Una tarde de poker con mi mujer de camarera

Todos los viernes nos juntábamos unos amigos para jugar una partida de póker. Esta semana tocaba en mi casa, y Carmen, sabiendo lo que me calienta que se exhiba, se vistió especialmente para la ocasión

UNA TARDE DE POKER CON UNA CAMARERA MUY ESPECIAL.

Todos los viernes nos juntábamos unos amigos para jugar una partida de póker. Esta semana tocaba en mi casa, y Carmen, sabiendo lo que me calienta que se exhiba, se vistió especialmente para la ocasión. Se puso una falda que sin llegar a ser mini era bastante corta y no dejaba nada a la imaginación si se agachaba. Y para rematarlo se puso un tanga que por delante era completamente trasparente. Arriba, como siempre, una camiseta liviana que realzaba más sus ya prominentes pechos.

A eso de las diez empezaron a llegar los invitados. Según iban entrando, devoraban con los ojos a Carmen, que con dos botones desabrochados dejaba ver casi en su totalidad el canalillo de sus tetas y algo de sus pezones.

Esa noche estuvieron presentes Antonio, Enrique, Raúl y Pedro. Con Antonio ya habíamos tenido alguna aventura. (Ver " Tenía que conseguir ver a mi mujer con otro "). El resto no había tenido ese privilegio.

Nos dispusimos a jugar. Carmen nos preparo las bebidas mientras que nos deleitaba con sus encantos, se agachaba sin doblar las piernas, con lo que le veíamos casi la totalidad de sus nalgas, o bien sus tetas, al estirarse para poner los vasos en el extremo de la mesa que tenía más alejado, que ya se encargaba ella que fuera así. Mis amigos intentaban mirar con disimulo pero debían tener una erección de caballo porque no paraban de meter debajo de la mesa sus manos.

Se acabaron las bebidas y Antonio se ofreció a ayudar a Carmen. Recogió las copas y se las llevo a la cocina. Mientras que Enrique barajaba.

Fui detrás de él, cuando entre en le cocina ya estaba con una mano debajo de la falda de Carmen tocándole el culo y dándole besos en el cuello.

Carmen arqueaba el cuerpo sacando su culo hacia atrás como buscando tener más contacto con la poya de Antonio que presionaba en medio de sus nalgas.

Cuanto te he echado de menos. Dijo Antonio.

Y nosotros a ti, hemos echado polvos de infarto recordando el fin de semana en tu finca.

¡Que! ¿Vienen esas copas, o no?

Que haces con tanga, es que te has vuelto decente.

Sin darle tiempo a reaccionar, aprovechando que tenía sus dedos en el coño agarro la tirilla del tanga y tirando hacia abajo se lo saco. Carmen levanto un pie y después el otro facilitando la labor.

Pórtate como tú sabes que me gusta, a la vez que le decía esto le mordía en la nuca.

Cuando te pille te voy a dejar los huevos secos. Cabrón.

Antonio pasó a mi lado guiñándome un ojo.

Carmen cogió la bandeja con las bebidas y se encamino al salón. Con los dos cubatas que se había tomado iba haciendo eses y con el movimiento, sus tetas se movían amenazando salirse de la camiseta por la apertura. Los ojos tras las cartas se escondían disimulando. Exploraban su escote con la esperanza de ver un poco más.

Reanudamos la partida y Carmen se tumbo en el sofá a ver la televisión. Su culo orientado hacia nosotros nos permitía ver en algunos momentos su coño cuando se movía o apartaba el cojín con que intentaba disimular su desnudez. La gente no prestaba atención a las cartas y se daban manos absurdas, lo mismo ganaba un par de dieces que había gente que se retiraba con un full. Carmen o se durmió o se hizo la dormida y encogiendo mas las piernas dejo todo su culo al aire, en medio se veía perfectamente su coño depilado.

Teníamos tormenta en el exterior y aprovechando que la luz fluctuaba le pedí a Antonio si me acompañaba a echar un vistazo al grupo electrógeno. Al salir, "Bruno"; nuestro perro, un gran Danés de gran tamaño se coló y paso al interior de la casa. Desistí de cogerlo.

Nada más salir al exterior corrimos y subimos por la escalera de atrás al piso de arriba.

Enrique, Raúl y Pedro, se levantantaron y se aproximaron a Carmen que seguía mostrando toda su desnudez. La teta con la caída natural se asomaba por el escote de la camisa.

Qué buena esta la condenada, y que puta. Mírala como va. Me la follaba ahora mismo. Dijo Enrique.

Raúl más osado levanto la falda y corriéndola hacia arriba la dejo mostrando todo su sexo. Se mojo un dedo y pasándolo suavemente por en medio de su coño separo los labios de su vagina mostrando su interior rosado. Enrique a su vez le había cogido la teta que asomaba y se la masajeaba. Agachándose se metió con delicadeza el pezón en la boca y lo lamio con la lengua, el pezón reacciono poniéndose duro.

Tras la barandilla del piso superior Antonio y yo observábamos agachados. Yo no me podía aguantar tenía una erección de caballo y Antonio no paraba de tocarse el paquete.

