Una tarde de abril
Mientras la lluvia cae sobre la ciudad el amor llega a este corazón desvariado.
Abril, un mes en el que la primavera toma camino.
Una madrugada en la que la lluvia se hace presente.
Las consecuencias de una gran noche de juerga.
La llegada de una persona en el que mi vida estaba por terminar.
Mi mano recorriendo tu silueta se detiene al entrar en contacto con la tuya.
Tus caricias desperdigándose a través de mi espalda baja . El contacto hace que mis sentidos se agudicen y lance un suspiro al vacío.
Mientras tu dedo índice se dedica a recorrer mi rostro, la otra va abriéndose paso hasta mi más íntimo secreto. La yema de tus dedos rozando mi clítoris
El sol va extendiéndose entre las sombras de esta ciudad.
Los suspiros transformándose en gemidos, la respiración se va haciendo acompasada mientras llego a aquel grito que consigo sacar de estos pulmones.
El sol llega a mi rostro, opacando, aun mas, la visión que tengo de ti, pero esos ojos grises no dejan de brillar.
El corazón se me encoge al sentir que te marchas, hago un vano intento de levantarme pero el esfuerzo nubla mi vista.
Sigo a ciegas la distancia entre mi recamara y la cocina, pero cuando he podido ver sin problemas solo te observo salir tras la puerta.
Unos meses mas tarde, mientras camino entre estas excesivamente tranquilas calles, descubro tu mirada, has cambiado, pero reconoceré esos ojos grises en donde sea.
La lluvia comienza a caer
-Igual que en el día que te conocí- digo a tu espalda
Tu mirada llena de miedo hace que me arrepienta de la jugarreta que te he hecho, pero cuando te has tranquilizado solo consigo decir
-¿Por qué te marchaste?
-No me sentía preparada- contestas esquivando mi mirada
"¿para qué?" me dan ganas de decir, pero reprimo ese pensamiento en el instante que te abrazas a mi cuerpo. Te escucho llorar pero no consigo articular palabra (nunca he sabido como actuar ante esas situaciones)
La lluvia cae sobre nosotras, y yo, aparte de rodearte con mis brazos, sigo paralizada.
En un momento de lucidez se me ocurre que la lluvia no es la mejor opción y seria bueno que nos resguardáramos. Dándole un fugaz beso le pido que vayamos a casa.
Dos tazas de chocolate caliente después, termino en sus brazos de nuevo, la historia se repite, sus dedos recorriendo mi rostro, el calor de sus besos intensificándose cada segundo, sus uñas clavándose en mis hombros, su cuerpo rozando el mio en un momento de control cojo la tela que cubre su pecho entre mis dientes, haciendo que ella gima al igual que yo.
Mis manos, que han comenzado a recorrer su cuerpo, se aventuran al borde de su pantalón, hago que se recueste en el sillón cuando un grito hace que me paralice.
Ella llega a su clímax, dejándome impactada, pensaba que le había hecho daño, no han pasado mas de un par de minutos. ¿Qué se hace en esos casos?
-¿Qué fue eso?- pregunto en un murmullo
-Nada- contesta en el momento en que se levanta
-¿Te vas de nuevo? Sabes, esto podría llegar a ser una costumbre
-No va a ser nada, no debí venir
-Si vete de nuevo, casi como si no nos conociéramos, en serio creo que podría acostumbrarme, ¿no crees "ojitos"?
-Esto no volverá a pasar
Y mientras cierra la puerta tras de si, me pregunto cual será el nombre de aquellos ojos grises.
Con "Early November" de Miranda Lee Richards tronando mis oídos dan las 12:00 AM exactamente, el insomnio es ya un íntimo amigo cuando ha llegado el invierno.
Me preparo para dar un paseo, aunque solo cojo una bufanda camino a la puerta. El día anterior había terminado con mi novia, por lo que necesitaba despejar mi mente.
Mientras voy por la húmeda y solitaria calle escucho unos gritos. Giro en el momento en que alguien choca contra mi.
-Ouch ¿Qué paso?
-perdón, perdón; realmente lo siento, ¿te encuentras bien?- me dice una voz conocida
-Creo que si ojitos... ¿Cómo estas?
-Oh eres tu...
-Y yo que pensaba que no me recordabas
-¿Qué estas haciendo aquí?
-¿No debería ser yo la que pregunte eso? ¿Ahora de que huyes?
-No es tu asunto
-Aja entonces ¿esta todo bien?
-¡P!- gritaron
-¿Ya te buscan? ¿No dejan salir a ojitos de noche?
-¡Vete a la mierda!
-Ya ojitos, cálmate ¿Cuántos años tienes?
-No te importa
-Estuve contigo, creo que debe importarme
-mmm cuando acabe esta semana tendré 19
-¡P!
-¿Por qué "P"?
-Me tengo que ir, lo siento
-Ven conmigo estaras bien
Aunque suene como de peli continuara