Una vez, solo una vez Patricia

Es una historia real, la segunda de ocho de una joven mujer que despues de una infidelidad cambia su vida para siempre, extenso relato pero atrayente.

Historias sexuales en un Buenos Aires duro, y muchas veces impersonales.

(Segunda entrega de ocho)

Es ésta una historia en principio simple y quizás de alguna manera, si se quiere puede transcurrir en el anonimato.

Pero a la vez, puede suceder en cualquier parte del mundo y de seguro en éstos momento empieza,

¿Porque no?

El veraneo y la facilidad para aceptar de algún modo y tontamente, ser infiel en una mujer; ya por el calor del mar, la sensación de que nadie nos conoce y que ello (el acto propiamente dicho), no dejará huellas a posterior, incita a nuestra protagonista a realizarlos, más que por necesidad por irreflexión, o sencillamente por curiosidad.

Muy común en estos tiempos muy compuestos.

Pero es realmente:

¿Eso cierto?

¡Es solo es un rato de esparcimiento sexual circunstancial y perecedero!

Éste es un relato verídico y sus consecuencias simples al principio, pero luego sembraron en algún momento un pequeño y desapercibido titular en el diario La Razón y Crónica de circulación en la Argentina.

Después la cosa se hizo mas pesada

Y trajo sus severas consecuencias.

Me llegó a mí contado por alguien que tenía relación con Patricia, que vivía en el barrio de Floresta.

Su historia, lector.

Una vez, quizás ello no me marque para siempre.

Diciembre de 1994.

En Buenos Aires, Argentina.

Y si nos vamos a Villa Gessel mama dijo mi hija cuando,

terminábamos de almorzar.

Los Sánchez se van todo un mes dijo Carina, de apenas trece años.

Si dale mami, dale

Siguió Alfredo mi pequeño de once años.

Dale, esta noche habla con papá, si mamá.

En realidad mis hijos tenían razón siempre sopa, para las vacaciones, (aquí decir

sopa

en la Argentina significa siempre igual) el arroyo, el paseo en burro, el viaje a Villa Carlos Paz, el viaje en lancha, y después en los días, escuchar las quejas de mi suegro sobre lo mal que están educados mis hijos o que caprichitos tienen adquiridos en Buenos Aires.

Y aguantar a mi suegra con que flacos, y descoloridos están y que desalineados, se me hacia un tanto imposible de resistir, ya éste año.

La idea de los chicos a mi, particularmente no me parecía descabellada.

Hacia ya dos años que Oscar, había recuperado el trabajo de nuevo en la empresa textil, y a mi con las costuras con Don Jacobo que realizaba diariamente, había juntado sin que mi marido se enterase, lo suficiente como para variar el veraneo al mar.

En realidad en Córdoba la pasábamos bien, cuando los chicos eran mas pequeños, resultaba más cómodo el desplazarse, el aire de las montañas a ellos le hacia muy bien, y la seguridad de que en las sierras nunca ocurría nada raro lo hacía acogedor.

Empezamos a cenar cuando vino mi marido, alrededor de las ocho, mis dos hijos estaban pendientes de empezar el diálogo o la pelea, por las vacaciones, yo sabía de ante mano, que mi marido tendría quince días en enero, lo había comentado hacía dos días noche preparado su comida preferida.

Pero la casualidad hizo que esa tarde, mis suegros llamaran para preguntar que haríamos este veraneo, a lo cual le dije que seguramente lo mismo de siempre, como para que ello alentara de ante mano a mi esposo.

No se en que momento Carina, avanzó y le dijo sin miramientos a mi esposo

Papi, ¡este año hemos decido ir de vacaciones, al mar!

Mi marido, hizo un gesto con la cabeza, y mirándola asustado, dijo.

¿Cómo Carina decidimos?, ¿Quién ha decido por los tres, vos o mama y también Alfredo?

Los tres después de almorzar decidimos que estamos cansados de ir siempre a Córdoba y hacer las mismas cosas.

Pero los abuelos, que van a decir me dijo, mi marido mirándome.

¡Oscar, me parecen que ellos tiene razón!; además yo estoy cansada de que se me critique por la educación de mis hijos y todo lo que después viene, así que es la idea de los tres o vamos al mar.

O nos quedamos en casa.

Mi marido no nos habló por mas de una semana, pero una noche el también estaba cansado de que lo ignorásemos llamó a sus padres padres, y le comunico que este año iríamos a el mar. Después nos dio la alegría de la reserva ya hechas en un hotel cerca de la Terminal de Ómnibus de Gessel. Y además, los pasajes

No lo podía creer y en ese mismo momento yo dije:

Cenamos afuera, paga su mami.

Quiero aclarar que no emprendí esas vacaciones con una idea puramente sexual, o de mostrarme en el mar con mis mallas pequeñas, simplemente lo hacia para cambiar de panorama, el mar siempre me gustó desde chica y quería que mis hijos sintiesen lo mismo Además creo que ese cambio nos haría bien a los cuatro, además de esa manera mi marido le daría rienda suelta a la pesca de mar.

Hacia tanto tiempo que no iba a un hotel, que nos parecía que ello jamás lo hubiésemos sucedido nunca en nuestras vidas, ser servida y aceptar la comida de mozos, con un sabor diferente nos presentaba una excelente excursión al mar.

Pero ese verano cambió todo, absolutamente todo en la vida de nuestro matrimonio con Oscar. Al tiempo con mis hijos. Y mas tarde mi vida

Nunca pensé que el lucirme, un tanto audaz me llevaría a tanto, si lo hice al principio fue casi jugando e inofensivamente, pero las cosas desembocaron en otra cosa muy diferente, por mí deseadas

Llegamos al hotel. Era hermoso y estaba solamente a una cuadra del mar, y desde nuestra ventana se veía el mar

Los chicos tenían su pieza, separa un tanto de la nuestra, en el altillo de la habitación y disponíamos además de un balcón terraza.

Una tele y un video completaban el mobiliario

Era grande el hotel discreto porque al costado de nuestra pieza, había solamente otra en donde estaban dos hombres solteros y enfrente de la nuestra un matrimonio de recién casados.

El hotel contaba además con una piscina, en la cual el primer día ocupe de visitar exponiéndome poco al sol con los chicos y apagando el calor de nuestros cuerpos con un chapuzón.

Poco a poco, sin que ello fuese muy llamativo, comencé a interesarme por los demás hombres que se encontraba en el hotel, lo hice primero en el parque y después en el bar y más tarde en el salón donde comíamos todos, en realidad jamás me llevé bien con las mujeres, prefería la relación hombre mujer que mujer -mujer, para la amistad

A la tarde mientras estábamos en la vereda esos mismos hombres, estaban en grupo jugando a las cartas o limpiando de arena el coche, y poco a poco en un juego tonto seleccioné a cual de ellos me gustaría tener en la cama.

Con los días subsiguientes ya algunos de ellos tímidamente me saludaban con un movimiento de labios, o con un gesto con la mano, pero en realidad eran pocos los que cambiaban palabras directamente con nosotros tres, (ya que mi marido se pasaba el tiempo entre la pesca o la limpieza de nuestro auto) y yo salía con mis dos hijos

Los tres (mis hijos y yo) por la tarde habíamos tomado la costumbre de ir a tomar un helado, a la avenida principal que era la tres, a una cuadra de la Terminal en donde en una esquina había una heladería artesanal y enfrente jueguitos electrónicos que mis hijos sabían a la perfección en su funcionamiento

Fue ahí donde empezó todo

Ellos estaban entretenidos, cuando Mariano, el de la habitación de costado a la nuestra me reconoció. Al principio saludamos, tímidamente (mis hijos estaban entretenidos en sus cosas), y luego empezó un dialogo seguro, que de alguna manera le correspondí asombrada. En pocos minutos me preguntó todo sobre mí

Yo en realidad estaba nerviosa, mis hijos me verían hablando con un desconocido y eso daba una mala impresión para una mujer casada, además eran muy celosos de su padre.

Pero Mariano seguía y en verdad a mi ese conversación me empezaba a hacer bien, por primera vez en mucho tiempo alguien que no fuese mi esposo me pretendía, y empecé sin querer ese juego inocente de dar respuestas algunas evasivas o dejar a medio una afirmación pero prudencialmente me supe esconder detrás de una columna de la ocasional vista de mis hijos.

Cuando oí la voz de Carina llamándome le dije a Mariano, perdóname la seguimos después otro día, ahora me reclaman mis hijos.

Espere que él se fuese y salí en dirección contraria, al encuentro de Carina.

Esa noche en la cena tuve la impresión que Mariano dejó sus ojos en mí. Yo no le correspondía pero sentía la mirada de él.

No quería que mis hijos se enteracen del juego ya que Oscar seguía entretenido mirando un partido de la selección Argentina, que estaban pasando por la tele del comedor.

En la mañana cuando los cuatros estábamos a apenas unos metros del mar mi hija, se acordó que no había traídos sus hojotas y como siempre, la mami emprendió las dos cuadras en busca de las mismas y cuando ya entraba a la pieza, me encontré con Mariano.

Me debo haber puesta roja, ya que Mariano, fue un poco mas allá de lo normal, se había dado cuenta que entre él y yo algo nos pasaba, siempre mi cara me delató cuando estaba algo excitada.

Hola, me dijo te dejaron sola Patricia, o recién te levantas para ir a la playa.

Emprendí una respuesta pero como una colegiala apurada inventando una excusa, pero se me trabaron las palabras y terminó todo en una carcajada

Estaba, me dijo Mariano, esplendida anoche, que pena que te fuiste, me hubiese gustado invitarte a bailar o salir sencillamente era una noche hermosa, pero creo que se fueron a dormir no.

Si, bueno pero a dormir eso no te lo podría confirmar, respondí haciéndome la infantil.

Me jugué, en verdad él tenia razón miramos un poco de tele y yo me di vueltas, me dormí; el amor lo habíamos hecho casi de madrugada.

Bueno se nota aun esta más bella que anoche.

Me puse roja, en verdad dicen que cuando una mujer goza en la cama, se nota en su cara y yo con mi marido, realmente creía gozar.

Bueno Mariano, me tengo que ir me espera mi marido y mis hijos, en la playa.

Ah claro, si y tomándome del brazo me dio un beso en la mejilla.

Pero que haces, le dije.

No ves sonsita que me tenes muerto, desde que te vi.

No te hagas ilusiones, Mariano y queriéndome desprender del brazo hice fuerza

Déjame, no seas chiquilín déjame mira si nos ven, así.

Cometí ese entupido error que a los hombres les asegura que una esta con la misma idea que ellos.

Me miró a los ojos y acercó su cara muy cerca de la mía, yo quise retirarla pero algo me mantuvo quieta en realidad no pensé que me iba a besar.

Me besó y de tal manera que no me podía aunque quería desprender, primero por la forma que me tenía aprisionada y luego porque en realidad sentir esa lengua tratándome de abrirse entre mis labios, y sencillamente me excitó.

Me llevó con su cuerpo hacia mi habitación y cerró la puerta, con la mano, pero al tiempo me encontraba parada besándolo como si fuésemos novios desde siempre ahora si había abierto mi boca por completo y le recibía a Mariano, ofreciéndole mi lengua que él tomaba por completo.

Y por primera ves disfrutaba de esos besos ardientes, apasionados de otro hombre que no fuera mi marido.

Me rodeó un tanto después con su brazo por la cintura, yo mantenía los ojos cerrados, mientras que a medida que ese beso se cortaba para emprender otro, pero con mayor intensidad, me apretaba más contra su miembro y se pronunciaba con mayor intensidad a la altura de mi pelvis.

