Una tarde de consola
Los amigos de mi hijos vienen a jugar a casa cuando estoy sola.
Una tarde me desperté de la siesta y escuché voces en el salón, me asomé un poco y estaban los hijos de mi pareja, que habían salido del instituto y habían ido a jugar a la consola a casa. Lorenzo no estaba, había ido a por un juego a su habitación y pude escuchar la conversación que tenían pero no identificar quien hacía los comentarios.
Uno de ellos dijo que una vez buscando información en nuestro ordenador para hacer un trabajo para el instituto, miraron en el historial de páginas visitadas y vieron que habían muchas de parejas liberales o de negros que buscaban casadas con ganas de tener buenos pollones entre sus piernas. Otro de los presentes le respondió pues no me extraña, la madre de Lorenzo tiene cara de vicio y muchas veces cuando hemos venido en verano en pantalón corto se nos ha quedado mirando para la entrepierna. Un tercero ya remató la faena diciendo antes de que Lorenzo llegase con el juego, todo eso es que la pareja no le da el rabo que tiene que darle, yo me dejaría desvirgar por ella, me hago las pajas pensando en ello, siempre con minifaldas y tacones. A mi padre lo he escuchado hablar en el bar con sus amigos y les dice que tengo un amigo que la madre necesita un buen pollón.
Cuando llegó Lorenzo y se pusieron a jugar a la consola, yo me volví al dormitorio y me quedé pensando en lo que habían dicho los niñatos, yo sabía que mi pareja entraba en esas páginas y me gustaba porque después me narraba como se corrió mientras imaginaba como se tragaba esos pollones negros.
Desde ese día no paré de darle vuelta a los comentarios de los niñatos, tenía en mente como poder dejar a los niñatos a solas con mi mujer, hacerles una encerrona a ellos y a mi mujer sin que nadie lo supiera. Esa ocasión me vino como anillo al dedo cuando un día la hija de mi pareja se marchó al norte a casa de sus abuelos a pasar una semana y Lorenzo se iba a Madrid en tren para ver el fútbol con su tío. Tenía que empezar a darle rápido a la cabeza para hacer la encerrona. No se me ocurría nada hasta que me tiré a la piscina de cabeza, fui a buscar a los amigos de Lorenzo y los paré por la calle.
Les dije si sabían que su amigo se había marchado a Madrid y tardaría tres días en volver, ellos me respondieron que ya lo sabían que por eso no habían ido a mi casa a jugar al juego nuevo de la consola que le compré hacía una semana. Les pregunté si querían venir a casa a jugar aunque no estuviera su amigo, que fuesen sin compromiso ya que yo me iba a ausentar un par de días y allí estaría mi pareja sola en casa, que se pasasen por allí.
Nada más decirle eso a los chavales de 16 años, se les pusieron los ojos como platos, lo relacionaron todo, verano, pantalón corto y ya sabían que mi mujer anda en camisetas largas por casa. Quedaron en que se pasarían al día siguiente por casa que era sábado.
Cuando se marcharon, lo primero que hice fue ir a una tienda de informática y comprar 6 minicámaras de video por wifi para instalarlas en el salón, pasillo, y dormitorio. Las escondería sin que mi mujer supiera donde estaban escondidas. Yo me iría a casa del vecino que estaba de vacaciones y tenemos una copia de las llaves de su casa.
Esa noche se lo comenté a Laura, que mañana irían los amigos de su hijo a jugar a la consola un rato, le dije los comentarios que hicieron de ella y que colocaría un par de cámaras en el salón con audio para ver yo los videos a mi regreso de mi pequeño viaje. Laura me sonrió y me dijo que no me preocupase, ella no iría a ningún lado y que ese mismo día por la mañana bajaría a comprar algo de beber para los chicos.
Por fin llegó el ansiado sábado, preparé mi maleta y le estampé un largo y cálido beso a mi chica, saboreando bien su saliva, y palpando su cuerpo por encima de su camiseta. Salí de casa, me monté en el coche y me marché, conduje hasta una zona donde mi mujer no pasaría, dejé el coche bien aparcado, y dando un paseo me dirigí hasta mi casa. Me quedé tomando un café mientras mi mujer salía a la compra, nada más salir ella, me escondí en casa de mi vecino, encendí mi ordenador y probé las cámaras que instalé el día anterior. Todas funcionaban de maravilla, una visión nítida y un sonido perfecto.
