Una vida nueva (Libro 1º - Capítulo 06)

Miel, conoce a Irina y a Meryl, con las que intima. Irina y Miel, congenian bien, pero Miel se quedará con Breo, cómo sistema de autoprotección. Probando con él algunos aparatos de los que la rodearán durante unos días, mientras Hell está en viaje de negocios, muy críticos. Espero que os agrade este nuevo capítulo. Un beso. Sandra Raquel.

Una vida nueva ( Libro 1º - Capítulo 06)

Conociendo a Irina y Meryl

  • Alguien desearía ir a la piscina?.....Hace un día buenísimo y está llena de gente.

  • Uy, yo no tengo bañador, Breo.

  • No sería muy problemático que salieras desnuda. De hecho hay varias chicas que lo están, pero una tanguita y en topless quedará sensacional. Así Hell no se verá tan acosado.

  • Breo, Hell.......no se me nota ninguna marca de los látigos?.

  • Ninguna, Miel.......estás virgen........jajajajajajaja.

  • Muy buena ocurrencia Hell, jajajajajaja......Venga Miel ponte este mini tanga y salgamos al sol y al agua. Después almorzaremos.

Me puse el minitanga ante los dos y les sonreí, girándome varias veces para que me pudieran ver el modelito.

Se desternillaron de la risa, hasta que al final terminé por reir del mismo modo que ellos.

Y salimos al exterior, en donde había varias chicas. Casi todas desnudas, pero una con biquini completo y otra en topless que se acercó chorreando agua hasta nosotros.

Besó primero a Breo y después a Hell y se quedó parada ante mí, aunque sonriendo aún.

  • Miel, esta jovencita chorreante es Irina, ya has oído hablar de ella, verdad?.

  • Hola Irina, me llamo Miel. Un placer conocerte.

  • Hola Miel, el placer es mío. Te vienes al agua?.

Miré a Hell y Breo, pero ante asentimientos, apenas visibles, acepté y me fui corriendo tras ella para lanzarnos al agua de cabeza. En el fondo de la piscina nos encontramos con los ojos abiertos y mientras conteníamos la respiración nos exploramos. Y una vez agotada la carga de oxígeno y unidas de las manos emergimos y resoplamos en la superficie. Nadamos después hasta donde estaban Breo y Hell y salimos las dos chorreantes y alegres de estar con ellos.

  • Breo, me gusta Miel..........nada de maravilla. Vendrá más veces a esta casa?.

  • Se quedará en esta casa, su amorcito tiene que partir de viaje.

  • Biennnnnn.....biennn,,,,,,,,,,,,uy perdón, me refería por Miel, claro, no por Hell.......Perdóname, porfi.

  • Estás perdonada Irina. Además me encantará que la enseñes cosas de estos mundos tuyos, siempre que Breo lo autorice, claro está.

  • Sumisa en prácticas?.

  • Bueno, no exactamente, Irina.........pero sí.......sumisa a fin de cuentas.

  • Breo es el mejor Amo, al menos lo es para mí.

  • Es tu Amo?........entonces tu eres su esclava, verdad?.

  • Esclava total, Miel. Y me siento feliz de tenerle como Amo. Y me alegro que te quedes, me gustas un montón desde el minuto cero...o sea desde hace un ratín. Esas chicas también son esclavas de sus hombres. La del biquini es más distinta a nosotras, dice ser una Ama de vacaciones. Se llama Meryl. Ven te la presentaré. Bueno si me lo permite mi Amo, claro.

  • Esta bien esclava mía, lleva a tu nueva amiga y preséntala como protegida especial mía.

  • Gracias Amo, eres un amor.

Y me cogió de la mano y correteando me llevó hasta Meryl.

  • Hola Señora Meryl, le presento a Miel. Es la nueva protegida de mi Amo.

  • Hola Miel, encantada de conocerte. Te gusta este mundillo?.

  • Bueno, Señora, aún apenas conozco como es, pero por lo que he visto, me gusta.

Mientras las chicas entablaban conversación, Breo llevó a un lado más apartado a hell y le informó de lo que quedaba por saber.

  • Breo, se va a poner complicado todo ésto en cuanto salga a la luz. Procura no perdérmela de vista.

  • No te preocupes, aquí estará segura. Lo que si deseo es que no salgas a la superficie, hasta que esté firmado el acuerdo. Ya sabes que nos jugamos mucho. Una vez firmado, todo será un paseo por el bosque en primavera.

