Una vida nueva (Libro 1º - Capítulo 09)

Boda de Irina y Miel. Breo, une como esposas a Irina y Miel, actuando Hell de testigo de ambas. Hell, después de la comida se pone frenético y desea a toda costa carne fresca para calentar, pero Breo le convence para esperar, mientras Irina y Miel, pasan sus primeras horas como esposas la una de la otra. Hell, al final se calma y consigue contenerse ante sus dos mujeres favoritas. Después de la comida...........mejor leerlo.......... Espero que también, os agrade este nuevo capítulo. Un beso para (Alex) TR, para Irina, Hell y Breo y mis lectores y lectoras. Sandra Raquel.

Una vida nueva ( Libro 1º - Capítulo 09)

Boda de Irina y Miel

Pero Hell y Breo, sintieron correr el vértigo por sus venas, al ver los vestidos ultra escotados de Irina y Miel. Pero sobre todo cómo resplandecían en belleza y sensualidad.

  • Estáis preciosas. Sí me la tuviera que jugar, admitiría tablas. Que te parece a tí, Hell?.

  • Yo admitiría las tablas, de entrada.........y hasta de salida, pero vosotras hembras ibéricas, que decís de nosotros dos?.

  • Que sóis los machos ibéricos mejor vestidos, aunque se os nota un poco el paquete. Pero guapos y bien dispuestos, verdad Irina?.

  • Cierto amor, que podría decir yo de mi Amo?.

  • Bueno que no corra el vértigo. Hell y yo, celebraremos la ceremonia de unión. Yo seré juez y Hell, el testigo de ambas. Después de la ceremonia, cenaremos y después.............bueno eso ya se verá............después.

Hell se había quedado casi mudo y sólo Breo, organizaba los puestos para la ceremonia.

Irina estaba radiante. Ambas sabíamos que era un mero trámite, pero por el momento era todo lo que podíamos tener.

  • Breo, antes de proceder a la ceremonia y los demás sucesos, podrá ser grabado todo y tener copias de fotos?.

  • Si, Miel, tendréis copias de las fotos originales y además grabaciones desde distintos ángulos. El pobre Hell se ha pasado una hora coordinando cámaras y grabadoras.

Irina y yo, miramos a Hell con una sonrisa tenue, pero a la vez cálida y llena de admiración. Hell por su parte, sonrió y nos dejó seguir con los preparativos.

Breo, se centró ante nosotras y ordenó a Hell que se situara entre nosotras dos, pero ligeramente un paso hacia atrás, con el fin de que Irina y yo nos pudiésemos mirar.

Hell, aceptó de buen grado, colocando cada una de sus manos, sobre nuestras caderas desnudas, aunque las avanzaba de vez en cuando por nuestros costados hasta rozarnos las tetas.

A mí, llegó a pellizcarme el pezón derecho y estuve a punto de lanzar un grito, aunque me contuve a tiempo. Si a Irina también se lo hizo, supo disimularlo muy bien.

Breo estaba más excitado, aún, que Hell, Irina y yo juntos.

Pensaba que se le reventaría el pantalón. Sabía que Hell estaba fuera de sí, porque sus roces suaves eran cada vez más procaces y hasta Irina se removía.

Breo fue leyendo un manual de uniones. Y cuando terminó, suspiró aliviado.

Irina y yo, nos besamos sin importarnos las manos de Hell que ya se habían apoderado de nuestras tetas de forma tangible. Y también Breo que se acercó a darnos la enhorabuena, fue incapaz de contenerse y posar sus manos en la otra teta libre, mientras nos besábamos.

Sin embargo, no surgió lo que hubiese sido lo normal, sino que se retiraron y nos reunimos a la mesa, en dónde nos sirvieron cada uno de los platos, doncellas vestidas para la ocasión, o sea micro faldita y pajarita, ambas de color negro y sandalias rojas con tacón de aguja.

Ya en los postres, el vino se había subido para todos y estábamos alegres. Hell me había sacado una teta del vestido y aunque Irina se dio cuenta, no dijo nada. Yo tampoco intenté meterla en el vestido, por evitar malos entendidos. Y así transcurrieron los postres.

Hell, que estaba ya supra excitado, apostilló...:

  • Una vez pasados los postres, brindaremos con cava y después vuestra luna de miel será con ésto (señalándose su polla). Aunque os daremos calor con los cueros.