Sobre las cinco de la tarde, mi mujer se dirigió al dormitorio y observé como se quitaba la camiseta, quedando completamente desnuda, sacó del armario un vestido cortísimo de palabra de honor que se lo pone cuando vamos a los locales liberales, desde el primer día que fuimos a uno, llevó ese vestido, de zapatos se puso unas chanclas de tacón altísimo, de esas que metes el dedo por la tirita y el tacón de 9 cm. Se giró para mirarse en el espejo, estaba radiante, esos tacones le levantaban el culito y le dejaba las piernas bien contorneadas.
A las cinco y media justa sonó el timbre, desde la mirilla de la puerta de mi vecino pude apreciar que los amigos de Lorenzo iban en pantalón corto y camiseta, eran 4 amigos, los mismo que paré por la calle para hacer la encerrona. Laura al abrir la puerta de casa, le dio un beso a cada uno en la mejilla, noté que se demoraba en cada beso para que notasen sus labios.
Pasaron directamente al salón, Laura los invitó a sentarse y les dijo que la ayudaran a poner la consola ya que ella no sabía. Los chavales le dijeron que no se preocupase, que ya la pondrían ellos sin ningún problema.
Mi pareja les ofreció algo de beber, que si querían beber algún cubata que ella no diría nada, que ya sabía que de vez en cuando hacían botellón. Todos pidieron un cubata con la condición que mi mujer se bebiese uno con ellos. Laura fue a la cocina a preparar los cubatas mientras comenzaba el juego de la consola y los comentarios hacia ella. Algunos eran que estaba muy buena, que una lástima no tener su misma edad para atacarle, que si se vestía así para provocar a los tíos, que yo tenía mucha suerte de tener una tía así y hasta que a uno se le pasó por la cabeza y lo soltó, porque no la emborrachamos y jugamos con ella? Aunque no follemos pero si sobarla para luego pajearnos. A ese comentario todos se asintieron y se pusieron de acuerdo.
Laura llegó con los cubatas y los dejó encima de la mesita del salón. Estaban sentados en el checklong, uno se apartó y le dijo, señora, siéntese usted aquí y mire como jugamos. Laura pasó por delante de ellos para sentarse entre los dos, podía apreciar las miradas de deseo hacia mi mujer.
Todos bebían y reían, jugaban a la consola y uno de ellos le dijo a Laura, señora, usted hacía mucho deporte cuando joven? Ella le contestó que le encantaba jugar al tenis, que llevaba todo el día jugando. El chaval le dijo que se le notaba por el cuerpo que tenía, que se le veía que estaba duro. Ella le dijo que si, que aún iba a jugar dos o tres días por semana que hoy no había ido porque yo le dije que iban a ir ellos a jugar a la consola.
Cuando terminaron el cubata, mi mujer se levantó a por otro, la veía caminar con esas chanclas y me ponía el rabo duro. Cuando cada uno tuvo su cubata, sin que ninguno le dijese nada, ya se sentó entre ellos y disimuladamente, rozándose con el que en ese momento tenía el mando de la consola y moviéndolo. Le hizo que lo eliminaran y mi mujer muy pilla, le dijo, perdoname, ha sido sin querer, al sentarte perdí el equilibrio, será que uso poco estos tacones y son un poco altos. mientras decía eso, levantaba el pie para enseñar las piernas, pies y zapatos.
Todos tenían las miradas embobadas a los pies de Laura mientras subían hasta sus muslos. EL que más alejado estaba dijo, señora, que suerte tiene su marido de tener al lado una mujer como usted y ahora más mis amigos que la tienen a usted entre ellos. Cuando terminó de decir la frase, Laura se levantó y se sentó a su lado, agarrándolo por la cintura y diciéndole, ya te sientes más afortunado? el chico asintió y paso el brazo por la cintura de Laura.
Laura le preguntó que iba a hacer esa noche, que si iban a salir por ahí, ellos le respondieron que no sabían que hacer y ella los invitó a tomarse algo más allí, que se había quedado solita el sábado y el domingo. Otro le preguntó si siempre iba así vestida por casa. Ella le dijo, me he vestido así para vosotros, normalmente voy en camiseta y tacones, siempre llevo tacones, a mi marido le encanta que lleve tacones, es fetichista de los tacones y de los pies. Uno de los chavales le preguntó que era un fetichista y ella le explicó que me excitaba ver a las mujeres con tacones y jugar con los pies.
