Una tarde veraniega de calor y lujuria veinteañera
Cuando es verano y va a la piscina con su rollete una puede descontrolarse hasta niveles insospechados.
Mi amigo Alberto con el que he quedado mucho mucho este verano me invitó a su urbanización, donde hay una piscina de la comunidad, yo llevé mi bikini favorito (del que te he hablado alguna vez, yo lo llamo el bikini de por si surge algo) total, que estamos una hora entre el agua y la toalla, hablando, bañándonos, picando algo...y me empieza a acariciar la tripa, el piercing, baja a mi braguita del bikini donde se notaba todo TODO, a todo esto a él se le notaba un bulto enorme a punto de salirse del bañador.... cruzamos miradas, me cogió de la mano, me llevo a la planta baja del edificio donde no había nadie y entonces deslizó su mano por mi entrepierna hasta alcanzar mi coñito por encima de la braguita para comprobar cuanto de caliente estaba. Jugueteó con sus dedos a lo largo de mi rajita mientras le pegaba tus tetas contra su pecho y le besaba el cuello, estaba desatada, me quité la parte de arriba para que pudiera comerme los pezones tranquilamente, entonces sus besos bajaron luego a la tripa, bajo la braguita del bikini y empezó a lamer mi coñito empapado primero por fuera y después un poquito por dentro para centrarse en el clítoris. Tenía la lengua firme y rápida, yo le estaba agarrando la cabeza para pedirle que siguiera cuando me puse ardiente, sin estar cerca de correrme, me separé de él y saqué como pude la polla del bañador, tras unos cuantos meneos girando la muñeca me arrodillé y le dediqué una mamada de ensueño. Ni un milímetro de su polla escapó a las caricias de mi lengua, desde los huevos hasta el glande...y cuando noté que él estaba a punto de correrse me incorporé y le pedí que por favor "entrara en acción". Él me colocó manos a la pared, levantó una de mis piernas y me la ensartó despacio y con cariño hasta calzarla entera.
Una vez que entró toda la polla empezó a penetrarme suavemente, yo estaba derretida, sus manos acariciaban mis tetitas y mis pezones duros como piedras, mientras las mías nos sujetaban a ambos contra la pared. El ritmo fue subiendo poco a poco y cuando ya sentía derretirme le pedí que me metiera el dedo en el ombligo como pudiera con el piercing, cosa que me pone a mil, le dije "por el ombligo, sí, por el ombligo" entonces paró de darme y preguntó desconcertado "¿qué te la meta por el ombligo?", me partí de risa y le dije que no, que con el dedo. Además ya la estaba metiendo entera, su pelvis daba contra mi culo y mi excitación era tan grande que ya ni gemía, de repente llego el orgasmo y grité un poquito, rebocé el culo contra su polla para pasármela por todas partes dentro de mi coño, incluso me mareé y tuve que sacármela, sudando como una cerda y jadeando con una sonrisa en la boca. Me di la vuelta y le di un besazo, pero ahí estaba el con la polla como una viga delante de mí y sin haber recibido su recompensa. Yo que estaba desnudita cogí una toalla y le quité el condón, puse la toalla en el suelo y, de rodillas, le hice una nueva mamada.
Un minuto después le pregunté si quería hacer algo nuevo, pero que necesitaba confiar en mí, así que le tumbé, me puse a 4 patas a su lado, agarré la polla con la izquierda y con la derecha comencé a acariciarle la base de sus huevos hasta llegar a su agujerito. Empecé a estimularlo con delicadeza, su excitación iba en aumento a tenor de como gemía el condenado, hasta que uno de mis dedos se coló dentro de su ano. Cuando por fin llegué a su zona empezó a gemir cada vez más, fue entonces cuando me metí la polla de nuevo en la boca, yo la note vibrar locamente, así que me la saque y empecé con mis meneones a lo "córrete ya". Le dije "si joder, ¿te gusta? a mí me encanta mmm que rico sii, sigue...", a los pocos segundos su semen salió disparado hacia su tripa, la mía, mi cara, el suelo... entre jadeos apuré la paja y de un besazo mientras el yacía sobre mi toalla le agradecí el buen rato que acabábamos de pasar.