Una tarde en los probadores (Parte 2)

Tras romper Marta con su novio, Cris, Marta y yo nos vamos de compras... Y menudas compras...

Segunda parte de los sucesos con mi novia y su hermana.

Aquí esta la primera parte: http://www.todorelatos.com/relato/85904/

El jueves siguiente a "la velada de los camisones" (Así nos referimos mi novia y yo a aquella noche [Primera parte de la serie]), mi novia y yo, nos enteramos que Marta y Richard cortaron. Según nos contó Marta, Richard tenía una amante desde hacia tiempo y este había preferido quedarse con la otra. "Imbécil" pensé yo mirando a Marta. Pero la verdad es que Marta no parecía triste, es mas según lo hablamos mi novia y yo, llegamos a la conclusión de que ella parecía aliviada.

Al día siguiente, Cris y Marta querían ir a comprar ropa, por lo que me tocó llevarlas al centro comercial de la zona. Fuimos en mi coche y por el camino hablamos de todo. En veinte minutos llegamos.

Ellas ya sabían lo que querían, por lo que íbamos directos a de una tienda a otra comparando precios y mirando muchas cosas.

Mi relación con Marta fue la misma que antes de lo ocurrido aquella noche. Su forma de actuar de hablarme, incluso mi novia notó que todo estaba demasiado normal. Pero lejos de preocuparnos los dos, seguimos como si nada e intentamos pasárnoslo bien sin dejar de lado a Marta.

Entramos en una tienda y Cris se volvió loca por una camiseta, por lo que antes de poder decirle nada se fue a probársela al probador, dejándonos a Marta y a mi solos. Ambos nos quedamos cayados y simplemente la seguí ya que estaba mirando ropas y yo no tenía nada mejor  que hacer.

Poco después apareció Cris con el móvil en la mano.

-Es Carla. Esta con su novio aquí, voy a saludarles, ahora vuelvo.- Se despidió dándome un beso. No tuve casi tiempo a reaccionar, y como instantes antes, Marta y yo nos quedamos solos. Pero esta vez para mas rato.

-Esta niña siempre igual.- Comentó Marta mirando a Cris salir de la tienda.

-Esto Marta...- Comencé a hablar reuniendo todas mis fuerzas. -¿Me podrías ayudar?

-Claro.- Contestó ella mientras seguía mirando la ropa de la tienda.

-Veras, es que quiero comprarle a Cris un vestido y me gustaría saber tu opinión.

-¿Ya tienes pensado algo o todavía no sabes nada?- Preguntó todavía sin mirarme.

-Había pensado en uno de color rojo, pero es que no he encontrado nada que me guste.- Dije suspirando, recordando que pronto iba a ser nuestra aniversario.

-Muy bien, pues vamos a donde los vestidos.- Dije ella cogiéndome de la mano y sonriendo.

Al igual que cuando fui solo a ver vestidos para Cris, vi todos los vestidos que allí había y me deprimí solo de pensar en que tenía que elegir uno, el mejor. (Siendo sinceros, soy muy malo eligiendo la ropa o demás cosas que tengan que ver con los gustos de los demás...) Marta comenzó a mirarlos hasta que paro y saco uno de color verde.

-¿Qué te parece este? ¡Ay! no, que lo querías rojo, jeje... Que tonta...- Rió para si misma dejando el vestido en su sitio y siguiendo buscando. Antes de que me diese cuenta, saco dos vestidos de color rojo. Uno de ellos un vestido corto, que llegaría a la altura de la mitad del muslo y con escote de palabra de honor y el otro, un vestido un poco más largo, a la altura de las rodillas, pero este tenía un escote de un hombro. Ambos eran lisos como a mí más me gustaban. Lo cogí y empecé a imaginarme a mi novia con aquellos vestidos. La verdad es que con ambos estaría espectacular.

-Buf... No se...- Dije encogiéndome de hombros.