Mariano, déjame esto es una locura me llevé por mi costado de mujer calentona, pero no puede ser, reaccioné. No puede ser estoy comprometida.

Me sacó el "pareo", quedando solo en dos piezas el correspondiente a mi bañador, le advertí: Mariano puede venir alguien de mi familia

Si, claro esta es tu pieza, veni a la mía no esta mi compañero Humberto.

Le seguí caliente nerviosa. Entramos

Cerró la puerta Patricia, si alguien viene de tu familia, lo escucharemos y vos le podrás decir que fuiste a comprar algo a la avenida.

Mariano me abrasó con más fuerza que lo hiciese en mi pieza y ahora me besaba con una intensidad que me perturbaba, me agradaba y estaba mojándome en mi entrepierna.

Yo le correspondía besándole en la cara, en los labios, pero él se fue acercando a mis senos, y los besó suavemente por sobre la malla, pero que no tardó en sacármela completamente.

¡Eres hermosa!

Fue lo que dijo entrecortado al ver mis senos al descubierto.

En realidad pese a mis dos hijos, mis senos se mantuvieron altos algo duro y pulposo.

No se cayeron, además era de tener muy pronunciado el pezón, cuando estaba excitada, y en ese momento no estaba realmente fría.

Yo estaba levemente arqueada hacia atrás, Mariano me aprisionaba contra la pared, había perdido el sentido del tiempo que estaba en la pieza, pero calculo que para ese entonces ya haría más de veinte minutos, cuando le dije:

Mariano, me estarán esperando no puedo seguir aquí, es muy peligroso, además me gustaría acostarme con vos, lo vamos a hacer pero habrá que encontrar una excusa.

Pero mira como me dejas Patricia, llevándome por debajo de su malla.

Allí sentí por primera vez el miembro de Mariano, estaba duro y hasta me pareció que hacía mal en dejarlo en ese estado, porque yo también lo había calentado.

Entonces le baje la malla.

Era su miembro más acentuado que el de mi esposo de mayor grosor, su cabeza estaba rojísima y se marcaban, en su contorno unas venas gruesas, instintivamente, me arrodillé y empecé a darle pequeños besos en sus entornos, luego con mi otra mano libre le tomé las bolas que me parecieron duras, durísimas y que emanaban un perfume a sexo. Me contuve de besarle el sexo haciendo lo mismo con sus pelotas, ello lo enardeció, luego a un tiempo seguí con su sexo.

Con pequeños movimientos me fui introduciendo el grande en mi boca, estaba excitadísima y preparada para hacerlo gozar al máximo.

Cuando por primera vez lo recibí en mi boca, me lo introduje lentamente y hasta escasamente, como para acostumbrarme a su grosor. Y así de nuevo repetí el juego, pero ésta vez lo introducía un poco mas adentro de mi boca.

Ese movimiento a Mariano lo llevó al máximo de su calentura, también surtía el mismo efecto con Oscar mi esposo pero yo, también sentía como me estaba empapando en mis entrepiernas y aunque no orgasmo tan facilidad, sentía que mi clítoris en cualquier momento largaría ese fluido mágico, entonces aceleré mis succiones.

Al cabo de unos segundo sentí que Mariano se venia en mi boca, quise retirarme pero con una mano me retuvo, jamás había tragado semen a un hombre; ni a mi marido pero esta vez fue la excepción. No porque lo desease Mariano no me permitía retirarme aprisionando mi cabeza en su miembro.

Lo hacía o me atragantaba vomitando, al principio me sentí rara, porque la cantidad que arrojaba de su miembro era desacostumbrada para mí.

Mi marido ello lo hacia, acabar sobre mí cuando le hacia sexo oral, pero expulsaba mucho menos, ya que lo veía sobre mis tetas o mi vagina,

Ahora sentir esos espasmos en mi boca me calentó más y comprendí cuanto me perdí por la inexperiencia de mi marido, en no forzarme a tragarlo.

Terminé de las dos maneras. Orgánicamente y físicamente pero lo hice sentada en el suelo cuando exploto literalmente mi concha, con mi polvo. Aun tenía en mi boca algo de semen cuando yo misma arrojaba en mi bombacha otra cantidad de fluido. Fue el orgasmo mas pronunciado en meses en mi cuerpo. Lo sentí descender desde el clítoris hasta mi malla, y luego el calor de ese líquido de mi interior del paño de la malla.

Quede hipnotizada mirándole el sexo flácido de Mariano, mientras de mi boca se escapaba algo de semen y yo terminaba de expandirme en mi propio orgasmo.

El, dulcemente o así me pareció, con un pañuelo limpió mi cara, me besó y se levantó.

Luego me ayudo a mí a pararme, aun no había recobrado las fuerzas necesarias.

Allí esta el baño, Patricia.

Si quieres pásate pasta de diente en la boca, así tu marido no descubre que llevas mi sabor en tu boca.

Si, lo haré Mariano le dije sumisa.

Terminé de limpiarme, le di un gran beso.

Mirá a ver, querido si no este alguien de mi familia allá afuera.

Aún tenia que recoger la hojota de mi hija, para eso había venido al hotel.

El miró y yo salí de la pieza.

Busqué en mi pieza, las zapatillas de playa de mi hija, y saliendo de mi pieza le dije adiós, a Mariano con un beso en la mejilla.

¡Nos veremos cuando te ingenies en algo para que estemos solo eso te lo dejo a ti, así te ocuparás de ello para conseguirme totalmente, mi amor!

Estaba sacada, muy caliente y algo enamorada, todo junto lo que me hacia sentir demasiada vulnerable a él.

¡Si me quieres conseguir totalmente!, le repetí pero gritando y bajando las escaleras corriendo!

Mami cuanto tardaste, me dijo Carina. Y vos demonio ¿donde las dejaste?, que no las encontraba por ningún lugar. En su lugar arriba en la cama, mamá

Bueno, no las vi hija hasta mucho después,

¿Y tu padre?

Están desde hace más de media hora jugando a la pelota con los hombres de la otra carpa.

Mamá, que te pasó en el pelo que lo tienes desprolijo. Y me volví loca, con esa zapatilla de mierda tuya.

Ah, mira ahí viene tu padre vamos a decirle que nos vamos al agua, que estoy ardiendo de calor

Nos quedamos hasta casi la una en la playa, yo estaba un poco mas tranquila porque nadie de los míos se había dado cuento de lo que me sucedió esta mañana

Oscar, me dijo que a la tarde no vendría a la playa y que si nosotros queríamos el fin de semana que era el ultimo podríamos ir a Mar del Plata a recorrer la ciudad

Bueno si vos quieres, le dije.

Cuando llegamos al comedor casi era la ultima hora para almorzar Mariano ya no estaba, lo cual me tranquilizo porque no me sería difícil no mirarlo, en realidad estaba caliente con él y quería llevármelo a la cama lo mas pronto posible teniendo en cuenta que solo nos quedaban siete días en Gessel.

El almuerzo transcurrió normal y nos fuimos a acostar en un sueño ligero que ya a las cuatro nos encontró en la playa.

Tremenda fue mi sorpresa al ver que a pocos metros de nuestra carpa acostado sobre la arena estaba Mariano.

Era raro que no estuviese su amigo, ya que siempre en la playa se los veía juntos por las tardes.

Los chicos inmediatamente corrieron con sus amigos ocasionales y yo me quedé escuchando la radio, pero en realidad ansiaba que viniese a mi carpa, pero ello sería evidente para mis hijos, y algunos conocidos de la playa

Al rato cuando me cansé de estar sola en la carpa salí a la playa

Pasé muy cerca de Mariano y pronto confundiéndome en la gran cantidad de personas que estaban en la rompiente de las olas, lo tenia pegado a mi espalda.

Patricia no te des vuelta y escucha.

Encontré la formula mágica para tener unas cuatro o cinco horas, solos en la noche.

Estas loco le dije sin darme vuelta y recostándome en la ola le miré a la cara.

Te asombrarás, si hasta tu marido te lo ha de pedir.

Que le dejes salir y mañana a la noche.

Y diciendo esto se alejó dejándome confundida y a la vez intrigada, cómo conseguiría que mi marido me pidiese que lo dejase salir de noche, pero en realidad Mariano manejaba a la perfección las cosas y cuando un hombre esta dispuesto a cogerse a una mujer, no mide miedos ni circunstancias.

Cuando bajó el sol, nos fuimos, ya a pocos metros del hotel, cuando vimos a mi marido Oscar hablando con Humberto lo mas animadamente, los saludamos y cuando nos disponíamos a subir me llamó Oscar me llamó

Patricia veni que te quiero presentar a un señor, me dijo.

Me puse roja, más porque a estas alturas estaría de lo más anoticiado de la aventura con su amigo, y calmándome me acerqué,

Chicos ustedes vayan bañándose, les dije.

Patricia, este señor es Humberto.

El me dio la mano, muy caballeresca.

¿Si Oscar que quieres?

Bueno Humberto es aficionado como yo a la pesca, me dijo donde alquilan una salida al mar saliendo a pescar tiburones a la altura de Punta Rasa, que es por allá mostrándome donde terminaba Gessel

Bueno me invitó, si mañana a las once de la noche, no le acompaño.

Cenamos aquí y salimos para la uno y ciento cuarenta y tres, que embarcan allí

La excursión dura de cuatro a cinco horas

¿Tenes inconveniente que vaya?

Humberto esbozo una leve sonrisa, y dijo:

No va a pensar que vamos a salir de juerga con mujeres, si quiere nos acompaña usted.

Me reí pero de nervios, que hijo de puta era Mariano, me lo había dicho en la playa.

Bueno en realidad si no te caes al agua y prometes regresar de una pieza no tengo problemas, así de paso me quedo a ver una peli en la video.

Gracias, queridas yo siempre dije que tengo la mejor mujer del mundo.

Subí riéndome, pero otra sorpresa me esperaba.

Desde el fondo del pasillo, Mariano me decía:

Te lo dije, amor.

Te lo va a pedir, y hasta vos vas a hacer considerada dejando disfrutar a tu marido mientras nosotros, dos nos encamamos como locos, en mi pieza.

Sos terrible le dije dándole un beso en la boca.

Quieres pasar, me dijo.

No mi marido esta abajo y subirá en cualquier momento.

Bueno lo dejamos para mañana pero ahora, dame un gusto.

Sácate la maya de abajo, me muero por conocerte.

¡Aquí en el pasillo!, ¿Estas loco?

Si, aquí sácate y cúbrete con la toalla.

Si, amor desde aquí lo veo a tu marido con Humberto, señalando la ventana.

Mire a los dos costados me metí un poco en la pieza de Mariano y me saqué la parte de la bombacha de mis dos piezas, me coloque el tallón,

Y salí.

El me miraba deslumbrado, ahora amor hazlo, quítate el tohallon, de una vez.

Me lo quité extendiéndolo sobre mi cola y poniéndome de espalda a la escalera.

Se quedo atónito y emprendió en camino hacia a mi pero

Lo dejé helado, me metí en la pieza mía y cerré la puerta, sentí como Mariano suspiraba desde afuera.

Mañana no te perdonaré, me dijo

Y tampoco lo haré yo.

Realmente cunado mis hijos bajaron y yo entraba entrando al baño, pensé en esa locura de hacía unos segundos.

Estoy demasiada caliente con ese tipo me dije.

Me acomodé en la bañara, la llene de agua y me metí.

Me empecé a tocar, al rato.

Lento pero a medida que me venían las escenas de la mañana con él, me apuré y casi sin darme cuenta acabé, solo que esta vez.