  • Tienes razón, Breo. Que te ha parecido Miel?.

  • Realmente, me ha entusiasmado. Incluso con lo de su juego, tuve que pensar en cosas tristes para que se me bajara. Es genial.

  • Breo, dormirá contigo?.

  • Que sugieres tú?.

  • Pues que la tengas cerquita. Me gusta como es, pero me encanta que sea poseída por tí. Eres mi mejor amigo y lo sabes. Y ella es mi dicha particular. Así que prefiero que duerma contigo y que la vigiles y ates en corto.

  • No te preocupes Hell, Miel estará siempre cerca de mí.......o yo de ella. Además Irina ha intimado con ella y ya sabes que Irina es leal a mí.

  • Sí, lo sé. Pero no la dejes ir sola a la mazmorra o por ahí. Ah y si te gusta azotarla, hazlo.......creo que la encanta.

  • La iré probando poco a poco. Estarás una semana fuera, quizás más......pero esperemos que sea una semana. No te preocupes por ella y preocúpate por mí. Miel me arrollará como ya lo hizo anoche.

  • Jajajajajaa, es verdad Breo. Casi cuídate tú de ella.

Irina y Miel, habían logrado que Meryl se quitara el biquini y se zambullera con ellas dos en topless. Se las veía contentas y felices, mientras chapoteaban en el agua. Salieron después al cesped que bordeaba toda la piscina y se tumbaron al sol.

Hablaron, con los ojos entornados y unidas por sus manos, con frases susurrantes y conversaciones suaves.

Miel se había hecho ya amiga de Irina. Y ahora Meryl se sentía feliz de estar con ellas dos, aunque no le pertenecieran. Pero se sentía bien, por primera vez en mucho tiempo. Podía relajarse de todos sus problemas y aspirar el perfume de dos jovencitas dulces y entusiasmadas con su propio mundo.

Breo pensaba que Irina, sería un fuerte chorro de protección para Miel y así se lo había hecho saber a Hell. Por otro lado le preocupaba Meryl, que aunque era muy dulce, nunca decía todo lo que pensaba. Sin embargo Meryl tenía un algo especial que la hacía ser la mejor amiga de Breo. Y por lo tanto confiaba en ella totalmente.

Irina y Meryl estaban enzarzadas en una conversacion lésbica y Miel al quedarse un poco apartada, reparó en que Breo estaba solo y se disculpó con ellas para ir a acompañarle.

Breo se sintió agradecido de que Miel viniera a hacerle compañía y la obsequió con un refresco, al tiempo que Miel se quitaba la tanga, quedándose totalmente desnuda para su visión, mientras sorbía el refresco.

  • Te gusta provocarme, verdad Miel?.

  • No, Breo. Sólo deseo ofrecerme desnuda a cualquier capricho tuyo. No puedo ser como Irina, pero sí puedo ser yo misma con alguien a quien admiro, aprecio y quiero.

  • Muy directa Miel. Anoche fuiste fuertemente azotada, aunque después te quitamos las señales. Sé que lo pasaste mal, pero he de decirte que a mí me encantó y que me puse a mil. No te dice nada?.

  • Me dice que mi cuerpo vale para algo más que verlo o tenerlo.

  • Sí, es una buena respuesta. Caundo decidiste depilarte totalmente?.

  • De eso hace ya un tiempo. Entonces salía con una amiga. Y un buen día viendo revistas de bondage, nos dimos cuenta de que el pubis quedaba descaradamente bien, sin vello alguno. Y buscamos una clínica buena y nos la hicieron a las dos por el precio de una. Claro, que tuvimos que follar después con el dueño. Pero valió la pena.

  • Que te parece Irina?.

  • Es un encanto total. Me he venido contigo porque te ví solo y ellas hablaban de temas lésbicos en donde no pillaba onda.

  • Miel, si te soltara ahora, que deseo azotarte a solas y después follarte, que pensarías?.

  • Breo, pensaría que estarías perdiendo el tiempo.

  • O sea, que si lo dijese de verdad, tu dirías sí?.

  • Pues claro que sí. Venga llévame a un lugar secreto y hazme lo que quieras. Me gusta cada vez más este mundo.

Breo se levantó y tomándome de la mano, me hizo entrar en la casa. Bajamos 2 plantas y enfilamos un largo pasillo refrescante, mientras Breo me llevaba del hombro y me decía frases soeces, que a mí me encantaban.

Llegamos ante una enorme puerta que se abría con combinación secreta y entramos. Nada más cerrarse la puerta, Breo me detuvo.

