Una vida nueva (Libro 2º - Capítulo 06)

Irina y Miel.........Se reencuentran.......... Marthyn y Obrien, facilitan que Irina y Miel, se vuelvan a reencontrar y llenarse amor, sexo y felicidad. Es una experiencia y sueño total. Los dos, pueden apreciar las escenas amatorias de las dos. Un beso para (Alex) TR, Hombre FX, Irina, Marthyn y mis lectores y lectoras. Sandra Raquel.

Una vida nueva ( Libro 2º - Capítulo 06)

Irina y Miel, se reencuentran

Quedé suspendida y abierta de brazos y piernas.

  • Fijate que fácil lo tengo para azotarte con las cadenillas, pero ya que te has negado, lo haremos con una amiga tuya. Se llama Irina y es muy sumisa. Tiene un cuerpo parecido al tuyo, pero es una alegría azotarla. Lo haré en sus tetas y vagina con las cadenillas.

  • Irina?..........no por favor, no......Mr. Obrien, no la azote con las cadenillas a ella. Yo las admitiré, por favor Señor. Admitiré cualquier tormento, Señor.

  • Anda y ese cambio de parecer?.

  • Por favor Señor, no le haga éso a Irina. Mi cuerpo es suyo, atorménteme con lo que Ud desee Señor.

  • Bien, entonces las cadenillas serán para tí, Miel.

Me resigné a sufrir lo indecible, pero estaba ansiosa y nerviosa de ver a Irina. Qué estaría haciendo aquí?. Y entonces caí en todo el sentido. Irina se había ido a ver a un cliente especial por unos días. Obrien, sabía de mis diseños. Estaba claro, las ideas habían llegado a través de Irina.

Y de repente apareció ante mi presencia, cuando ya comenzaba a girar. Ella no pudo verme, pues tenía los ojos vendados. Cuándo quedé cabeza abajo, Irina fue atada del mismo modo en que a mí me habían atado minutos antes.

Giramos las dos con nuestros cuerpos opuestos a nuestras visiones. Saber que Irina estaba en el mismo aparato que yo, me hizo sentir bien y mal. Bien por estar cerquita de ella y mal, porque mis tormentos, serían los suyos.

Esperaba las cadenillas de un momento a otro, pero nunca llegaban. Sí lo hacía el látigo, que hundía sus tiras en mi vagina abierta. Respingaba y gritaba a cada latigazo en esa parte.

Dos vueltas después, la rueda se detuvo estando cabeza abajo, mientras Marthyn me azotaba las tetas con total descaro.

Me sentía morir de sensaciones, pero era capaz de soportarlas, como tantas otras veces. La rueda volvió a girar y al aparecer en el comienzo en donde había sido atada, ví a Irina. Estaba temblando y marcada por los latigazos.

  • Irina, tu esposa está a punto de estar junto a tí. He venido a salvarte. Te quiero mi amor, soporta todo. Estaremos juntas en breve.

Irina se revolvió al escucharme y Obrien, la quitó la venda de los ojos y después la mordaza.

Irina, lloró al verme. Apenas le brotaban las palabras de sus labios temblorosos. En cuanto fui desatada me lancé hacia ella y la apreté contra mí, mientras nos besábamos ardiente y pasionalmente.

Para atormentarnos un poco más, nos dejaron atadas las manos a la espalda, pero nuestras tetas también sabían comunicarse y así pudimos restregarnos la una contra la otra, mientras nos besábamos con auténtica ansiedad y frenesí.

Obrien y Marthyn nos miraban descaradamente, mientras nos rozábamos con los pezones una a otra y nos morreábamos sin vergüenza alguna.

Al final fuimos desancladas las manos de la espalda y nos dejaron en una larga y ancha mesa, en donde comeríamos, pero que nos alejaba un poco más de nosotras mismas, ya que nos dejaban atadas por cadenas en cada muñequera al borde la mesa, pero con la suficiente holgura, para llegar con cada mano a un tercio de la mesa.

Antes de que se fueran, me puse en pie y con respeto, pedí hablar con Mr. Obrien a solas.

Me fue concedido. Colocaron una venda en los ojos de Irina, una mordaza de bola y unos cascos de música. Luego Obrien y Marthyn, se sentaron sobre la mesa para escucharme.

  • Mr. Obrien y Señor Marthyn, solicito un pacto especial a cambio de mi cuerpo. Podría ser?.

  • Qué tipo de pacto, Miel?.

