Una tarde de lo más especial.

-Está bien, te reto a darme un beso, pero no un pico, un beso bien.- Al escucharlo, las mejillas de la chica se ruborizaron un poco, no se esperaba que le propusiera ese reto, si era cierto que alguna vez antes ya se habían besado, por algún otro reto, y no una ni dos veces, si no varias.

Eran las seis y media, hacía un día de perros, la calle que se podía ver desde la ventana estaba totalmente desierta, ni una sola persona paseaba por allí, algo que no era muy común. Sí bien esa calle tampoco es que fuese especialmente transitada habitualmente, lo normal es que hubiese un par de personas caminando por ella. En la acera se podían ver pequeños charcos que la lluvia de la mañana había dejado a su paso, y en el se podían apreciar las pequeñas ondas que se formaban con el impacto de las gotas sobre el agua. El sonido de la  llovizna junto al del crujir de la madera y el crepitar del fuego de la chimenea era sumamente relajante. Manuel notó mientras observaba por la ventana como su cuerpo se hacía cada vez más pesado sobre el mullido sillón, como poco a poco sus músculos se destensaban y como su respiración desaceleraba. Lentamente sus párpados se fueron cerrando hasta que quedó totalmente dormido.

El sonido del telefonillo lo desveló de su leve sueño. Miró su muñeca izquierda en busca de su reloj de pulsera, intentando ver que hora era, pero tenía los ojos llenos de lágrimas y no consiguió ver que hora era. El telefonillo sonó de nuevo. El joven desistió de ver la hora y se levantó del sillón para ir hacia la puerta. Le dolía el cuello, había dormido en una mala postura y lo tenía agarrotado. Se llevó la mano derecha a la nuca y masajeó ejerciendo un poco de presión con sus dedos sobre esta. Llegó a la puerta y agarró el telefonillo.

-¿Quien es? - preguntó, su voz sonó muy grave, acto seguido su boca se abrió para bostezar. Al hacerlo sintió como una lagrima recorrió su mejilla, al tiempo que se secaba la lagrima con la manga de su camiseta una voz sonó por el altavoz. -Soy yo. - Anunció una femenina voz desde el otro lado. Manuel sin hacer más preguntas apretó el botón que desbloqueaba la puerta del portal. Pasado un minuto abrió la puerta de su casa y escuchó como unos decididos pasos se aproximaban hacia ella.- ¡Manueeel! - Gritó una joven mientras se lanzaba a abrazar a este. El chico correspondió al abrazo de ella y al separarse le devolvió el saludo. -Hola Helena,¿Qué tal?.-Mientras esbozaba una sonrisa o lo que se suponía que debía ser una sonrisa. - Joder que cara tienes, no te has mirado en el espejo ¿No?- Preguntó la chica mientras en sus labios se ponía una sonrisa mucho mejor que la de su amigo.-Pues la verdad es que no, me acabo de despertar, me había quedado traspuesto ahí en el sofá.- Con su mano izquierda se revolvió el pelo un poco y se giró a mirarse en el espejo que tenía en el pasillo.- Madre mía que pintas… dame un momento que me lave la cara y me despeje un poco. Si quieres ve dejando la chaqueta en el salón y ves sentándote, ahora voy yo.- Decía mientras entraba en el cuarto de baño para lavarse la cara. Al abrir el grifo escuchó como la chica le contestaba. -Ya lo estaba haciendo, no hacía falta que me lo dijeses tú.- bromeó. -¡Lo he dicho por educación! ¡Solo trata de no echarme de menos! - cogió la toalla y luego se secó la cara con ella, ahora si que tenía mejor aspecto, ya parecía incluso una persona. Se secó las manos y se encaminó al salón, donde la chica estaba. -Sí, vamos, te voy a echar de menos yo a ti...- rió la chica al verlo entrar.- Oye, ¿y por qué no? Yo me echaría de menos. ¿Quieres tomar algo? Bueno, a parte de a mí.- bromeó mientras le guiñaba un ojo.-Traeme una Coca-cola porfa.

Al cabo de un rato de animada charla, de dos o tres refrescos y otras tantas cervezas se quedaron callados mirando la televisión la cual estaba encendida pero a un volumen tan bajo que ninguno de los dos podría escucharla a menos que estuviese colocado a diez centímetros de distancia. Las imágenes de esta iban cambiando, parecía que estaban echando la típica película de antena tres de todas las tardes. Su titulo podría ser algo así como: “Una niñera mortal” o “Un verano mortal”. En la película se veía una típica ciudad griega y a un típico señor mayor que podría llamarse “Mike”  subido en una pequeña barca, cargando unas cañas de pescar y

una nevera portátil. Una chica rubia de aproximadamente unos 38 años se acercaba a él y este la saludaba súper amistoso, y empezaban a entablar una conversación que al juzgar por las caras que ponían los actores debía ir volviéndose seria y triste.