No me contuve en mis ayees de placer.

¡Te pasa algo mamá!, escuche decir por el más pequeño.

No hijo que el agua estaba demasiada caliente.

Amaneció lloviendo, lo primero que me preocupó es que de seguir, la pesca se suspendería, no dependía de Humberto sino de la sociedad de fomento y de autorización para salir del puerto.

Me quedé durmiendo hasta tarde, en la madrugada casi le exigí a mi marido que hiciéramos el amor, estaba tan caliente que en cuanto el empezó, yo había terminado y nunca estuvimos en tiempo.

Fui la ultima en despertarme, debía prepararme para la noche, así que decidí no bajar a almorzar, argumentando una indisposición.

Aproveché a separar mi mejor ropa interior y lamentando no haber traído la que en los reyes me regalé yo misma, pero jamás supuse que estrenaría en Gessel.

Me depilé completa, las piernas y mi sexo; hacia tiempo que una amiga mía que tiene veinte y ocho años, me había dicho que a el marido le resulta mas cómodo, así depiladita la concha para hacerle el sexo oral ya que no corre riesgo de los famosos pelitos en el fondo de la garganta además, esa mañana para disimular le había dicho a mi marido que lo haría el depilarme, porque había notado que en la playa, se me notaba mucho con la malla blanca al mojarme.

Ni pensaba o sospechaba las verdaderas intenciones en depilarme, así que le di con todo quedando mi cochita al verla en el espejo como cuando era una nena.

Marcaba pronunciadamente mis labios mayores, además dejaba ver el clítoris que en mí como en mi madre sobresalía demasiado, pensé: lo que se hereda no se roba.

Para terminar me regalé un buen baño de crema y algas que por cierto las había traído de casa.

Estaba bien, y mis senos apetitosos, mi conchita depiladita y por cierto preparada para la noche que no se porque, se me hacia interminable, en llegar.

Tenía puesto un DIU, así que esta vez no tomaría muchas precauciones quería sentir lo mismo que en mi boca pero, en mi concha.

A los chicos, les dije que los llevaría a cenar al centro y que después se fueran a dormir, rápido ya que su padre saldría, ellos en verdad inocentes, solían acostarse a las diez, y con los que los llevaría a caminar, lo harían casi de inmediato.

A la tarde a eso de las cinco cuando casi mis esperanzas por que el tiempo cambiara se habían diluido, se cubrió la tarde de un cielo celeste, por las dudas llamé desde el hall del hotel a la excursión y confirmé que si en dos horas mas no llovía, la prefectura les autorizaría a salir.

A la noche salimos los tres, estuvimos en el centro de Gessel comimos y nos reímos, en las hamburgueserías, además de los juegos electrónicos a los cuales yo casi no intervine, pero a ellos los vi tan felices.

Noté que muchos hombres me miraban, estaba en celo y ello se notaba hasta que uno, algo atrevido me dijo al oído.

"Te comería toda la concha para terminar alojándotelo en el culo y quedarte con las piernas abiertas, mamita".

Me éxito, pero me salí rápido a ver si ese desconocido, hacia real su proposición.

A eso de las nueve, llamé al hotel para ver si ya mi esposo había salido hacia unos diez minutos.

En verdad el cielo era magnifico casi no había viento, las estrellas estaban plantadas mas seguras que nunca en el firmamento, todo marchaba bien.

Seguí con los niños en los juegos electrónicos ya que solo estábamos a diez minutos del hotel en auto, además era peligroso ya que no sabía si aun saldría la embarcación ir a la pieza de Mariano y decidí entonces, decirles a mis hijos.

Niños a los helados, a comer helados escuchando por respuesta: bien

Nos vamos a casa mamá, me dijo el menor algo cansado y con sueño.

Si cuando quieras hijo, y lo llevé a nuestro auto.

Se acostaron ni bien llegaron, los dos.

Me preparé disimulando, a cambiarme para dormir, pero solo me quede en corpiño y bombacha recostándome en la cama. Después al tiempo les dije hasta mañana.

Chau mamá, me dijeron los dos a coro.

Que descansen chicos. Y vos mamá.

Esperé hasta las once sin hacer ruido, no habíamos quedado con Mariano en una hora en encontrarnos, pero cuando me estaba cambiando para ir a verlo, sentí levemente un toque en la puerta, corrí a abrirle.

Era Mariano. Mi corazón me latía a mil.

¡Te espero me dijo!

Si dame tiempo, a asegurarme que duermes mis hijos.

Mariano, ¿como sabremos cuando ellos, regresan?

Te lo diré en la pieza, ya lo tengo preparado.

Te espero tontita estate tranquila, y me dio un beso rápido en la boca.

Le tomé la cara y le di otro pero un gran beso en la boca, mas largo y profundo que se interrumpió al sentir pasos en la escalera subiendo.

El se rehizo y me dijo:

Suben, no te asustes son los recién casados, pero igual me voy.

Oí cerrar su puerta y después la de ese matrimonio. Subí a la pieza de mis hijos, aun estaba en corpiño comprobando que dormían, raramente se despertaban.

Me puse el vestido, y decidí quitarme el corpiño, me abultaba demasiado y para ser mas sensual, la bombacha. Estaba excitadísima me pasé perfume por mis senos y un perfume sin alcohol sobre mi sexo.

Esperé unos segundos, para que me contuviese, y abrí la puerta despacio, la cerré casi sin apoyarla, para no producir ruido, y resueltamente me dirigí, a la pieza de Mariano.

La abrí, y entré.

Cerré con llave, Mariano se incorporó estaba rojo de deseo, me tomó de un brazo y me besó. Me recorría con sus manos mis senos, mientras su lengua penetraba en mi boca. Al notar que no llevaba corpiño excitado, me dijo: siempre usas el vestido así.

Lo mire y le dije: no tonto cuando estoy con mi marido soy formal, hoy lo hago así para vos, prende la luz de arriba.

Se quedó extrañado, pero obedeció.

Se apoyó en el marco de la puerta, esperando. Alcé mis brazos y retiré los dos breteles de mi vestido De inmediato se cayó el vestido y la cara, lo delató.

Fue más de lo que esperaba.

Te gusta me depilé solo para ti, como me dijo una amiga.

Así no se te meterá pelitos en la garganta.

Estaba mojándome y si Mariano se hubiese fijado notaria que de mis piernas al costado y debajo de mi vagina corría, escasamente un líquido, era la primera vez que acababa solo con la intención de coger.

Me desconocía pero si el me hubiese penetrado ahora hubiese notado que ya estaba mojadísima. Me acercó a la cama, y nos acostamos a lo largo.

Mariano se desnudó mientras me besaba Se subió a la cama ya desnudo, colocándose su cabeza en mi sexo, le comprendí y tomé su mimbro con mis manos repitiendo lo mismo que la vez pasada pero ahora estaba energizada le espera para que se derramase en mi boca.

Pasaron unos minutos y empecé a sentir que me venia, se lo comuniqué a Mariano.

Terminemos juntos amor, así nos vendremos los dos al mismo tiempo.

El había apoyado levemente mi mano en la entrada de mi ano, así de esa manera podría sentir mis espasmos internos cuando sucedieran, además era un excelente amador, sabia y no dudaba que el se daría cuenta cuando yo tuviese el inicio de mi orgasmo.

Así fue, se dio cuenta en cuanto yo empecé a producir mis espasmos internos y me inundo con su semen en mi boca, retire de su sexo un tanto para que poder tornar aire entre la descargas de Mariano, además se apretó a mi sexo como para su boca también pudiese sentir los sacudidas de mi vagina, al tiempo yo había tragado todo su semen y el mió

Nos mantuvimos un tanto así. El abrazaba mis piernas, yo descansaba sobre sus caderas, mi cabeza además tenía su miembro en la mano. Tenia su sabor ahora en mis entrañas y su masa pegajosa se dispensaba lentamente por mi conducto, al estomago y de mis dientes aun se podía saborear algo de esa masa viscosa. Creo que en verdad lo amaba para sentir tanta pasión en ese hombre y sus cosas.

Al tiempo me llamó a sus brazos, yo lentamente me acerqué un tanto mucho cariñosamente como una gata en celo le dije

Amor, jamás goce tanto a un hombre y las cosas que hice por él, los preparativos el baño y toda la recorrida, esperando a que me poseyeras como ahora. Si no supiese que esto es pasajero, que ha de terminar, te diría que me has vuelto loca.

Me has calentado como no lo supo hacer nadie, me has sacado la parte de puta que necesita tener una mujer en la cama Me incitaste, hasta acabar solo pensando en lo que hoy haríamos, y por todo me puedes.

Pero soy conciente de tus cosas, Patricia dijo él después que termine el verano esto solo será una anécdota. Pero ahora como vívelo con fuerzas.

Amor le dije, cuando sabrás que Humberto baja a tierra.

En tierra Humberto me llamará acá, se le dio una propina al nochero, así que está mas pendiente que nosotros recibamos esa información que si roban el hotel, además como venimos todos los años, no querrá perder a nosotros como clientes, por ese tremendo error, de no avisar

Nos quedamos en silencio y yo abrí el fuego, empezándolo a besar cada vez más fuerte, hasta que Mariano, se subió arriba de mi cuerpo

Su dureza en el miembro retornó, me parecía extraordinaria su vitalidad, comparada con la de mi marido. Aprovechó Mariano, a pasarme su miembro sobre el clítoris, ello siempre me estremeció y a los minutos los dos estábamos haciendo nuevamente el amor, pero esta vez ambos nos resistíamos a terminar como prolongando algo indefinidamente. Estuvimos cerca de veinte minutos amándonos, mi cuerpo estaba empapado y al penetrarme sentía como mi vagina se estremecía en medio de ese ruido característico, ello me excitaba

Al tiempo me sentí invadida nuevamente de inicios de espasmos, el antecedente de que me iba a descargar, pero esta vez fue diferente, él me avisó:

Me vengo Patricia, y yo le dijo aquí me tienes explotando y ambos terminamos en un grotesco grito mudo de espanto y placer.

Nos dormimos. Nos despertó el teléfono.

Señor, su amigo Humberto.

Si son las cuatro, amigo dijo Humberto, ahora lo llevo a tomar un café, lo haré largo, la pesca fue de maravilla en tres cuartos de hora estamos allí.

Bueno

Llegó Oscar y Humberto, pero no te apures. Tenemos por lo menos media hora.

Me levante algo turbada por el sueño, pasé al baño.

Me lavé en el bidet, me miré detalladamente en el espejo si no habían quedado marcas y me quité la pintura, con un algodón traído de a propósito.

Me pegue una rápida ducha para sacar el sudor y los restos de perfume de Mariano y con todo no había demorado mas de quince minutos

Salí casi corriendo, le di un beso a Mariano que estaba en la cama fumando, levante mi vestido y salí así con un tohallon hacia la pieza.

Entre despacio, me puse la bombacha levanté el corpiño y me lave los dientes.

Miré que los chicos estuvieran bien y bajé.

Me puse pijama y me acosté.

Casi de inmediato, me dormí.

El ruido de mi esposo y la luz me despertaron.

Todo bien Oscar, pescaron algo.

Si pero Humberto en un poco lento con la pesca, pero es un buen tipo después de llegar me invito con un café y después con otro mas, al final hace mas de una hora que llegamos, son las cinco y cuarto, ya está amaneciendo

La pasaste bien con los chicos,

Si, fue mi respuesta pero no me dejes mas sola, sabes no me siento segura de lo que aquí pase si me dejas tanto sola, Oscar, cuídame si, un poco mas

Fui sincera con lo que le decía, a Oscar

Te pasó algo en mi ausencia, Patricia.

