Una vida nueva (Libro 2º - Capítulo 02)

Marthyn y Miel... Miel, consigue alucinar a Marthyn hasta grados exagerados, pero se somete a él, después de ver el negocio que tiene entre manos con Breo. Breno, se siente bien junto a su nueva hermana y protector de la misma. Algo que Marthyn acepta, cómo lo más normal, dado el carácter tierno y maravilloso de Miel. Marthyn, aprovecha espacios de tiempo, para poder dar a Miel, el tipo de trato que ella desea. Confío, que este libro, vaya gustando, porque en breve se disparará del todo. Un beso para (Alex) TR, Hombre FX, Marthyn, Irina y Breo y mis lectores y lectoras. Sandra Raquel.

Una vida nueva ( Libro 2º - Capítulo 02)

Marthyn y Miel

Me quedé abochornada y sonrojada, por cuántas cosas me había referido.

  • Bueno, creo que iremos a visitar mi museo especial de obras de látex. Prefieres que te acompañe desnudo?.

  • Lo que a Ud más le apetezca Señor.

  • Me apetece bajar desnudo, al igual que tú, pero quítame la ropa tu misma. Así me agradará mucho más aún.

Me levanté del sofá y le quité los zapatos náuticos. Después sus calcetines de algodón. Me erguí y desabotoné su camisa de seda, admirando un torso desnudo y poderoso, sin vello. Desabroché su correa y después desabotoné su pantalón de lino y se lo bajé lentamente, hasta que quedó con un slip en donde se apreciaba un enorme bulto. Le miré a los ojos y a una indicación suya, bajé su slip, dejando libre su enorme polla, que se quedó tiesa y erguida al instante. Terminé de quitarle el slip y me senté a su lado de nuevo.

Sorbimos el último trago y se levantó tirando de mi brazo derecho, hasta quedar en pie.

  • Te gusto físicamente, Miel?.

  • Con todos mis respetos, está Ud de maravilla, Señor.

  • Jajajajajajaja.......gracias preciosa. Bajemos a ver las obras. Uy se me está poniendo muy rebelde esta polla, esperemos que no explote sola, verdad?.

Asentí y me dejé coger por el costado, mientras nos encaminábamos hacia una puerta camuflada detrás de una librería enorme.

Me gustaba sentir el roce de su mano en mi costado. A veces miraba su polla inflamada. Era una herramienta terrible, pero que me provocaba ya mis primeros flujos vaginales.

Descendimos varios tramos de escaleras, en las que luces se iban encendiendo por delante de nosotros y al poco se apagaban sólas. Con mi brazo derecho, me abracé a su cadera musculada y me pareció que le gustaba ese detalle, porque me apretó fuerte contra su cuerpo y me soltó un buen pellizco en mi teta izquierda, que me hizo soltar un pequeño gritito, al tiempo que me contorsionaba por el efecto y la sorpresa.

La verdad es que me encantaba caminar desnuda junto a su cuerpo tenso y cálido.

  • Bueno, ya hemos llegado. Trás esta puerta verás un mundo distinto a todo lo que hayas imaginado alguna vez. Miel, sería posible que antes de entrar me hicieras una mamada?. Es que fíjate cómo está de alterada.

  • Lo haré con sumo placer, Marthyn. Señor, por favor no se derrame fuera de mi boca, me gustaría sentir su esperma dentro de mí.

  • Te lo agradezco muy sinceramente, me sentaré en esa butaca y tú la harás explotar, pero con suavidad o reventaré antes de comenzar. Tenemos muchos días por delante, así que hay tiempo de ver todo y probar lo que quieras.

Se sentó y yo me arrodillé entre sus piernas. La polla era enorme y parecía amenazante ante mi cara.

Acerqué mi boca a su glande y le besé en la punta, suavemente ayudada por mi lengua. Después, deslicé la punta de mi lengua por cada lateral de la polla, hasta llegar al pubis. En una de las pasadas húmedas, llegué a sus testículos duros y abriendo la boca, los engullí, mientras mis flujos bucales y mi lengua jugueteaban con ellos.

Me separé lentamente, para evitar que eyaculara por el cambio de efecto y ascendí con mi lengua plana, por todo el cuerpo inferior de la polla, hasta llegar al glande. Abrí la boca y lo engullí con suavidad, lubricando con mis babas el mismo.

Sentía los jadeos de placer de Marthyn, pero seguía siendo suave, porque sabía que éso excitaba mucho más a los hombres.