-¡Oh dios mio, no me lo puedo creer! ¡Le está diciendo que Joe y ella se van a divorciar! ¿Qué va a pasar con el pequeño Timmy? -. Vaciló Manuel mirando con una sobre actuada cara de incredulidad a Helena...  -¿En serio te estás enterando de la película?.- preguntó extrañada elevando una ceja. - Por supuesto… que no, pero como son todas iguales…-dijo levantándose del sofá. Luego se estiró, alzó los brazos como si pudiese tocar el techo con sus manos si siguiese estirando.- ¿Quieres que juguemos a algo?.- dijo mirando hacia la muchacha.-Vale, ¿A qué quieres jugar?-  suspiró ella mientras igual que había hecho el se estiraba. -¿Te parece que juguemos a verdad o atrevimiento?.-Alzó los hombros en señal de duda.-¿Otra vez a eso? Casi siempre que bebemos acabamos jugando a eso.- Contestó Livia con un gesto de desaprobación. - Entonces, propón tu algún juego, yo estoy dispuesto a todo.- dijo Manuel  con una mirada pícara, alzando las cejas y girando ligeramente la cabeza a la izquierda.- Y puedes pensar como quieras; voy por el alcohol.-Añadió mientras se ponía en camino a la cocina a por vasos, hielo, y un par de botellas.

Al volver al salón llevaba consigo un par de botellas, una de Jägerneister,y otra de vodka Knebep. Las dejó sobre la mesa baja que había entre los dos sillones, colocó un par de posa-vasos en ella y encima de ellos los vasos con dos cubitos de hielo cada uno. Luego volvió a la cocina, donde cogió una botella de refresco de limón y marchó al salón de nuevo.-Bueno, ¿Has pensado ya en algún juego?-Se sentó en el sofá con las piernas abiertas, los brazos estaban sobre ellas, y sus manos estaban entrelazadas por sus dedos, el estaba un poco encorvado, mirando a la chica.-No se me ocurre ninguno.- La muchacha alargó el brazo derecho y agarró la botella del vodka del mercadona, se sirvió un poco de este en el vaso que había colocado previamente su adversario frente a ella. Luego de haberse servido cogió el limón y se terminó de llenar el vaso.-Entonces, ¿te parece si al final jugamos a eso?.- Dijo él poniéndose Jäger en el suyo.-Bueno está bien, juguemos, pero ya sabes que pronto me quedo sin imaginación, tu empiezas.-Ordenó ella recostándose en el sitio que ocupaba.-Vale empezaré yo, ¡verdad!- Esto último lo dijo enfatizando mucho la palabra como si estuviera emocionado.- Vale, pues… dime, si pudieras vivir en otro lugar, ¿Donde sería?-Preguntó casi inmediatamente.

Estuvieron un largo rato haciéndose preguntas y retándose el uno al otro a hacer cosas estúpidas como bailar una canción con una escoba como si fuese una guitarra, y otras tonterías. -Venga, reto.- Propuso la muchacha mientras agarraba su vaso medio vacío ya, y se lo acercaba a la boca para dar un trago. No era el primer vaso que bebía, sería el tercero o el cuarto, hacía un rato que había perdido la cuenta de lo que había bebido. Él, que no se quedaba atrás en eso de beber, se le quedó mirando y con una sonrisa alzó un poco la cara .-Está bien, te reto a darme un beso, pero no un pico, un beso bien.- Al escucharlo, las mejillas de la chica se ruborizaron un poco, no se esperaba que le propusiese ese reto, si era cierto que alguna vez antes ya se habían besado, por algún otro reto, y no una ni dos veces, si no varias. Pero que esta vez le pidiese un beso en condiciones realmente le sorprendió. -Bueno pero por que es un reto, que no se te suba a la cabeza -Bromeó un momento antes de ponerse en pie e ir hacia Manuel, se sentó en el mismo sofá  en el que estaba este, a su izquierda. Ahora estaban el uno al lado del otro y mirándose a los ojos. Ambos se ruborizaron, ambos se esperaban que el rival se achantase y se echara atrás, pero eso no sucedió. Sus miradas desafiantes se