  • Multiplicar por 10, las horas que me sean permitidas para estar con mi esposa libremente.

  • Qué dices tú, Marthyn?.

  • Qué se suban a 50 horas por cada hora.

  • Jo, es un abuso, Señor Marthyn.

  • A mí también me lo parece, Marthyn. Deberemos rebajarlo un poco. Pongamos 30 horas por cada hora y tormentos cada 5 horas. Qué dices Miel?.

  • Me parece un abuso total Mr. Obrien.

  • Bien, lo rebajaré para que veas que soy generoso. Lo dejaremos en 15 horas por cada hora, pero con cualquier tipo de tormento, durante ese tiempo.

  • Obrien, me parece bien a mí, a ver que dice Miel.

Estuve sopesando todo y supe que era una oferta ideal, ya que podrían hacerme lo que quisieran cuando lo deseasen.

  • Acepto la propuesta de Mr. Obrien.

  • Bien, así será. Sí os quedáis aqui, no habrá añadiduras. Sí deseárais una habitación, serían 5 horas más por hora.

  • Pero esa añadidura, sería sólo para mí?......O para cada una?.

  • Para tí solita, Miel.

  • Entonces, Mr. Obrien, acepto la oferta de la habitación, Señor.

  • Muy bien socia. 20 horas por cada una que derroches desde este momento. Estás de acuerdo, Miel?.

  • Estoy de acuerdo Mr. Obrien.

  • Bien, así será. Pero no contará el tiempo de tus dedicaciones a nuestro negocio conjunto. Aún así de acuerdo, Miel?.

  • Sí, Mr. Obrien. Deseo para mi esposa lo mejor.

  • Anda, en ese caso te puedo alquilar mi suite. Y por ser tú lo dejaría en el mismo tiempo, pero siendo mi esclava para reuniones especiales. Ya sabes, sexo, humillaciones y tormentos variados.

  • Ahí ya no puedo opinar yo, Mr. obrien. El Señor Marthyn, al que amo y adoro, deberá decir la última palabra, Señor.

  • Bien, que dices Marthyn?.

  • Me parece que Miel debería aceptar esa oferta, ya que me voy de viaje por unos cuantos días.

  • Y bien, Miel.....que decides tú?.

  • Pues.......que acepto Señor, digo...Mr. Obrien.

  • Muy bien, Marthyn libera a Irina, la diremos mentiras y tu Miel, no deberás desengañarla. Y para demostrarlo, te arrojarás sobre mí y me besarás a lo bestia. Luego, harás que te das cuenta y te arrodillarás ante mí pidiendo perdón. Te cachearé la cara un par de veces, pero te haré levantar y os llevaré a las dos a mi suite, donde no seréis interrumpidas en instante alguno. Pero procura, ser fiel a tu actuación, por el bien de ella. Está claro, Miel?.

  • Sí, Mr. Obrien, totalmente claro. Y actuaré bien Señor.

  • Marthyn, libera a Irina, mientras yo lo hago con Miel. Ya sabes, algo emotivo y arrepentimiento, Miel.

Cuando Irina quedó libre, me abracé a ella. Acto seguido me separé para arrojarme a los brazos de Mr. Obrien y besarle como una colegiala. Acto seguido, me ruboricé y me arrodillé pidiendo perdón. Mr. Obrien, me dió dos cachetadas en la cara pero sonrió y me hizo poner en pie, al tiempo que me empujaba a los brazos de Irina, que estaba desconcertada.

  • Irina, tendréis una noche adecuada, ya que Miel es mi nueva socia y es un regalo anticipado. Tendréis mi Suite, ya se lo he prometido a Miel. Y me siento mejor, de poder dar algo de valor a alguien como ella. Pero ten cuidado, que lo mismo te come del todo........jajajajajajaja........es broma, Irina. Espero que paséis bien la noche. No seréis molestadas. Y sí deseáis algo, ya sabéis... timbre y a ordenar, a la hora que sea.

  • Jo, Mr. Obrien, le agradezco mucho este detalle con mi esposa y conmigo. Cuidaremos su Suite, Señor. Me ha encantado volver a ver a mi esposa Miel, Señor.

  • No hay problema Irina. Además el tiempo correrá a tu favor y no demandaré más horas a Breo. Id en paz y amaos. Estáis ansiosas ambas. Cuándo sintáis hambre pulsad el botón y pedid lo que queráis, sín límite alguno, incluyendo vinos, cavas, chapagme o combinados. Barra libre para mi socia y su esposa.