Cuando terminó la explicación, otro le preguntó si yo jugaba con sus pies y ella mirándolo a los ojos con una sonrisa morbosa le contestó, que si mi marido juega con mis pies? No lo sabes tu bien cariño, si estuviese aquí en este instante no dejaría de mirarme los pies y nada más me levantara a por algo, me seguiría para arrodillarse y darme unas lamiditas por los deditos. Mientras decía eso, volvía a levantar el pie para que apreciaran las piernas y pie bien cuidado.
Ella les preguntó, os gustan mis pies? uno le dijo, si señora, los tiene usted muy bonitos, es lógico que su marido disfrute de ellos. Laura le contestó, mi marido no sólo disfruta de ellos, alguno que otro también lo hace.
La conversación se estaba disparando y el que miró el historial de nuestro ordenador, le dijo, señora, hace tiempo estábamos mirando información en su ordenador para un trabajo y cotilleando en el historial, pudimos ver que entraba en páginas de parejas liberales y de negros. Laura se puso de pie, se acercó al que le dijo eso y se sentó en sus piernas, levantando los pies y apoyándolos en las piernas del que dijo que le gustaban sus pies. Le contestó, en las páginas de parejas liberales entra mi marido, pero no por las parejas sino porque le encanta que me follen mientras él le mama los pies a las mujeres de mis sementales y en las páginas de negros entro yo porque me encanta lo que les cuelga entre las piernas, me vuelve loca y bueno, tenemos unos cuantos amigos negros que de vez en cuando quedamos para que me den la carne que no me puede dar mi marido.
Por las cámaras podía apreciar como no paraban de tragar saliva, estaban nerviosos, Laura los estaba llevando a su terreno, mirando al fetichista le dijo, mira, estoy notando que te excita lo que te digo, tu también vas a ser de mayor un cornudo como mi marido? te va a poner caliente ver como se follan a tu mujer? o estás así porque tengo mis pies encima de tu rabo? El chaval asintió y dijo, señora, estoy así por todo.
Laura se puso en pie, lo agarró de la mano y lo puso en medio del salón, ella a su lado y le dijo mira, te voy a enseñar una cosa que hago y que a mi cornudo le pone mucho, cuando vamos a otras ciudades, nos gusta ir a la discoteca, él se queda en la barra mientras yo me pongo a bailar en la pista, me dejo tocar por todos los tíos que pasan, que me soben, acaricien y el que más me guste me lio con él, después me llevan casi siempre al baño de los tío y allí les hago un trabajito, me pongo así mira, de cuclillas, que los deditos pequeñitos y los de al lado, rocen con el meado del suelo de otros fulanos mientras que con las manos hago así. Laura le metió la manos por dentro del pantalón corto y le sacó su polla, era normal y teniéndola en la mano lo miró a los ojos desde abajo y le dijo, cariño, serás un buen cornudo, tu mujer va a estar orgullosa de ti, tienes una buena pollita, la vas a satisfacer pero dejarás que se la follen otros porque tienes una pollita como la de mi marido.
Llamó a otro de los que estaban allí e hizo lo mismo, se la sacó y pude apreciar la cara de sorpresa de mi mujer diciéndole, joder joder joder, tu vas a ser un semental, menudo trozo de carne te gastas chaval, un buen badajo, tu serás el que te folles a la mujer de este cornudo, joder que rabo con 16 añitos, y levantándose empezó a comerle la boca. Mi mujer le comía la boca con ansia, pasión y restregándose el pollón del niñato por su vientre. Ese trozo de carne descomunal estaba empinado, mirando hacia arriba y mi mujer lo masajeaba y tiraba para atrás del pellejo. Se le acercó al oído y le dijo, cariño, quieres ser mi semental? quieres ser mi chulo? te pagaré, yo te haré las pajas cuando quieras, te regalaré un móvil, el cornudo de mi marido me llevará donde estés para aliviarte con mi mano, boca o chocho, con lo que se te apetezca, mi cornudo me llevará hasta al instituto en los pasos de clase, mientras mi hijo atiende en clase a la profesora, su madre estará en el baño mamándote ese cipote que tienes entre las piernas y mi marido fuera esperando en el coche creyendo que hablo con la tutora.