Poco a poco, la fuí dejando penetrar más y más dentro de mi garganta, hasta que tuve que retirarme para respirar. Le miré a los ojos y su mirada estaba como perdida, mientras sus jadeos avanzaban a un ritmo más acelerado.

Volví a dejarla entrar y esta vez presioné con mi garganta, para que entrase la mayor cantidad de polla dentro de mi garganta.

Cuando me separé, respiré con lágrimas en los ojos, pero sin cesar ya de masajear con mi lengua, aquella polla que palpitaba frenéticamente, como anunciando que en un momento u otro reventaría, liberando torrentes de semen.

Ahora era el momento de pasar mis dientes por la polla altamente inflamada, de ese modo aumentaba el flujo sanguíneo y proporcionaba un placer increíble.

Mi lengua se dispersaba y recorría toda la polla, mientras mi cabeza como un émbolo subía y bajaba sobre la polla saturada de mis flujos bucales.

Volví a dejarla hundir en mi garganta, mientras mi lengua giraba como un torbellino y ascendía para respirar, cuando sentí que me agarraba de los pelos y se apretaba más aún sobre mi garganta.

Aún así me retiré unos cm, para coger aire nuevo y me fusioné con su polla que ya se convulsionaba. En un momento, se quedó rígido y liberó un torrente de esperma, amarga y muy caliente que entró en mi cuerpo, con mi garganta bloqueada.

Noté la boca llena de semen, mientras tragaba a toda velocidad y su polla iba estallando en emisiones de esperma. Le miré a los ojos y los vi entornados y un goce tal, que me sentí dispuesta a darle la puntilla.

Cuando ya decaía ligeramente, trabajé mi boca suavemente, sin dientes y lamiendo los últimos restos de semen.

Al final, la dejé cálida y limpia, además de muy flácida, mientras Marthyn respiraba entrecortadamente.

Cuando se normalizó un poco su respiración, retiré la boca de su polla y la limpié de mis babas entre mis tetas.

Tardó aún, un par de minutos en sentirse bien.

  • Miel, me has realizado el mejor trabajo de toda mi vida. Qué placer más brutal y maravilloso. Ufffffff.

  • Me alegro que le haya gustado, Marthyn. Lo he hecho con todo mi saber y mi respeto por Ud.

  • Bueno, ya me encuentro bien. Te ha gustado el sabor?.

  • Me ha encantado, Señor. Delicioso.

  • Bien, sigamos el itinerario. La verdad es que si follas la mitad de bien de cómo lo haces mamándola, serás terriblemente maravillosa para el macho en danza.

  • Tengo en práctica algunas cosas, que al parecer gustan mucho a Breo y a Hell, Señor. Pero, aún lo sigo perfeccionando.

  • Bien, ya lo probaremos más tarde, si te apetece, claro está.

Le ayudé a erguirse y abrimos la puerta de su cámara secreta.

Era enormemente larga y ancha. Quizás de más de 100 metros de larga por unos 40 metros de ancha.

Avancé, seguida por él, con los ojos cómo platos de cuantas cosas veía. A la izquierda había compartimentos cerrados. A la derecha, pantallas de plasma con un expositor delante de cada una.

Reparé en un látigo caído en el suelo y lo recogí. Lo observé atentamente. Era delgado y muy flexible. De unos 150 cm aproximadamente y terminaba en dos tiras de cuero, más grueso.

  • Te gusta este látigo, Miel?.

  • Bueno, nunca había visto uno igual. Pensaba que todos terminaban en el mismo material.

  • Es un látigo para calentar. Hay muchos en esta sala. Marca poco y calienta mucho. Quiéres probarlo?.

  • La verdad es que sí, que me gustaría probarlo, pero quizás sea mejor ver todo, antes de comenzar a probar no?.

  • No habrá problema. Venga levanta los brazos y déjate acariciar. Creo que te gustará.

Levanté mis brazos y Marthyn, cogiendo el látigo lo agitó y los descargó a la altura de mi cintura. Me rodeó y me hizo exclamar ante la sensación que dejaba.

  • Uffff, jo, no pensaba que iba a picar tanto. Puedes repetirlo, Marthyn?.

Ni siquiera contestó y sentí un trallazo en mis nalgas y vientre, que me hizo soltar un ay. Pero me gustaban las sensaciones que dejaba.

Le señalé mis tetas y le pedí 2 azotes más. Al recibir el primero, me sentí de maravilla, pero en el segundo, me picó bastante y solté un gemido, aunque me gustó.

  • Qué te ha parecido, Miel?.

