Una Sorpresa, segunda parte

Ante la placentera sorpresa que le dio su marido, ella un tiempo después le devuelve la jugada.

Una Sorpresa, Segunda parte

Jamás podré olvidar aquel día increíble, aquella maravillosa y placentera sorpresa que mi marido me preparo, donde llegue a experimentar el mayor placer físico y sexual que jamas nunca antes había llegado a sentir, llegando a tener orgasmos en los que casi perdí el conocimiento. Desde aquella experiencia no he dejado de pensar en ello, y decidí igualmente devolverle a mi marido la sorpresa. Así que estuve pensando durante tiempo en como hacerlo y con quien. Estuve barajando varias opciones, pero finalmente me incline por comentárselo a una buena amiga mía, soltera, bastante liberal y que siempre me había hecho comentarios picarones respecto a mi marido, pues se veía claramente que le gustaba y atraía desde que nos conocemos. Así que un día quede con ella y se lo comente con cierto nerviosismo y bastante tacto para que no se sintiera mal. No sabía cual podía ser su reacción, pero la sorprendida fuí yo, ya que lo acepto sin remilgos y con mucha ilusión y deseo por su parte, pues me confeso, que tenía verdaderas ganas de follarse a mi marido, y que si no lo había intentado hasta ahora era por respeto a mi y a nuestra amistad. Así que ahora aquello le parecía sencillamente genial.

Mi amiga se llama Sonia y he de reconocer que está como un tren, tiene un par de años menos que yo y posee un cuerpazo increíble, con un buen trasero, unas piernas maravillosas y unas tetas verdaderamente increíbles de las que suelen dejar a los hombres babeando. Ella es todo menos puritana, sabe como está y no se corta un pelo en ir siempre provocadora, con ropa ceñida, buenos escotes o incluso sin sujetador, volviendo locos a los tios. Yo se que hombres no le faltan, siempre tiene donde elegir, pero me dijo que esto le parecía algo especial, sugerente y con mucho morbo, pero me dejo bien claro, que ella sexualmente era muy abierta y que cuando se calentaba no tenía límites. Así que empezamos a planear como hacerlo, aunque ella me insistió en que lo mejor era actuar con naturalidad y dejarse llevar, que todo sucedería por si solo, pues ella ya tenía experiencia con los hombres.

Pasaron los días hasta que por fin cuadramos un día en el que nos venía bien a ambas y por fin lo concretamos. Sería toda una sorpresa para él. Fue un viernes por la tarde en la que yo sabía que el volvería pronto a casa, así que para cuando el llego, ya estábamos las dos en el salón charlando entre risas con la mayor naturalidad mientras tomábamos una copa. Mi amiga se puso, matadora para la ocasión, con una falda por encima de las rodillas, muy ajustada a su esbelto cuerpo, con una raja lateral que le subía hasta más de medio muslo, dejando con ello entrever sus preciosas y sugerentes piernas, debajo de esta un tanguita muy pequeño que apenas tapaba su hermoso y depilado coño, y en la parte de arriba una camisa de seda que se ajustaba a sus enormes tetas sin sujetador, haciendo que sus grandes pezones se señalaran con total claridad. Además llevaba desabrochados unos cuantos botones con lo que sus pechos asomaban generosa y provocadoramente por el escote. Cuando llego él, nos saludó a ambas y a mi amiga la miro de arriba abajo y le dio un beso mientras le decía que cada día estaba más guapa, a lo que ella le respondió que él tampoco estaba nada mal, mientras le dirigía una mirada y una sonrisa picarona.