  • Hell, por favor, no seas borde. Es el día de ellas, no las vamos a dejar pasar una hora al menos sólas?.

  • No, ni un segundo, mi polla arde. Que su luna de Miel sea a base nuestras pollas y latigazos.

  • Hell, te estás precipitando y además, no tenemos prisa alguna. Déjalas respirar. Ellas ya saben que tendrán polla y látigo, pero demos tiempo al tiempo.

Irina y yo, nos mirábamos aterradas. Hell estaba frenético y en un estado lamentable, lo que le hacia parecer peligroso.

Pero Hell, volvió a sorprendernos.

  • Vale dejaré mi polla y los cueros aparcados. Pero ya que es vuestra luna de miel, os amaréis delante de nosotros dos. Así podremos sacar fotos y vídeos de cómo os comportáis.

  • Hell, es algo más íntimo lo que deseamos.

  • Pues elegid, o eso.....o bien polla y latigazos.

Irina y yo nos miramos y asumimos que mejor era una relación con mirones, que una sesión con látigos.

  • Hell, Irina y yo aceptamos que estéis presentes y nos grabéis. Pero, dejadnos estar a nuestra bola. Puede ser?.

  • Así será y así se hará. Pero, después polla y latigazos.

Breo pensaba que lo del viaje, traía de los nervios a Hell y que jamás le había visto tan excitado. También........pensando desde su punto de fantasía, acaba de conocer a Miel y ya iba a ser separado por cuestiones de trabajo. También podría ser, por el hecho de que Irina y Miel, se hubiesen unido por amor. Breo estudiaba los comportamientos de cada uno de sus amigos y de sus chicas.

Hell, se estaba dando cuenta de su estado anímico y pidió disculpas de un modo algo forzado, pero fueron admitidas por Irina y Miel, que le dieron un enorme beso en la boca, cada una de ellas.

Hell, se sintió aliviado y Breo sonrió.

Hell, determinó que deseaban verlas en su noche de bodas, en este caso tarde de bodas, pero que no estarían presentes, aunque sí serían grabadas.

Breo supo, que Hell acaba de demostrar su capacidad de sobreponerse a los momentos difíciles. Y sonrió, mientras fumaba su puro habano.

Irina y Miel, se sentían felices. Hell, había sido su descubridor natural, pero además Hell para ellas era su ídolo. Y en esta ocasión volvió a demostrarlo, para beneplácito de todos los concurrentes.

  • Disponéis de 2 horas a vuestra entera libertad. Después, pasaréis por las sesiones nuestras. Os parece bien?.

  • Sí, Breo........gracias......y gracias también a Hell.

Miré a Irina, después de que les agradeciera nuestro tiempo y la encontré deliciosa. Era mi esposa ya. Y yo la suya. Jamás había pensado que fuese tan sencillo poder amar y compartir con alguien de este modo.

Irina cogió mi mano y salimos del salón, dejándoles sólos. Era nuestro tiempo y no debíamos perder ni un segundo, aunque dos horas darían para mucho entre las dos.

Una vez en la habitación de Irina, me sentí de un modo muy especial. Ella, al parecer también. Nos aproximamos con miradas sensuales y nos desnudamos lentamente, mientras nos besábamos en los labios.

Cuando las dos estábamos desnudas, nuestras manos recorrían nuestros cuerpos, sin que dejásemos de besarnos, ya con lengua profunda y morbosa.

Para nada nos importaban las grabaciones. Incluso nos animaba más aún. Llegamos a la cama, sin separar nuestras bocas y acto seguido comenzaron las caricias profundas, mientras jadeábamos las dos de placer.

Mojábamos nuestros dedos en los flujos chorreantes de las vaginas, para acariciar los pezones de la otra. Y a veces, metíamos los dedos en nuestras bocas para lubricarlos debidamente y seguirnos acariciando.

Probamos un 69 completo, pero introduciendo uno o dos dedos en el ano de la otra, con el fin de sobre excitarla.

Irina metia su lengua muy adentro de mi vagina y después rebañaba los flujos que yo producía, lamiendo mis labios mayores.

Me hacía sentir escalofríos de placer, pero yo también acariciaba su vagina chorreante, degustando sus flujos y sin dejar de sodomizarla con mis dedos.