Los dos restantes se pusieron de pie, se bajaron solos los pantalones dejando los rabos al aire, los tenían duros y mi mujer los miraba con ganas de sobarlos pero no quería dejar al pollón solo, así que con una mano permanente en el pollón y con la otra sobaba la de los otros dos ya que al primero se dirigió para guiarlo y darle su rol ese día, le dijo, tu como eres igual de fetichista que mi marido, cerdo, vicioso y con un rabito ridículo, vas a ocupar su lugar hoy, así que empieza a mamarme los pies, quiero notar tu lengua por el tobillo poco a poco, que bajes por el empeine hasta los deditos y una vez ahí que me lamas dedito por dedito. El niñato empezó a lamerle el tobillo, me lo chupaba muy suave y sacaba tímidamente la lengua a lo que mi mujer le dijo, cariño, saca bien la lengua que así no me babeas bien el pie y quiero notar tu saliva por ellos. Mientras decía eso, allí estaba ella con el pedazo de badajo en una mano y descapullando las otras dos.
Se dirigió a su semental diciéndole que le hiciera la campana, la miraron un poco con cara de duda y ella se lo explicó, separó las piernas, las arqueó un poco y comenzó a dar golpes de cadera, la imitó el niñato con el badajo y joder, como le colgaba el trozo de carne y los huevos. Cuando pilló impulso ese trozo de carne, Laura se puso a decir, tolón, tolón, tolón, tolón, y el chaval cada vez lo hacía más rápido, parándolo ella y diciéndole, más despacito que se note todo el movimiento, a todo lo largo, como una buena campaña llamando a las feligresas.
Notaba como Laura estaba cada vez más cerda, como cada vez se desmadraba más y le daba igual todo, me lo demostró desnudándose delante de ellos, se quitó el vestido y vieron que no llevaba nada de ropa interior, tus tetillas quedaron libres, colgando y sus pezones duritos, en ese momento me hubiese encantado mamárselas allí delante de todos.
Miró a los 4 y les dijo, sentaros en el sofá que os voy a enseñar una cosa que pocas veces vais a ver en vuestra vida. Se puso encima de la mesilla de centro, con las sandalias que ufffff, que morbo, arqueando las piernas y sus dos deditos pequeñitos babeados por el niñato, apoyaban en el cristal y se le notaba la baba del chaval en el cristal. Cuando estuvo en posición, se llevó las manos hasta el chocho y les explicó, mirad chicos, esto es un chocho, pero no todos son así, los hay de diferentes formas y con los años se transforman. Como podéis apreciar, este que tengo entre mis piernas está bien trabajado, me lo han trabajado desde jovencita muchas pollas, de todos los tamaños y grosores, me lo han abierto bien, rellenándome por dentro como una perra que es lo que quiero ser para los tíos, me gusta ser su perra y que me hagan de todo. Acercaros y observad como me cuelga, mirad, mirad, los labios están caídos de lo que se han tenido que dilatar y lo que aún se dilata con lo que me entra.
Otra cosa que quiero enseñaros es el culo, lo tenía virgen hasta que mi pareja me lo abrió con 38 años, nunca lo habían hecho y desde ese momento, solo quiero que me zumben bien por el culo y notar ese vacío que se crea en su interior y si me hacen una doble penetración mejor, dos pollas dentro es una gozada y más si me follan a pelo.
Laura se separaba con los dedos el chocho, dejando ver parte de su interior, los chavales estaban anonadados por tener semejante tesoro cerca de ellos. Uno de ellos le dijo, señora, que es lo que más le gusta hacer? Y Laura le dijo, mira, para empezar vente aquí y te lo explico. Lo puso de pie sobre la mesita mientras los amigos seguían sentados y sobándose las pollas. Estaban desnudos en el sofá donde a partir de ese día tendría que apoyar la cara al dormir la siesta o jugar con mi pareja.
Cuando estuvo sobre la mesa de centro, Laura les explicó, mirad, me gusta agarrarles los rabos a los tíos, cogérselos al peso y notar cuando les pesa, compararlos con los de mi marido, les levanto el trozo de carne para que los huevos les caigan bien, que les vea yo como les caen y lo que pesan para poder mamárselos, así mirad, así. Después me encanta mamarles el culo, gírate cariño.
Cuando se giró le separó los cachetes del culito y llevándose un dedo a la boca y llenándolo de saliva, lo dirigió al culo del chaval para untárselo en saliva, el chaval dio un respingo por no esperarse eso. Laura lo puso a cuatro patas sobre la mesa y delante de todos empezó a mamarse el culo, yo era la segunda vez que veía hacerlo, la primera en Madrid a un semental que le busqué de urgencia para que se la follase rápido, un culo peludo y ahora el del chico virgen, que lo mamaba con ansia.