No sabes quiero que te fijes más en mi, como lo haría otro hombre cualquiera, que me mimes, pero esta bien Oscar mañana la seguimos, si

Si

Desde mañana saldremos más juntos, Patricia

Si aséelo así, querido

Bueno después la seguimos si.

Durante los cuatro días, siguientes Patricia trato de evitar a Mariano, sabia que estaba profundamente enamorada de él más que de su marido en éste momento pero balanceaba que era ello porque era todo vaginal, de corazón y forma amaba a su marido.

Mariano la buscó, en la playa, en la mesa, cuando iba a tomar helados lo hizo casi por tres días consecutivos después de esa noche

Pero ella no se desprendía de su marido.

Pero faltando dos días, Mariano la encontró en el bar, su marido había salido con los chicos al centro a comprar los regalos para los abuelos y ella aprovecho para llamar a su madre desde la caseta del hall de entrada.

A la salida de la cabina Mariano se interpuso, enérgicamente.

¿Te pasa algo?, después de aquella noche me evitas, Patricia.

¡No!, sabes me resguardo de mi misma,

De no tener compromisos correría a besarte, a que me tomaras de la mano, me hicieses cariños, aquí enfrente de todos pero ello es imposible, porque esta mi marido, mis hijos mi futuro en peligro con vos, pero quieres saber algo, te amo si mucho y te deseo mucho

Pero Patricia, lo que te pido es que pasemos otro momento junto, aunque sea a la mañana o la tarde.

No se Mariano, a menos que ocurra un milagro, no lo creo. Nos vamos en dos días nos, en la madrugada, el le gusta salir temprano, ahora mismo están en la feria de los artesanos, y no tardarán en venir. No creo que nos podamos ver más. Yo desearía una vez mas, créeme Mariano para que no me quede ese gusto a poco, pero con cuatro horas nos fue poco imagínate, lo que necesitamos...

Lo comprendió, se fue lentamente. Entre a mi pieza, y como no lo hacia hace tiempo, me puse a llorar.

A la hora llegó mi marido notándosele distendido, muy alegre. Me miró no notando mis ojos llorosos y de inmediato muy alborozado me dijo:

Negra, (hacia tiempo que no me decía así)

Si Oscar, que me queres decir:

Patricia, no lo vas a creer, nos encontramos con Felipe mi compañero de oficina que la hija es amiga de Carina en la escuela

Si la conozco la del colegio de Flores,

Bueno ellos están en Valeria del Mar, desde el primero y se van un día después que nosotros. Me pidió si no podíamos ir mañana desde el medio día a almorzar, ya que festeja el cumpleaños de Carina, hay un asado y después la fiestita, serán como cinco o seis horas

Sabes Oscar, yo no me llevo muy bien con la mujer, después del aquel incidente recuerdas,

Si lo se el que tuvimos que ir, vallan ustedes tres, yo me quedo y aprovecho a armar las valijas.

Te parece así Carina, le dije a mi hija que recuperó su alegría

Si claro mamá. Bueno vamos con papi y mi hermano.

Era cierta la excusa, Oscar sabia que tuvimos un cambio de palabras con esa mujer

Patricia no te enojarás como lo otra vez por ello, me dijo mi marido, al quedarte sola.

En cierto sentido mejor así Oscar; aprovecho a terminar de ordenar y guardar la ropa en las valijas.

A la mañana cuando terminamos de desayunar le deje subir a los chicos y Oscar primero, con la excusa que avisaba a ni madre que al mediodía siguiente llegamos a casa

Pero no lo hice, axial llamé la atención de Mariano para que se quedara y lo comprendió. Ya no me daba vergüenza que estuviera su amigo, era parte de la comedia.

Escribí nerviosa en un papel: mi marido sale con los chicos hasta las cinco dentro de una hora

Me levanté y como quien no se da cuenta, dejé caer el papel cerca de Mariano.

Espere que lo leyese y al levantar un dedo en señal de aprobación, comencé a subir. Llegué a la habitación los chicos y Oscar terminaban de cambiarse, terminé de prolijar a Carina en su cabello y les besé a los tres. Al rato se fueron.

Golpearon a la puerta

Hola, como estas me dijo Mariano

Bien pero aquí no, Mariano, en tu pieza.

Si, a ello te iba a decir, te parece en media hora en mi pieza

Si mejor así termino las valijas, me doy una ducha y voy.

Golpee la puerta, apareció Mariano

Estaba hermoso o a mi ello me pareció, una larga bata cubría en sus terceras parte debajo de ella un náutico corto, bien afeitado y alegre.

Pasa Patricia.

Iba arreglada con un top blanco que debajo no me había puesto corpiño y dejaban adivinar mis senos pero ello con mirar detenidamente hubiese notado que mis pezones estaban duros, calientes.

Un pequeño pantaloncito, de tres cuartos blanco, súper ajustado, completaban mi atuendo, además de una bombacha al tono.

Me había pintado discretamente además, de alisarme el cabello.

Me invitó a tomar una copa el lugar

La pieza estaba diferente a la vez anterior se notaban una lámpara de pie además de un trípode como usan los fotógrafos, y hasta equipo de fotografía.

Le miré, al llamarme la atención. ¿Y esto Mariano?

Ah, esos aparatos, son de Humberto

Salió a capturar imágenes de la vida silvestre, pertenece a una agrupación naturalista y está concursando, es su pasatiempo

Además se compró hace tiempo a un laboratorio portátil que lleva siempre con él, y como sabia que estaría ocupado todo el día tomó el coche y salió a fotografiar la fauna aun silvestre de Mar de las Pampas.

Bien, pero ahora, a lo nuestro dijo Mariano

Amor, te dije que es ésta la ultima vez, que nos vamos a ver creo más, después de hoy los dos seguiremos el camino, esa es mi idea.

Y la mía, repicó Mariano, además no es necesario que hagamos una sección de llantos y para ello, traje un buen whisky.

Fue hasta la mesa de noche y llenó dos copas.

Se acercó a mí y después de darme un beso me dijo

A la salud.

No se como, me encontré en mi pieza, eran cerca de las siete

Mariano, me trajo seguro, es increíble solo recordaba espacios lejanos de sexo y ver lejos la imagen de Mariano, pero además como si alguien o algo estuviese detrás mirándonos.

Intentó levantarse, y sintió un dolor en su cadera y su cola.

Como pudo, se fue a el baño necesitaba orinar y al bajarse el pantalón notó que no tenía la bombacha.

Se preocupó, pero después saldría a pedirle a Mariano que la busque y a preguntarle que había pasado que estaba, en esas condiciones

Cuando se sentó en el inodoro, sintió un dolor fuerte en su cola, lo que le llamó la atención.

Orinó, y vio que en el pantalón y sobre la parte de la cola, tenia sangre no mucha, pero una manchita de regulares, dimensiones. Aun a ella le falta mucho para menstruar

Se acercó la mano y notó algo gelatinoso mezclado con restos de una sustancia extraña.

Hijo de puta, me cojio por el culo, fue lo que primero pensó.

Se miró en el cuerpo

Tenía marcas, no muchas ni nada que se pudiese barrar con algo de pintura y polvo.

Además había pasado el tiempo y miró su reloj cinco horas. Que mierda hice en cinco horas. Algo me puso este hijo de puta:

Me drogo.

¡Pero para que!

Salió furiosa, y llegando a la puerta de Mariano, la golpeó.

Espero un tiempo prudencial y repitió lo mismo.

Nadie respondió.

Resuelta, intentó abrir la puerta.

Estaba cerrada.

Bajo a la conserjería y preguntando por los de la habitación al conserje le dijo:

Salieron hace mas de tres, horas me dijeron que les reservase la habitación por tres días que volvían el miércoles, por la noche.

Subía a la habitación había hecho un tremendo papelón, así que me metí en el baño aun faltaban una hora para que llegase su marido.

Termino de bañarse y cubrirse con polvo de la cara para atenuar las pequeñas marcas, se puso un camisón largo, le dolía mucho su ano, además de las caderas y la vagina estaba inflamada.

Terminó de hacer las valijas como pudo, guardando lo innecesario para el viaje de la madrugada, y se luego se acostó, inventaría una indisposición.

Por segunda vez en ese veraneo, se puso a llorar hasta quedó vencida por el sueño.

Cuatro meses después, en Buenos Aires.

Sonó el teléfono, Patricia estaba en la cocina preparando la cena, los hijos de ella uno estaba en la casa de la amigo y su hija en Flores estudiando, ingles.

Faltaban además, más de tres horas para que Oscar llegara y su madre le había llamado hacia una hora, entonces pensó

Sas, algún alrededor.

Atendió el teléfono.

Hola Patricia, ¿Cómo estas?

Tan linda como siempre.

Bien, le respondió indiferente agregando ¿Pero quien es usted, señor?

Ah, no te acuerdas de mí, ¡que pésima memoria!

Bueno por favor dígame quien es si voy a cortar, estoy sumamente ocupada.

Bueno, perdóname, me presento pero ello será toda una novedad

Soy Humberto.

Humberto dijo. Si Gessel, no te suena, Mariano no te acuerdas

Si, dijo Patricia enrojeciéndose además de quedarse callada.

Se sentó en el sillón.

¡Que quieres Humberto? creo no haberte dado el teléfono, pero no entiendo tu llamado creí que no nos volveríamos a ver mas!

De hecho eso creí yo, pero surgió algo inesperado.

Pero que es ello de inesperado, si con ustedes no tuve ningún trato, ni compromiso.

De hecho conmigo, no

Pero creo que con Mariano si, o tengo que recordármelo, la embarcación, la tarde en que tuve que irme a sacar fotos a los patos etc.

El viaje a Mar de las Pampas, si claro ves como te vas acordando.

Patricia, enrojecida enmudecio. Temblaba y no entendía el motivo de la llamada

Bueno Humberto me llamas para presionarme mi aventura con Mariano.

No se trata de eso, pero si quiero hablar con vos personalmente, comprenderás que a tu casa no puedo ir.

Pero que quieres de mí, decide de una vez

Nada que lo podamos hablar por teléfono así que mañana jueves, te espero anota la dirección a las dos de la tarde

Y por que debería ir

Bueno Patricia, soy bueno pero no boludo, veni porque si, no vienes me veré obligado a hablar con tu marido y no vas a querer que su santa mujer no se encamaba con Mariano, y hasta mostrarle la bombacha blanca que Mariano me dio.

Se quedo muda.

Hijo de puta le dijo en un arranque de rabia.

No Patricia, eso no haré como que no lo oí.

Anda busca un lápiz y anota esta dirección.

A las dos no lo olvides.

Chau.

No le contestó, intuía que ese hombre la deseaba y se quería acostar, fue su primer razonamiento, o tal vez si quiere plata y no le interesa el sexo.

A las dos de la tarde estuvo en la dirección era en la calle Esmeralda, en un importante edificio de vidrios de no mas de catorce pisos ella iba al doce.

Busco la letra C, y toco el portero.

Si, le contestó una voz joven.

Soy Patricia quiero ver a Humberto.

Si el la espera pase.

Sonó el timbre y ella paso a un elegante recibidor, de un lado se veía la avenida Córdoba del otro el Río de la Plata pero no le prestó atención.

Enseguida la hago pasar señora.

Al rato apareció Humberto desde el corredor.

Patricia pasa.

Le dio la mano y Humberto, se disculpó por el dialogo fuerte, de ayer.

No es nada, le dijo cortante.

Quiero saber, agregó Patricia para que me llamaras además de decirme lo de mi bueno descuido de mi ropa interior, pero te aclaró que Mariano ese día, no fue Mariano solo.

