Una tremenda Aventura
La historia es muy candente; tiene intercambio de parejas y sexo con maduros. En resumen, es una historia muy candente que hace dudar que sea 100% real.
Los protagonistas de esta historia son:
Fabian: quien narra la historia. Es un chico de 37 años, muy guapo y atractivo, con un cuerpo casi perfecto, gracias a su afición a todos los deportes. Es todo un galán, muy seguro de sí mismo, además de ser muy morboso y atrevido. Aunque con su actual novia, Celeste, ha sentado algo de cabeza.
Celeste: es una española espectacular de 36 años, con su larga cabellera rubia, ella es delgada y alta, con unas tetas generosas y perfectas, acompañadas de unos pezones pequeños y siempre parados color rosado, una cinturita que resalta con un bello y redondo trasero, muy apetecible. Un estomago plano y unas piernas largas y muy femeninas.
Robert: un cirujano plástico estadounidense de 57 años, con un cuerpo y rostro muy llamativos, en su juventud debió hacer sido todo un adonis. En la actualidad, se mantiene en forma con un cuerpo bien marcado. Mas de un joven desearía tener ese cuerpo. Tiene cabello corto y barba de 3 días, bien cuidada y canosa. Es todo un macho alfa, que sigue disfrutando de la vida y de los placeres que la vida le da.
Bonnie : una chica de 25 años, muy bella, similar a Celeste, sin embargo, no tan natural como ella.
Inicia la aventura…
Estamos en un resort en Jamaica, bastante lujoso por lo que la cantidad de personas no eran muchas.
Durante el segundo día, vimos una pareja que llamó mi atención.
La chica era muy atractiva y joven (después me contó que tenía 25 años) y el chico, era un señor de unos 50 y pocos, ya con canas, pero en muy buen estado físico, además de verse como una persona bastante extrovertida y que le gusta llamar la atención.
Por la noche:
F: ¿Notaste la nueva pareja que se vio hoy en la piscina?
C: Si, imposible no verlos.
F: ¿Está guapo el chico?
C: Si, se nota que se cuida, pese a que ya es alguien maduro.
F: ¿Te lo follarías?
Ella no respondió, solamente sonrió pícaramente.
Al día siguiente, al desayuno coincidimos, por lo que terminamos compartiendo la mesa, estuvimos conversando de temas banales y de los planes que tenían para los 3 días que estarían en el hotel. Al final del desayuno quedamos en que nos veríamos para cenar.
Celeste me sorprendió pues hablo en inglés bastante fluido, yo le explique algunas palabras, pero lo hizo muy bien. A la hora de alistarnos para ir a cenar, le dije que se vistiera muy sexi. Me preguntó porque, yo le respondí que nuestros amigos, sin duda eran muy liberales, a lo que le respondí que solo recordará que era libre de hacer lo que deseará en el momento y que recordará que difícilmente los volveríamos a ver en nuestras vidas una vez que saliéramos del hotel. Ella solo respondió: Fabian que mente más pervertida tienes.
Para la noche, Celeste, uso un vestido veraniego bastante corto pero holgado. En mi caso, usaba una camisa blanca, un pantalón playero largo. Bonnie un vestido color vino, muy ajustado que realzaba su figura con un escote muy llamativo. Robert, una camisa y un pantalón de mezclilla corto.
La cena transcurrió normal, tomando vino y riendo mucho con las historias que contaba nuestro nuevo amigo Robert y su novia Bonnie, al finalizar la cena, nos invitaron a su habitación a terminar una botella de vino.
Ya en la habitación a la hora de sentarnos, quedaron las dos chicas sentadas en un sillón grande y los chicos de frente en sillones individuales, como era de esperar la velada continua con historias solamente que ahora más cargadas de temas sexuales, donde Bonnie era bastante explicita; lo que me pareció y luego confirme con Celeste que esto la excitaba.
Las historias de Bonnie eran bastante ardientes, comentó que había tenido sexo con un profesor universitario para mejorar su nota y que una vez, folló con un mecánico para que le reparará el carro ese mismo día y no tener que esperar al día siguiente, entre otras historias. Tal y como decía anteriormente, era evidente que Celeste estaba muy caliente escuchando esas historias.
De un momento a otro:
R: ¿Cómo son las historias de Celeste?
C: todas mis historias son con mis novios, todas cargadas de sexo, como las historias de Bonnie, pero nunca he sido atrevida con alguien que no fuera, mi novio en el momento.
R: Vamos a tener que hacer algo con eso, para que puedas contas historias cachondas la próxima vez.
Todos soltamos la risa y Robert inmediatamente inicio su ataque:
R: ¿Tengo mucha curiosidad porqué me describas tu ropa íntima?
Los tres me volvieron a ver. Yo solamente sonreí y tomé un nuevo sorbo de vino, dando como mi gesto la aprobación de la pregunta.
C: estoy usando un hilo muy pequeño, Con una voz muy sexual y con una sexi sonrisa al final.
Robert, haciendo gala de su experiencia en estas situaciones y suponiendo que la bella Celeste, estaba al tope de la excitación, continuo su ataque:
R: Celeste me tienes tentado a pedirte que me muestres tus pechos, pues no puedo dejar de verlo.
Celeste, no pudo evitar reírse de forma nerviosa.
R: ¿Tengo que pedirlo o me complacerás ahora conociendo mi deseo?
Celeste, dejo de sonreír, respiro hondo y soltó las tiras de su vestido y quedaron a la vista de todos, sus pechos con sus pezones evidentemente parados.
R: Tal y como me los imagine. Poniendo cara de auténtica lujuria.
F: Si, son perfectos. Supongo que los de Bonnie no se quedan atrás.