Los demás hacían comentarios como, joder con la madre de Lorenzo, que puta es, no podía imaginar que fuese tan guarra, se lo come todo. Otro decía, tengo ganas de correrme, nada más oír eso mi mujer, fue a la cocina a por un cuenco transparente y se lo puso delante de la polla del chaval para que se corriera dentro, quería todas las corridas dentro de ella, que podían correrse pero dentro del cuenco o dentro de su chocho pero no quería desperdiciar ni una gota de leche.
Laura puso el cuenco delante del rabo de chaval para que descargase la leche dentro, comenzó a pajearse y en un tiempo ínfimo soltó una buena descarga de leche dentro del recipiente. Los otros amigos lo imitaron y fueron pasando uno por uno por el cuenco hasta que llegó el semental de mi mujer que ahí ella se encargó de pajearlo con la boca, se metió el buen trozo de carne dentro para succionar y sacarle todo el manjar que cargaba en los huevos, mientras le succionaba el capullo, lo pajeaba con una mano y con la otra le masajeaba los huevos para darle más placer. Al momento mi mujer dejó de masajearle los huevos, agarrando el cuenco y llevándoselo debajo de su barbilla porque acto seguido empezó a caerle dos chorreones de leche por la comisura de la boca. La leche le corría por la barbilla hasta mezclarse con las corridas anteriores, cuando se sacó el rabo de la boca, dejó caer el resto de la leche dentro del cuenco, llevándola a la nevera.
Cuando volvió de la cocina, traía la boca blanca de la corrida del niñato, se fue hacia él y le comió la boca, pasándole todo los restos de su corrida.
Llegados a ese punto, mi mujer se tumbó en el sofá y separando bien las piernas les dijo, vamos a ver chicos, ya habéis aprendido como os tenéis que pajear delante de una mujer, como es un chocho, como os tenéis que poner para que os coman el culo y ahora os voy a enseñar a cada uno como se come un buen chocho, como tenéis que empezar y como terminar, ¿quién va a ser el primero en probar el manjar que tengo entre las piernas?
El primero de los chavales se acercó con un poco de miedo ya que iba a ser la primera vez que le iban a hacer algo a mi mujer y no se atrevían. Se arrodilló delante de ella en el suelo, Laura se separó los labios del chocho con los dedos y le dijo, mira, así es como tienes que hacerlo y una vez que lo tengas así, le pasas la lengua para saborear, otra manera sería que sin separarlos con los dedos, introduzcas tu lengua dentro pero si tienes los dedos para ayudarte, hazlo así.
El chaval empezó poco a poco, separando los labios y Laura lo iba guiando, le decía que lamiese un poco más arriba, que llegase al clítorix, que no presionase tanto con los dedos al separar los labios. Así estaba mi mujer, abierta completamente de piernas y recibiendo babas de 4 adolescentes vírgenes con ganas de experimentar en el sexo.
Cuando pasaron todos por su chocho, se puso a cuatro patas encima de la mensa de centro y ofreciéndoles el culo les dijo, ahora me vais a comer el culo, quiero notar vuestras lenguas en sus pliegues y arrugas, sentir vuestra baba correr por mi chocho y mi muslo, que me penetréis con la lengua poco a poco. Los chavales habían aprendido rápido con la lección del chocho, así que Laura llamó al del pollón y le ordenó que se le pusiera delante, acto seguido se la agarró y se la engulló casi entera, la tenía dentro de la boca mientras el resto le comía el ojete del culo.
Todos los niñatos pasaron de lamerle el culo a mi mujer a follarle la boca, los muy cabrones estaban aprendiendo rápido porque empujaban bien hacia dentro, haciendo que a Laura se le cayese la baba al intentar respirar por la boca. Yo cambiaba de una cámara a la otra para tener más visión de cómo los chavales tomaban sus lecciones de sexo pero ver a mi mujer a cuatro patas, con un niñato detrás lamiéndole el culo, otro follándole la boca y sus pies colgando por fuera de la mesa con las sandalias puestas y en cada embestida que le daba por la boca, se escuchaban las sandalias golpear las plantas de sus pies y sus dedos haciendo fuerza para que no se le cayesen.