Nos contorsionábamos y gemíamos, entre jadeos y alaridos de auténtico placer.

Hell y Breo, veían todo lo que se estaba grabando, sentados en sus butacones, pero ya prácticamente desnudos y sobre todo Hell, haciéndose una paja, por la sobre excitación.

  • Joder, que dos tías Breo. Creo que de ésta no salgo.

  • Hell, termina de orgasmar. Así te sentirás bien. Pero sí, son dos hembras de maravilla. Me encantaría tener en mi polla sus bocas.............ufffffffffff.

Hell explotó y lanzó su esperma disparada al aire, cayendo sobre las losetas del suelo, mientras gritaba como un poseso del orgasmo adquirido.

  • Hell, si te hubieses grabado hubieses quedado como un Dios. Y además que cantidad de leche moribunda....jajajajajaja.

  • No te rías, Breo. Estaba que ya no podía más. Estas tías me ponen totalmente.

  • Ya, pero para cuando las tengamos, las vas a azotar a lo bestia y después las follarás, verdad?.

  • La verdad es que me apetece azotarlas y verlas vibrar, pero a lo bestia no, la verdad. Me gustan las dos y las amo, a mi modo, claro está.

Irina y Miel reposaban de sus recientes dos orgasmos simultáneos, sin dejar de acariciarse y seguir muy pegaditas, respirando cada una los elixires corporales de la otra.

  • Miel, crees que estará bien Hell?. Estaba demasiado excitado cuando le dejamos.

  • No creo que esté nada bien, aun cuando se haya hecho una gran paja. Necesitará carne nuestra para sosegarse.

  • Entonces, nos animamos y vamos a darle una alegría?.

  • A mí, me gustaría, la verdad. Hell siempre será mi héroe.

  • Jo, para mí también lo será siempre, Miel.

  • Venga, vayamos a aliviarle. Y si nos azotan antes, dará igual, no te parece?.

  • Vale Miel. Pero vayamos desnudas, para que no pierda tiempo.

Asentí y salimos las dos de la habitación y llegamos hasta el salón. Estaba vacío. Fuimos a la habitación de Hell, pero tampoco estaba. Nos atrevimos a llegar a la de Breo y alli encontramos a Hell masturbándose su polla enorme.

Vimos a Breo, quien con un gesto nos pidió casi ayuda para Hell y saltamos las dos sobre él. Irina tomó su polla y la chupeteó hasta hacerla dura y enorme, mientras yo me lanzaba a su boca para besarle con lengua.

Irina, acopló la polla de Hell en la entrada de su vagina y se dejó deslizar, sintiendo Hell un efecto cautivador.

Por mi parte, llevaba sus manos a mis pezones, mientras le hurgaba con la lengua, acariciando sus tetillas.

Irina trabajaba suave y eficazmente, ascendiendo y dejándose resbalar por la lubricada y dura polla de Hell.

Por fin Hell estalló en un orgasmo brutal, mientras me retorcía las tetas y gritaba de placer, llenando a Irina de su semen compactado y ardiente.

Cuando parecía ya no querer soltar más esperma, que chorreaba por los muslos de Irina, la hice un guiño y ella se separó y se vino a besar a Hell, mientras yo me hice con su polla, que poco a poco se iba haciendo flácida y la metí en mi boca, sorbiendo con gran cuidado, los restos seminales.

Poco a poco iba logrando extraerle los flujos contenidos y llegó un punto en el que su polla se puso firme, pero trás escupir un último destello de semen, se vino abajo y me quedé con aquella masa caliente y flácida dentro de mi boca, hasta que logré limpiarla por completo.

Cuando Hell se serenó y una vez las dos estuvimos abrazadas a él, sentimos sus caricias tiernas y suaves en nuestro cuerpo.

Breo se había aproximado y nos miraba con una sonrisa afectuosa.

Hell, nos abrazaba y nos besaba dulce y suavemente, mirándonos a los ojos a cada una. Luego, nos pidió perdón por su comportamiento de horas antes y nos besó con el exquisito tacto del que siempre hacía gala.

Miré a Breo y asintió con sus ojos. Sabía que habíamos curado a Hell de sus problemas transitorios. Aunque en breve estaríamos sometidas a un tratamiento algo más cálido y cruel, por parte de ambos.

