Una vez con carola

Culiar con mi amiga fue lo mas espléndido ue me ocurrió.

UNA VEZ CON CAROLA

Carola es una mujer blanca como la nieve, delgada como una gacela, de cabello rubio como el sol y de un trato dulce y tierno. Es una gran amiga mía y era la novia de un gran amigo mío, pero terminaron y pasaron varios meses en los que Carola quedó sola, solo salía sin malicia con migo, con su amigo.

En una ocasión un jueves nos tomamos como seis cervezas cada uno y Carola tomó una actitud extraña, me abrazaba y hasta me besaba constantemente en la mejilla. Después me acariciaba y yo pensé que era cosa de de los tragos y de la falta de cariño, pero me di cuenta de que Carola quería culear. Me fui dejando llevar por las caricias y le correspondí con besos ligeros en el cuello. Eso nos puso arrechos a los dos y fue entonces cuando pagué las ocho cervezas, paré el taxi y nos fuimos al aparte estudio donde vivía Carola.

Nos tendimos en su cama suave, estrecha de sábanas azule celeste, encendió el abanico del techo y con voz sonriente me dijo que me pusiera cómodo. Me aflojé el cinturón de mi pantalón y ella se quitó la blusa roja de mangas largas que llevaba puesta. Desnudó su torso preguntándome con ironía si me gustaba, yo le respondí que me encantaba la blancura de su piel. El sujetador era blanco de encajes lo cual aumentaba la sensualidad. Como la cama estaba dispuesta en un rincón yo recliné mi espalda en pared sentado en la cama transversalmente mientras ella se sentó en el borde. Me dijo que me quitara la camisa y yo me la desbotoné hasta desnudar mi pecho velludo que a ella le encantaba. Se me arrimó e inició unas chupaditas suaves en mis tetillas mientras a la vez rozaba su mano necia y delicada sobre mi zona pélvica sobre mi pantalón. Yo le acariciaba suavemente la espalda tersa y ella fue subiendo su rostro por mi cuello hasta que nos entregamos a un beso prolongado y suave que acentuó es estado cálido. Mi amiga estaba excitada. El sonido de fondo de las aspas del abanico se interrumpía solo con los gemidos leves de Carola cuando sin quitarle los sostenes yo le acariciaba los pechos.

Finalmente le quité los sostenes y sus tetas pequeñas y paradas quedaron al desnudo con una blancura y una belleza inusitada. Se acostó boca arriba y la besé en la barriga y en el ombligo amagando con subir hasta sus tetas, pero devolvía otra vez para su panza. Eso la puso muy caliente y desesperada. Luego satisfice sus ansias y las mías también chupándole las tetas suaves y delicadas que parecían unas gelatinas de carne cálida. Los pezones se erectaron con singular soltura y yo los chupaba como bebé. Eran lindos; rosados y pequeños pero definidos con una redondez casi perfecta. Ella se excitó mucho y me manifestaba que le fascinaba que yo le mamara las tetas. Le dije que me diera la espalda y la desnuda sábana de piel cálida se posó ante mis ojos ansiosos. Al principio no supe donde lamer primero y mientras me decidía le acariciaba desde el cuello hasta la cintura. Luego repetí el recorrido pero con la lengua. Le lamí el cuello y fue bajando por la espina dorsal hasta lo mas bajo de su espalda, luego volví a subir y Carola ya empezaba a dar signos de ansiedad con una "ahhs" profundos comos suspirando hasta por la cuca. Los olores silvestres de su espalda tersa me sumían en una arrechera intensa que hacía que mi palo se hinchara bajo mis pantalones. Yo le dije a Carola que se volteara boca arriba y le volví a lamer las tetas blancas y suaves. Sabían delicioso, su pezón estaba recogido y erecto, el rostro lo tenía tenso de tantas sensaciones que experimentaba. Le volví a lamer la barriga cerca del ombligo mientras le deshacía el botón del jean y le bajaba al bragueta que me mostró el inicio de la gloria. Hicimos una pequeña pausa para que ella pudiera bajarse el pantalón. Se lo quitó y la blancura de de sus piernas bien tenidas salió a relucir. Se incorporó sentándose en la cama y yo quedé arrodillado frente a ella. Me bajó mi pantalón de dril con el pantaloncillo a la vez hasta la altura las rodillas y mi mondá quedó a su disposición. La tomó entre sus manos y me la acarició ansiosa sin apartar la vista de ella. Me hizo una pajita suave como adaptando su mano a la verga palpitante que se hinchaba mas y mas. Fue acercando su rostro a mi verga y le dio un besito tímido mirándome y me preguntó si me gustaba que me la chupara. Lo le dije que me encantaba que por favor no me dejara con las ganas. Sonrió y empezó a lamer la verga desde el peque pasando su lengua serpenteante hasta llegar a la cabeza y luego otra vez devolverse insistentemente. Por fin se resolvió a chuparla. La metió en su boca hasta la mitad y con su lengua jugando en la cabeza. Mamaba rico y yo me elevaba en un "ahhh", ella chupaba y chupaba a un ritmo porno, hasta que se agotó y me dijo casi jadeante "eso cansa", yo le dije que estaba bien y le quité la tanguita blanca. Le contemplé su chucha depilada, era la primera vez que yo estaba con una hembra de cuca depilada, se veía muy bonita, floreada, hinchada y de un rosado suave muy estimulante. Ella subió sus piernas abiertas como alas de mariposa en mis hombros como para que yo le hundiera la mondá, pero yo quería primero lamerle la cuca. Le dije que yo quería comerme ese chochito lindo y ella sonriente me dijo que era todo mío. Me bajé de la cama y me arrodillé en el tapete que cubría parte del piso, ella colaboradora se sentó en el borde con las piernas recogidas y abiertas, su chucha estaba a todo dar. Inicié con unos besitos en la rajita húmeda como si fuera su boca, y luego la lengua la dejé que se resbalara por toda la geografía sin profundizar mucho. Ella se acariciaba las tetas y su el placer la obligaba a mordisquear sus labios con sus dientes. Yo lentamente fui hundiendo un poco mas mi lengua en las carnes de su chocho caliente, hasta tocar el clítoris y sus alrededores, ella explotaba en unos gemidos que me arrechaban mas. " ahhhhhhh, mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm, ahhhhhhhhhhhhhhh" decía Carola. Luego bajé y metí mi lengua en su rajita como si fuera una verga. Me culié con la lengua en un mete y saca. Después cuando me sentí cansado le lamí el perineo (entre la cuca y el culito) y allí explotó Carola.

