Una tarde-noche de placer II (Mi suegro se lanza)

Después de la masturbación, que me hizo tumbada en el Chaise Longue creyendo yo que era mi marido, mi suegro toma la iniciativa al día siguiente y me lleva hacia donde nunca nadie me había llevado. (Aconsejo leer la primera parte)

Tenía que haberme dado cuenta. Esos dedos urgando en mi intimidad, llegando a espacios en los que nadie había llegado nunca. Profanando el agujero que nunca nadie había traspasado no podía ser cosa de mi marido. Con él siempre había sido sota, caballo y rey. Siempre previsible desde que empezamos las primeras veces. Yo siempre pensaba que era por parte de su educación. Familia estricta. Madre de costumbres muy religiosas. Pensaba para mí que su modo de actuar de tremendo respeto hacia mí era motivado por su educación. Nunca una palabra soez, nunca sobrepasando el límite de lo formal, de lo ortodoxo. En el sexo eran caricias, besos, penetraciones en modos clásicos, variados pero nada estrambóticos. Misionero, cabalgarle, a cuatro o acostado de lado o sobre mi espalda. Yo pensaba para mí que me bastaba esa vida y esos modos.

Que equivocada estaba. Tengo que reconocer que disfrute como no recordaba. Ese dedo haciendo gancho en mi vagina. El otro introduciéndose ligeramente en mi ano, impregnado de mis jugos, cediendo mi carne apretando su falange. Esa corrida intensa.

Me levanté, con el máximo cuidado de no despertar a mi marido. Sin volver a mirar a mi suegro que se quedó chupando sus dedos acostado en el Chaise Longue paralelo a mi marido, imagino que mirándome por la espalda como me iba a limpiar. Estaba abrumada, avergonzada y muy excitada. No volví a la sala. Me fui a mi habitación. Noté cuando entró mi marido y se acostó en la cama. Me hice la dormida pero la verdad es que no pegue ojo en toda la noche. No sabía cómo abordaría el día después con mi suegro en casa. Pero no pude dejar de recordar el placer que sentí ese día.

Al levantarnos por la mañana me refugié en mi hijo. Él era la excusa perfecta para no salirse del guion establecido. De no abordar temas incómodos. Aunque notaba las miradas de mi suegro. El buscaba la mía y yo la evadía. Mi marido como siempre, cariñoso con todos. Vital y alegre de irse a realizar su trabajo. Él se iría y yo tendría que llevar a mi hijo al colegio. Como siempre mi suegro cada vez que está querría acompañarnos a la parada del autobús. Y luego … ¿luego qué?, me quedaría solo con él. Tenía que inventar una excusa para no quedarme sola con él; no tan pronto. Compras, la excusa fueron las compras.

Mientras todos los padres despedíamos a los hijos en la parada del autobús le dije a mi suegro que bajaría al centro a comprar. El con una sonrisa me dijo que muy bien, que el iría a la cafetería a tomar un café y leer la prensa.

En el centro yo también fui a tomar café a otra cafetería. Tengo esa costumbre también. Tantas veces lo habíamos hecho juntos. Los dos a desayunar a la cafetería y a leer y comentar las noticias del periódico. A veces los dos solos, otras con el niño y otras tantas en familia los 4. Pero esta vez no me sentía con fuerzas para haber ido con él. Me sentía avergonzada.

Tomando café no podía olvidarlo. Miraba a los hombres de la cafetería, a los más maduros.  Dentro de mí era como si ellos supieran lo que había pasado. Era como si estuviese viendo a mi suegro en ellos. Y ellos me miraban, supongo que porque se me clavaba la mirada en ellos. Y, Dios, me mojaba. No podía evitarlo, todo eran flashes de imágenes conmigo y mi suegro besándonos, metiéndonos mano, follando…. Tome el café apresuradamente y me fui de allí corriendo. No podía retrasarlo más. Tarde o temprano tendría que volver a casa y era absurdo atrasarlo.