Ella se puso de pie y se levantó el vestido por encima de su cabeza para quedar únicamente con un hilo que dejaba poco a la imaginación. Nos regaló varias vueltitas para que contempláramos todos sus atributos. Robert y yo aplaudimos el gesto.
B: ¿Desean más vino? Voy por una botella adicional.
Robert, inteligentemente, continúo contando sus relatos intercalados con los relatos de Bonnie. Ambas chicas continuaron con sus pechos a nuestra vista. Yo solamente esperaba el siguiente paso que daría Robert y con la expectativa de que tan lejos llegaría Celeste, pese a lo caliente que sabía que estaba. Yo conozco lo atrevida y caliente que es, pero nunca habíamos estado con otras personas.
Al final de una de las historias más ardientes que contó Bonnie.
R: Siguiendo con nuestros juegos, Celeste serás capaz de venir aquí, liberar a mi cosota y acariciarlo.
Celeste se quedó pensativa, pero al final se puso de pie, dejo caer su vestido, para quedar ahora si, en un diminuto hilo negro muy sexi y avanzó hacia mí y estiro su mano a mi pantalón, a lo que le indique el español:
F: él dijo a su amiguito no al mío.
Celeste, quedo de piedra por unos momentos, pero reacciono y se dio vuelta a donde estaba originalmente, tomo un almohadón pequeño, regreso donde estaba Robert, puso el almohadón en el piso, en medio de las piernas de Robert, se arrodillo, con tus manos, soltó el broche y el zipper y le pidió a Robert que se pusiera de pie, para bajar su pantalón y calzoncillos, liberando su pene. Una vez que estuvo libre, lo empujo ligeramente para que se volviera a sentar, tomando su pene con sus manos y acariciándolo de arriba- abajo. Su pene no era tan grande, pero si su cabeza era muchísimo más grande que su tronco, similar a un hongo. Celeste, lo acaricio por un buen rato, mientras que con su otra mano tocaba sus piernas, testículos y abdomen. Luego, llevó su boca cerca del pene de Robert, siguió masturbándolo, mientras su lengua jugaba con su cabeza y saborea el líquido pre-seminal que comenzaba a brotar. Posteriormente se puso de pie y dijo:
C: Recuerdo que dijiste que te gusta mis tetas. Las puso a distancia de su boca para que las chuparan.
Yo me desnudé y me fui a donde estaba Bonnie, rápidamente comenzó a darme sexo oral, mientras yo pellizcaba sus pezones. Volví a ver a Celeste y Robert, quien seguía chupando sus tetas, mientras tocaba y le daba nalgadas a Celeste.
Nuestros ojos se encontraron y Celeste vino hacia donde mí y nos besamos mientras Bonnie, seguía dándome sexo oral y Robert nos miraba atentamente. Celeste, volvió a donde estaba Robert, lo beso, mientras tocaba su miembro, posteriormente, se volvió, se quitó el hilo, dejando su trasero a la vista de Robert, me lanzo un beso, siempre de espaldas a Robert, tomó su pene y lo introdujo lentamente en su coño.
Conforme iba bajando Celeste, sus gemidos si iban volviendo más sonoros y excitante.
Bonnie, se puso en posición sobre el sillón y yo comencé a penetrarla mientras no dejaba de mirar, como subían y bajaban las tetas de Celeste y las caricias que Robert ejecutaba con maestría en su clítoris.
Posteriormente, las chicas, por iniciativa de Celeste, decidieron cambiar, Celeste me encontró sentado en el sillón y comenzó a darme sexo oral, mientras que Belén no tardo en montar a Robert.
Así estuvimos unos minutos, posteriormente Robert, dijo:
R: quiero ver esos culos de rodillas en el sillón.
Las chicas obedientemente se pusieron de rodillas. Bonnie conocedora del gusto de Robert, se inclinó para dejar su cabeza de forma paralela a su cintura. Mientras que Robert, puso a Celeste en la posición deseada. La posición permitía ver, perfectamente las nalgas y los coños brillantes gracias a los flujos que emanaban.
Robert, mira las chicas y me dice:
R: Te cedo el honor.
Yo, vuelvo a ver a las chicas, froto mi pene por unos instantes y posteriormente comienzo a pasar mi pene sobre el coño de Celeste sin introducirlo. Ella gime y gime y pide que la coja. Una vez que la complazco y comienzo a bombearla, ella gime con más deseo y alcanza un orgasmo muy intenso. Yo me quedo quieto para permitirle que disfrute y me llevo la gran sorpresa que Belén busca los labios de Celeste para besarla y ella no niega el beso, fundiéndose en un beso muy excitante, motivo por el cual, ambos caballeros seguimos en nuestra labor de entrar y salir de sus coños.
Robert, se detiene y se pone de frente a Celeste, la comienza a besar por unos minutos y posteriormente toma su cabeza y la llevo hasta su pene; el cual brilla gracias a los fluidos de Bonnie, Celeste duda un poco, pero Robert insistió y ella obedientemente comenzó a darle sexo oral. Bonnie se masturbaba mirándonos. Yo seguí penetrándola, pero con calma para que pudiera darle sexo oral a Robert.
F: estoy por correrme
R: yo también
Yo me corrí dentro de Celeste. Celeste al sentir los chorros de semen en su boca trato de quitarse, pero Robert con sus manos lo impidió hasta que termino de correrse y Celeste no tuvo más opción de tragarse toda su corrida.
Una vez que recuperamos la respiración, Robert nos ofreció más vino, pero Bonnie dijo que ella todavía no había terminado y se llevó a Robert para el cuarto, nosotros nos vestimos y volvimos a nuestra habitación, nos duchamos y volvimos a follar.