Una vida nueva (Libro 2º - Capítulo 04)

Marthyn y Miel...........sus debilidades Se prepara la sesion de fotografía, cuando los dos ven que hay algo que no es normal. Hay mas gente de la debida. Al final, se sabe que estan enviados por varios grupos, por lo que Miel y Marthyn, deciden cachearlos con el fin de evitar que se rompa el negocio. Mr. Obrien, aparece en el momento oportuno y oferta al alza, los servicios de modelo de Miel. Marthyn, los acepta y le declara a Miel, sus logros. Un beso para (Alex) TR, Hombre FX, Marthyn y mis lectores y lectoras. Sandra Raquel.

Una vida nueva ( Libro 2º - Capítulo 04)

Marthyn y Miel....y sus debilidades

Trás peinarme, ayudada por Marthyn. Y una vez elegido el vestido de inicio para la sesión, teníamos tiempo, porque aún faltaba media hora para el comienzo.

  • Miel, ya que disponemos de tiempo, te contaré un poco más profundamente en qué consiste todo ésto, te apetece?.

  • Claro que sí, amor. Cuéntame todo lo que puedas, así sabré manejar mejor mi cuerpo y mis tiempos.

  • Pués bien, en las sesiones fotográficas, se emplean todos los aparatos, pero sin azotes ni tocamientos, Simplemente fotografía pura y dura. Pero claro, no todo es llegar y flash, no. Exige iluminación especial, recomendaciones sobre la forma de tener el cuerpo y la mirada. Suelo utilizar unas 50 fotos por cada aparato, además de una cámara especial, que dispara 5 fotos por segundo, durante toda la sesión. Te imaginarás el tiempo que se pierde en el cambio de aparato, verdad?.

  • Sí, lo supongo. O sea que voy a ser fotografiada a lo bestia, durante unas 3 horas, es así?.

  • Si tódo sale bien a la primera, quizás en algo menos, pero calcula que hasta cerca de las 4 de la tarde no comeremos, porque yo te esperaré.

  • Gracias, mi amor. Y sí todo sale bien?.

  • Pues esta tarde tendremos que visualizar cada foto, para seleccionar las mejores. Eso nos llevará muchas horas, pero podremos hasta juguetear, además de cenar y hasta darnos una vueltecilla por el exterior.

  • Bueno, al menos tiene su parte buena. No me importará ser fotografiada desnuda y en distintos aparatos, pero habrá mucha gente?.

  • Calcula, unos 4 fotógrafos y su gente. Aproximadamente unas 10 personas.

  • Tántos?. Ufffff, me sentiré cortada.

  • No, con el jarabe que te has tomado estarás más relajada y resistirás mejor las procaces miradas.

  • Marthyn, crees tú que sabré estar?.

  • Estoy totalmente seguro de tí, Miel. Además yo estaré también, así te animará mi visión......al menos eso espero.

  • Jo, claro que sí........Gracias, mi amor. Lo que me encantaría ahora mismo, es que me follaras totalmente.........ummmmmmmm.

  • Y a mí hacerlo........jajajajaja, pero tendremos tiempo por la tarde, así que procura que salga todo bien, Miel.

Esperamos unos minutos, besándonos suavemente y disfrutando del amor que transmitían nuestras lenguas, pero sin tocamientos para evitar marcas inoportunas.

El equipo contratado, ya era altamente conocido por Marthyn y entraron en la cámara secreta, para ver si admitiría las distintas tomas, en función del guión que llevaban impreso.

  • Vámonos ya Miel. Nuestro equipo está en la cámara secreta y dicen que dá de sobra para hacer todas las fotos.

Asentí y le seguí, un poco nerviosa y a la vez excitada. Era algo nuevo para mí. Llegamos a la cámara secreta, que al parecer debía de haber conocido mucha gente y entramos.

Había mucha gente, mucha más de la que me hablase Marthyn, quién también se sintió extrañado.

  • Conozco a mis fotógrafos, quiénes sóis los demás?.

  • Señor Marthyn, represento a Mr. Obrien. Mi equipo de 5 personas, fué pactado con su secretaria.

  • Buenas tardes Señor Marthyn, mi equipo fue contratado por su secretaria, pero representamos al Señor Obispo y creo que nos permitirá esta grabación, quedando de acuerdo en no divulgar nada de lo aquí acontecido.