Eran las 11:30 y entraba por la puerta con las bolsas de la compra. Las deje en la cocina. Y me puse a colocar las cosas que había comprado. En esas entro mi suegro. –Ah ya estás aquí- me dijo. Yo no respondía. –¿No me vas a decir nada de lo de ayer?-. Seguía sin responder. –No hace falta que lo digas, sé que lo disfrutaste. Tu cuerpo me lo dejo muy clarito- . –Maldita sea, pensé que era él- refiriéndome a mi marido. –Vamos niña, ¿Me tomas el pelo?- . -Es cierto creía que era él-. –Te mojas siempre así con él. Dios me chorreaste la mano. Sabes lo rico que estaban tus jugos. Eran pura miel-. Yo bajé mi mirada avergonzada. –No hace falta que lo digas, es la primera vez que te corres de esa manera. Es de las pocas cosas que no he podido enseñarle, como hacer gozar a una mujer de verdad. No tiene ni idea de cómo tratar a una mujer como tú. Se nota por el respingo que diste que ni siquiera te ha metido un dedo en el culo y menos la polla-. Oír hablar a mi suegro con esas palabras; un hombre de aspecto respetable, formal. Nunca hubiese pensado que se pudiera transformar de ese modo. Me estaba excitando de oírle hablar pero la vergüenza me podía como para mirarle. –Yo puedo darte todo el placer que él no te da, y no tendrías que salir ni de casa. No tienes ni idea de las ganas que te tenía y ayer no pude aguantar más. Mientras te masajeaba perdí la cabeza. No quiero ir más de putas para tener sexo. Estoy cansado de algo tan frío e impersonal. Tú vas a ser mi puta y yo voy a sacarte todo el placer del que puedas soñar. –¿Pero qué dices? ,¿Cómo voy a engañarlo y encima contigo? , casi le rogué. -¿Con quién mejor sinó? , ¿Con nadie tendrás menos riesgo? Dios si se te veía a leguas lo que lo necesitabas, te derramaste toda porque nadie te había tocado así, y eso solo es el comienzo. Tienes un montón de cosas por descubrir de tu propio cuerpo, cielo-.

Mientras decía todas esas cosas se acercaba hacia mí y yo retrocedía hasta que mi culo acabo por dar contra la pared. Él se acercó hasta quedarse a poco más de un palmo de mí. Sentía su cálida respiración en mi rostro. Una sensación que me embriagaba y me recordaba el placer que había sentido el día anterior. De pronto su mano acaricio mi muslo realizando un movimiento ascendente levantando mi falda. Las yemas de sus dedos acariciaba la parte interna de mis muslos subiendo poco a poco esperando mi reacción; pero mi reacción no llegaba. Estaba paralizada en parte por el temor a derrumbarme y por otro lado porque deseaba que continuara. Y continuó hasta alcanzar mi raja y pasar un dedo sobre ella. Al ver que no me movía llevo su mano hacia uno de mis pechos y rozar mi pezón por encima de la blusa mientras comenzaba a besarme. Primero labios contra labios, luego pasando su lengua por ellos presionando para localizar una rendija donde poder colarse, cosa que consiguió, alcanzando la mía y enrollándose con ella. Me di cuenta que lo único que haba hecho era separar mis piernas para facilitar su invasión pero en ese momento cesó todo por su parte. - ¿Quieres que siga?, Dime ¿Quieres que siga?- Yo no respondía. Tenía el corazón en taquicardia. –Si no dices nada te dejaré para siempre.  Pero yo estaba ya que no podía resistir, me había encendido como el sólo supo hacerlo esa vez y no pude más que pronunciar una palabra que apenas salió de mi garganta –Si-.  - ¿Cómo dices-  Me preguntó. – Si.- Respondí.  –Si ¿qué?- Volvió a preguntar. –Si quiero que sigas- Respondí  más fuerte. Él sonriendo me dijo –Sabía que lo deseabas,  ¿Por qué te has resistido tanto?  Y esta vez me metió la lengua hasta lo más profundo de mi garganta mientras pasaba toda la palma de una mano, ya por dentro de mi braguita,  por mi coño y amasaba fuertemente el pecho con la otra mano.