Me levanté y la dejé tomar un poco de aire mientras le acariciaba las tetas con la verga. Cuando tomó fuerzas se tendió boca arriba con las piernas abiertas y con su chucha abierta. Me acomodé sobre ella y dejé que mi verga se hundiera toda en esa raja. Estaba deliciosa, suave, húmeda. Las sensaciones que me invadieron fueron únicas. La embestí con ritmo suave y luego fui aumentando como si fueran cambios de automóvil. Cuando me di cuenta la estaba taladrando con mi mondá. Le dí una verguera tremenda. Se oía un vulgar tac tac de mis carnes golpeando contra las de ellas. Carola me miraba con los ojos entreabiertos que reflejaban la excitación máxima. Bajé el ritmo y le dije que me iba a chorrear en su cuca y ella me dijo que me llegara afuera en sus tetas. Saqué mi mondá que estaba hinchada y húmeda de jugos vaginales y dejé que disparara chorros de leche sobre la barriga y el pecho de Carola ante la mirada complaciente de ella y los ahhss míos que no pude evitar mientras mi verga vomitaba. Dejé que el aire nos volviera al alma y me levanté a buscar papel higiénico en el baño. Limpié el torso de Carola de mi leche derramada que ya formaba hilos goteantes que alcanzaron a mojar un poco la sábana. Mi polla estaba delgada pero parada para otra faena. Entre risas le dije a Carola que mi verga quería culito y ella chistando me dijo que el de ella estaba listo para una modaquera, y me confesó que a ella el sexo anal antes le parecía algo detestable, pero con su ex – novio aprendió a usarlo como otra forma de obtener placer.

Ella se puse en cuatro como perrita mostrándome su espalda y sus nalgas. Ese espectáculo era precioso, pues no es por nada, pero Carola es muy bonita. Abrió sus piernas y yo acerqué mi verga húmeda a su culito mientras humedecía mi dedo medio metiéndolo en su chucha mojada. Jugué con ella poniendo la cabeza de mi polla en la entrada caliente de su culo para dilatarlo. Después le metí la verga en la chucha suavemente para lubricarla mientras con mi dedo corazón o medio le acariciaba el culito para que se le relajara. Cuando advertí que estaba relajado sin sacar mi mondá de su chucha yo le metí parte del dedo en el culo. Ella gimió de placer y la piel se le puso de gallina. Me la culié con el dedo metiéndolo y sacándolo al mismo tiempo que me la follaba con la verga. Por fin decidí embestirla desde atrás. Saqué mi verga húmeda de su cuca y se la metí sin tanto preámbulo en su culo que la recibió sin complicaciones hasta el fondo. Su culo estaba delicioso, caliente y muy apretado. Le di verga como si yo fuera un perrito cogiendo a una perrita en celo, la embestí sin mucha prisa hasta que me sentí agotado. Me acosté boca arriba para que fuera ella quien comandara la cogida, y ella me hizo el favor. Se sentó a horcajadas sobre mí dándome su frente y metiendo mi verga hasta lo mas profundo de su dilatado culo. Mi verga comía todo su culo. Le dije que me complaciera dándome la espalda para contemplar su trasero mientras me la cogía. Se reacomodó y se meneaba como puta con mi palo dentro de su culo rico. Yo la tomaba por las caderas mirando sus nalgas firmes revoleteando contra mi pelvis cada vez que subían y bajaban, mientras mi polla hurgaba en su culo. Allí sentí la inevitable eyaculación. Me corrí en su culo mientras ella se meneaba. Carola lo advirtió y se sentó a descansar a un lado, extenuada y satisfecha.

Nos bañamos juntos y salimos a comer algo, pues el hambre nos carcomía los cuerpos cansados. Fue una linda tarde irrepetible con Carola, pues después ella se fue a su ciudad natal y no he vuelto a culiar con ella, pero guardo las esperanzas de algún día volverlo a hacer.

GLOSARIO:

(Términos utilizados en la costa norte de Colombia)

Culear : coger, follar

Mondá falo, verga. (apócope de mondada = pelada)

Mondaquera: meterle la verga insistentemente a alguien.

Panocha: coño, vulva.

Arrecho, a: excitado, a; cachondo, a

Pantaloncillo: interior de hombre, calzón masculino

Chucha: coño, vulva

Picha: pene no erecto

Cerrero,a: sin amansar, sin adiestrar

Jean: pantalón vaquero, blue jean