Una tarde diferente

Era Verano, hacia mucho calor y decidi, salir de casa y ttermine en la La Casa de Campo, fue una tarde diferente.

Una tarde diferente

Era una tarde de mediados de Julio, en Madrid el calor era tremendo, se me había estropeado el aire acondicionado en casa, y en el pequeño apartamento cercanazo a la calle Mayor no se podía respirar.

Me puse cómodo, baje a la calle y llegue a la plaza de Isabel II, allí tome el metro hasta Príncipe Pie, y cuando llegue a Lago, me baje.

Desde la estación de metro hasta el teleférico hay un pequeño paseo de diez minutos, pero mereció la pena, tanto el aparcamiento de abajo, como el de enfrente del teleférico, estaban llenos de coches, eran las ocho pasadas, y lo peor del calor estaba pasando, me metí entre los árboles y dando un paseo cuestabajo, me iba fijando en los tíos con los que me cruzaba,

Entre unas retamas había visto a tres tíos jugando, uno de ellos al verme salio y me siguió con la mirada.

Baje hasta el paseo inferior, al otro lado la vaya de regeneración de la masa forestal.

Busque el sitio por donde la vaya esta rota y empecé a subir a una amplia pradera con montones de rincones tranquilos .De vez en cuando miraba, el tío me seguía, solo tenia que llevarlo a mi rincón favorito y esperarlo allí.

Mediría un metro setenta, estaba delgado pero fuerte, unos vaqueros petaos, le hacían un culo y un Paxton tremendo, una pinta de macarra tremenda, era de piel morena, pelo moreno no muy corto con una liguera ondulación y un perillón llamativo, sus ojos negros, pequeños, pero vivaces como estrellas, una bandolera , era el único complemento que llevaba, en el torso una camisa de cuadros sin mangas.

Al llegar a mi rincón, una zona circular, separada por setos bajos de las miradas indiscretas y a la sombra de una gran encina, me quite la camiseta y me apoye en el tronco de la encina.

Vi. como se acercaba, le marcaba con la mirada, se aproximaba lentamente, pero de forma decidida, y al llegar a medio metro de distancia mía, se arrodillo levanto la mirada solicitando mi aprobación, y empezó a lamer mi paquete por encima del vaquero, en ese momento ya marcaba de forma muy acentuada su perfil, y apenas podía aguantar aquella cárcel.

Mire hacia abajo, para soltar mi pantalón, me sorprendió la bandolera tirada sobre el suelo, su cremallera abierta, alrededor, poppers, condones, lubricantes , guantes de látex y un látigo largo y con varias puntas; también unas esposas, y algunos cordones de cuero negro.

Por unos instantes me quedé paralizado, pero mi polla se puso mas violenta y nada mas liberar el botón y bajar un poco la cremallera se escapo dándole en la cara con violencia.

Enrede mis dedos, entre los rizos de su cabeza y le di una follada de boca salvaje, violenta profunda. El muy cabrón babeaba y cada vez ensalivaba mas mi rabo, que se deslizaba entre sus labios hasta lo mas profundo de su garganta.

Cuando estaba a punto de corredme, le aparte, de una patada, mientras rodaba por el suelo, le pedí que se desnudara.

Cuando hubo acabado, le pedí, que se acercara a mi, le pase las manos sobre una rama de la encina y las uní por las esposas,

El paqueton que marcaba no era solo producto de esos pantalones apretados, si no que dos huevos gordos y una polla morcillota, pero impresionante aparecieron entre sus muslos.

Le ate los huevos con un cordón, y cogiendo una piedra se la colgué del cordón, el rabo morcillon creció de golpe, tenia tantas posibilidades antes mis ojos, que no sabia como seguir, entonces, levanto la mirada, me hizo un gesto y me indico el látigo.

Lo cogí, calcule la distancia y descargue sobre sus espaldas una serie de la latigazos.

Cada impacto le hacia bambolear el cuerpo, la piedra que colgabas de sus testículos oscilaba, mientras su potente rabo cada vez mas duro, apuntaba el cielo.

Sus pezones parecían astas que envestían, y mi polla ante tal situación se había puesto a tope.

Cogí, el frasquito de poppers, se lo puse bajo la nariz, y tras lubricarle el culo, lo folle mientras retorcía sus pezones con mis dedos.

La situación me estaba sobrepasando, y al poco de empezar la follada, me corrí.

Me quite el condón, lo tire a sus pies, me termine de vestir, y dejándole en esa situación, me aparte del hueco, pero sin alejarme.

Vi. como varios tíos entraban, los castigaban con el a

látigo, le retorcían los pezones y se lo follaban.

Después de algo más de una hora volví y lo solté.

Su polla babeaba, entre sus pies varias corridas , y alrededor suyo, unos cuantos condones llenos de leche.

Durante todo el verano venia a la caída de la tarde, buscaba experiencias fuertes , pero los tíos al ver el látigo se asustaban y salían corriendo, pero hoy al lanzarme y jugar con el, otros tíos se han ido animando, y le han dado caña a tope, incluso un cabrón, fuerte se ha pasado, indicándome unas marcas del látigo en la espalda , y el culo marcado con unas manos fuertes y grandes.

Se cogió la polla y los huevos con ambas manos, estaban morados como unas berenjenas y el tío solo de verlos se volvía a empalmar.

Sus pezones rojos como tomates dejaban ver como los habían tratado.

Me miro, aun no tenia suficiente, saco unas pinzas de la bandolera y se las puso en los pezones, me arranco los pantalones y se metió mi polla nuevamente en la boca, rápidamente creció, y cuando considero que estaba preparada, la enfundo y se sentó encima de mi, casi era una violación.

Subía y bajaba por mi rabo, mientras sus huevos y su polla golpeaban mi barriga, con la manos se abría las nalgas para que mi polla se introdujera mas, y en un salvaje movimiento, mi polla se vacío, su culo se contraía, y segundos después una nueva descarga de su leche se extendió por mi barriga y llenaba mi ombligo.

Saco mi polla de su culo, la quito el condón y lamió toda su leche de mi cuerpo.

El muy cabron, me dio las gracias, por la tarde de sexo que le había ofrecido y se marcho.

Para mi desde ese momento, ya ha dejado de ser lo importante una buena mamada, o follar un culo espectacular, mis gustos cambiaron, y mi sexualidad empezó a ganar muchos enteros.