Irina me miró y nos sonreímos sobre el cuerpo desnudo de Hell, que parecía dormido, aunque en realidad disfrutaba de un suave sopor, después del placer vivido con nosotras dos.

Hell, con los ojos cerrados, sonrió al tiempo que colocaba sus grandes manos sobre nuestras tetas accesibles y frotaba con sus dedos nuestros pezones.

Abrió los ojos y nos besó a cada una en los labios, sin dejar de frotarnos los pezones, para después decir.......:

  • Breo, qué maravilla de chicas. Tendremos que empezar pronto o se me helarán las nalgas...........jajajajajajaja.

Me encantaba escucharle reir, máxime al tener mi cabeza apoyada en su torso corpulento y desnudo. Miré a Irina y me sonreía, sintiendo más o menos lo mismo que yo.

Me separé de Hell y me imitó Irina, para al final levantar entre las dos a Hell del suelo. Le masajeamos las nalgas y de paso su polla, que ya se iba entonando a pasos agigantados.

  • Joder, cómo me ponen estas chicas, Breo. Mi polla estaba muerta hace 1 minuto y mira ya como se eleva. Seguro que está presintiendo boca, ano y coño, no te parece?.

  • Creo que en efecto es así, porque la mía ya apunta alta y eso que no me han tocado el culo cómo a tí........jajajajajaja.

Tuvimos que reir todos, porque Hell se quedó ligeramente azorado, pero rompió a reir al tiempo de nosotras dos.

  • Bueno, elijamos. Tenemos cepo y pilastra. Cuál de las dos elije cepo?.

Irina me indicó que lo eligiese yo, porque ella ya lo había probado repetidas veces.

  • Yo, aceptaré el cepo, Breo.

  • Muy bien, entonces Irina irá a la pilastra. Os pondremos casi a la par, para que podáis veros de reojo. Hell, tráete un par de látigos de tiras, servirán para calentarlas y hacerlas más dúctiles.

  • Breo, antes de ponerme en el cepo, me podríais calentar las tetas y lo que queráis con esos látigos?. Es que lo ví en una grabación y me gustaría saber que se siente.

  • Será un placer, Miel. Breo apresúrate, mientras encadeno a nuestra primera víctima voluntaria. Azotes limpios a sus tetas y costados. En el cepo utilizaremos los látigos cortos y las fustas.

Elevé mis brazos y Breo ancló mis muñecas en dos pulseras que se unían a una larga cadena que descendía desde el techo.

Tensaron la cadena, hasta quedar apoyada casi con las puntas de los pies.

Irina se acercó hasta mí y me abrazó, sonriente y después me besaba dulcemente en la boca, por lo cual debió quedarse sobre las puntas de sus pies, ya que éramos de la misma estatura.

  • Miel, estás preciosa, mi amor. Disfruta de estos momentos cálidos y gratificantes. Seré tu fan número 1.

  • Gracias, esposa mía. Pero deseo probar ésto. Lo ví en una de las películas de Breo y creo que se pasa muy bien, siempre y cuando te guste ser tratada así, claro.

  • Disfrutarás y te calentarán. Miraré a mi esposa siendo azotada en las tetas. Jadearé a tu ritmo y te animaré, mi amor.

Asentí y la sonreí, porque Hell ya aparecía con los dos látigos de tiras.

  • Hell nos iremos alternando entre tetas, vientre y costados, con azotes suaves al comienzo, para que Miel pueda sentir el calor y la emoción.

  • Ok, Breo. Tú inicias y yo replico. Miel, estás para comerte, pero por el momento te azotaremos las tetas y otras partes, mientras tu esposa mira atentamente.

Los látigos eran cortos y con muchas tiras de cuero suave, lo que al parecer provocaba las sensaciones placenteras que yo esperaba. Sabía que producirían algo de dolor y ciertas picazones, pero me gustaba sentirlas, así que esperé acontecimientos. Me sentía una masoca total, pero realmente, para mí era un juego de excitación de todos los sentidos.

Me gustaba estar desnuda y atada. Y sobre todo ser contemplada por varias personas. Era algo que nunca hubiese admitido, pero a mí me ponía y ahora lo disfrutaba.

Sabía que Irina, que compartía algunas actitudes mías, no estaría muy de acuerdo conmigo. Pero al estar con su Amo Breo y Hell, todo se podía intentar sin que se generasen situaciones conflictivas entre las dos.