-Y si ¿Me los pruebo?- Soltó de pronto Marta sorprendiéndome. Me quede en silencio sin decir nada, ante la propuesta de Marta. La verdad es que deseaba verla con aquellos vestidos pero fue algo que nunca se me abría ocurrido pedirle. Y antes de que pudiese contestarle ella me quitó los vestidos y se dirigió a los probadores. Yo me quede quieto, sin saber qué hacer, pero Marta me llamó desde los probadores haciéndome ir hasta allí.

No había mucha gente en la tienda y los probadores estaban bastante escondidos. Marta entro casi en el último de los probadores y cerro la cortina. Yo me quedé fuera esperando a que me avisara.

La espera se me hizo eterna, pero con un golpe en la cortina Marta me hizo saber que ya estaba cambiada, por lo que moviendo ligeramente la cortina asomé la cabeza dentro del probador para ver cómo le sentaba el vestido.

-Uau...- Solté inconscientemente al ver a Marta con el vestido de un solo hombro. Estaba espectacular. Sus curvas se marcaban perfectamente, el solo tener una tira dejando ver el otro hombro era realmente sexy y se podía llegar a ver la entrada su canalillo. En ese momento recordé sus hermosos pechos, firmes y en su sitio. Por debajo el vestido mostraba sus bonitas piernas. "Solo le faltan los tacones, jeje..." Pensé como si el vestido fuese para ella.

Marta se rió al ver como la miraba y por ello llamó mi atención:

-Bueno, ¿Qué te parece este?

-La verdad es que es muy bonito y te queda muy bien, así que a Cris también.- Menos mal que la cortina tapaba prácticamente todo mi cuerpo, si no ella podría haber notado la erección de caballo que tenía en esos momentos.

-Vale, voy a probarme el otro, así que fuera.- Me despidió Marta cerrando la cortina.

Mientras se cambiaba, volví a ver mentalmente a Marta con aquel vestido y sin querer acabe recordando cómo estaba hacia una semana escasamente. De nuevo Marta golpeó la cortina para avisarme que ya estaba lista. Al igual que antes, asome la cabeza por un lado de la cortina, intentando no abrirla demasiado. La mire, y casi caí de bruces hacia atrás. Eso era una mujer y lo demás tonterías. Ya había elegido el vestido para mi novia, pero aun y todo seguí mirando a Marta, que estaba deslumbrante y sexy. Aquel escote, esas piernas, sus ricas curvas... En aquel momento tuve que refrenar mis deseos de entrar dentro del probador, desnudarla y volver a hacerle el amor, como la noche pasada.

-Este mejor, ¿No crees?- Dijo ella perfilándose, mientras se miraba en el espejo del probador.

-Ya lo creo.- Balbuceé.

-Jijiji...- Rió ella al verme como casi se me caía la baba. -Además, con solo hacer así, mira.- Y con un pequeño tirón desde abajo del vestido, este cayó al suelo. Marta se desnuda excepto por un tanga azul, el mismo del conjunto del camisón.

Me quede con la boca abierta mirándole todo el cuerpo. Era preciosa y estaba realmente buenísima. Sus pechos grandes estaban tal y como los recordaba, su figura, sus piernas, su culo...

-Dame la mano.- Me dijo, y yo inconscientemente la introduje dentro del probador. Ella me la agarro y la llevo directamente a sus pechos, obligándome a agarrarlos (cosa que no hice a disgusto, jeje...). -Javi, no puedo olvidar lo del otro día... Quiero mas...- Parecía suplicarme, más que pedírmelo.

-Pero Marta... Eres mi cuñada...

-Lo sé, pero te necesito una vez más.- Me miro a los ojos y de estos parecía que iban a salir una pocas lagrimas.

-De todas formas, ¿Aquí?- Le pregunté mirando el probador.

-Cris puede volver en cualquier momento, pero si no es ahora, ¿Cuando podrá ser?- Dijo apenada.