Le pregunte que si quería una cerveza, a lo que me respondió que sí, que se la fuera preparando mientras él se daba una ducha rápida. Así lo hice, y mientras tanto el se ducho y se cambió de ropa. Comenzamos a charlar de temas intrascendentes, sobre el trabajo, el tiempo y lo que pensábamos hacer en las vacaciones, y así pasamos un rato. El la miraba con cierto disimulo, pero se la comía con los ojos, y ella, que se daba perfectamente cuenta, le devolvía la mirada y sonreía picaronamente. Mi amiga, cambiaba de posturas,  cruzando sus piernas con lo que sus muslos se veían casi por completo, o las entreabría dejando ver ligeramente su pequeñísimo tanga entre la cara interna de sus maravillosos muslos, o bien gesticulaba con los brazos haciendo que sus pechos amanazaran con hacer saltar los botones de la ajustada camisa, a la vez que sus duros pezones resaltaban con fuerza y esplendor. Nada de ello pasaba desapercibido para Luis, que no perdía detalle y cada vez la miraba con mayor descaro mientras su pantalón se abultaba por momentos en su entrepierna. Al cabo de un rato y sin previo aviso, de repente yo empecé a desabrocharle el pantalón a mi marido, él se me quedo mirando sorprendido como diciéndome….¿pero que haces?, pero sin hacer el mas mínimo movimiento, ni intentar detenerme, y yo simplemente le sonreí mientras continuaba. Apenas abrí su pantalón y baje su slip ligeramente, su hermosa polla salió como disparada hacia arriba.

El me miraba a mi y miraba a mi amiga sin saber que hacer, mientras mi amiga miraba fijamente aquella hermosa polla con ojos de puro deseo. Yo la cogí con mis manos y comencé a acariciarla suavemente hacia arriba y hacia abajo varias veces, lo que hizo que su polla se pusiera aún más gorda y más dura todavía, entonces me agache sobre ella y comencé a lamérla y chupárla muy suave y lentamente, con deleite y metiéndomela por completo en la boca hasta los huevos. Mi amiga nos miraba sin decir palabra, pero no perdía puntada, mientras Luis comenzaba a jadear de placer sin dejar de mirar lujuriosamente a mi amiga, a sus tetas y a su entrepierna. El muy cabrón estaba caliente como un perro en celo, y se moría por meterle mano a mi amiga. Entonces saque su polla de mi boca pero sin soltarla de mis manos, mire a mi amiga y moviendo la polla de Luis hacia ella, le dije: Sonia, no te apeteceria comerte una buena polla, y ella me contesto al instante, …por supuesto que si, tu marido tiene una polla divina, y me muero por chupársela, lo llevo deseando desde hace mucho tiempo. Y sin decir nada más se acercó a nosotros, cogió la polla con sus manos y comenzó a acariciarla suavemente mientras decía, Ummmmmmm que polla más hermosa tienes Luis, Diossss que caliente, que dura y que suave esta, y dicho esto se la metió en la boca y comenzó a chupársela. Luis la miraba absorto mientras jadeaba tembloroso como un animal, Ahhhhhhhggggggg Diosssssssss que gusto madreeeee mia, Joderrrrrrrrrrrr que bien me la chupas Sonia Ahhhhhhhgggggg Siiiiiiiiiiiiiiii Siiiiiiiiii Asiiiiiiii Sigue chupando Siiiiiiiiii Siiiiiiiiii Sigueeeeeee, y comenzó a meterle mano en las tetas y a apretarle los gruesos y duros pezones mientras el botón de la camisa salto dejando las enormes tetas al descubierto, Ummmmmmm que pedazo de tetas tienes joderrrrrrrrr como me gustan. Pero sigueeeeeeee sigueeeeee chupando no paressssssss Ayyyyyyyyyyy Diosssssssss que gusto me das cabrona joderrrrrrrr siiiiiiiiiiiii sigueeeee sigueeeeee asiiiiiiiiiiiiii  Ahhhhhhgggggggg. Pero Sonia paro y saco la polla de su boca, mientras le decía relamiéndose, Ummmmmmm que cosa mas rica , me pasaría la tarde comiéndotela, pero no quiero que te corras todavía. Sonia se levantó y mi marido también, y Luis empezó a quitarle desesperado la camisa a Sonia con una mano mientas metía la otra bajo la falda buscando su coño a la vez que la besaba  ansioso, Joderrrrrrrr que buena estas, le decía mientras su mano acariciaba ya su coño depilado, caliente y mojado, muy mojado. Metía sus dedos dentro de su raja, los sacaba chorreando y los restregaba en su clítoris, arrancándole gemidos de placer a mi amiga. Ummmmmmmmm que coño mas rico tienes Diosssssssss, decía mientras trataba de quitarle la falda y el tanga sin dejar de acariciar su coño y besar y mordisquear sus tetas. Yo, mientras veía todo esto me había puesto cachonda y guarra como una puta, y me desvestí rápidamente, tenía los pezones duros y el coño chorreando, y me puse a chuparle a mi marido la polla de nuevo, le di unos cuantos chupetones más y les dije a ambos….. vámonos mejor a la cama, allí estaremos mucho mejor, y nos fuimos los tres para allá hambrientos de placer y de sexo.