Antes de abandonar los cuatro aquella estancia, Obrien se acercó a mí y sonriente, mientras me daba pellizcos en los pezones y entre las nalgas, me dijo que estaríamos siendo seguidas en vivo y grabadas. Y que si veía algo extraño, lo pagaría especialmente e incluso, reclamaría a Irina para nuevos tratamientos sádicos, previo precio convenido con Breo.

Yo sonreía, pero sí me hubiese visto Irina hubiese sabido que algo iba fatal. Me reí y me dejé pellizcar dando saltos y alaridos, para dismular.

Luego me soltó y me reuní con Irina y caminamos unidas por la cintura con nuestros brazos, mientras Marthyn y Obrien, hablaban de cosas intranscendentes para nosotras.

Obrien nos hizo entrar en su Suite y nos pareció un mundo maravilloso. Irina estaba loquita de gozo. Y yo me contagié de su alegría olvidando lo que me esperaba.

  • Nos bañaremos juntas, antes, Miel. Quiero estar limpita para tí.

Asentí, besándola en la boca delante de ellos dos. Cómo despedida, me retorcieron ambos los pezones delante de Irina y después me besaron en la boca, mientras me daban fuertes cachetadas en las nalgas.

Cuando se fueron, tenía los pezones al rojo y mis nalgas también coloradas. Pero al sentirme a solas con mi esposa, se me curaron todos los males y la besé dulcemente, mientras íbamos hasta el baño.

Jo, iba a estar a disposición de Obrien casi un día completo por cada hora con mi esposa. Cuánto me hubiese gustado que fuese al revés. Pero no tenía escape. O lo hacía, o lo pagaríamos las dos.

La bañera era enorme y tardó más de media hora en llenarse, mientras jugábamos al escondite y a veces nos hacíamos caricias.

Todo ésto, lo estarían viendo ellos y se lo estarían pasando mejor que con una película porno.

Ya dejé de contar el tiempo. Qué más me daba un día más o menos. Me animé a ilusionar a mi bella y sonriente esposa de amor.

Irina estaba encantadora. Nunca la había visto tan enfebrecida y divertida. Una vez en la bañera nos quedamos relajaditas, para liberar los latigazos que nos habían asestado horas antes. Escocían un poco, pero nosotras sabíamos aceptarlos bien, por lo que el agua calentita y cubriendo nuestras tetas, nos liberó y nos transportó a lugares lejanos.

Dos horas después salíamos de la bañera, chorreando agua. Nos comenzamos a secar, entre caricias y besos.

Cuando por fín llegamos a la enorme cama de plumas, estábamos en una excitación tan alta que cualquier roce nos provocaba una contorsión de placer.

Nos hurgamos nuestros labios mayores, para hacer salir al dueño de la cueva, nuestro amado y gratificante clítoris. Lo masturbamos con los dedos, impregnados de nuestros flujos, para hacerle agigantarse.

Primero ella me lo mordió y con su lengua, lo acarició provocándome dos orgasmos casi consecutivos, mientras yo gritaba cómo poseída, algo que animaba más y más a Irina.

En la biblioteca, en donde reposaban desnudos y con sus pollas erectas, Obrien y Marthyn, nuestras escenas se sucedían en la enorme pantalla, mientras ellos a veces se masturbaban la polla, algunas veces corriéndose, pero sin importarles nada de lo que mancharan, pues el piso era de cerámica y los sofás tenían una tela que no calaba.

  • Marthyn, esta chica tuya es una gozada. Irina es genial, pero Miel me vuelve loco.

  • No eres el único. Y no veas cómo sabe follar. Te puede hacer ir al cielo en un momento. La vas a azotar con las cadenillas?.

  • Pues claro que la azotaré y además varias veces. Creo que incluso ella me pedirá nuevos castigos.......jajajajajaja.

  • Y al final la vas a llevar a los festivales de sado?.

  • Tendré que analizarlo previamente, pero está en mi idea hacerlo, dentro de su tiempo de dedicación. Sabes que nadie la azotará ni la cuarta parte de lo que yo la pueda azotar. Me gusta su mirada voluptuosa. No es guapa, pero sus ojos y labios la hacen apetecible. Eso sin contar su cuerpo, que es una pasada.

