Una tarde para recordar

Sexo, sexo y más sexo.

Me llamo Amanda y tengo 21 años. Soy medio rubia, tetitas bien grandes y bien puestas, medio culona… mas que guapa yo diría que soy morbosa.

Desde siempre he tenido una gran fantasía, y esta era hacerlo con alguien mayor que yo. No hablo de un niño de 24 o 25 años sino realmente mayor. Me provoca desde siempre el típico viejo verde como se suele decir, es una atracción muy extraña porque en aspecto físico me provocan de todo menos apetito sexual pero no puedo controlarme.

Lo que les voy a contar pasó hace menos de un año. Mi padre es un empresario conocido y con mucho trabajo. Un día fui a verle a un bloque de oficinas que tiene en el centro de A Coruña para invitarlo a comer pero él ya había salido con unos clientes. Su secretaria me invitó a comer, puesto que es una chica joven y me llevo muy bien con ella. La comida fue perfecta, charlamos, nos reímos como siempre lo hacemos… hasta que llegó la hora de volver al trabajo. Entonces subimos y yo esperé a mi papá en su despacho, ya había pasado un buen rato cuando entró sin avisar un hombre de unos 50 años. Yo, sentada en la silla de mi padre, con mi faldita corta más subida por el calor que hacía, medio enseñando mi tanguita transparente. En cuanto abrió la puerta me sonrojé y me levanté, Iván, que así se llamaba el nuevo economista de la empresa se quedó perplejo admirando el panorama que yo le ofrecí por unos segundos.

Formalizamos la presentación, un hombre encantador y además muy atractivo, cosa que hasta ese momento no pude admirar porque estaba demasiado avergonzada.

Después de conocer a Iván, me volví a la facultad porque mi papá no llegaba y ya había pasado suficiente vergüenza.

Pasaron los días y yo no pasaba por la oficina porque me daba mucha vergüenza encontrarme con Iván, pero a la vez que me avergonzaba aquella situación, me ponía muy caliente pensar en la cara de Iván en el momento que me cogió desprevenida… estaba estupefacto… se notaba que le había gustado mucho lo que había visto. Empecé a imaginarme situaciones muy comprometidas y calientes con Iván, y aunque solo lo había visto una vez en mi vida, en las últimas semanas ocupaba la mayor parte de mis pensamientos eróticos.

Un tiempo después llegó el momento de tener que pasarme por la oficina de mi papá porque ya había puesto mil excusas y además de que era una tontería seguir sin visitarlo por aquello. Por eso decidí ir a junto mi padre. Llegué a eso de las 7 de la tarde al edificio, hacía calor, mucho calor. Aunque no estábamos en verano era uno de esos días de intenso calor que toda la ropa molesta en el cuerpo por lo que decidí llevar un vestido fresquito, mi tanguita y nada más. Entré al edificio y monté en el ascensor. La oficina de mi papá estaba en la 10ª planta. Cual fue mi sorpresa cuando en el primer piso se paró el ascensor y subió Iván. Estaba más guapo que la otra vez… era moreno, ojos oscuros, delgado aunque medio barrigón de la edad. Cuando me vio se quedó muy sorprendido y lo primero que me dijo fue que era más guapa de lo que pensaba puesto que la otra vez no me había podido ver bien porque medio me escapé corriendo. Después de este halago me saludó cortésmente y me preguntó porque hacía tanto tiempo que no visitaba las oficinas.

La verdad es que me metió en un compromiso, no sabía que responder, mientras pensaba como salir del apuro noté que ponía una mano sobre mi cintura, el cuerpo se me estremeció, cuando aun no me había recuperado noté que acercaba su boca a mi oído y medio besándome me susurraba que le había encantado como me había conocido, que fue la mejor presentación que pude hacerle. Estaba muy excitado y cada vez me besaba más, me decía que había soñado con aquella imagen todo este tiempo. Mientras me decía esto noté como su verga se ponía dura bajo su pantalón, eso me puso muy caliente, deseaba tocar aquella verga, seguro que era muy rica… cuando me di cuenta ya estaba pegada a su pantalón mamándole la verga por encima… poniéndola más y más dura.

Pero tan rápido como me bajé a mamarle la verga me subí porque me dio apuro porque estábamos en el ascensor y en unos segundos se pararía. Y así fue, llegamos a la décima planta y el ascensor se paró y yo me bajé y claro, Iván me siguió. Me dirigí al despacho de mi padre y allí estuve un rato charlando con él. Ya más tarde, abrí la puerta y allí estaba Iván esperándome, me metió un papelito en el escote y yo tan caliente como antes me fui a casa. Todavía recordando lo que había pasado aquella tarde me acordé de la nota que me había dado Iván. La busqué y la leí, decía: "Te deseo desde que te vi. Guardas un maravilloso tesoro para mí. Me gustaría darte todo el placer que te mereces. Llámame"

Me quedé de piedra… no sabía que hacer. Por una parte deseaba llamarlo y tener sexo con él pero por otra parte… trabajaba para mi padre, era de la edad de él… finalmente tiré la nota con su número de móvil. Me olvidaría de todo y seguiría saliendo con los chicos de la facultad.