El perro oliendo a su ama se aproximo, mis amigos al verle llegar se echaron para atrás un poco asustados. El perro paso ante ellos ignorándolos, se aproximo a Carmen y metiendo su hocico en medio de sus piernas se dedico a dar lengüetazos al coño de Carmen que dando un respingo se puso boca arriba y dejo caer una pierna fuera del sofá. Con lo que el perro tenía más fácil acceso a su ya jugoso coño presa de la excitación.

Enrique, Raúl y Pedro cerca de donde se desarrollaba la escena hacían comentarios entre sí. Raúl sin pensárselo se saco su poya con una tremenda erección y empezó a cascársela sin ningún pudor delante de sus amigos y sin perder de vista lo que hacia el perro. Los otros dos al verle no se lo pensaron y procedieron a sacársela también y empezar a masturbarse.

Antonio y yo les imitamos. Ahí estábamos cinco tíos masturbándonos mientras mi perro arrancaba jadeos a mi mujer.

Bruno como queriendo algo mas subió las dos patas encima del sofá. Carmen sin abrir los ojos alargo la mano y empezó a tocarle el pene a través de su funda. Su punta poco a poco fue asomando hasta empezar a soltar pequeños chorros de esperma que caían en el antebrazo de Carmen. Como si esta hubiera sido la señal, Carmen abrió los ojos, miro a su alrededor y así misma y sonriéndoles a todos dijo.

Que, ¿os gusta lo que veis?

Puedes asegurar a que si, sigue, sigue no pares. Dijo Enrique.

Los tres se distribuyeron alrededor de Carmen que incorporándose sobre un codo procedió a meterse en la boca el pene de "Bruno" ya completamente fuera. El animal completamente excitado hacia los movimientos de copular y Carmen dejándole su boca como si se tratase de una vagina agarraba con los labios su pene sin dejar que se escapase. Intentaba tragar todo el semen. Gran parte de él le salía por la comisura de los labios para ir a caer sobre sus tetas que Pedro se a apresuro a extender.

Carmen sacándose el pene de la boca se puso de rodillas y dándose una palmada en el culo invito al perro a subirse sobre ella.

Ahora vais a ver lo que es joder de verdad. Luego si queréis, intentar imitarlo y estar a su altura.

En vista de los acontecimientos Antonio y yo empezamos a bajar las escaleras.

Que guarra, poniendo cachondos a mis amigos. A la vez que le decía esto le daba un beso en la boca que aun sabia a restos de semen de perro.

El animal rodeando la cintura de Carmen con las patas intentaba penetrarla pero sin atinar. Cogiendo su pene lo apunte a la entrada del coño de Carmen y de un solo golpe se lo introdujo entero, en dos o tres movimientos ya tenía las bolas fuera y las había introducido dentro de Carmen que mordía el cojín aguantando las embestidas tan brutales que estaba recibiendo.

Antonio pasando por encima del respaldo se dejo caer delante de Carmen y cogiéndola la cabeza la obligo a meterse su pene en la boca. Carmen la metía y sacaba de su boca abarcándola con los labios para poco a poco introducírsela hasta tocar con su cara en el pubis de Carlos.

El perro levantando una pata se giro y se quedo culo con culo abotonado a Carmen mientras que la inundaba de semen por dentro. Los otros parecía que se iban a romper la poya de los meneos que le daban presos de la excitación de la escena.

El perro de un tirón saco toda su enorme poya del interior de Carmen sonando como si se descorchase una botella, a la vez que salía a borbotones el semen de dentro de Carmen.

Enrique sin pensárselo dos veces ocupo el puesto del perro y apuntando su poya al coño la introdujo hasta el fondo lubricada con los restos de semen que todavía escurrían del interior del coño.

Antonio entre jadeos empezó a correrse y Carmen metiéndose la poya hasta la garganta hacia esfuerzos por tragar lo que suponíamos que sería una gran corrida.

Cuando Antonio dejo de convulsionarse saco el pene de su boca todavía con algunas gotas de semen saliendo de su glande. Carmen le paso la lengua terminando de limpiársela.

Enrique en ese momento sacaba su miembro del coño y meneándosela se corrió en el culo y espalda de Carmen. El perro con su poya todavía colgando y próximo se dedico a limpiarle el culo y coño a base de lengüetazos.

Raúl y Pedro seguían con su masturbación y acercándose a Carmen la invitaron a que les chupase la poya. Carmen cogiéndolas las chupaba otra y otra vez, la ensalivaba y dejaba que escurriera su saliva hasta los cojones para luego metiéndosela en la boca tragársela entera.

Poco duraron Pedro y Raúl ante la labor de Carmen y estallaron en un torrente de esperma que salpicaba con potentes chorros la cara de Carmen.

Carmen sin limpiarse los restos de semen de su cara se levanto y nos pregunto.

Que os ha gustado la tarde de Póker.

Sonó un si al unísono.

¿Pues entonces quedamos para la próxima semana también en mi casa? Pregunte yo.

Otra vez volvió a sonar la misma contestación.

NO me acuerdo quien gano al póker, pero creo que todos. ¿Vosotros que opináis?

Carolo.x@hotmail.com .