No te entiendo dijo Patricia.

Bueno tu sabes se por él, que tuvieron un encuentro yo iba a decirle que no quería saber nada de la relación, que Oscar me parecía un buen tipo que terminara la cosa, con vos, pero él quería algo mas de vos

Y creo que lo consiguió

Ves, me mentís Humberto como me decís ello si estaba él solo en la pieza

Y que tomaste, mujer dijo Humberto

Patricia, se callo

Ese hijo de puta que me drogó ese día, dijo al cabo de unos minutos

Por favor Patricia, habla bajo que esta es una oficina semi publica, viene mucha personas te llame en este horario porque, a las tres vienen personas

Pero, además aun no sabes porque estas.

No, contestó

Ayer, empresa Humberto te dije que tenía esto, y abriendo el cajón saco una bombacha blanca, que debía ser tuya, la encontré debajo de mi cama, a poco de irnos.

Bueno, perdóname recibiendo la prenda, perdóname Humberto

No eso no es nada.

Y aquí te la quería dar dijo Humberto

Mariano se portó mal, su actitud dejo mucho de un caballero, mas fue de un sinvergüenza.

Bueno entonces, Humberto me puedo ir, sabes no me siento muy cómoda, vos sos un caballero también me lo dijo Oscar que te aprecia,

Y levantándose, le dijo adiós

Patricia, le dijo Humberto.

Aun no he terminado.

La expresión de Patricia cambió

No se imaginaba lo que vendría, pero se quedó callada, por las dudas.

¿Comprenderás que por una simple bombacha de mierda no te hubiese?, hecho venir, es mas la hubiese tirado a la mierda de no haber otro problema.

Patricia se dejó caer en la silla.

Mariano se fue, de la empresa dejó un tendal de cosas irresueltas, se calentó con una mujer hace un mes, y se esfumó.

Ella tenía plata y el ambiente en que se movía era alto.

Altos gasto y el culo de él no levantaba del suelo, así que

Un buen día nos enterremos que se había llevado una saga, (es una porción de plata que se usa en el mes), del estado para el mantenimiento de la oficina

Y como soy o era su jefe, lo puse de mi bolsillo, para no quedar prendido.

Lo siento le dijo Patricia, pero aun no se en que intervengo

Espera.

Lo cierto es que hace mas de quince días recibí este sobre, mostrándoselo

Si, y le dijo Patricia.

Bueno, adentro del sobre tenía cinco fotografías, y un número de teléfono

Las vi, y llamé.

Me enteré de lo que se trataba

No te entiendo, Humberto en verdad que no, un sobre, un numero de teléfono

¿En que encajo yo?

Abrió una carpeta azul y extrajo cinco fotos

Toma y mirá:

Patricia se quería morir

No puede ser, que hijos de puta son los dos, que pocos hombres.

No patricia, recuerda que no estaba allí.

Y quien carajo la sacó, bueno como te decía antes había dos tipos mas que te digamos, hicieron el amor de todas las variantes posibles, anal, oral, y vaginal, en dúo y hasta en trío

Patricia, se puso a llorar

En las fotos se veía a Patricia desnuda, apoyada en un aparato pequeño en donde deja ver su culo al aire y luego a Mariano haciéndole la cola y otro hombre metiéndole su sexo en la boca

Después en otra a Mariano y otra persona de espada penetrándola por el ano y la vagina y chupándole el miembro al tercero.

Después a ella en la cama, llena de semen de tres pijas que se veían.

Otra en la que tenia abiertas las piernas y Mariano haciéndole sexo oral y otro acabándole en el cabello.

No lo puedo creer, Humberto lo que me hicieron ustedes

Bueno te repito, ese tipo que esta ahí no soy yo y al otro es una amigo de Mariano que lo encontramos de casualidad en el casino de Gessel

Hay infinidad de formas de probarlo que no concurrí ese día, mira la hora de las fotos y el día

Pero que si sos vos la que esta en la cama.

Bueno aquí están las fotos y los negativos de las restantes diez, que son repulsivas.

Humberto se quedó mirándola sin hablar

Decide cuanto quieres por ellos, por las otras cinco

Piensa que trabajo de costurera, a lo sumo te puedo dar quinientos a mil dolares.

Patricia, sabes yo no quiero nada

Bueno Mariano, o los otros.

Pensé voy al llamar al teléfono que me aclararon, en el sobre.

Patricia escucha:

Hay o han puesto ciertas condiciones los que tienen los negativos, claro está que no los conozco personalmente salvo a uno de ellos

Maneja una "casa" por darle un nombre, en que se especializan en ofrecer los servicios de acompañantes, a ciertos empresarios o clientes que no quieren, formalizar con una mujer ya profesional, sabes quieren las típicas amas de casa, eso les excita además el saber que se están cogiendo a una mujer que lo hace por deber un crédito, una tarjeta de crédito aumenta su morbosidad o por algún desliz amoroso eso les calienta mas. No sabes que cruel es la mente humana.

Que me decís Humberto que trabaje de puta.

Si lo quieres llamar así, eso es tu forma vulgar de enunciar un pago de un crédito comercial. Al grano mujer, ellos te piden o dicen que tienen cinco clientes a los que vas a tener que "visitar" darle tus servicios, y ellos mandaran por anticipado un negativo de los que tu corroborarás aquí y te llevarás.

En el quinto se rompió la sociedad y tus pasas a ser un ama de casa ejemplar.

Me tengo que acostar con cinco tipo, y después si te he visto no me acuerdo dijo Patricia enfurecida

Si dijo Humberto acercándole, eso es el trato que te ofrecen, y no quieres saber más de vos después de la quinta foto.

Sos un hijo de puta vos los tipos y toda esta oficina de mierda

¡Pero te digo que en algo si tienes razón, yo no me encame con Mariano!,

Y a vos nadie te obligo a ello, allá en el hotel...

Así que Patricia son casi las tres, ándate y espera te llamaré por teléfono.

No, Humberto, no lo haré.

No, yo lo pensaría, y si mal no recuerdo me dijeron éstas personas que tu marido trabaja en la Textil Almorí.

Si.

Bueno que dirías si el jefe de control, (que es tu marido) y está encargado de controlar a medio centenar de personas, se sintiese amenazado por un personal cualquiera, un de limpieza o un mecánico textil, al mostradle una fotos donde se te ve, digamos con Mariano y otro tipo, como la que tenes en la mano.

Y le pide que en retribución, para no mostrarla de sacar cosa algo importante de la empresa. O peor, si los jefes se enteran de las fotos y piensan que tu marido puede ser chantajeado por ello. Lo despiden y se queda sin trabajo a los cuarenta y cuatro años, como la vez pasada, dos chicos, un colegio pago y una tarjeta de crédito con sobregiro, adiós, familia y matrimonio. Son unos hijos de putas, todos ustedes.

Anda Patricia, siento que estas nerviosa y no razonas con la cabeza sino con la calentura

Anda a tu casa y espera el llamado.

Cuando salió a la calle, no sabía si lo que había escuchado era un mal sueño o la realidad de su infidelidad. En un cesto de basura de la calle tiró la bombacha y entró a un café pidiendo ir al baño. Discúlpeme me siento mal,

Un hombre le dijo: pase al fondo a la izquierda

A los dos dias, sonó el telefono y se escuchó pasa por la oficina Patricia.

Pero Humberto no lo voy a poder hacer, la voz de la mujer sonaba suplicante

Toma la foto fírmame aquí, y mañana anda a Vicente López, a las tres de la tarde, es un medico un tanto conocido, así que no te será difícil pensa si te hace mal, que es Mariano, verás que al final, no te cae tan mal.

No pudo pegar el sueño en la noche, su marido lo hacia profundamente, y aprovechando que iba al baño, miró a sus hijos

Se los veía tan cómodos y bien.

A las dos de la tarde tomó el tren para ir, al lugar pero anteriormente se había agenciado, para que no tuviese problemas en llegar.

Tocó el portero eléctrico y al tiempo le escuchó.

¡Si quien es!

Patricia, pase le dijo una voz masculina.

Cuando entró encontró a un tipo de unos treinta cinco años, bien parecido.

Mas atrás, en la sala a una mujer de similar edad.

Bueno, ella es Ana, yo soy Jorge. Dijo el hombre algo perturbado.

¡Patricia! Que lindo nombre dijo la mujer acercándose del fondo de la pieza

Si le gustaba a mi madre dijo naturalmente Patricia, ¡pero no entiendo! la presencia tuya y no te ofendas.

De eso no me lo dijeron, nada o creí, que era solo aclaró Patricia, pero ya no tan segura

Riéndose, Ana le explicó.

Un tipo y con un pito dispuesto a ponerlo en cualquier agujero, es muy vulgar, pero no te ofendas mujer, no todo es lo que parece, ni lo que parece es todo lo que es.

Ese médico al que llamo tipo, es lisa y llamanamente puto, pero me lo cojo yo, lo hice famoso lo alcé a la fama y lo manejo como quiero,

y el acepta, es en el fondo cagón que aún vive de mi plata.

Claro, que en verdad te lo tenían que decir Humberto como soy, pero se dio así (él me dijo que tu eras nueva) y que te tendría que guiar...

Pero mujer a veces nos gusta de a tres

Cuándo la mina es una perfecta boluda, un ama de casa perfecta, pero tu no eres así sabes lo que quieres, además se ve que estas dispuesta a encontrar nuevas emociones, si claro

Ellos ahora si adivinaron mi intenciones por fin…, pero cuanta cháchara

Y no te ofendas, a veces digo las cosas sin darme cuenta, pero en verdad en el fondo soy una tremenda puta de mujeres, no me cabe eso de lesbiana, me ofende.

Un tanto a él, un tanto a mi, y

Pero creo que hoy mi nena me comes vos, Patricia.

Dicho ello Ana tomó de la mano a Patricia y le llevó a la habitación.

Ana era cuidadosa, pensó Patricia.

Había preparado de ante mano el habiente, con el típico sabor de mujer de mujer apasionada. Perfumando con incienso que salía de (varias varillas) y de diversos lugares de la pieza.

Además estaba perfectamente a media luz y de color ámbar solo habiendo y alejado, de la cama, una dicroica que enfocaba como destacándolo, un pequeño aparato

Era del tipo simple y acolchonado con un asiento alargado en donde la mujer apoyaba su cola, elevándola así para que justo estuviese en la posición que el hombre accede de pie a su ano.

O si ella se apayasé de espalda lograría la justa apertura de su vagina, al pene del hombre.

Entonces en ambos casos era solo lubricarlo y meterlo.

Así me lo debieron hacer a mi aquel día, era comparable al aparato que Marino me quiso hacer creer que era para hacer gignacia, pensó Patricia.

Siguió recorriendo la habitación observando que de costado se podía entrar al baño, donde ex profeso aviase, dejado iluminado con luz blanca, del color normal

En la mesa de noche, había dos consoladores, de regulares dimensiones, de vía anal.

Además de una crema dilatadora y una sustancia que de entrada Patricia no supo adivinar.

Bueno dijo Ana, querida si quieres allí tienes el baño si la quieres, "refrescar", dijo riéndose muy suave.

Patricia sintiéndose, medio incomoda se dirigió al baño

Se miró en el espejo

Estaba incomoda, de ello se notaba por la parquedad al hablar, pero era el trato asumido con Humberto, dos horas le dijo al salir, si te pasas de horario, eso es tu problema.

Bueno se dijo, al levantarse y terminar de limpiarse su sexo, ya pasará.

Cuando regresó Ana estaba en la cama.