  • Es verdad, Obrien. Su cuerpo encandila muy bien. Fíjate como acaricia la vagina de Irina. Jo, creo que me voy a correr de nuevo.....oh....ohhhhhhhhh......aaaaaaggggggggggg.

  • Joder, Marthyn te vas a quedar seco.

  • Es que bajaría ahora y la follaría hasta dejarla muerta de cansancio.

  • Marthyn, te aconsejo que mejor te dés una ducha fría. Te podría ceder una de mis putas, pero sé que no te gustarían. Sé que Miel te tiene encandilado. Sinceramente, a mí me apasiona esta chica.

  • Obrien, Miel tiene un algo especial. Y es verdad que no podría follarme a ninguna de tus chicas. Estoy tontito perdido por Miel.

  • Bueno, ve a darte esa ducha. Yo voy a llamar a una de mis putas, pues necesito descargar con urgencia.

Marthyn, salió de la sala y se dirigió a su dormitorio. Se duchó y no encendió el circuito interno, porque prefería no verla más hasta que regresara de su viaje, que era en pocas horas.

Descansaron unos minutos, totalmente abatidas y apretaron el timbre para pedir refuerzos. Pidieron sesitos rebozados, pimientos rellenos, fresas con nata y un buen vino de la mejor cosecha.

Les trajeron la comida al cabo de media hora y se dispusieron a comer, mientras se miraban con ojos encendidos.

Mientras ellas degustaban sus platos, Obrien despachaba a una de sus pupilas, después de haberla follado en el ano y en la vagina, para descargarse en su boca.

Irina y Miel, ya habían comido y estaban recostadas en la cama, sobre grandes almohadones, mientras bebían de vez en cuando un trago de vino.

Miel acariciaba los pezones inflamados de Irina, mientras ella era acariciada en su vagina y ano, por los dedos de Irina.

Se sentían agotadas, pero deseosas de nuevas fantasías de amor.

Irina salió de la cama y encontró algo de cable en el armario. Cogió un manojo y se lo presento a Miel.

  • Te gustaría una sesión de calor?.

  • Claro que sí mi amor, azótame donde más te guste.

  • Quiero azotarte en la vagina y en las tetas. Y después tú a mí, vale?.

  • Vale, pero no pegues con mucha fuerza que los cables dejan huellas muy profundas.

Irina la azotó entre las nalgas hasta lograr que el cable incidiera entre sus labios vaginales, que dejó seca a Miel. Pero Irina, siguió azotándola del mismo modo, hasta que Miel se derrumbó entre estremecimientos increíbles. Irina, la flageló las tetas, hasta marcárselas del todo.

Miel se revolcaba de dolor y escoceduras, por toda la habitación, mientras Irina trataba de consolarla para que ella fuera azotada por su esposa.

Miel estaba aún con contracciones, cuando cogió el cable y lo lanzó contra los muslos de Irina, que se removió y retorció por el suelo, mientras Miel la seguía azotando sin darla un sólo respiro.

Irina, volvió a poner su culo en pompa para que la azotase la vagina. Y trás el primer latigazo certero aulló de dolor, llena de estremecimientos. Miel la azotó la espalda, haciéndola morir de sensaciones y después en las tetas, que cruzó con rudeza, hasta que Irina se rindió.

Irina y Miel, terminaron por dejarse caer y acariciarse mutuamente sus sexos inflamados y llenos de costurones, lo que las provocaban algunas hilaridades ante el escozor aumentado.

Al final, trás alcanzar un nuevo orgasmo, se quedaron dormidas la una sobre la otra, en la misma posición.

Cuando despertó Miel, miró el reloj y supo que un infierno largo la esperaba dentro de pocas horas. Habían pasado ya 7 horas. Ahora daba todo igual. Que bien se sentía junto a su esposa y que poco tiempo quedaba de poder estar con ella.

Obrien, había tenido que recambiar la cinta de grabación, ya que se le había ido el tiempo.

Era ya de madrugada y cómo Obrien o Marthyn no bajaban a saber de ellas, decidió relajarse y dormir. Daba ya lo mismo el tiempo. Miel sabía, que se tiraría una vida llena de tormentos, asumidos por ella misma. Quizás pudiese negociar algunos pasajes, pero sería atormentada durante muchos días y quizás en las formas más humillantes y fuertes.

Estaba decidida a probar todo ya, así que lo mejor era dormir junto a su amada, tan marcada como ella. Y se dió la vuelta y se acurrucó junto a ella, durmiéndose casi en el acto.