clavaban como estacas en los ojos del otro. Al cabo de unos segundos el parpadeó, no podía seguir con aquel duelo de miradas. Ella triunfante por su victoria esbozó una sonrisa. -Perdiste.-Aclaró en voz alta Helena, y antes de que pudiese decir nada más él la interrumpió. -Pensé que me ibas a besar ya, y fue un acto reflejo.- Dijo excusándose y haciendo un ademán con la mano derecha como para quitarle importancia. En ese momento ella decidió acercarse a sus labios, lentamente, como con miedo, con timidez, cuando estaba colocada a escasos milímetros de la boca de su compañero se detuvo un instante, no fue más que un segundo, y aun así pareció una eternidad. Ambos estaban nerviosos, sus respiraciones, ligeramente aceleradas, se podían percibir en los labios del otro. Aun así sin mucho pensarlo decidió posar sus labios sobre los de Manuel.

Los labios del muchacho eran cálidos, un poco ásperos al principio, pero enseguida se notaron suaves y un poco húmedos, lo necesario para que fuesen agradables. Los de ella en cambio desde el primer momento eran perfectos,suaves, delicados, firmes… De pronto Manuel llevó su mano derecha a la mejilla de ella, lo hizo lentamente, y al posarla sobre esta lo hizo delicadamente, como si de la cosa mas delicada se tratase. Su piel era tan agradable que casi parecía ser de terciopelo. La sensación de estar acariciando suavemente su mejilla mientras le estaba besando le encantaba, le volvía loco, no se esperaba que eso hubiese podido pasar nunca, y ahora que estaba pasando no quería que dejase de suceder. Sus labios se separaban para coger un poco de aire pero al momento volvían a juntarse. El sentía que quería más y más de ella, y ella por su parte sentía lo mismo. Aunque nunca se lo hubieran imaginado, y nunca lo hubiesen dicho, se deseaban. Deseaban tener mas el uno del otro. Pasar sus fronteras. Acariciar sus cuerpos, besarse hasta desgastar sus labios, recorrer todo su cuerpo con sus manos, con su boca, y hacer cosas que les harían estremecerse.

Poco a poco el beso que había empezado como un tímido roce de sus labios se iba acelerando, iba volviéndose más y más apasionado, sus labios buscaban los labios del otro casi con desesperación. Ella llevó su mano hasta la nuca de él, atraiéndolo hacia sí. Y cuando sus bocas se abrieron para recibir la lengua del otro ambos se percataron de lo que estaba sucediendo, y con vergüenza y timidez se separaron,. con las mejillas rojas, y el pulso a mil por hora. Por un momento quedaron callados, mudos, no sabían que decir y tampoco querían decir nada, solo querían volver a besarse, dejarse llevar por esa pasión casi animal que los tenía absortos. Ambos evitaban cruzar miradas, él miraba al suelo y ella al sillón. Podían notar como el corazón casi se les escapaba del pecho. Bum-bum, bum-bum . Tanto su corazón como su respiración estaban tan agitados que ambos sabían que el otro se daría cuenta.- Bu-bueno, ha estado muy bien el beso.- dijo Manuel entrecortadamente, por la vergüenza que le daba hablar, pero debía hacerlo, o Helena se daría cuenta, o eso pensaba. Ella por su parte estaba tan nerviosa y acelerada que no se percataba a penas de que él estaba igual que ella.-S-sí, no ha estado mal...- Asintió con la cabeza, elevó un poco la vista del sofá y contempló como el chico estaba, moridendose sutilmente el labio inferior y con las mejillas sonrojadas como nunca antes se las había visto. Ver esta escena no supo por qué pero le puso aún mas vergonzosa. -Te toca.-Dijo ella para intentar devolver la naturalidad al momento, aunque sabía que nunca iba a volver a ser igual. Ese beso había sido distinto a todos los demás besos que había sentido antes, y mucho más la reacción de su cuerpo.-Verdad.- Contestó él, escueto, mientras pensaba en aquel beso y en como por un momento había deseado mucho más que ese beso que ella le había dado.

________________________________________________________________

Este es el adelanto de un relato más largo que estoy escribiendo, pero me encantaría que antes de subirlo entero me dijerais que os vá pareciendo, por que a pesar de que ya he escrito otros relatos, nunca los he publicado. Espero vuestros comentarios, muchas gracias. Y si os gusta lo subiré proximamente entero.