Cuando los cuatro ya la trabajaron bien, Laura se puso en pie y les dijo que la acompañasen al dormitorio, que se iba a pasar a algo más que a jugar con la lengua. En el pasillo puse otra de las cámaras, iba Laura agarrada a dos de los chavales y diciéndoles, ahora vamos a hacer cositas en la misma cama donde duermo todas las noches con el cornudo de mi marido, es más, no he cambiado las sábanas y no las cambiaré después de que me folléis sobre ellas, quiero que mi cornudo duerma en ellas oliendo a vuestras pollas. Otra cosa importante que quiero que sepáis, me vais a follar a pelo, no tengo condones aquí, los terminamos la última vez que salimos por ahí a cazar sementales, así que estáis de suerte y vais a notar a pelo el chocho de una buena hembra, y no os preocupéis por preñarme, me tomo la píldora y si fallase, ya está mi cornudo que me ayudará a criarlo, además, con vosotros no hay miedo a quedarme preñada, saldría blanco, me dan miedo los negros o los moros que pasan por chocho a pelo.
Al llegar al dormitorio, se fue directamente a la cama, se tumbó en ella con las piernas abiertas, con los tacones clavados en la colcha y llamando al fetichista de la pollita, diciéndole, ven aquí que el primero en follarme vas a ser tu ya que después vas a asumir el rol del cornudo de mi marido, mientras me follan el resto de tus amigos, tu me vas a lamer los pies a la misma vez.
Así que el primero se puso entre las piernas de Laura e intentaba metérsela pero no atinaba, se lo restregaba por su rajita pero no conseguía metérsela. Laura lo miró a los ojos y le dijo, no te preocupes, me han follado muchos borrachos y les pasaba lo mismo, no conseguían meterla y yo tenía que ayudarlos. Le agarró el rabito y lo dirigió a su entrepierna para que cuando estuvo en la entrada, le dijo, ahora fetichista cornudo, empuja poco a poco hasta que notes tus huevos presionar mi chocho.
El chaval empezó a empujar poco a poco hasta que sus huevos presionaron el chocho de mi mujer, una vez que ésta lo notó le dijo, ahora tienes que empezar a moverte con golpes de cadera, sácala hasta el capullo y métemela otra vez, yo te voy guiando con mis manos. Laura lo agarró por el culo y lo guió hasta que el chaval se corrió dentro de ella, se le veía la cara de placer encima de mi mujer y ella comiéndole la boca y gimiendo de placer por recibir la leche del chaval.
EL niñato del pollón se puso para follársela pero le dijo, no semental mio, tu vas a entrar el último con ese buen trozo de carne que tienes, quiero que te lo encuentres bien abierto para tu rabo, que tengas poco que trabajar pero de mientras que tus amigos me follan, te puedo ir pajeando a la vez.
Empezó el segundo a darle en el chocho, se escuchaba la leche del primero salir por las embestidas, mientras el primero lamía los pies de mi mujer, metía la lengua entre la planta del pie y la del zapato, lamia como le gusta a ella, se la escuchaba gemir y pedir más, tenía en cada mano una polla, en la derecha el pollón y en la izquierda la siguiente que se la iba a follar.
Laura se corrió con la polla del segundo y éste terminó dentro de ella, soltando un buen chorro de leche dentro de su chocho, se le veía la leche correrle por el culo y manchar las sábanas. Miró al tercero y le dijo, venga que te toca a ti que seguro que a mi marido ya le está doliendo bastante la cabeza de los cuernos que les están saliendo.
Con el tercero lo hizo diferente, se puso a cuatro patas en el borde de la cama, ofreciéndole todo el chocho corrido y goteando leche, el chaval le comenzó a restregar la polla por su rajita hasta que se la clavó hasta el fondo y ella llamó al cuarto, semental, ven a mi boca que te prepare ese badajo que el siguiente eres tu, vente cariño, y de golpe se la clavó en la boca. Parecía que la iban a partir, le daban por los dos lados, uno por la boca y otro por el chocho, sus tetitas se veían colgando con las embestidas, el primer chaval que se la folló no debaja de lamerle los talones y las plantas de los pies, ya se le habían caido las sandalias al suelo, como le estaban dando ahora se quedaba sin fuerzas hasta que se corrió dentro también. A esas alturas de la noche, mi mujer ya iba con tres corridas de tres desvirgados dentro de ella. Cuando el tío sacó la polla, iba chorrendo una mezcla de las tres corridas, Laura se pasó la mano por el chocho, recogió un poco y se la llevó a la boca para lamer y saborearla.