-Es verdad...- Afirmé pensativo, pero sin darme cuenta de que Marta había sacado la cabeza fuera del probador y después de comprobar que no había nadie, me metió dentro del mismo. "Espera, ¿Cuando he aceptado?" Pensé, pero no pude decirlo, mi deseo por Marta por fue más fuerte que yo y me deje desnudar por ella.

En menos de lo que esperaba ella estaba de rodillas haciendo una mamada. Ella se apretaba los pechos y se pellizcaba los pezones sin perder ritmo. De vez en cuando Marta me lanzaba una miradas llenas de morbo, que me excitaron mas. No podía engañarme, una de las mejores mamadas de mi vida. Poco después, se colocó delante del espejo del probador y saco su hermoso culito.

-Javi...- Me pidió con la mirada.

Yo por mi parte me agache y deslicé el tanga entre sus piernas dejando al descubierto su depilada vagina, en la cual me hundí y comencé a comerle. Marta respiraba fuerte y me agarraba la cabeza, hasta que de pronto un gemido se le escapo.

-Shh... Marta, nos pueden pillar.- Le dije separándome de su vagina, pero seguí estimulando su clítoris.

-Lo sé pero... Umm... No te imaginas cuanto lo deseaba.- ME contestó mientras yo volvía a pasar mi lengua por toda su vagina.

Segundos después me levanté, pero Marta se quedo en la misma posición, acerque mi pene a su vagina y tras humedecer mi miembro le penetre lentamente. Marta me clavo las uñas en mis muñecas intentando reprimir un gemido. Una vez la tuve entera dentro de ella, comencé a moverme. La sensación era increíble y el morbo de estar haciéndolo en un probador agrandaba la excitación que ambos teníamos.

-Eres una golfa, Marta.- Le dije sin parar de penetrarla.

-Lo sé, pero dame mas, por favor.- Me dijo girando medio cuerpo hacia mí y besándome mientras yo aumentaba ligeramente el ritmo.

Ella casi no aguantaba el no poder gemir a gusto, y lo nota en las respiraciones que hacia mientras nos besábamos. Aproveche el momento para agarrar uno de sus pechos y pellizcarle el pezón suavemente. La verdad es que los dos estábamos excitadísimos.

Tras un rato, ella me obligo a parar y se dio la vuelta colocándose frente a mí. Levanto su pierna izquierda, la cual yo agarre con mi brazo izquierdo, y tras ponerse ella de puntillas la volví a penetrar. Nos miramos a los ojos y nos volvimos a besar mientras mis embestidas le seguían obligando a reprimir sus gemidos.

-Javi, eres el mejor.

-Hago lo que puedo.- Le contesté, aumentando considerablemente el ritmo de mis penetraciones, lo que hizo que Marta me clavara las uñas a la espalda y me mordiese a la altura de la clavícula, para no llegar a gemir alto.

-Avísame antes de hacer eso.- Me reprimió Marta recuperándose de su orgasmo.

-Voy a... Terminar...- Le dije sacando mi pene, y comencé a masturbarme. Ella se arrodillo frente a mí y abrió la boca esperando mi semen, para mi sorpresa, pero no por ello me detuve, y segundos después eyaculé en su boca. Tras tragar mi semen, ella volví a hacerme una mamada. Cuando termino me senté en el suelo y ella lo hizo entre mis piernas. La abracé y nos quedamos unos segundos en silencio.

-Gracias.- Dijo Marta, rompiendo el silencio. Después me dio un nuevo beso y se levantó. -Venga, vístete y sal fuera, que igual Cris nos está esperando.

-Voy.- Le contesté mientras hacia lo que me dijo y tras ver que no había nadie fuera, salí y me coloque como si la estuviese esperando. Dejamos los vestidos, para que otro día volviese yo solo a por el que iba a regalar a Cris.

Nunca le hemos contado a Cris lo ocurrido entre Marta y yo en el probador. Aunque a partir de entonces, mi relación con Marta mejoró enormemente, cosa que alegró a Cris. Ya que según decía, ella quería que nosotros nos llevásemos siempre bien.