Una vez en el bosque de mis pensamientos
Como una luciérnaga parpadeante, indecisa del sabor de tu boca me interne en la luz de un segundo, sigilosa, vacilante,
Como una luciernaga parpadeante, indecisa del sabor de tu boca me interne en la luz de un segundo, sigilosa, vacilante,
Murmurando con gesto de infante, tu boca dibujo un sendero, a donde voy para poder ignorarte? como debo de hacerlo si no quiero?
Esa nobleza en tu mirada destruye amor, desvela sin saber como definirla, que tienen tus pupilas que no se alejan de mi, y me ven profundo, inquietandome al sentirlas,
Mi sangre acelerada bajo las venas como una yegua perdida de control, tiembla como una rama en el arbol roto, incitada y curiosa, confundida y sin tregua,
Tu boca daba sed de solo verla, porque tu piel besada por el sol no pedia mi lengua en lugar de sus rayos? como la hubiera mojado con mi deseo, como desataria tus pensamientos extranos,
Y te cobijaria empapado, cubierto en el sudor de mis latidos, estos, los que escarban en mi pecho un nido, los que quieren arrullarte para siempre
Oscilando mis dedos en tu vientre, sujetandote, fuerte, tibia, apasionada, por el calor en que se derrite tu carne, mas dulce que el almibar de una flor enamorada,
Mas tierno que el sonido de la noche en luna llena, y pleno como vuelve la nueva madrugada.