Antes de que pudiese reaccionar Marthyn, sonó su móvil y al descolgar escuchó la voz del Obispo.

  • Hola Marthyn, espero que no te moleste mi visita. Estoy ampliamente interesado en tus realizaciones, pero sé que tienes una criatura excepcional y deseo tener mis propias imágenes, antes de encargarte algo.

  • Muy agradecido, Señor Obispo. Pero yo no propagandeo, simplemente anuncio en mi Web y después vienen las peticiones, ahora bien, sí lo que pretende es tener la exclusiva, le costaría 1 millón de euros, sin factura por supuesto. Ud decide si saco a su equipo de mi casa o no.

  • Es una cantidad muy elevada Señor Marthyn.

  • Lo sé, Señor Obispo. Decídase antes de 5 minutos, por favor.

  • Es una simple sesión de fotografía, Señor Marthyn.

  • Es verdad, Señor Obispo, no me había dado cuenta, serán entonces 2 millones de euros en efectivo. Quéda claro, Señor Obispo?.......le dejo 10 minutos más.

Podía ver a los guardias de seguridad de Marthyn, apostados estratégicamente, sin que se les pudiese ver. Aunque yo conocía algo ya sus movimientos y sabía donde podrían estar.

Marthyn, colgó el teléfono y le entró otra llamada, que al parecer era de Mr. Obrien.

  • Dígame!.

  • Hola Marthyn, sé que estás en discusiones con el Obispo. Chúpale la sangre o echa a sus perros de tu casa. Sin embargo, yo te pagaré 5 millones de euros en una cuenta segura, si nos permites a nosotros la exclusiva con esa Miel, en lo mismo que tenías planeado para ella. Además de adaptarme a los tratos convencionales.

  • Mr. Obrien, será un placer contar con su equipo, pero requisaré sus cámaras hasta el pago.

  • Es lo más lógico. Envío ya un grupo de pago con lo acordado, pero espero me traigas a esa Miel, sólo para conocerla y verla en su salsa.

  • Así se hará Mr. Obrien.

Marthyn, me miró con el semblante sonriente. Y supe que habría pactado algo interesante y hasta pensé que yo formaba parte de ese paquete. Pero no me importaba demasiado, salvo que fuese una cesión o venta.

  • Miel, tendremos un contrato 10 veces superior a lo soñado y todo gracias a tí.

  • Marthyn, éso significa que ya no haremos fotos aquí?.

  • Efectivamente, nos vamos a casa de Mr. Obrien, Es muy adulador, pero enormemente generoso con quién le cae bien. Yo debo ser uno de ellos. Y tú, quizás más aún.

  • Vale, despide pués a todo el equipo y que registren a todos y todas, rigurosamente, he visto como hacían fotos disimuladas. Y nos iremos mañana a ver a ese Señor. Así podremos pasar hoy el día libre, te parece?.

  • Sí, la verdad es que con lo que se nos ha ofertado, todos podrían estar comprados.

Marthyn ordenó a los guardias de seguridad que los escanearan y desnudaran si era preciso, quedándose con todos los equipos, hasta las gafas de quienes las llevaban. Una de ellas poseía una microcámara de gelatina. Y la patilla era un acumulador de tipo Flash.

Marthyn, llamó a Mr. Obrien, para decirle que iríamos a su casa al día siguiente. Y Mr. Obrien aceptó, quedando para las 11 de la mañana.

Y así pudimos pasar ese día placenteramente.

Para celebrarlo nos fuimos hasta la laguna, aunque estaba el día algo nubladito. Evidentemente, Breno y el pequeño cachorro se unieron a nosotros dos. Esta vez fue Marthyn quien más se entretenía con el cachorro mientras yo correteaba junto a Breno.

Al llegar a la laguna, me quité las ropas y Breno me abrazó poniéndose de patas. Me abracé a él y caímos los dos rodando sobre la hierba.

Y así nos descubrieron Marthyn y el cachorro. Marthyn se quedó mirando con una sonrisa, mientras el cachorro se lanzaba contra mi espalda, imitanto la copulación instintiva.

Me volví y le tomé entre mis brazos, mientras Breno se separaba de mí, vigilando atentamente.

Nos pusimos en el borde y a la de tres, nos lanzamos al agua fría, pero escuché un chapuzón por delante de mí y al mirar ví a Marthyn, que emergía delante de nosotros tres. El pequeño cachorro se mantenía y avanzaba muy despacio, pero no se le veía asustado, más bien contento de jugar con sus mayores.