Pasados varios días una noche sonó mi teléfono, era un número desconocido, descolgué el teléfono y… era Iván. Me preguntó porqué no lo había llamado, si no deseaba tanto como él verle, estar a solas, me hablaba con un tono tan sensual que no supe decirle que no, estaba tan caliente que me vestí rápido, tomé un taxi y me presenté en su casa. Estaba con su traje pero ya sin corbata y descamisado y con dos copas de champagne francés en la mano.

Abrió la puerta, me dio una copa y me invitó a pasar. Nos vimos y nuestras caras mostraban todo el deseo de sexo que teníamos, sonreí, puse las copas sobre la mesa y lo besé. Besaba genial, nuestras lenguas se rozaban, nuestros labios se buscaban… empezó a besarme las orejas, el cuello creía morirme tan solo con sus besos. Bajó a mis pechos, los tocó, los sobaba con maestría, los lamía, los apretaba bien rico, los chupaba. Me dio la vuelta, me agarró el pelo y empezó a lamerme toda la espalda hasta llegar a mi culito, pensé que ahí pararía pero no fue así, empezó a lamerlo, hacía circulitos con su lengua en mi ojete, pasaba su lengua desde mi culito hasta el coño… ummm. Sentía que me corría. Mordisqueó mi clítoris, folló mi coño con su lengua, mientras metía un dedito en mi culo… me corrí una y otra vez hasta que paró y fui yo quien le dio placer. Lo senté en el sofá, me arrodillé en el suelo y agarré su verga con mis manos, la pajeé bien rico hasta que la puse totalmente tiesa y la metí toda en mi boca. La chupé bien rico, la metía hasta el fondo de mi garganta y luego apretando mis labios la sacaba lentamente para estrujarla bien rico.

Lamí su capullito, estaba muy hinchado, rojo, lo besé rico, metí mi lengüita en el agujerito de la cabeza, noté que eso lo volvía loco. Agarré con mi mano su pollón y lo masturbé bien duro mientras chupaba, mientras succionaba sus huevos llenos de leche viéndole a la cara. Era la mejor verga que había metido nunca en mi boca, era gruesa y larga como a mi me gustaban. Cuando ya no podía más me senté encima suya y metí toda su verga en mi coño de un golpe… ohhhhhhhhhh! Le estaba encantando y a mi también. Empecé a cabalgarlo como no lo había hecho antes, estaba muy excitada, me sentía muy putita, tan putita que quería tener el mando de la situación. Lo cabalgue, lo follé a mi gusto cuanto quise. Mis tetorras rebotaban en mi cuerpo por las embestidas de la cogida, eso lo ponía muy cachondo y me las agarraba, las apretaba, las chupaba con ansia, con desesperación. Nos besamos y así desencadenamos tremenda cogedura en un gran orgasmo. Lo escuchaba aaah, ohhhhhhhh,que rico mientras notaba toda su leche resbalando por mi coño… q rico.

Descansamos unos minutos y yo medio avergonzada me dirigí a vestirme cuando el me agarró de la cintura y me besó. Me dijo que cogía como una putita, que era muy buena en la cama pero que aun no me podía ir porque no me había dado todo lo que quería. Entonces me tumbó en el sofá boca abajo y empezó a chuparme el culito y el coño, lo hacía divinamente.

Cuando ya estaba bien caliente metió un dedito en mi culo, luego dos, 3… hasta cuatro dedos tuve adentro de mi culo mientras yo me frotaba el clítoris de lo caliente que me tenía. Empezó a frotar su verga con mis nalgas, la apretaba bien rico y se le iba poniendo dura, luego me azotaba con la verga ya dura hasta que metió su capullo en mi culito, yo todavía virgen por ese agujero tenía miedo pero lo hizo con mucha delicadeza y cuando me di cuenta ya había metido toda su verga de un golpe. En el momento me dolió porque era una verga bien gruesa y larga pero empezó a bombear mi culo. Me puso de perrita, a cuatro patas en el suelo y me folló duro, bien rico mientras me apretaba las nalgas, las azotaba, agarraba mis tetas…….. creía morirme y más aún cuando se corrió en mi culo, sentí toda su leche adentro calentita que rico, siguió follándome un ratito más hasta que yo me corrí con toda su leche adentro.

Espero que les haya gustado tanto como a mí el recordarlo.

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