  • Ya estamos sólos y nadie nos escuchará. Ofréceme tus pezones para que te los retuerza.

Me puse delante de él y con mis manos soportando la base de mis tetas le ofrecí mis pezones duros por la humedad del agua y por mi estado de excitación.

Breo tocó cada uno con una mano y me los masajeó e irritó lo suficiente para hacerme jadear, para más adelante retorcérmelos hasta que comencé gemir y llegar a gritar.

Pasados unos minutos se detuvo y seguimos caminando. Sentía mis pezones doloridos y alguna lágrima que se había saltado de mis ojos.

Me gustaban esas sensaciones, pero no me atrevía a exteriorizarlas, Eran mi secreto. Y en cuanto miré al fondo de la sala que se acaba de iluminar, encontré todos los aparatos de tormento, de todas las películas, que había visto tiempo atrás.

Me quedé clavada, no por temor y sí más bien por la variedad de aparatos distintos que había.

  • Que te parece mi sala secreta?.

  • Ufff, terrorífica, la verdad. Puedo acercarme a mirarlos?.

  • Claro que sí, los vas a probar todos esta noche de modo testimonial, así que vete mirándolos.

El primero era un cepo para cabeza y manos. Me acerqué al mismo y apoyé mi garganta y mis muñecas en los semicírculos. Después ví el potro con el torno de cadenas y me subí, quedándome tumbada y con piernas abiertas y brazos estirados.

Me erguí y salté del potro para ver delante de mí, una enorme rueda con agua en el foso. Ahí no me atreví a subirme, porque se movía con una pequeña presión.

Al mirar a mi izquierda, observé una especie de tejadillo, todo en madera bruñida y con marcas de flujos ya resecos.

Al otro lado una pilastra de un metro de antura con argollas a los lados y arriba del tronco.

Más allá, cadenas que caían del techo. En otro lugar una cama, con el somier metálico. Y al mirar hacia el lado que me faltaba.......Breo, totalmente desnudo y con un látigo en su mano derecha.

  • Ya has terminado, Miel?.

  • No lo sé. Es que hay muchos aparatos aquí. Y voy a probar todos?.

  • Sí, pero sólo testimonialmente. Hell no tardará en quedar libre de actividades. Calculo unas 2 horas, que es poco tiempo la verdad. Cual eliges para empezar?.

  • Vale, elijo el cepo y después la pilastra, te parece bien?.

  • Me parece muy bien, Miel. Vayamos pues al cepo.

Llegamos ante el cepo y yo apoyé mi garganta y mis muñecas en los semicírculos. Breo, cerró la estructura, dejándome condenada y expuesta a su látigo.

No podía verle, pues el madero del cepo me impedía mover la cabeza, pero separé mis piernas imaginando que eso es lo que a él le gustaría, admás de darme una base de apoyo más descansada.

Me azotó las nalgas y la espalda, con cierta intensidad, pero no más de 10 latigazos, que me hicieron exclamar y resoplar.

Acto seguido, movió la segunda mitad del madero y me liberó, para llevarme hasta la pilastra, en la que ancló mis muñecas a las argollas laterales, de frente a él. Y me azotó las tetas, el vientre y los muslos, con algo más de 15 latigazos.

Aquí pude contenerme algo más, al verle venir, pero mis jadeos anunciaban que los azotes no me eran inmunes.

  • Ahora decidiré yo. El siguiente aparato, será la rueda, así que te vas a mojar, Miel. Y te azotaré las tetas y el coño en cada vuelta. Estás preparada?.

Asentí y me dejé desatar y ser conducida hasta la rueda. Una vez ante la misma, me hizo arrodillarme y elevar los brazos para anclar mis muñecas a los aros de la rueda. Luego la hizo girar, hasta que quedé suspendida de mis muñecas. Ancló mis tobillos a sendos aros, procurando tenerme muy tensada y dió paso que a que la rueda comenzase a girar.

Me dijo que probaría un par de vueltas sin azotes, para que me fuera acostumbrando. Y que a la tercera vuelta, comenzaría a ser azotada. Y sobre todo que cogiera aire antes de que mi cabeza entrase en el foso lleno de agua.

Giré ante lo desconocido, pero cuando mi cabeza iniciaba el giro de descenso me concentré para llegar al agua. Cuando sentí la humedad, aspiré aire y lo mantuve mientras mi cuerpo se sumergía en el agua fría, que me hizo un efecto negativo.