Habíamos comprado recientemente una cama de dos por dos, a raíz de nuestra experiencia en el hotel cuando Luis me dio aquella placentera sorpresa, y ahora le íbamos a sacar todo el partido a esa compra. Tumbamos a Luis boca arriba, y Sonia comenzó a chuparle nuevamente la polla, volviendo loco a mi marido que se retorcía y jadeaba como un cabrón…..Joderrrrrrrrr que bien me la comes Agggggghhhhhhhh Diosssssssss, y Sonia nuevamente se la saco de su boca, se incorporo y le puso el coño en la boca,  Luis empezó a comérselo con lujuria y desesperación, mientras yo me montaba sobre mi marido y me metía su polla en mi mojadísimo y hambriento coño y empezaba a follarlo desesperada y caliente como una perra. Sonia a su vez estaba sentada sobre la boca de mi marido quien le comía el coño con ansia haciéndola volar de placer. Los tres jadeábamos como animales y entonces Sonia, que estaba de frente a mi, me cogió y me beso con deseo metiendo su lengua en mi boca, urgando desesperada con ella en el interior. Yo al principio intente rechazarla pero ella me retuvo y siguió besándome totalmente excitada y jadeando mientras acariciaba mis tetas y mis pezones. Aquello me puso aún más caliente, y yo ya le devolvía los besos con fuerza, ardor y deseo, estábamos como locos los tres., Siiiiiiiiiiii cómeme el coñooooo asiiiiiiiiiii no pares cabrón, sigueeeeeeee asiiiiiii siiiiii no paresssss siiiiiiiiiiiiii ¿te gusta Cabron? ¿te gusta mi coño? le decía Sonia presa de la excitacón, y él le respondía medio ahogado, Ummmmm aggghhhhgg siiiiiiiiii ummmmmmm Ahhgggggg muchooooo ahhhghggh Siiiiiiiiiii me encanta. Pues tomalo, asiiiiii sigue chupándolo sigueeeeeeeee siiiiiiiiiiiii siiiiiiiii asiiiiiiiiiiiiii, y apretaba su coño con fuerza contra la boca de mi marido, a la vez que seguía besándome como loca mientras le temblaba el cuerpo y jadeaba próxima al orgasmo, Ahhhhhhggggggg me corroooooo cabronnnnn me corrroooooooo siiiiiiiiiiiii yaaaaaaaaa, yaaaaaa no paresssssssss noooooooo sigue, siiiiiii ahhhhhgggghhh asiiiiiiiiii yaaaaaaa yaaaaaaa ahhhhgghhhhh, y mientras ella se corría como una bestia inundando a mi marido con su inmensa corrida, yo le mordisqueaba los pezones de sus enormes tetas, lo que hizo que su orgasmo fuera aún más explosivo. Mientras, yo continuaba cabalgando sobre la hermosa polla de mi marido, clavándomela hasta los huevos y sintiéndola en lo mas profundo de mi ser, Ayyyyyyy cabronnnn que polla más rica tienes Diossss como me gusta clavármela en el coño hasta el fondo, siiiiiii asiiiiiiiiiii toda enteraaaa, ahhhggggghhh  siiiiiiiiiii, asiiiiiiiii, Estaba llegando al orgasmo, pero no quise que Luis se corriera en mí, quería que lo hiciera en el coño de Sonia, así que saque su polla de mi hambriento coño muy a mi pesar, y le dije a Sonia…. Ven, cambiemos de posición, no quiero que se corra en mí, sé que este cabrón está deseando follarte, y quiero se corra en ti, en tu coño, así que ordéñalo bien y sácale toda la leche, haz que te llene el coño de leche caliente hasta que te chorree. Y aunque ella estaba jadeante y temblorosa aún de su reciente orgasmo, y el cabrón de mi marido seguía chupándole el coño como un poseso, se levantó, yo