  • Me ha encantado, uffffff.......aún siento el picor, pero me sentía bien.

  • En los expositores se pueden ver los rigores de cada elemento. Aunque éso lo podremos ver más tranquilamente en la cama. De todos modos, ahora veremos un poco por encima todos los elementos. Y visitaremos mi museo especial.

  • Vale, veamos todo ésto.

Me agarré a su cintura, sintiéndome muy bien y a gusto con Marthyn. Y visitamos cada uno de los expositores, en los que una chica sufría los rigores de cada elemento. Al llegar al final de la sala, entramos por una puerta que daba acceso a la colección particular de figuras en látex de Marthyn.

Todas las figuras, parecían chicas reales. Unas atadas en pilastras, otras en potros, ruedas o colgando de cadenas. Unas azotadas, otras atormentadas con hierros y otras con electricidad.

  • Marthyn, cómo se logra esa perfección en cada una?.

  • Es un método sencillo, pero muy costoso. Tu misma, lo podrás comprobar. Mañana serás fotografiada durante horas y después pasaremos a una prueba de moldes,

  • Qué es éso de los moldes?.

  • Te impregnan un líquido sobre el cuerpo, de un color azul brillante, para detectar posibles zonas no rociadas. Después se adopta la postura y así deben pasar 10 minutos. Se queda una capa de látex volátil.

  • Ah, pero como se separa esa capa del cuerpo?.

  • Bueno, lo que hacemos hasta ahora es pegar un fino hilo al cuerpo de la chica. Cuando todo está ya preparado, se tira del hilo y la máscara se separa del cuerpo humedecido de la chica. Después se rocía con látex moldeable y al final se pegan las juntas, mediante técnica láser. Y quedan cómo las vés.

  • Jo, éso debe costar un riñón, verdad?.

  • Es muy caro, es verdad, por eso vamos sobrepedido y contigo, nos vamos a forrar. Es algo simple de realizar, pero lleva altos costes, que los paga el cliente.

  • Y cómo sabe el cliente lo que hay?.

  • Tenemos un catálogo que se actualiza cada dos días en una Web privada, en donde sólo se ven fotos. Sí un cliente está interesado por alguna, viene a mi casa, vé un vídeo completo y al final decide que tipo de posición desea. Se llama a la modelo y se hace un molde con ella. Y después se le suministra, previo pago de 10.000 euros. Está teniendo mucho éxito, la verdad.

  • Es muy interasante, en efecto. Y la cara como se moldea?.

  • Estás pensando que si se la rociara, se axfisiaría, verdad?.

  • Sí, éso es. Cómo lo lográis?.

  • Antes utilizábamos cánulas para la nariz y parches para los ojos, pero ya hemos avanzado y gracias a la tecnología láser podemos reproducir una cara de modo idéntico, incluyendo el color de los ojos, las pestañas y demás. Evidentemente, tenemos margen de maniobra para quitar defectos o cambiar la cara.

  • Jo, eso es muy interesante. O sea, que mi cuerpo con una cara más bonita os permitiría obtener un montón de réplicas y haceros de oro.

  • Podría ser así, pero yo deseo hacerlo con tu propia cara.

  • Marthyn, mi cara es vulgar. No vale nada.

  • Estás muy equivocada Miel. Tu cara es lo mejor de todo tu conjunto. Es sensual, de mirada tímida, pero a la vez posesiva. Tiene un algo especial, que la hace maravillosa. Piensa en tu protector, en tu primer amante, en tu esposa o en Breno. Algo debieron ver antes de verte desnuda, verdad?.

  • Sí, la verdad es que así cómo lo dices suena bien. De verdad crees que mi cara vale tanto?.

  • Miel, si tu cara careciera de esa expresión tuya, sería vulgar o corriente, como lo quieras entender. Pero es que suelta un flujo especial de radiación del que no es fácil salir. Yo mismo estoy emborrachado con tus miradas.

  • Jo, que adulador eres.

  • Nada adulador, desde antes de subir de mi cámara secreta estás deseando que te diga cual es el látigo que más te haría vibrar, a que sí?.

  • Jo, de verdad mi cara refleja tanto mis deseos?.

  • Para quién sabe verlos sí. Te pondré ejemplos directos, cómo por ejemplo Hell, Breo, Irina, XuanXin, Breno y yo mismo.

  • Me siento abrumada ante tanta claridad.

  • Miel, eres especial. Y yo me sumo a los seres maravillosos que han tenido el honor de tratar contigo. Eres mucho más especial de lo que crees.

