Una tarde en mi casa
Me gusta montar a mis amantes
Adoro que me posean.
Me vuelve loca que me desnuden llenando mi cuerpo de besos y lamentadas mientras mi amante se desnuda. Me excita que me hagan tumbar sobre su cuerpo desnudo quedando apoyada sobre él mientras nos comemos a besos. Me alucina sentir como su polla empalmada presiona sobre mi pelvis y mi barriga y su pelvis y su barriga haciendo correr en mi imaginación como ese pedazo de carne en pocos minutos va a estar en mi interior. Me hace sentir mujer cuando una mano se introduce entre los dos y agarrando ese nabo lo dirige hacía la entrada de mi coño. Me siento plena cuando esa polla se introduce en mi mojada vagina y como me hacen levantarme para poder contemplar mi cuerpo desnudo desde su posición. Adoro como sus manos se dirigen hacia mis pechos y me los tocan primero con suavidad y después me los aplasten con fuerza, haciendo sentir como mis pezones quedan crecidos y desafiantes cuando se retiran esas manos y se dirigen a mi boca para que pueda chupar los dedos que las coronan. Suspiro cuando encajo del todo el apéndice en mi interior y noto como mi coño chorrea mojando mis piernas y sus caderas. Creo morir cuando sus manos me cogen por mis caderas y me hacen mover arriba y abajo marcando el ritmo de mi penetración, me gusta ver como mis tetas bailan al compas de mis saltos, como gotas de sudor van goteando desde mis erectos pezones cayendo sobre su pecho. Disfruto como loca mientras noto esa polla entrar y salir de mi. Chillo de placer cuando noto como mi abultado clítoris roza el bello púbico de mi amante provocando descargas de placer que bajan por mi espalda. Me derrito cuando noto como la dura polla toca mi matriz e invade todo mi interior. Me derrumbo cuando mirando al techo y susurrando cosas incomprensibles incluso para mi un orgasmo me invade y mi cuerpo tiembla entre descargas de placer. Disfruto viendo su cara desencajada mientras me da sus ultimas penetraciones hasta que después de tensar sus músculos un liquido viscoso invade mi interior.
Tenso mi cuerpo cuando la puerta de mi habitación se abre y veo a mi padre con el pomo en la mano mirando con ira hacia mi cama.
- Pero María José ¿quién coño es este tío?, ¿otra vez te has traído a un tío a follar a casa? ¿es que no tienes ningún respeto por tus padres?
Y me sonrió cuando veo a mi amante recoger su ropa y salir corriendo desnudo esquivando a mi padre que le observa pasar con cara de cabreo y se pierde escaleras abajo.