me puse en su lugar, y ella se puso en cuclillas sobre la polla de mi marido y se la metió  en el coño dejándose caer sobre ella hasta que se perdió por completo en su interior, arrancando con ello gemidos de placer a ambos, y yo veía como a Sonia se le iluminaba la cara, y se le perdía la mirada del inmenso placer que experimentaba al sentirse completamente penetrada por aquella hermosa y dura polla que tanto deseaba, y que ahora se le clavaba hasta las entrañas, lo que nuevamente le dio brío y comenzó a cabalgarlo, lentamente al principio degustando la maravillosa suavidad de aquella polla, y salvajemente después metiendo y sacando la polla con fuerza de su agradecido, pero aún hambriento y sediento coño. Mi marido al sentir su polla perforando el mojadísimo coño de Sonia se volvió loco y comenzó a darle fuertes embestidas mientras me comía a mí el coño con verdadero entusiasmo. Sonia ante aquellas fuertes embestidas gemía como una puta mientras se agarraba a mis tetas y me las manoseaba nerviosa y ansiosa. Yo pellizcaba con fuerza sus pezones y Luis perdía la cabeza disfrutando de los dos coños a la vez. Esta vez fui yo quien busco los labios y la boca de Sonia, cuando estaba a punto de correrme en la boca de Luis mientras jadeaba y gemía con fuerza. Siiiiiiiiiiii sigueeeeeee mi amor Sigueeeeeeee ummmmmmm que bien me lo comesss siiiiiiiii sigueeeee siiiiii me corrooooooooo Aghhggggghhh me corrooooooooo siiiiiii yaaaaaaaaa no paressssssss siiiiiiiii ahhhhhhggggggg, y me corrí en su boca y en su cara inundándolo y haciéndole tragar toda mi corrida mientras el seguía follando con ansia aquel nuevo coño que lo estaba volviendo loco de placer. Aggggggggg que coño mas rico tienes puta, me encanta siiiiiiiiii tomaaaaaaa, tomaaaaaaa, tomaaaaaa polla, ahgggggggg, siiiiiiiii, siiiiiiiiii me corrro puta, me corroooooooooo, yaaaaa toma, toma, toma aghhhhhhhh siiiiiiiiiiiiii yaaaaaaa toma lecheeee toda mi leche siiiiiiii puta, asiiiiiiiiii para tiiiiiiiiiii siiiiiiii toda para tiiiiiiiii agggghhhgggg, y le embestía como un animal, levantándola con fuerza de la cama  a cada empujón, llegándole la polla a Sonia hasta las mismísimas entrañas, mientras sus tetas saltaban y bamboleaban como locas sin parar. Y con esas ultimas embestidas, y mientras su coño se iba llenando de leche caliente, que le entraba a chorros con cada embestida, ella volvió a llegar al orgasmo, y se corrió de nuevo como una guarra gimiendo y chillando como una perra, Ayyyyyyy cabrón que me corro otra vez, siiiiiiiii ahhhhgggghhh siiiiiiiiii dameeeeee, dameeee, dame fuerte, asiiiiii, mas, mas, dame más poya, siiiiiiii asiiiiiiiiii dameeee, dameee, reviéntamelo siiiiii, asiiiiiii Agggggghhhhhhhh me corrrooooo cabronnnnn, me corrrrroooo, siiiiiiiiiiii yaaaaaaaaaaaa, Agggghhhhggggghhhhh, y de su coño volvió a brotar una nueva y abundante fuente fruto del mayor de los orgasmos, que junto a la leche que le comenzaba a chorrear y gotear abundante de los labios de su maravilloso y agradecido coño, dejaron a Luis completamente empapado. Nos dejamos caer en la cama los tres, completamente exhaustos, agotados y extenuados, pero jadeantes, eufóricos, pletóricos y felices.