Después de dejarme sin aliento,  con ese beso tan profundo y mientras seguía con el juego de su mano sobre mí ya húmeda vagina, siguió bajando por mi cuello mientras aspiraba sobre él y soltaba todo su aire sobre mi piel provocando que se me erizaran todos los vellos del cuerpo. –Hueles divinamente, mmmmmmm. No sabes nada de mí. Tienes una idea de la superficie, pero sabes poco de como soy realmente. Ahora vas a conocerme de verdad. Vas a ser mi puta, te voy a esclavizar y vas a desear que te folle con todas tus fuerzas porque no vas a poder resistir pasar sin esto mucho tiempo.- me susurraba al oído mientras su lengua rodeaba toda la zona de mi cuello, nuca, incluso metiéndose mi oreja en la boca y chupándola, dejándomela absolutamente húmeda. Tanto como le estaba dejando yo la palma de su mano con mis fluidos al ser frotada de esa manera tan constante.

Con la mano, que había tenido posada en mi pecho y que subió hasta mi cabeza para girar mi cuello y poder lamerlo e incluso dar pequeños mordiscos, rodeo mi cabello y tirando firmemente de él me obligo a agacharme y poner mi rostro en su entrepierna. Pude intuir el bulto que se escondía bajo el pantalón. –Desabróchamelo, nena- Ordenó. Tímidamente y con temblor en las manos, lo que me hacía estar tremendamente torpe le desabroche el cinturón y el pantalón, lo que provocó que le cayeran a los tobillos, quedando todo su bulto ante mi aprisionado en los slips, una protuberancia gorda, volteada a la derecha, que finalizaba en punta de flecha gorda atravesada por una línea en medio que separaba dos lados carnosos. La camisa terminando en un vuelo, debido a la prominente barriga. De pronto el aire se volvió cálido y el aroma distinto, más espeso. –Bájamelo o te lo tendrás que comer con calzoncillo y todo- Me ordenó con tono imperativo. Con mis dos manos, una a cada lado de su cadera, tiré de la goma y lo deslice por sus muslos. Su polla rebotó hacia afuera casi pegándome en un ojo, lo que me hizo intentar echarme para atrás en un acto reflejo, pero él me tenía sujeta del pelo haciendo una coleta con una de sus manos, y no pude retirarme demasiado. –Ahora te la vas a comer y me vas a devolver el placer que yo te he dado a ti hasta el momento, y lo vas a hacer despacito y profundo. Vamos a ver qué es lo que ha estado disfrutando mi hijo hasta el momento de su mujercita-. Empezó a presionar mi cara contra su polla y tan cerca me la puse que aunque intente introducir la punta en mi boca desde el principio lo que ocurrió es que se dobló y mis labios fuero a dar contra su tronco por la mitad y el restregó mi cara contra él , más abajo contra sus huevos y más arriba contra su pubis, notando su vello contra mi cara, luego volvió a separarme un poco y ahí al segundo intento si pude meterla en mi boca; con lo que él ya dejo de forzar mis movimientos y me permitió realizar los movimientos más libremente. Rodee su glande con los labios, tenía la boca ya con bastante saliva del primer intento con lo que ya se deslizaba dentro de ella. Metía hasta la mitad y volvía a la punta, succionando con la fuerza justa mientras el gemía –mmmmmm asiiiii, sigue, muy biennnnn.- y repetía una y otra vez la misma operación, hasta que volvió a sujetarme el pelo y empujo mi cabeza hacia adelante haciéndome tragarla toda hasta el fondo de mi garganta, casi llegando a la arcada mientras no era capaz de acomodarla en mi cavidad. –Te dije profunda, putita-  me decía mientras me mantenía aprisionada contra pubis con toda su polla en mi garganta aguantando la respiración para no sentir asfixia. Cuando ya no aguantaba más comencé a poner mis manos sobre su barriga para poder liberarme empujando hacia atrás, pero el no me dejaba, era más fuerte que yo. Conseguí meter algo de aire por mi nariz, pero con el aire iba su olor masculino, el aroma de su vello púbico, que me embriagaba y me hacía perder las fuerzas y ceder en mi empeño. Él lo noto y bajo la presión permitiendo que me separara. –Eso essss , muy bien, ¿Ves cómo sabes hacerlo mejor? .No sabía que me ocurría pero oírle decir esas palabras de aprobación y lo imperativo de sus palabras comenzaban a hacerme sentir a gusto, por lo que intentaba hacerlo mejor. –Vamos otra vez, venga trágatela- me ordeno. Y esta vez aunque acompañaba con su mano en mi cabeza no le hizo falta empujarme hacia su pubis, yo misma me agarre de sus nalgas y trague hasta mas no poder, incluso apretando yo con mi propia garganta intentando tragármela, lo que hacía que le apretara el capullo, -siiii , sí, que delicia, eso es. Sí que aprendes rápido. Eres todo un descubrimiento, eso es, aguantaaaaa.