin piedad la una a la otra, está entendido este extremo?.
Y cuándo deberemos parar de pegarnos, Arturo?.
Cuando yo lo decida. Quien me desobedezca, que se atenga a las consecuencias. Por parte de María, tengo poderes ya de Marthyn y por parte de Miel, nada que comentar, verdad?.
María y yo nos miramos un poco aterradas, porque nos íbamos a azotar fuerte durante un buen rato, para placer de los presentes.
Entramos en la enorme sala subterránea y al final vimos muchas luces y se escuchaba un pequeño griterío, Al acercarnos, contamos hasta 10 asistentes, dos de los cuales eran mujeres, al menos aparentemente.
Llegamos a unos 3 metros de ellos y se hizo un silencio espectral.
- Qué os parece la animación que os traigo?. Mi futura cuñada, contra mi futura esposa.
Hubo risotadas y exclamaciones. Nosotras dos, estábamos aterradas ante esta situación tan especial. Arturo no solía ser así, pero lo estaba siendo. Miré las marcas recientes de María y supe que había sido azotada en la madrugada o por la mañana.
- Bien, chicas, os pondré un collar a cada una y dos muñequeras. Engarzaré la izquierda a la parte trasera del collar. Después se os entregará un látigo fino y no podréis salir de este círculo de 3 metros. La que salga, sentirá las cadenillas en su cuerpo. Está claro?.
Asentimos y nos dejamos poner las pulseras y el collar. Después engarzaron nuestras muñecas izquierdas a la parte trasera del collar. Y se nos entregó un látigo a cada una.
Nos seguía pareciendo demencial todo aquello por parte de Arturo. Jamás le había visto comportarse así, pero yo le conocía de poco tiempo, mientras María llevaba varios años junto a él y si ella no me decía nada, sería que Arturo se comportaba a veces así.
Estábamos enfrentadas una a otra, ante las miradas, que suponíamos lascivas, por parte de los asistentes. Arturo circumbalaba la línea con un látigo de cadenillas en su mano derecha.
Cuándo se dió la señal de comienzo, nos descargamos los látigos, impactando las dos, sobre la otra. Era imposible no azotarse, cuando estábamos indefensas las dos y sin poder corretear. Era una demencia cruel de juego.
Los latigazos se clavaban en nuestras carnes, mientras nuestros gritos y jadeos se superponían. Los asistentes jaleaban a cualquiera, aunque nosotras apenas escuchábamos más que un rugir de voces y nuestros lamentos, por cada azote recibido.
Me dejé azotar por María, llegando a caer en el suelo, mientras mis gritos estremecedores ennardecían a los presentes. María me siguió azotando por todo el cuerpo, trás haber perdido yo el látigo, hasta que Obrien, mandó detener la pelea. Proclamando vencedora a María.
Me quedé rendida en el suelo, mientras aún me contorsionaba de los golpes recibidos.
- Ya véis, mi cuñada es más fuerte que mi esposa. En fín, que se le va a hacer. Venga, amigos míos, vayamos hasta el salón para cenar agradablemente. Nuestras chicas estarán desnudas y expuestas a cualquier actividad que deseéis, pero si es sexo, con protección. Ellas no cenarán, así mantendrán mejor esos tipitos tan finos.
Miel, no podía dar crédito a las palabras de Arturo. No parecía él, sin embargo era él. Y sí no fuese él?. Entonces significaría que corrían un extremado peligro. Pero María aunque asustada y aterrorizada, no parecía dar muestras de que Arturo no fuese quien decía ser. Así que tocaba sufrir en un ambiente hostil.
Me dejé manipular y zarandear. Tampoco era nada nuevo en mi nueva vida. Era capaz de soportar mucho más. Pero siempre lo había hecho por amor y nó de este modo tan cruel e ignominioso.
La cena parecía fastuosa, pero nos quedamos sin saber quiénes eran los invitados, pues nos taparon los ojos con una venda, para que ellos pudiesen cenar tranquilamente.
Fueron folladas y azotadas innumerables veces, entre risas y manoseos, pellizcos y azotes diversos.
Cuando tódo quedó en silencio, permanecieron desnudas y atadas, con sus cuerpos chorreantes de esperma y grandes marcas. Y así continuaron toda la noche, pues nadie las atendió para nada.
A las diez de la mañana, fueron despertadas, mediante algo frío que surcaba sus cuerpos desnudos. Alguien las embrochaba, con el líquido reparador.
Y comenzaron los picores y la desazón. Sus mentes, muy alteradas vivían de recuerdos comunes, pero ninguno había sido similar, ni en las más crueles orgías.
Los picores estaban remitiendo ya, aunque los cuerpos de las dos chicas colgaban de sus muñecas, sin apenas poderse sostener, debido al cansancio extremo, cuando Obrien las quitó las vendas. Sus ojos tardaron en adaptarse a la fuerte luz de la mañana.
Cuándo Miel logró ver algo mejor, miró a María que seguía igual que ella colgando de las muñequeras. A Miel, le dolía todo el cuerpo y sentía calambres continuos en sus hombros y brazos.