No sé el tiempo que pasamos allí los tres medio adormilados y revueltos sobre la cama, quizás alrededor de una hora más o menos. Fué Sonia la primera en reaccionar, y curiosamente en lugar de buscar a Luis, empezó a acariciarme a mí, a besarme muy delicada y suavemente por la espalda, la cintura, las nalgas y los muslos. El suave roce  de sus labios me hizo abrir los ojos con una delicada sensación de placer y bienestar, pero no me moví, me gustaba aquella sensación, y eso no sabía cómo entenderlo, no sabía cómo entender que me gustaran las caricias de otra mujer, pero era así, y me deje hacer. Ella al ver que no ponía trabas, fue incrementando las caricias, cada vez más sutiles y buscando los lugares más sensibles. Finalmente me di la vuelta ofreciéndome por completo, y ella me sonrió. Comenzó entonces a pasar sus labios por mis pezones, que reaccionaron con rapidez aumentando su tamaño y su dureza, al verlo sonrió de nuevo, y comenzó a chuparlos mientras sus manos acariciaban mis pechos. Joderrrrrrrrrr como me estaba poniendo la muy guarra de mi amiga, no conocía yo esa faceta suya. Una de sus manos fue bajando lentamente por mi vientre hasta mi pubis, lo rodeo y acaricio mis muslos, para ir lentamente hasta mi entrepierna buscando mi preciado chochito. Una vez allí comenzó a acariciarlo suavemente, mientras a mí se me abrían ligeramente las piernas facilitándole el camino y entregándome por completo a ella.

Estaba totalmente sorprendida de mis propias reacciones, no me lo podía creer. Entreabrió con sus dedos los dulces labios de mi coñito y los introdujo en él, y yo jadee ligeramente… Ummmmmmmmm. sacó entonces los dedos completamente mojados, y los chupo con deleite delante de mí de forma sensual y lujuriosa. Diosssssssssss, me estaba poniendo como una moto la muy puta. Volvió con su mano hacia mi coño, que ya la esperaba impaciente, y mientras me lo tocaba y acariciaba, su boca vino hacia la mía y comenzó a besarme apasionadamente introduciendo su voluptuosa lengua en mi boca. Estuvo besándome un buen rato mientras me acariciaba el coño y las tetas. Yo ya estaba cachonda pérdida y empecé a tocarla a ella también, sus tetas, su culo y su coño que lo tenía ardiendo y chorreando, y las dos jadeábamos como perras mientras Luis seguía adormilado, o se lo hacía, no sé. Finalmente dejo de besarme, cambió de postura, y llevo su boca hacia mi coño y comenzó la lamerlo y chuparlo con delicadeza pero con muchas ganas y una gran maestría. Diossssssss que me estás haciendo, joderrrrrrrrrr, me vas a hacer perder la cabeza Ummmmmmmmm que gusto Dios mío, me vas a matar Ahhhhhhhggggggg. Yo estaba casi que me corría pero también quería corresponderla, así que la tumbe en la cama y yo me puse encima de ella pero en sentido contrario y comenzamos a lamernos, chuparnos y comernos mutuamente nuestros delicados y hambrientos coñitos. Su coño estaba muy mojado, en parte por su calentura, y en parte porque aún le seguía saliendo mucha de la leche con la que mi