-decía en tono mucho más alto ya. Cuando me permitió sacarla de mi boca levemente empecé yo a acelerar el ritmo de la mamada con un mete saca rápido e intenso pero él me empujó hacia atrás tirándome de culo contra el suelo - ¿Qué haces, nadie te ha dicho que me hagas acabar, no voy a correrme para acabar tan rápido, tengo que follarte primero- Me agarró del brazo, me levanto con fuerza, me puso por delante y con un brazo retorciéndomelo levemente y apoyado en mi espalda me fue llevando hacia la habitación mientras me iba pegando cachetes en el culo –Esto por desobediente y por puta. ¿Tantas ganas de leche tenías. No te preocupes porque vas a tragar leche a partir de ahora hasta que empaches. Vas a tragar leche por tu boca, por tu coño y por tu culo hasta que salga hacia afuera por la presión. De eso ya me encargaré yo-. Al llegar a la habitación me tiro así boca abajo sobre la cama me levanto la falda hasta la cintura y me quito las braguitas tirando bruscamente de ellas hacia abajo. – Ponte de rodillas y levanta el culo, niña- ordenaba mientras tiraba de mi cintura hacia el e incorporaba mi cuerpo dejándome apoyada de rodillas y sobre mis codos en la cama. Noté como separaba mis cachetes y me daba con la palma de la mano unas veces y otras las acariciaba suavemente. A cada golpe sonaba un “plasss” seguido de un grito mío que no podía sujetar. Al momento sentí como me separaba las nalgas y recorría su lengua desde la parte más baja a la que accedía de mi coño hasta subir a mi culo, dejándomelo todo completamente húmedo y lleno de saliva y fluidos, se escuchaban sonidos de chupadas, lengüeteos, gemidos, sonidos líquidos que llenaban la habitación, hasta que cesaron y note como se apoyaba en mi cadera separaba ligeramente mis nalgas y algo suave se restregaba por mis labios vaginales y apretaba rizando mi carne interior profundizando y llenándome completamente por dentro, alcanzando mis zonas más profundas por la postura, tumbándose sobre mi espalda, alcanzando mis pechos y amasándolos con fuerza mientras iniciaba un vaivén de cadera. A cada impulso un “AAAHHH “ se me iba del alma –Diossss que caliente estassss, como me gusta follarte, cuanto tiempo deseando esto, teniéndote cerca, deseando estas tetas, estos labios de chupapollas- mientras seguía follándome se incorporó, libero la presión de mis tetas y sus manos fueron a mis nalgas de nuevo. Otra vez cachetes en mi culo. Otra vez caricias pausadas, lentas sobre ellas. Paro dar caderazos y se quedó dentro quieto. Note como separaba mis nalgas y un dedo rozaba mi zona anal. Sentí como saliva caía en mi agujero desde arriba, caliente y un dedo presionaba mi agujero haciendo ceder su resistencia a la invasión. Su fuerza en la presión y la lubricación de su saliva lograron vencer mi resistencia, notando como entraba hasta el nudillo primero y luego toda la extensión de su dedo se alojaba en mi interior. –Te voy a follar el culo mi reina- me dijo-. –Noooo me va a doler, nunca me lo ha hecho por ahí, por favor- le rogué. –Shhhhhh  no te estoy pidiendo permiso niña. Te voy a follar el culo te pongas como te pongas así que es mejor que me ayudes y veras lo que es el aunténtico placer, tendrías que haber visto los gritos de las mujeres a las que les he follado el culo. No paraban de rogar que no parara de metérsela hasta los huevos, incluso algunas han chorreado la cama mientras se la tenía clavada atrás-. Y de repente el flash de mi suegro follándose a mujeres, maduras, jóvenes, gordas, delgadas… jamás hubiese imaginado a este padre de familia engañando a su mujer con todo tipo de mujeres y por lo visto así era. Mientras imaginaba esto su dedo seguía en mi interior moviéndose hacia todos los lados, mas saliva caía sobre su dedo y sobre mi agujero, girándolo alrededor y entrando y saliendo. Mi ano alcanzando una temperatura que no recordaba haber alcanzado jamás. De pronto presión de otro dedo y yo me quejo por la molestia – Calla y aguanta porque no va a ser el último- me advirtió,  y mi ano cedía a la presión de su segundo dedo con el que hizo el mismo juego de girar alrededor mientas lo metía y lo sacaba despacio esta vez con intervalos en los que lo dejaba dentro para que me acostumbrara. Era cuando se quedaban quietos cuando yo atisbaba algún momento de placer que se incrementó cuando su lengua se deslizaba coño arriba y abajo, jugando con mis labios, meneándola de lado a lado y sorbiendo la espesura que resbalaba de ellos.