  • Jo, me siento abrumada. Ya no sé que decir.

  • Probaremos con tus deseos de ese látigo que te haga vibrar, te parece?.

  • No deberíamos cenar antes?.

  • Sí, quizás sea una buena idea. Cenaremos desnudos los dos en el jardín, acompañados por tu inseparable amigo Breno. Porque se nos unirá en cuanto te capte.

  • Vale, así se acostumbrará a verme así.

  • Pero mejor que salgas señalada por un látigo. Así quedará todo mucho mejor. Si él te ve alegre, sentirá que es normal para tí.

  • Vale, azótame como creas conveniente, pero por favor, átame antes las manos a algún lugar. Es que necesito sentirme indefensa.

  • Lo entiendo Miel. Te marcaré ligeramente, para que estés caliente y picajosa, pero de amplia mirada de amor y vida. Te ataré al piecero de la cama, así lo sentirás mejor, aunque espero que después estés dispuesta a follar a lo bestia.

  • Descuida Marthyn, estaré dispuesta a ser follada por alguien especial. Azótame ya, pero no me agredas con mucha fuerza. Vé dándome tiempo, por favor.

Y sentí el primer latigazo, tras estar atada y doblada por la cintura, en las nalgas. Rechisté, pero soporté en silencio, los siguientes azotes, dejando escapar exclamaciones y algún ayyy mas profundo.

Después de 10 minutos feroces, me desató, mientras sentía el picor en mis caderas, muslos y nalgas.

  • Te ha gustado?.

  • Uffffff...siiiiiiii.......mmmmmmmmm......jo, me siento flotando y ardiente. Me gusta ser azotada por tí y para tí. Ah, antes de salir, azótame el vientre y el pubis y déjame señales, así Breno las olfateará y yo podré convencerle de que es normal.

Me desató y me hizo separar bien los muslos, mientras sujetaba de nuevo mis muñecas al piecero, pero esta vez de frente a él.

Se armó con una fusta muy fina, que la hizo pasar por mis pezones hasta ponerlos duros y la descargó en el vientre y en los muslos, sin parar de golpear, aunque desde el segundo azote, yo ya gritaba y algunas lágrimas se derramaron de mis ojos.

Finas marcas surgieron sobre mi piel. Cuando me desató me miré ante el espejo y observé cómo estaba de marcada. La fusta era especial.

Salimos de la habitación al jardín. La noche era estupenda y cálida. Breno apareció a los pocos minutos. Me arrodillé a esperarle y le besé en su morro nada más quedar frente a mí. Le dejé contemplarme y que me oliera y al oído le dije que estaba bien.

Me senté en la butaca de mimbre, que tenía una funda alcochada y llamé a Breno, para que dejara su cabeza entre mis muslos.

La cena transcurrió tranquila y servida por camareros bien vestidos, que repararon en nuestras desnudeces, pero que sólo se dedicaron a sus menesteres.

Breno, se sintió más tranquilo, al notar que me movía y hablaba con total naturalidad.

Marthyn llamó a Breno y el perro, se separó de mí con cierto desconsuelo, para ir cerca de su amo. Le acarició y le habló con suavidad y después le dió un besazo entre los ojos y le indicó que volviera hacia mí.

Y Breno, obediente se acercó de nuevo a mí y se quedó tendido entre nosotros dos.

  • Miel, te parece bien que tomemos la copa dentro de la casa?.

  • Vale, mucho mejor, así estaremos más tranquilos. Breno nos vamos adentro, tú pórtate bien. Te veré por la mañana y correremos un rato por el campo.

Nos levantamos al mismo tiempo y Breno, me lamió mi pubis y entre mis nalgas. Después, soltó un tenue ladrido y desapareció en la escuridad.

  • Miel, tienes tal encanto que parecieras una más de su camada................jajajajaja.

Sonreí, al escuchar sus palabras y me abracé a él, para entrar de nuevo en la casa.

Una vez dentro de sus habitáculos, se sentó en el enorme sofá y me dijo que le preparase un escocés con hielo. Y que yo me pusiera un pacharán, también con hielo, porque me iba a gustar.

Sabía que me observaba en cada movimiento de mi cuerpo y más cuando me doblaba por la cadera, para echar los hielos en el vaso, pues mis tetas quedaban colgando y él, las apreciaba cómo una delicia más.

Cuándo hube servido las dos bebidas, me senté a su lado para degustar mi nueva bebida. Estaba dulce y refrescante. Me encantó. Mientras, él sorbía su escocés con calma y sintiéndose de maravilla.