Nada más sentirme libre del agua y cuando mi cabeza emergía, expulsé el aire y recobré uno nuevo, entre un jadeo extremecedor y aguardé a la siguiente vuelta mientras mi cuerpo chorreaba agua por todas partes.

En la siguiente bajada, me preparé mejor, aunque pensando en lo que serían azotes en mi vagina mientras mi cabeza quedaba sumergida, sentí miedo. Aún así esta vuelta la pasé más suavemente y resoplé menos nada más emerger.

Pero según salían mis tetas del agua, comenzaron los azotes sobre las mismas y el vientre. Incluso algún latigazo arañó mi vagina abierta cuando ya entraba en el cénit del giro.

Sabía que lo peor llegaría cuando fuese azotada en el vientre y vagina, mientras mi cabeza se hundía en el agua.

En la nueva vuelta ya estaba más preparada y sentí el golpeteo del látigo mojado en mis tetas, además de mi vientre. Supe que en la siguiente vuelta todo podría pasar, así que me concentré en soportar todo, fuese lo que fuese.

Me gustaba ese suplicio, pero no daba un duro porque no tragara agua en alguna inmersión.

Y efectivamente en la siguiente subida, Breo no estaba junto a mí, por lo que deduje que me esperaba en la bajada. Y cuando declinaba hacia el fonto, una lluvia de latigazos recorrió desde mis tetas hasta la vagina que golpeó con crueldad cuando mi cabeza se hundía en las frías aguas del foso.

Dos vueltas más, soporté el escarnio atormentador. Después paró la rueda y me liberó de mis anclajes.

Me sentía mareada y confusa, sin dejar de chorrear agua de mis cabellos y también de mi cuerpo, realmente muy poco marcado y también, poco dolorido.

Pero jadeaba y hasta tosía, convulsamente.

  • Te estás portando muy bien, Miel. Ahora visitaremos el Pony. Así estarás más ardiente y tierna, para que se te clave bien la arista longitudinal. Será poca cosa, pero una idea de lo que podría llegar a ser.

  • Breo, una cosa............por favor, después de esta sesión, podrás anular los vestigios de las marcas?. No desearía que Hell se fuese preocupado.

  • Te las quitaré Miel, descuida. Tenemos tiempo de sobra.

Y me dejé llevar hasta el Pony. Me daba miedo subirme y sentarme sobre esa arista, que se hundiría y en mi vagina y ano, haciéndome padecer por la propia presión de mi cuerpo.

La verdad es que era aterrador estar atada en semejante aparato, pero Breo sólo me dejó el tiempo suficiente para que notase el suplicio. El siguiente objetivo era el potro. Ese a mí me gustaba ya más, aunque sabía que era doloroso y en algunos casos, mortal.

En el potro, quedé atada en aspa y tensó todo el conjunto, para azotarme las tetas sin piedad, aunque el látigo no provocaba grandes daños.

Después del potro, me condujo hasta el somier metálico.

  • Miel, este lecho es de los más duros de soportar. Se soportan descargas de intensidad variable, pero no suelo usarlo nunca. Pero por ser tú, te daré algunas de baja intensidad. Sentirás como tu carne se separa de los huesos. Te lo aplicaré durante 2 segundos nada más, para que lo tengas en cuenta.

Antes de someterme a dicho tormento, me puso una mordaza de bola en la boca y me ató en aspa sobre el somier. Yo me sentía totalmente desquiciada, porque los calambrazos no era algo que soportara bien.

Breo, pulsó un par de botones y fui sintiendo como algo recorría todo mi cuerpo, hasta que daba un salto entre espantosos gritos.

Me dejó serenarme y me desató, para llevarme hasta las cadenas que pendían del techo. Me tumbó en el suelo y me dejó serenarme. Después me fue izando, lentamente hasta que quedé colgada por mis tobillos, con las piernas muy abiertas.

  • Miel, última prueba. Azote total a tu coño. Pocos azotes. Después te aplicaré el bálsamo y podrás recuperar tu piel natural.

Me azotó despiadamente en esa zona tan sensible, con lo que gritaba y me retorcía con ferocidad, hasta que por fín amainaron los latigazos y pude sufrir el escozor en un silencio, jadeante y en donde mis lágrimas brotaban de mis ojos y caían al suelo directamente.

Me dejó varios minutos en esa postura. Después me desató y haciéndome poner en pie y con las piernas separadas, me volvió a atar, formando una gran X. Después me aplicó el bálsamo y se fue a servir una copa.