El cuarto con el pollón se puso detrás de ella y le dijo, por fin voy a follarme a la madre de mi amigo, menudas pajas me he hecho pensando en usted señora, y por fin te voy a dar el rabo que necesitas. Miró a los amigos y les dijo que la agarraran, que no se escapara.
Cuando tuvieron a mi mujer bien agarrada, el semental le restregó el capullo por el chocho para manchárselo de corrida y empezó a pasarlo por el culo, lubricó el culo con el capullón para meterle de golpe el capullo. Laura notó un dolor agudo en su interior, le había partido el culo con el pollón, se intentaba retorcer para salirse pero los tres restantes se lo impedían al tenerla agarrada y con un trozo de las sábanas en la boca. Empezó a zumbarle bien fuerte, yo podía apreciar como a mi mujer le fallaban las fuerzas para tenerse de rodillas, le veía lágrimas de como le estaban partiendo el culo. El niñato le decía, que perra, ¿a que nunca te han follado así el culo?, gracias por las lecciones de como follarnos a las perras del instituto, gracias a la madre de nuestro amigo pero no te preocupes, el secreto se quedará entre nosotros siempre y cuando nos dejes follarte cuando queramos. Y también que le digas al cornudo de tu marido que nos lleve a vuestros viajes para que te follen otros.
Al rato de estar follándole el culo, se corrió dentro, dejándole la leche hasta las entrañas. Soltaron a mi mujer que cayó en la cama sin poder moverse, los miró y dijo, sois unos cabrones, me habeis roto el culo, me he corrido mientras me lo rompías, y vosotros por agarrarme, cabrones.
Los niñatos fueron a por la ropa, se vistieron y le dijeron a mi mujer que se marchaban a ducharse y a salir de fiesta, que no se preocupase que no se lo dirían a nadie que era un secreto. Cuando se marcharon, terminé de pajearme por cuarta vez en toda la tarde, esperé un rato y cogí el teléfono, llamé a mi mujer y moviéndose como pudo hasta la mesita de noche, lo descolgó y le dije que se anulaba el viaje, que en 10 min estaría allí, que me preparase algo de comer.
Calculé el tiempo, yo la veía por las cámaras levantarse y buscar la camiseta que tenía puesta cuando me marché de casa, se la puso, se colocó las sandalias, cuando vi que estaba lista, salí corriendo y salí del piso del vecino, metí la llave en la cerradura de mi casa y abrí, fui hacia el pasillo y mi mujer vino en mi búsqueda, la veía andar con las piernas separadas, me se acercó y me dio un cálido beso en la boca, le pregunté que tal la tarde y me contestó que tirada en cama sin moverse mientras los amigos de Lorenzo jugaban a la consola.
El beso me supo a corrida y a polla de los niñatos. Le pedí que me hiciera algo de comer que venía con hambre ya que no me había dado tiempo ni de probar bocado. Entre en el salón y vi su vestido allí, le dije, amor, ¿que hace aquí tu vestido que llevas a los locales liberales?
Laura me contestó que antes de que llegase lo estaba sacando para ver como le quedaba para este verano pero sonó el teléfono y que lo dejó allí en el salón. Puse la tele y a los 10 min apareció mi mujer con una tortilla, me la puso en la mesa del centro, casi no podía ni andar, al sentarse dio un pequeño respingo, le pregunte que le pasaba y me dijo que tenía agujetas de jugar ayer al tenis. Se le olvido el pan y me levanté a por el, cuando llegué a la cocina, vi un cuenco en el fregadero manchado de haber batido los huevos dentro, fui al frigorífico y abría la puerta.
La perra de mi mujer había batido los huevos para mi tortilla en la corrida de los 4 niñatos, me la había puesto pata cenar. Volví al salón con el pan, me hice un bocadillo con la la tortilla y me la comí, cuando terminé le dije a mi mujer que tenía un sabor un poco diferente a como le salen normalmente, ella me contestó que serían los huevos que los compró en otro supermercado.
Me puse de pie, la agarré por la mano y la levanté, le pasé la mano por su entre pierna, por su culo y llevándome media corrida de los niñatos, la olí y se la di a lamer, diciéndole, sabe igual que la tortilla y el beso que me diste al llegar, la giré y la llevé a todas las esquinas de la casa donde le había colocado las cámaras, besándola en cada esquina, cuando terminamos, me dijo, TE AMO CORNUDO.