Así me tuvo unos minutos que me parecieron eternos hasta que saco sus tres dedos después de haberlos separado entre si mientras los había tenido en mi interior como haciendo un hueco mayor del que fuese a necesitar. –Te ha quedado abierto hija mía, fíjate como boquea tu culo buscando algo que le falta- sonreía mientras me soplaba en la oquedad que había quedado, y tenía razón. Mi esfínter buscaba abrazar lo que hace unos segundos le hacía ceder de manera forzada.  Acto seguido note como acerco su polla a mi coño y me lo froto por el un par de veces de arriba a  abajo hasta meterla profundamente  llegando a notar yo como sus huevos golpeaban en mi carne. Después de unas envestidas y cuando yo gemía de placer y estaba al borde del punto de no retorno la saco y la llevo restregando por todo el recorrido hasta mi ano y comenzó a presionar logrando entrar, debido a la dilatación previa, su glande. Grité, sentí como me desgarraba, lo que me había dilatado aún no era suficiente para la anchura de su capullo. Sentía como me ardia, como la carne llegaba a su límite pareciendo que iba a rasgarme de lo que se tensaba mi anillo; -Shhhhhh mi niña, ya está dentro… solo tienes que quedarte quietecita para que se vaya acostumbrando- No tenía otra elección. Me tenía amarrada. Abrazada por la cintura. Llevando sus manos a mis pechos y cogiéndome de los pezones, al mínimo movimiento que hacía me los estrujaba. ¿Cómo no iba a estarme quieta?, además, todo lo que había dicho se había cumplido, todas mis sensaciones, todo el placer y todo el dolor que me había dicho que sentiría se había cumplido hasta ese momento, Tenía que confiar. Reculó un momento y volvió a dar un pequeño empujón y otro arranque de dolor me llego, mi estomagó sintió como se hinchaba, estaba absolutamente rellena. Mi cuerpo no daba más de sí. Me faltaba el aire, y al comenzar el vaivén de la penetración, menos capacidad de coger aire sentía. Cada vez iba más rápido y yo boqueaba. -¿Ves? .Ya la tienes toda dentro, ya te has comido una polla enterita por tu culito precioso, ahora vas a sentir lo que es el placer que tú misma te habías prohibido hasta ahora y que vas a comenzar a disfrutar a partir de ya. Te vas a convertir en  mi putita particular.- Comenzó a acelerar en sus penetraciones, casi sacándomela y volviéndola a meter hasta el fondo. Sentía una y otra vez el recorrido de su tronco por mi esfínter por el que ya resbalaba con total facilidad y, de repente, como si desde la lejanía comencé a atisbar el placer, algo tremendamente desconocido, nuevo para mí. Una sensación que no sabía exactamente desde donde venía pero que abarcaba toda mi zona abdominal hasta mis muslos; que nacía de mi interior. Ya no podía contener mis gemidos, gritos diría yo. –Así zorrita así, ya te viene el gusto ¿Verdad?