Una taza de chocolate

Lo que una simple taza de caliente chocolate puede inspirar.

En una noche fría de septiembre u octubre, ahí solo en la habitación, solo con mis ideas, pensamientos y deseos, deseos de tibio calor... El silbato que avisa que el agua hierve, lista para ser usada en cualquier infusión.

La alacena que guarda los sabores, condimentos y otras hierbas y tres cominos, abro su puerta y saco el chocolate de dulce sabor amargo, con color café negrusco, la taza lista para recibir dos cucharadas de polvo de chocolate, el agua hirviente lo disuelve y el ambiente se llena del humeante sabor de chocolate, el cual endulzo, doy un sorbo y falta, si falta la frescura del sabor a menta, unas dos gotitas bastan, y listo para sorber tal bebida caliente estimulante.

Vuelvo a mi sitio, a mí soledad a mis pensamientos y deseos que cruzan mi mente y bajan y suben a mi corazón, que anhela calor, sentir otra tibieza única, pero aun debe esperar .sentado ahí con la taza de chocolate humeante, tomo de mi cada vez mas ancha cama, el libro que Leo "memorias de un ángel (en busca de su ala extraviada)" mientras un tímido rayo de luz de la luna se abre paso a través de una hendidura.

Solo en mi habitación, bebo un sorbo de chocolate, que espanta el frió de la noche, dando una estimulante oleada de calor. a mi cuerpo, olvidando la fresca brisa de la noche.

Abre mi apetito, busco en una gaveta esa bolsita, que aun tiene esas ricas galletas de avena y miel, ricas, crujientes buen complemento para mi chocolate. Sigo mi lectura, capitulo II, "como rebota ese ángel" tratando de alzar vuelo...

Es casi un ambiente perfecto, fuera una noche fría, con su fresco viento, yo ahí, en mi habitación tibia, con un rico chocolate que espanta el frió, un libro interesante, pero ese rico chocolate muy estimulante,  con su humeante vapor, con al dulzura de su aroma, hace que anhele, tener ahí, a ese ángel, ese ángel de aquel libro, que con su presencia haría una velada perfecta, para olvidar todo la noche fría, y convertir mi habitación en el refugio de calor y pasión, para los friolentos, para los deseosos de ese calor tibio, que es capaz de fundir las almas de dos seres, haciéndolos una sola...

Una noche fría, una habitación tibia, chocolate caliente, la tenue luz de una tímida luna, un ángel, yo casi el sueño perfecto. Un sorbo de chocolate manchando los labios limpiarlos con el húmedo beso de labios deseosos, que acerca cuerpo de ambos seres, estimulados por el calor tibio del chocolate y de la pasión y deseo.

Todos los deseos que hace surgir el estimulante chocolate y una buena lectura... ¿verdad?...sin olvidar las ricas galletas de avena y miel....:-)

Pensando en ti.

El tomar chocolate ahora será distinto...lo disfrutare mas