Una tarde diferente

Una tarde diferente a las vividas en pareja, hace que disfrutemos de nosotros de una manera especial

Llevas un vestido feo, el cual no me gusta y medias de  rejilla y te pillo en una esquina de la calle a oscuras porque la luz está fundida... te cojo las manos para que no puedas hacer muchos movimientos y te susurro al oído “vámonos a casa, tengo una sorpresa para ti”.

No pierdes el tiempo y aceleramos el paso para llegar lo más rápidamente posible. Abres la puerta de casa a toda velocidad, pero mis manos no dejan de sobarte y tocarte (que quede claro que el vestido no me gusta!!!). No consigues terminar de abrir la puerta, porque estas embriagada de lo que te viene encima... no sabes por dónde va a salir la cosa... te levanto la falda y te tiro al sofá. Tu ropa interior se resiente... pues se nota bastante tu humedad... te cuesta respirar de la excitación

Estas tumbada en el sofá, con el vestido de botones delante del pecho y sigues suspirando cada vez más profundamente, y en un arrebato mío, te desgarro el vestido de un tirón y lo rompo entero... Siento como suspiras profundamente porque notas el aire en tu cuerpo y puedes ver tus pechos aprisionados en un sujetador negro de encaje el cual se trasparentan tus aureolas y tus pezones comienzan a despuntar, pues se notan bien marcados en el sujetador. No esperabas esa reacción en mi, y tu humedad se vuelve más y más intensa… Saco de mi bolso unas tijeras de niños y con ellas, corto tu sujetador por la zona de la aureola y ya tengo delante mío tus pezones, erectos y duros...

Saco de un cajón del comedor, una pluma que guardabas con mucho esmero y comienzo a  acariciarte suavemente por las caderas y rozar la parte cortada de tu sujetador, sin llegar a tocarte el pezón.

Estas excitada, cierras los ojos para sentirlo bien. No sabes que hacer, te quedas quieta esperando acontecimientos. La pluma sigue su curso y se desliza rozándote los pechos y de repente notas otro tirón más fuerte que el de antes y termino de romperte el vestido del todo...

Estas casi desnuda ya que solo tienes el sujetador roto por las aureolas, la humedad en tu culotte y con las medias puestas (medias no pantys , que te quedan a medio muslo) Mi lengua se desplaza por tu cuerpo, recorro tu cuerpo hasta llegar a tu  lóbulo que lo lamo y succiono y comienzo a bajar por el cuello, mis manos siguen jugando con la pluma que va recorriendo tu cuerpo a su ritmo, y no ha dejado de tocarte en ningún momento tu torso... los pezones están esplendidos, como nunca antes los había visto. Mi lengua hace efecto en tu cuello el cual hace que te erices toda y sigo bajando y bajando hasta rozar el sujetador que sube por la tela fina y notas mi saliva por la tela del encaje. La humedad de mi lengua llega a tu aureola y allí se detiene para jugar y degustarlo y no dejar de saborearlo... Un simple roce al pezón de vez en cuando y te excitas todavía más, tanto placer te cuesta soportarlo y casi suplicando e implorando, pides que lo chupe y que lo lama de una vez... esta bien durito y no me entretengo, me lanzó a por él y lo meto todo en la boca. Das un gemido de placer al notar mis labios sobre él...

No dejas de moverte, aprietas las piernas del placer que sientes y mis manos , libres ya de la pluma, acarician todo tu cuerpo y rozan tu culotte en la entrepierna mojada... Simplemente ese pequeño roce, te hace contraer de placer. Sigo bajando y acaricio tus pantorrillas suaves por las medias que llevas y comienzo a enroscarlas hacia abajo que se van cayendo despacito por la piernas. Mi lengua sigue enzarzada con tu pezón y cambio al otro pecho,  para que no tengan celos uno del otro...

La mano vuelve a buscar la tela fina del culotte y lo acaricia suavemente, casi imperceptible pero si sensorial. Estas desatada. Mis dos manos se abalanzan a cada lado de tu cintura y agarran fuertemente tu culotte y como le pasó al vestido, lo destrozo y lo rompo en mil pedazos y dejo al descubierto todo tu ser, todo tu sexo y al contacto del aire se deshace. Ya no hay humedad, pues la excitación hace que tengas ya hay un gran charco...

Dejo tus pechos para bajar por el ombligo, soplando suavemente y llego a tu monte venus donde me entretengo con los cuatro pelillos que tienes recortados encima tu raja embriagadora y juego con ellos...

Tu sexo sigue emanando flujos y cada vez son mas intensos. Mi lengua sigue bajando, rozan tus labios y das un pequeño chillido de placer y  me quedo recreándome en las ingles que las lamo una y otra vez, bien suavecito y sin ningún tipo de prisas, pues tengo todo el tiempo del mundo el cual parece que se ha detenido y no quieres que corra pues quieres que se pare en este momento esas largas horas

Aunque el tiempo se haya detenido tu cuerpo no lo hace y sigue retozándose. Después de ir rozando y jugando con tus labios exteriores, mi lengua se acerca a la joya de tu cuerpo, a tu botón de oro, a tu clítoris y que tiene buena pinta sabrosísima, bien durito y gordo... hasta de la hinchazón que tiene, tu misma notas lo grande que esta. Toco la puntita de tu clítoris con mi lengua y escucho otro chillido de placer. Estas fuera de si y con cada roce es una explosión de placer que te hace enloquecer más y más. Disfruto jugar con él, lo lamo entero, de arriba abajo, cambiando el sentido, le voy dando círculos y mis manos comienzan a abrirse paso a tu gruta, empapada por la excitación y por las caricias dadas en todo tu cuerpo. Primero un dedito comienza a penetrarte y la lengua sigue a su rollo independiente de lo que las manos comienzan a hacerte. Buscan y rebuscan dentro de ti, como si hubieran perdido algo y están deseosos de encontrarlo... jadeas, gimes y te retuerces. Notas que tienes el vestido roto, el sujetador cortado y el culotte destrozado y eso te hace sentir viva y loca de contenta y embriagada de placer.

Sientes que estas acercándote a esa meta que te has puesto, que es sentir tu explosión de placer y que estas a puntito de reventar, comienzas a temblar, estiras tu pies como si tuvieras calambres y sientes lo que se te viene encima. Yo que también lo noto y acelero el ritmo para que tu cuerpo no decaiga.

Terminas explotando y expulsando todos tus jugos contra mi cara. Una cara de perversión de haber visto, sentido y notado tanto placer en un momento...

Continuará…