Cámbiate, mi esposo fue a hacer café, después vendrá.

Allí tienes una silla desnúdate, siempre me gusto ver a las mujeres desnudarse

Bueno, Ana.

Se empezó a cambiar, mirándola Ana con deseo.

Ana no perdía detalle de cada uno de sus movimientos, y eso le gustó a Patricia

Esta caliente, Ana me desea, pensó

Pero la haré que ella tome la iniciativa así sabrás que la vencí de antemano cuando después la que la haga estremecer sea yo.

Se sacó el pulóver, luego la camisa dejando expuesto su corpiño

Ahora despacio, con las medias Patricia.

Ana para eso se estaba tocando o se empezaba a masturbar directamente, se notaba por el continuo movimiento de su mano sobre el sexo.

Se sacó las medias, y Ana le tomó las mismas, en un brusco y desesperado movimiento. Luego de tenerlas en la manos olió la parte de las entrepiernas, y luego el largo de las piernas. Me excita, el olor a hembra, a puta le dijo Ana, ahora si sigue

Sácate la bombacha, y luego veni a mí, sumisa bien gata que te voy a coger mi puta.

Se desnudo toda Patricia antes de entrar a la cama, le tiró la bombacha sobre los senos de Ana, y ella sonrió. Me gustan tus senos, se ve que tu marido no los chupa demasiado.

Eran pequeños, pero duros y ella mirándola provocativa unos segundos tomándole la mano a atraerla encima de la cama.

Eres, una yegua ardiente, Patricia.

Se ve que estas caliente, que me quieres coger casi de inmediato.

Si le dijo Patricia, (siguiendo la comedia) pero no sabía hasta que punto ello era verdad, estaba confundida, le agradaba doblegarla a ella, que sabía que estaba excitada con su cuerpo y además ese sentimiento contradictorio de estar con una mujer, no le asustaba ella era, bonita de piel cuidada y hasta si se quiere bien dispuesta a ella, Patricia había leído de la atracción que las mujeres se ejercen mutuamente, pero jamás pensó que lo viviría.

Además, ella le guiaría y de por si tenia a el alcance de la mano, los dos consoladores si no la conformase su cuerpo.

Ahora, mi manita me va dejar chuparte, esas bolas que tiene como teta, a su niña la mami le va a dar de beber, de su conchita y después se rozará su clítoris junto al mió con las dos piernitas bien abierta, no

Lo dijo de una manera tan incitante que Patricia se calentó de inmediato

Si mi puta a ver veni a chuparme, Ana te voy a coger como nadie.

Cuando Ana descubrí, lo que tenia ella, al ver esas aureolas rojas con el pezón de Patricia alargado, se calentó Se tiró casi sobre ella prendiéndose del pezón.

Mamita que festival me voy a hacer, verás que ningún hombre te beso, como yo le dijo Ana al retirarsele del pezon y proseguir aun con mas desesperación

Soy la más puta entre las mujeres, me encanta hacerlo, repetia cada vez que Ana cambiaba de seno.

Y tu marido, le dejas algo de mi, Ana le dijo incitandola aun mas a juzgarlo

Mi amor es un bruto con chapa de medico, solo lo aguanto porque me paga el polvo que me echaré, o los polvos que me echara con vos, con paciencia.

Un matrimonio de apariencias.

Me gustan las mujeres, sabes pero no es fácil vivir sin marido para aparentar antes las vecinas, a el le doy algo de concha, lo dejo tranquilo, o le busco una boluda para que se lo coja

Me compara el sexo y con vos mamita la cosa será buenísima, me dijeron que eres fantástica y solo ver tus tetas, eso ya es mucho.

Y que conchita me voy a comer, eres divina le dijo al acostarla en la cama

Pero tu marido no viene

Quédate tranquila me deja una hora, o mas y después, te lo coges si te calentó

Fingís gritas yo me pajeo mirándolos y te lo sacás de encima

El contento yo feliz y adiós, hasta la próxima

Le podemos repetir solas cuando el esta en sanatorio, por el pago no te preocupes

Pero ahora manos a la obra cielo, que conchita le dijo

La acostó en la cama Ana se corrió el cabello hacia atrás y empezó a succionarle los pechos de nuevo, se detenía en forma pareja en los dos, envolviéndolos con su lengua Ana el pezón y después con su boca lo estiraba hacia fuera

Levemente Patricia, le fue acariciando las piernas, tenía una piel exquisita, además el perfume de su cuerpo, le embriagaba,

Ana se apoyó mas sobre sus senos elevando un tanto su cola Patricia, comprendió y llegó allí con su mano.

Si mi yegua, acaríciame el culo, aséelo despacio pero después, fuerte, me gusta ser sentida poseída con fuerza por tres dedos en el ano.

Patricia le paso durante un tiempo la mano por ambas nalgas, pero en realidad ella también se estaba empezando a mojar con este juego, la novedad el despertar a la emoción de una de igual sexo, es decir había encontrado pasión en la mujer.

Le circundó con un dedo el perímetro del ano de Ana, Patricia.

Ana, se estremeció, levanto un tanto mas su cola.

Luego lentamente se fue acercándose a la cabecera de la cama como para darle mayor alcance a los brazos de Patricia

Ahora verás le dijo Patricia, te voy a coger el culo, mi puta barata.

Y con rabia pero además poseída con una extraña fuerza de su interior, le metió dos dedos en el culo de una sola vez

Ana se estremeció, y dejandole de beber los senos, exaló unos ayyes de placer mesclados con dolor

Me dolio, pero me lo hiciste bien, asi quiero que lo hagas puta.

Me partiste no importa Patricia, decía Ana, retorciéndose de placer, y tomándole la boca con las dos manos le dio un largo beso en la boca, a Patricia

Al principio no sentí nada; era solo una lengua mas en su boca pero ella, Ana hacia como un movimiento, con lo que le calentó Patricia y ahora a la replica estaba ella, le buscaba su lengua y apretaba con la mano, los senos produciendole, espasmos de placer que le confundieron un tanto a Patricia que aprovecho, para untarse la mano completa de un gel lubricante

Ana ahora acuestate y elleva la cola le dijo

Si ella obedeció sumisa

Apoyando sobre su sexo una almohada, asi elevo la cola de Ana. Se acercó a su oreja y le introdujo su lengua lo que a Ana, le confundio calentadose, luego sin sacar la lengua de la oreja busco su ano

Lo puerteó con sus cuatros dedos, en puta y de golpe, y a un solo envion se los itrodujo

Me aortias mierda, me rompes el culo, le dijo Ana tratandose de safar, ya los desdoes estban a la mitad de estar penetrados completamente y a otro impulso cuando noto que el culo de Ana se dilatab terminó metiendo los dedos hasta su muñeca

Patricia estaba excitada, Ana al fin le habia aceptado los dedos, y hasta intentaba mopverse

Nadie me hizo esto Amor, me comí tu mano practicmante y se volcó dulcemente en la concha de Ana a tocarsela, porque Patricia estaba ahora en arrodillada en la cama y cin una mano en el culo de Ana

Patricia pego un respiro entrecortado, cerró su puño y noto como Ana se venia, abriendo lentamente la mano fue retiradole a cada contracciones de placer de Ana, los dedos.

Ana, se quedó quieta, reponiendose sobre la almohada.

Perra, eres unica, dejame gozar a mi, y se acercó a la concha de Patricia, que para este entonces ella se acostaba de espaldas a la cama

Ana empezaba a recorrer los labios grandes de su vagina, al principio lo hacían despacio como si la lengua quisiese adaptar a ese pequeños sendero que presentaban los labios afiebrados del sexo de Patricia

Después, y respondiendo a un impulso de deseo de Ana llegó a su clítoris, allí a Patricia, le pareció que tocaba el cielo con la mano cuando Ana empezó a darle pequeños mordisquito, y algún tirón hacia arriba en el clítoris

Ana notaba por la incipiente cantidad de liquido que Patricia estaría próximo a su orgasmo, ella aun lejos de ello seguía pero ahora mas rápido los movimientos de sus labios sobre la vagina.

Quería nuevamente acabar pero ahora en conjuntos con Patricia.

Creo, que ello le conmovió a Patricia, la forma de amrla de esa mujer y dispuso sus orgasmos, al momento que Ana empezaba a meterle la lengua en su concha en forma circular.

Se acordaba Patricia como lo hacia Mariano, y los orgasmo que a ella él le sacó.

Repitió lo mismo dos o tres veces ello Ana, pero al cuarto sintió un impresionante grito lleno de placer de Patricia y las convulsiones se repitieron en Ana e hicieron que se retorciese ella tambien en la cama, dos o tres veces

Yegua, le dijo Ana, jamás me habían cogido de esa manera, eres genial mi amor, me cogiste como diosa, y me chupaste como una desesperada pero esto ultimo fue genial, al mostrarle la cara lleno de jugos de ella.

Al escuchar esos gritos, para nada callados vino, apurado Jorge

Ana estas bien.

Perfecta genial, fue el polvo mas grande de mi vida

Y calmándose Jorge le dijo:

Jamás te oí así, Ana.

Jamás nadie me cojio como esta yegua, y mirándola a Patricia le dio un beso.

A decir verdad, Patricia estaba desconcertada, nunca pensó que le podía dar tanto placer a una mujer.

Anda Jorge veni en quince minutos quiero estar a solas con ella, si

Bueno obedeció no muy contento Jorge, después te calmo yo Jorge pero déjame gozarla un poco más a ella.

Como quieras Ana.

Ves le dijo a Patricia, lo manejo pero lo mismo no quiero con vos, sabes quiero que me cojas que yo te deseo, que te niegues y yo te suplique, por favor Patricia no te me vayas de mi

Bueno, le dijo Patricia, ahora serás mi puta.

Si le dijo seré tu puta, lo que me pidas, pero no me dejes, Patricia.

Ahora quiero le volvió a decir pero mas seria, mirandole y tomándose valor Ana quiero que me ames, y yo seré tu amante y vos mi amante, pero debes calificarte para ello

Jamás pensó que una cosa, así diría Patricia

Pero que debo hacer, Patricia para calificar le pregunto Ana,

Querida empiézame a mamar todo el cuerpo, empieza arriba y sigue, hacia abajo

Ana se trasformó, la voz sensual y a la vez segura de Patricia la cautivó casi de inmediato.

De nuevo, eres insaciable, Patricia pero lo hare me muero por hacerlo.

Se fue acercando a ella, le tomó con las manos su cabello, y le fue entrelanzado con sus manos

Luego bajo la boca Ana, se posó por todos los lugares de la cara, de Patricia besándole, de a poco, lo iba haciendo a cada centímetro de piel,

Luego siguió con los senos, (que en Patricia, para esos momentos) estaban hinchados e irritados por el deseo.

Luego siguió bajando hasta su ombligo y allí justo ahí, se empezó llevándose inconcientemente la mano a su sexo, Ana.

No mi puta la que te hare gozar soy yo con mi cuerpo, tu acabaras deseandome

Ana retiró la mano, y mirándole a la cara le tomó entre sus labios, metiendole el dedo que anteriormente estaba en su sexo, en la boca de Patricia.

Chupa atu puta le dijo, y Patricia obedeció.

Cuando Ana llegó hasta la concha de Patricia, jugo levemente en sus labios pero Patricia, le quito diciéndole

Luego, casi cuando acabe, me tomaras mis líquidos al salir pero ahora no y empujándola de esa zona le siguió bajando por el largo de las piernas. Ana lamía cada centímetro de pierna.