Breno, ya nadaba bien, sin temores, sin miedo. Me acerqué hasta él y le besé en su morro húmedo. Miré hacia el pequeño cachorro y noté que estaba cansado, así que volví a por él.

Me puse a nadar de espalda a su lado y pronto se subió sobre mi vientre, para enseguida llegar a mis tetas y aferrarse con sus manitas a mi cuello. Nadé suave y a braza, mientras le llevaba sobre mi cuerpo. Breno nadaba a mi lado. Y le veía feliz. Al menos así me lo parecía a mí. Llegamos a la orilla y salimos todos del agua, tumbándonos sobre la hierba. Breno y su cachorro, desenfilaron el agua apelmazada en su piel, contorsionándose con celeridad.

Marthyn, salió también del agua y se tumbó a mi lado.

Breno y el pequeñajo seguían correteando por la pradera.

Marthyn me abrazó y me susurró los deseos que sentía de follarme totalmente.

Le besé entusiasmada, pero le dije que era mejor dentro de la casa, que en la orilla vendrían Breno y el cachorro a mirar.

Lo asumió y trás un besazo con lengua profunda, se levantó y tirando de mis manos, me levantó del suelo. Llamamos a los perros, que acudieron de inmediato.

La mitad del camino lo hicimos desnudos. Después, poco antes de llegar a la casa nos vestimos y llegamos caminando hasta la casa.

Breno que ya se sabía la lección, retuvo al pequeño cahorro, que estaba ya exhausto y lo mantuvo firme.

Antes de adentrarnos en el interior, me acerqué a Breno y arrodillándome le besé en su morro. Cómo respuesta, me dió un chupetón con su lengua cálida. Y ante el pequeño cachorro, que le bauticé como Mielito, le acurruqué entre mis tetas ya vestidas y le besé un montón de veces, para después dejarle con su papá.

Marthyn y yo entramos en la casa. Y por un momento nos sentimos libres del mundo. Me desnudé del todo y me ofrecí a él.

Sonó el teléfono de Marthyn.

Marthyn, casi con monosílabos, fué atendiendo la llamada hasta confirmar con un sí.

  • Era Mr. Obrien que nos espera para cenar y pasar la noche en su casa. Así mañana no tendremos que desplazarnos temprano. Te parece bien?.

  • Bueno, si tengo que pasar por éso para el negocio, mejor la comodidad y conocer la situación antes. Me parece bien, siempre que duerma junto a tí.

  • Dormirás conmigo. Conozco de hace tiempo a Obrien, para tí, Mr. Obrien. Es educado, cortés y legal, pero tiene un pequeño vicio de las primicias. Y ahí entras tú. Quiere tener tus moldes en distintas posturas, además de fotos y vídeos. Nada distinto a lo que pretendía yo, pero lo quiere en exclusiva y por éso paga cómo paga.

  • Me parece bien, amor. Ahora a follar a lo bestia, que estoy salidita.

  • Ummmm, necesita mi chica de algunos latigazos para animarla?.

  • Uy, no había caído en eso.....a ver, quizás un bullwhip?.

  • Sí, creo que ese tipo de azotes te vendrán ideales.

  • Vale. Esta tarde, mucho después de comer lo que quieras colgada de los pies. Quiero sentir la perversidad dentro del amor.

  • A qué elijo las cadenillas.......

  • No, las cadenillas no, por favor. Siento pánico de sólo pensar en ellas.

  • Sabes que las recibirás. No de Mr Obrien, está claro....pero alguien te las impondrá más tarde o más temprano.

  • Bueno, pero por el momento el látigo conocido será más que suficiente. Anda, cuélgame de las muñecas y azótame y después fóllame sin piedad, sin miramiento alguno.

Marthyn me colgó de las muñecas y me asestó golpe trás golpe, cruzando desde mis tetas, hasta mis muslos, mientras jadeaba y a veces soltaba un pequeño gritito. Sentía la espalda, nalgas y muslos, muy escocidos, pero mis tetas y vientre estaban muy doloridos de los distintos latigazos.

  • Amor, ya estoy preparada. Fóllame sin piedad.

Marthyn, me desancló de las pulseras y me colocó a cuatro patas, para follarme por el culo.