-  decía el con la respiración agitada. –Siiiiiiiii-  solo podía decir casi entre alaridos. Justo en ese llevó la mano a mi coño y comenzó a frotarme el clítoris.  Estaba a punto, iba a correrme como nunca me había corrido y sin más se detuvo con su polla a medias en mi culo. Yo le imploraba –No,no,no ahora no pares- le decía mientras echaba mi culo hacia atrás buscando que no cesara de follarme, pero él me retenia con sus manos en mis nalgas. –Pídeme que siga, pídeme que te folle. Di que eres mi puta, que deseas que te monte todos los días. Vamos puta ruégamelo.- me gritaba. Yo comencé a gritarle desesperadamente y forzando mi culo para atrás –siiii fóllame, follame siempre, seré tu puta pero por favor no pares ahora, no me dejes así, nooooo- casi con lágrimas en los ojos- y el me respondió  volviendo a golpear con sus caderas hasta meterla en lo mas hondo –tranquila mi niña, no pensaba dejarte a medias, solo……. Quería verte…….pedirmelooooooo…. – y volvió a frotarme el clítoris mientras me clavaba llevándome al placer más infinito. Me derrame literalmente, sentí como mis flujos me recorrían por mis muslos lentamente y mi cuerpo comenzó a temblar, casi sintiendo espasmos en mis brazos y mis piernas, me derrumbe y mi cara quedo ladeada en el colchón, inmóvil. El seguía bombeando, diciéndome –Eso essss…. Disfrútalo, ese es tu orgasmo- Seguía y seguía. Era increíble que pudiese aguantar tanto. Al instante comencé a notar como se le ponía durísima y aceleraba más pero lo que hizo fue sacarla y de un golpe metérmela en el coño dar dos envestidas más y comenzar a vaciarse dentro de mi mientras yo le gritaba -Ahí nooooooo me vas a embarazaaaaaaarrrr , noooooo.- Me tenía amarrada de tal modo que ni en sueños me hubiese soltado, así hasta que sentí que dejaba de notar sus contracciones y se tumbó sobre mi espalda planchándome contra el colchón. Yo casi entre lágrimas le decía –Estoy ovulando, vas a dejarme embarazada.-  Él me respondió –Lo sé. Note lo espeso que estaba tu flujo, por eso lo he hecho-. -¿estás loco? ¿Qué le voy a decir a tu hijo? – El así acostado sobre mí me dijo – Mañana te lo follas, tendrás ese bebe si te quedas preñada y le dirás que es suyo. Él es mi hijo y lleva mis genes, por lo tanto ese bebe los llevará también. Tranquila mi niña, no se dará cuenta- Y así, enganchados hasta que su polla se quedó flácido y se desengancho de mí me tuvo amarrada sin moverse. Luego se acostó a mi lado, busco mis labios y comenzó a besarme dulcemente. –Mi niña, mi reina, ha sido fabuloso. Ya lo sabes, a partir de ahora esta es tu nueva vida. De mi hijo ya me encargo yo. Sé cómo es y de que pie cojea. Ya encontrare el momento de explicarle la situación que se avecina. Me quedé pensando que quería decir con eso y así me dormí, con mi cabeza en su pecho al son de la música de los latidos de su corazón.

¿CONTINUARA?

PD- Agradezco los comentarios. Ayudan a saber si merece lapena continuar.