A Patricia ello le estremecía y preparaba para ya no su lejano orgasmo

Había llegado ya a los pies Ana, en Patricia era una de las zonas más erógenas de su cuerpo. Ana, lo entendió rápido

Empezó a tomar uno por unos los dedos del pie, e introduciéndoselos en una pausa rítmica a cada uno de ello en su boca.

A Ana ello le pareció tremendamente excitante, veía como se inquietaba Patricia en la cama, se le notaba en sus labios, en sus senos que se los tomaba refregándoselos entre si, en su concha que empezaba a notárseles perlitas de flujo de la mismísima calentura.

Luego, siguió con el otro pies pero esta vez lo tomó en su boca de una sola vez sacándoselos de a poco, y introduciéndoselo rápido y al poco rato no mucho de ello, Ana llevaba un pie, a su sexo refregándooslo en su clítoris y metiendo el dedo gordo de uno de ellos en su sexo

Patricia, se estremecía y alcanzo a decirle

Rápido mi amor que me vengo.

Ana de una sola vez y para siempre le espero con su lengua en su sexo y a los segundo su lengua experimento las rítmicas contracciones de la vulva de Patricia introduciéndoselo o beviendole de una vez los líquidos que arrojaba Patricia

Al poco tiempo Ana apareció trasfundida, de Patricia, con los ojos fijos en el techo de su pieza el cuerpo tembelequetiante

Estaba orgasmo ella, y cuando tuvo el último espasmo en su vagina cayó vencida sobre el cuerpo de Patricia

Se hizo un largo largísimo silencio.

Nunca pense que sin ser penetrada, hubiese experimentado los dos orgasmos más grandes de mi vida, le dijo Ana, sin moverse de las piernas de ella, en dónde aun permanecía recostada.

Y yo, le dijo Patricia, últimamente mi marido no me sacaba de la rutina, hoy con vos una mujer acabe como lo hice en el verano con un tipo que conocí

Luego llegó Jorge.

Quedó algo para mí, Ana

No, se levanto enérgicamente Ana.

Y mirándole desafiante, le dijo.

Patricia es solo mía sabes.

Bueno perdóname, cariño pero habíamos quedado.

Después que se vaya lo hacemos, así quedas tranquilo

Patricia se había cambiado, y se iba cuando la alcanzó Ana.

Patricia, te llamó y si podes nos encamamos todo el día, claro si podes

Y dándole un papel le dijo.

Aquí tenes, mi número, me podes llamar a la boutique que esta en Belgrano, y combinamos

Si le dijo alegre Patricia, lo haré

Gracias y dándole un beso en la boca a lo que Patricia devolvió muy naturalmete, le entregó un sobre:

¿Y esto le dijo Patricia?, si ya está acordado todo.

Abrirlo al salir, mi amor.

Si, es un regalito, pero solo mío.

Te quiero mujer me gusta y no quiero que te coja ese pelotudo, vos estás para mas...

Gracias, Ana, te estoy empezando a quererte.

Y se lo guardó en el bolsillo.

Ya casi el la estación de tren se acordó del sobre.

Lo sacó y guardándose de la vista de los que a esa hora estaban en el andén, lo abrió.

Te amo Patri, decía y doblado había un papel de cien pesos.

No esta mal pensó, con esto pago las expensas.

Llegó a la casa aun, y aún no habían llegado los chicos,

Se bañó y fue al rápido al súper, compró lo necesario como para la semana y alcanzó a conversar con las vecinas.

Luego preparó la cena y de a uno, fueron llegando los tres.

Cenaron.

Y ella, ya en la cama le dijo a su marido.

Hoy se paso de bueno Don Jacobo.

Nos pagó todo.

Cien pesos sabes, pagamos las expensas.

Que bien Patricia no sabes que bien nos vienen.

Bueno no me merezco una agradecimiento, sabes estoy con ganas

De amarte Oscar.

La semana se iba completando, y no sabia Patricia de Humberto, absolutamente nada.

Pensó mejor así.

No le quería llamar pero la ley dice:

Lo que ha de ocurrir, siempre ocurre.

Patricia, es un trabajo lindo el que queda cerca de tu casa, además me hablaron muy bien de vos, una tal Ana.

Si sé, de ello.

Bueno mañana al medio día, podrás salir

¡Pero Humberto es muy complicado! pensé en mis hijos es viernes no.

Nada de pero Patricia, a las doce, en Devoto

Toma nota:

Son ejecutivos que se despiden del país, vos tendrás que ver a un tal Sergio… que te estará esperando es solo hasta las cuatro de la son extranjeros, así que tomarán mucho, cuídate

Eso si, esta gente es jodida, pesada y de dinero.

Tengo dos fotos tuyas por ello, así que después veni a retirarlas, ya queda menos Patricia.

Bueno, hasta mañana.

A la mañana cuando salió el marido, y por lo que nunca hacia, ésta vez le dijo:

El sábado hacen a la noche una reunión simple, mis superiores en la fábrica

Por favor Patricia llévate a los chicos a la casa de tu mamá, el sábado

Yo no pude, despegar de la fiesta,

Presentan un nuevo producto de indumentaria deportiva y tengo que estar, habrá prensa y la TV.

Bueno, Oscar no hay problema además hace tiempo que no salimos junto.

Entonces iré a lo de Don Jacobo mas temprano hoy acomodando su excusa de "trabajo" a su marido

Bueno pero no te comprometas para mañana, si

A los chicos por ser viernes el día mas lindo de la semana para cualquiera que trabaja, les preparó una comida consistente en emparedados de jamón y queso con la infaltable coca cola.

Chicos, aquí les dejo el almuerzo, salgo algo mas temprano, estoy en lo de Don Jacobo les dijo, ocultándose que no era la ropa usual para ir a trabajar ellos aun estaban en la pieza despertándose

Chau mami, oyó decir.

Salió a las once en un remise que la llevaría a la calle Asunción, previamente le había llamado a Jacobo que pasaría a eso de las seis de la tarde, a buscar las confecciones y que el lunes las tendría lista.

No hay problema, Patricia pero llega a esa hora, por favor si.

Si claro, gracias, hasta luego.

El auto la dejó frente a un lujoso chalet, de paredes de enredaderas que no permitina ver la puerta interior.

Se escuchaba música y algunas risas distantes, se notaba que la fiesta había entrado en su apogeo pese a la hora tan inusitada.

Es que ésta gente viaja a las 20 horas a su país le aclaró Humberto.

Toco el portero eléctrico y una vos de mujer le preguntó

Señorita, ¿Quién la manda, que empresa?

No de parte de Humberto, para

SI, pase.

Sergio la esperaba en la improvisada barra en el hall de entrada del chalet, era según después le dijo Costarricense.

Culto, de buen porte, atlético de amplia sonrisa y de modos sumamente elegantes dijo:

Bun jure, Madame es usted mas bella de lo que me habían comentado

Le cayó bien, esa referencias, a cualquier mujer aunque después termine en la cama le apetece, un buen recibimiento.

Además prometía ello una buena jornada era un muy buen mozo Sergio.

No se si Mariano no me hizo un favor con su jugada sucia, al hacerlo me hizo conocer éste Buenos Aires, distinto desde el panorama de simple ama de casa.

Y usted Sergio, es todo un caballero, le dijo Patricia

No lo crea en ciertos momentos soy un profundo un hombre sencillo y primitivo.

Aun no lo veo así, le dijo ella.

Ah, mujer de ello y para ello, habrá tiempo riéndose

Pero tú ofreciéndole una copa sencilla de vermouth, eres más de lo que yo este día me hubiere imaginado.

La conversación fue siguiendo un curso normal, Sergio la tomó del brazo y dirigiéndose al interior de la casa, fueron apareciendo ante la vista de Patricia el real encurto de esa reunión.

En su mayoría eran mujeres, hermosas que la media era los treinta años, pero se podía distinguir un grupillo, muy reducido de tres jóvenes de menor edad, al principio les calculo veinte años, pero dudaba, Patricia de ello.

Que mierda me importa, pensó y volvió a mirarlo a Sergio que le contaba de su país.

Esa tres mujeres estaban con dos señores, de unos cincuenta años, gordos y muy rojos, por el alcohol y las líneas de una sustancia, que se distinguían en la mesa, pero las chicas animaban manoseándolo a el gordo y incitando a su compañero a que las llevara arriba, a las piezas.

Lo hacían, besándolo en el cuello la cara y jugueteando con las manos por debajo de la mesa no era difícil de deducir tocándole el sexo.

Uno de esos hombres, el menos gordo buscaba entre sus vestidos sin corpiños, los senos de las jóvenes, de pronto se bajó un tanto los pantalones.

Una mujer de las tres menores, la que permanecía distante de los hombre se acercó arrodillándose y dándonos la espalda a todos nosotros.

Sin impórtale, se la notaba extremadamente distante producto seguramente de la droga y el alcohol, empezó un característico movimiento con la cabeza.

Todos y hasta el gordo con las dos mujeres de inmediato, la empezaron a mirar.

Ella, paró los miró sonrió, y siguió haciendo lo que había empezado

Todos rieron, menos claro el que era objeto de ese placer, solo suspiraba enronquecidamente.

En el otro extremo, una mujer estaba haciendo el amor sentada de espalda a nosotros que pasábamos y enfrentando al moreno.

Se movía desenfrenadamente con las piernas muy abiertas y el joven moreno les besaba embelesadamente sus dos senos

Ella gemía y era cómico ver caído extremadamente los brazos como si estuviese orgasmando constantemente y las llantos de placer

En el suelo la mujer había dejado su cartera, su bombacha y su blusa y los zapatos estaban en la mesa en el cual, de uno de ellos, había una bolsita pequeña con un polvo blanco.

Al costado una mujer ejecutiva se ve del grupo de Sergio, estaba con dos hombres retozando muy roja y alegre.

Posiblemente en minutos mas, estaría en la cama, con los dos pero ahora uno de ellos el mas joven y muy apuesto, le había puesto su pija en la mano, mientras ella le masturbaba y besaba al otro que de costado le tocaba sus senos.

Papito esto son machos, decía constantemente ya fuera de si

Al acercarnos a los pasillos, se podían escuchar desde el interior de las pieza, ayees de placer y hasta algún de placer.

Te perece, Patricia que nos pongamos mas cómodos en las habitaciones, allí pedimos algo mas y lo llevamos a la cama.

Bueno si quieres, dijo Patricia (al fin la empresa había pagado por ello el sexo de Sergio y la comida de ese día) vallamos.

No me siento aquí, cómodo; es más de lo que pensaba ver de mis compañeros de empresa.

Pero a mi, le interrumpió si pides algo, que sea sin alcohol y algo comestible, sabes salí casi corriendo de casa.

Bueno subamos, nos han asignado la pieza que da al parque.

Después de media hora, Sergio con el tercer trago se puso sensual, y me pidió que me quitara la blusa.

Así lo hice parada de espaldas a la ventana, me la quité.

Eres sensual, en tus movimientos.

Ahora quítatela falda, despacio, si.

A las argentinas saben cautivar a su hombre, son putas pero reprimidas, les gusta amar pero ponen mil trabas antes son amantes, pero se condicionan mucho.

Son sencillas en su forma de ser, pero leonas en la cama.

Se quitó la falda dejando al descubierto las medias negras sostenidas por dos portaligas superpuestos, a su bombacha.

El corpiño de los que a ella le gustaban era clásico, pero liviano que dejaba al translucidos sus pezones.

Estaba excitada, Patricia de verdad, el hombre le gustaba y por lo que adivinaba entre sus piernas, era armado el paquete se le marcaba ahora, en forma pronunciada

Esta caliente se dijo.