Su polla estaba enorme y como endiablada. Me encantaba que comenzara por esa parte de mi cuerpo. Encajó la punta de su glande sobre mi conducto anal y de un sólo intento, se coló dentro de mí.

Sentí, que mi cuerpo se partía en dos. Un dolor terrible me llegó de esa parte. Era como si mis huesos se hubiesen separado, pero poco a poco, volvió la normalidad, aunque la sensación de dolor siguió persistiendo.

Cuándo mis sudores aumentaban y mis lágrimas disminuían, me atacó de nuevo, sacándola y metiéndola de nuevo en mi ano.

Sacó su polla de mi ano y la introdujo en la vagina, mientras me cacheteaba las nalgas. Y entró de un sólo empujón que me hizo soltar un nuevo alarido.

Sentía cómo jadeaba, pero nada comparado con mis gritos de dolor y placer. Me trataba del modo más violento, pero a pesar del dolor que me causaba, se lo agradecía por dentro, porque era lo que me gustaba.

Sacó su polla de mi vagina, ya chorreante de flujos y llegando ante mi cara me la hundió en la boca sin miramiento alguno.

Apretaba la polla contra mi garganta, sin dejarme respirar. Cuándo la sacaba un poco, aspiraba aire nuevo y él volvía a clavarla dentro de mí.

Este acto lo repetía con verdadera pasión, haciéndome daño intencionadamente, hasta que cogiéndome de los cabellos se corrió dentro de mi boca, mientras me la metía y sacaba a un ritmo frenético, al tiempo que eyaculaba ferozmente, hasta que poco a poco se fue calmando.

Sentí que se caía y le ayudé a exprimir los últimos flujos seminales de su polla, con mis succiones y caricias suaves.

Cuando la dejé limpia de flujos, me retiré de él y me dejé caer a su lado, sobre el colchón.

Así pasamos varios minutos jadeantes y entre convulsiones, cada uno por un motivo distinto.

Estaba marcada por el látigo y las manos de Marthyn. Me sentía chorreante de placer y también de flujos comunes.

  • Tendremos que comer en una hora, te quito ahora las marcas?.

  • No, aún nó. Deseo tenerlas puestas, además quiero que me azotes después de algún otro modo y me vuelvas a follar.

  • Vale. La verdad es que te hacen muy interesante esas marcas en tu piel. No has probado aún los electrodos y es una gozada.

  • Los has probado tú, Marthyn?.

  • No, quiero decir que es una gozada, ver removerse a una chica desnuda y atada, cuando se le da un poco de corriente. No pasa nada de nada, pero según me han dicho se sienten sensaciones muy extrañas. Tenemos una hora para juguetear. Además tus tetas me llaman. Habrá que atenderlas, no te parece?.

  • Marthyn, esas cosas me dan mucho miedo. De verdad no pasa nada?.

  • Tranquila, todas las chicas que han pasado por aquí, al final me han hecho repetirlas la experiencia. Y tú eres más especial aún, así que seguro que querrás más de una sesión.

  • Bueno, vale. Pero estaré atada, verdad?.

  • Sí, te ataré de las cadenas del techo y las piernas separadas. Te pinzaré los pezones y el clítoris, con pinzas pequeñas de cocodrilo.

  • Jo, en el clítoris también?.

  • Sí, verás que risa y que cosquillas. Te contaré más, una vez atada. Venga, levántate.

Me levanté y me dejé atar a las cadenas y después mis tobillos, separados por una barra, quedaron anclados a sendos grilletes.

Marthyn, sacó un pequeño maletín de un armario y lo abrió, ante mi atenta mirada, conectó 3 cables muy largos, terminando en pinzas de cocodrilo. Conectó la primera pinza en mi pezón derecho, después de habérmelo lengüeteado, para que se irguiera y además condujera mejor el paso de la pequeña corriente. Después me volvió a ensalivar el pezón izquierdo y sentí el mordisco de la pinza al colocármela. Me miró y me sonrió. Y me soltó más saliva en los pezones mordidos.

Le miraba hacer sintiendo la presión de las pinzas. Ahora hurgaba en mi clítoris que apareció antes de lo deseado, ya que me sentía muy altamente excitada. Y me lo pinzó. Sentí un ligero dolor, pero se me pasó muy pronto. Y soltó mucha saliva en este punto.