Se fue acercando al hombre y éste se levantó de la cama, le tomó entre sus brazos y le besó.

Al principio tiernamente, mas fuerte al rato terminando mordisqueándoles los labios, lo que a Patricia, le excitaba y hurgueteado por su boca con la lengua.

Era tal el descontrol ya de Sergio que en cierto momento, chocaron con los dientes. Anda Patricia recuéstate y mira

Se acostó no entendía lo que pretendía Sergio pero le llamó la atención

Se quitó la camisa, a ella le sorprendió el cuerpo de Sergio

Marcado, oscuro sin pelos, pero de amplios brazos donde se marcaban sus músculos

De inmediato, se quitó el pantalón

Apareció un boxer que dejaba llamativamente afuera de el un grande rojo, rojísimo

Fue lo que primero le miró Patricia

Es fuerte este negro, me va a romper la concha, con esa barra de carne.

Me parte, seguro que me parte. Volvió a pensar.

El se dio cuenta y apurado se sacó las medias. Nada mas ridículo que un hombre en medias y bóxer.

Tiró el zapato y se bajó el bóxer, quitándoselo y tirándolo a un costado.

Patricia, no dejaba de admirarse del miembro de Sergio

No era grande, era imponente

La cabeza era del tamaño de puño chico cerrado, pero no solo ello, era gruesa, pero no larga de esas pijas que a la mujer una vez que se dilataron internamente, no quieren que él acabe nunca. Pero primero ella se tenía que dilatar.

Era casi cómico ver el grade rojo con la piel que le cubría negra, pero a la vez a ella que nunca había visto una pija así, negra le pareció mágica.

El se acercó, y le dijo.

Te impresiona lo de negra o el grosor.

Las dos cosas, no estoy acostumbrada a esa dimensiones, de hacédmelo tenme paciencia, a que me vaya dilatando.

La de Oscar, m

Y calló.

¿Quien es Oscar, si se puede saber? Le dijo Sergio

Mi pareja le mintió, Patricia

Estamos hace tiempo juntos, pero él

Ya se es que no sabe nada de ello, pero mira mujer no he venido para saber de tus cosas,

Serán interesantes, pero ahora solo quiero hacerte el amor.

Sin Oscar o con Oscar en la cama quiero verterte mi leche dentro de tu concha,

Le besó de nuevo y la fue rescostandose en la cama, ella se abrió lo mas que pudo, no le interesaba el sexo oral, sino hacerle el amor, a Sergio

El se reclinó tomándose el sexo, ella inconcientemente se retiró

Sergio, perdóname, pero aun no estoy internamente lubricada, no quieres mojarme

Ah, mi amor no acostumbro a las putas a hacerle el sexo oral, sabes

Patricia, un tanto resentida, le dijo espera, si.

Fue hasta su cartera, sacó un gel y se fue al baño.

Allí, de introdujo con los dedos el gel lubricando las paredes, después se untó a la entrada del mismo y el resto del pomo lo tiro en el cesto.

Este hijo de puta, me la va a reventar, pensó muy serio al principio muy señor, mucha facultad, pero un animal con las mujeres y en la cama.

El la esperaba, amasándose la pija, que ya era realmente llamativa en su máximo esplendor.

Por favor, si quieres se delicado Sergio, comprende que por mas que se nos pague, somos mujeres.

Lo haré ten cuidado, Patricia, si lo haré.

Se acostó Patricia en la cama, y trató de poner su mente en blanco, eso si abriendo al máximo las piernas, él se metió entre las mismas piernas pasó todo a lo largo de su vagina la pija su pija e intentó penetrarla.

Le costaba y Patricia se resistía inconscientemente, no le ayudaba, esquivaba lo que seguro no podría evitar por mucho tiempo.

Quieta, mujer que es mas lo que parece, que lo que es.

Y cuando ella se volvió acomodar, de un solo y certero movimiento le penetró casi la mitad de su miembro en la concha.

A ella, le parecía que una viga caliente se le había introducido de golpe, y no pudo callar el grito de dolor que de su garganta salía.

Me rompiste, negro me rompiste la concha,

La puta madre que te parió, le dijo.

Y en ese preciso momento se dejó caer él dentro de ella como venganzas se sus palabras.

No sabia si internamente algo se le había roto en ella, e instintivamente quiso desprenderse de ese padrillo pero él, la sostuvo.

Involuntariamente de Patricia de su ano salió caca,

¡Me cague! Se dijo.

Que dolor mi madre, este bestia me mató, se lamentaba..

La había partido en dos, el dolor que en un principio fue tremendo ahora era como de estar totalmente rellena y queriéndose expandir par los costados.

Me cague, dijo me rompiste hasta el culo, pero ahora en voz alta.

No te preocupes, en realidad espera no me moveré acostúmbrate a ella, después la gozaras.

No va ser nunca mas como antes, dijo Patricia aun se le caía lagrimas,

Me comí una barra de carne, a la fuerza, no fuiste para nada delicado Sergio.

Si eso a ustedes le gusta ahora te acordas, que sos estrecha.

Esas palabras le dolieron muy internamente a Patricia.

Ya te lo advertí esta mañana a veces soy un vil tipo, y es ahora cuando lo soy, en el sexo soy inhumano, pocas mujeres la han aguantado como tu, algunas hasta se desmayaron pero de mi, no te olvidaras jamás.

Peor será cuando lo hagamos por atrás, querida

No, no lo harás.

Si ya pague muy caro a todo esto, mi amiga y venía, con la cola incluida el paquete...

Se empezó a mover.

Se la retiraba un poco y se la ponía de nuevo y ello en Patricia era una penuria no la soportaba a esa pija, era mas dolor que placer

Empezó más rápido, a ser ese movimiento y Patricia ya no sabia si el dolor era mayor que las ganas que él, se le saliese,

Lo animaba con palabras, a que terminase.

Pese a todo empezó a lubricarse.

A un tiempo él, se derramó en ella.

Se contuvo un tiempo arriba de ella, y cuando el miembro se achicó, ella aprovechó para retirarse al baño.

Me voy a limpiar sabes, no quiero

Si esta bien, pero aun no he terminado.

Mujer regresa rápido

Hijo de puta pensó, cómo me dejó.

Se miro en el espejo del baño, su vagina estaba roja, se tocó notándose que era fácil entrar en ella ahora.

Se asustó.

Oscar se dará cuenta, me la agrandó este hijo de puta.

Se sentó en el bidet, el agua le aliviaba el dolor.

Escuchó unas voces,

Ah no, de a tres no,

¡Que se cree esta mierda!

Cuando salio se asustó.

Estaba dos hombres, hablando con Sergio y no parecían querer participar en la juerga.

Resolución antes, del final

Después de treinta días, Patricia salía del penal de Ezeiza

Un abogado que le había puesto su marido, le decía:

No se olvide que esta pendiente de la sentencia de la jueza, en cuanto a su situación jurídica

Por ahora se encontrará en su domicilio la mayor parte del día, y no puede salir del país.

Comprendo que lo que me contó, y que le contó a la jueza es la verdad, pero los resultados de los allanamientos en el edificio de la calle Esmeralda, no fueron positivos.

Ni allí, trabajaba un tal Humberto, ni un tal Mariano que desde hace más de tres meses reside en Venezuela

Además señora esa oficina es estatal, dependiente del ministerio de economía

Bueno pero ya pasó para usted.

¡Pero no pasó la prensa y la tele! Dijo Patricia.

Se ocuparon de ello y de la fiesta en Devoto con morbosidad.

Es que Patricia, en donde se metió, además de usted y veinte mas había, tres menores de edad. Fiesta alcohol y después de sexo, droga y menores con hobres mayores, terminaron con la muerte de una menor.

Fueron veinte dos mujeres presa.

De los hombres salieron a las quince horas y la empresa americana, les sacó del país lo más rápido posible.

Pero ellas quedaron caratuladas como putas de lujos y eran simples amas de casa, salvo tres menores, una de las cuales esta muerta.

Además se detuvieron a dos scort, hombres.

Si ya se quien era, dijo Patricia

Una de las mujeres allí me lo comentó, de la muerte de la menor, yo la vi, estaba drogada y pasada de alcohol.

¿Cómo están mis hijos? Doctor.

Bien, estudiando pero comprenda que ellos mismos, no la quieren ver, señora

Es por ahora fuerte para ellos saber que usted y se calló.

Trabajaba como puta si dígalo Doctor.

Si lo han dicho tantas personas que una más, que da.

No, no es así, lo que pasa es que su historia fue inconsistente y usted misma alegó que lo empezó con su aventura extramatrimonial, en el verano.

Bueno pero hay algo mas, señora

Más todavía, doctor. Dijo Patricia sorprendida.

Señora, además de firmar el retiro del penal, vengo a comunicarle que su marido Oscar le pide el divorcio.

No tambien él me abandona, primero mis hijos ahora Oscar.

Y por ahora, siguió el abogado hasta que la jueza lo disponga, tiene su esposo la tenencia de sus hijos.

Patricia ahora si paró de caminar.

¿Eso es posible, doctor?

Y dado que se trató un juicio de posturas de usted reñidas a la moral, si

Ellos ahora están en Córdoba, después de lo que se publicó

Y se vio respecto a usted a Oscar le despidió, de la fábrica. Bah, se lo siguieron, que es lo mismo.

No daba ya el perfil de la empresa.

Entonces le quedó como solución permanecer en Córdoba, cerca de la casa de los padres.

Sus hijas están bien pero aun no las puede ver, hasta que se dicte sentencia, pero tendra que ir a Córdoba y si ellos lo desean..

Por ahora su marido le dejó el departamento de Floresta,

Mas tarde lo venderán y él le dará su parte.

No quiere hablar más con usted, y perdóneme, me tengo que ir

Queda usted en libertad restringida, pero al menos es mejor que estar en Ezeiza.

Aquí tiene las llaves de su casa, las mandó a cambiar por las dudas, me dijo su esposo.

Me voy creo que la que viene, es su madre

Si claro, adiós dijo Patricia.

Hija, mías por fin...

Hola mamá, y se puso a llorar.

Epilogo definitivo

Buenos Aires enero del 2004.

(En la actualidad de los días)

Balvanera

Buenos Aires-

La hija de Patricia se recibió de abogada.

Córdoba es la cuna de los abogados, el menor estudió y se recibió en la escuela de aviación militar.

Hoy es un excelente alférez estudiando con sobresalientes calificaciones, todo un hombre.

El padre quedó a cargo del negocio del abuelo, a la muerte de los dos, un tanto anticipada el del abuelo por el disgusto, ahora el trasunta su tiempo entre el negocio y su quinta de membrillos y quinotos.

De Patricia, a la separación legal y el juicio de divorcio se mudó a un pequeño mono-ambiente en el barrio del Once.

Ejerció la prostitución, durante siete años, hasta que un día desapareció.

Sus amigas dicen que lo hizo con un hombre aparentemente extranjero, polaco o esloveno, no se sabe pero que un día les dijo adiós para siempre, me voy del país.

Quedó el departamento vació hasta que el juez le comunico a su ex marido que se lo dejaba de herencia a sus dos hijos, en un testamento en vida.

Ellos nunca mas la quisieron ver ni jamás se lo perdonaron, lo ocurrido a su madre.

Quienes la vieron a Patricia en los últimos tiempos antes de partir, solían decirme que caminaba las calles con la mente perdida, y cuando asistía a los servicios del parroquiano solía repetir.

Oscar, te amo perdóname.

Fin

Gustavo Gabriel Camisasca

Contemporáneo

Almagro Buenos Aires

Argentina

Octubre del 2004.