marido se  lo había llenado un rato antes, y yo la olía y la notaba en mi boca, pero no me importaba, ni me disgustaba, aquel sabor me era muy familiar, ya que a mi marido le encantaba correrse en mi boca y ver cómo me la tragaba toda, y a mí me gustaba hacerlo. Y saborearla ahora directamente del coño de Sonia, aunque me pareciera increíble, me gustaba y le daba mucho más morbo al asunto, así que yo seguía y seguía chupando mientras reventaba de placer al sentir como ella me lo comía a mí, tanto que ya no aguantaba más, y empecé a correrme como una perra sin poder aguantarme ni un segundo más….Me matas, Sonia, me estas matando de gusto Diosssssssssss, me estoy corriendo joderrrrrrrrr, siiiiiiiiiiii me corrooooooo como una perra, ahhhhhhggggggg siiiiiiiiiiiiii asíiiiiiiiii sigueeeeee mas, mas quiero más, sigueeeeee chupando siiiiiii asiiiii ahhhhhgggggggg me corrooooo me corrooooo yaaaaaaaaaa ahhhhhhggggghhhhhhhh, y note como mi coño exploto y chorreo abundantemente en la boca de Sonia, que bebía y bebía mi corrida sin desperdiciar una sola gota, y sin dejar de chupar mi coño mientras se retorcía y jadeaba presa de su propio orgasmo ante las caricias de mi lengua y mi boca, Ummmmmmmm ahhhhhgggghh ahhhhgggggggg siiiiiiiiiiiiii aggghhhhh me corroooooooooooooooo yo también siiiiiiiiiiiiii yaaaaaaaaaa yaaaaaaaaa ahhhhhhhhgggg siiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Ante tanto jadeo y gemido, Luis se había incorporado, y nos miraba absorto mientras se acariciaba la polla, que ya la tenía gorda, dura y con ganas de hembra otra vez. Y sin mediar palabra, se fue hacia el coño recién corrido de Sonia, y apartando mi boca de el, le clavo la polla hasta los huevos, y empezó a follarla con fuerza. Toma polla guarra, se que te gusta una buena polla, así que toma, Diossssss que chocho mas rico tienes cabrona, joderrrrrrrrrr como me gusta follarlo. Sonia gemía de nuevo al notar la polla gorda y dura de Luis taladrandola de nuevo, Ummmmmmm no me esperaba esto, pero me gusta, siiiiiiiiiii me gusta mucho, me encanta tu polla, dame, dame, dame fuerte cabrón, follamelo bien, siiiiiiiiiii, siiiiiii, asiiiiiiiiiii, y el se la sacaba y me la metía a mí en la boca, mientras me decía, Tomaaaaaa chupala, que sé que te gusta, chupalaaaa, asiiiiiiiiiii, siiiiiiiiiiii, y se la volvía a meter a Sonia en el coño, y seguía follandola. Y así estuvo un buen rato pasando del coño de Sonia a mi boca, y de mi boca al coño de Sonia, hasta que la saco y dijo, ahora cambio de turno, y se fue al otro extremo y me la clavo a mí en mi coñito causándome un gran placer al sentirme nuevamente atravesada por aquella hermosa polla, arrancándome un nuevo gemido, que casi ni me salió, pues mi boca estaba de nuevo atareada en el coño de Sonia, que volvía a jadear como una guarra, Ahhhhhhggggggg ummmmmmm ogggggggg ayyyyyy cabrón como me gusta que me folles, siiiiiiiiiiii, dameeeee, dameeeee fuerte, clavame ese pedazo de polla hasta el fondo y reviéntame, siiiiiiiiii, asiiiiiiii, asiiiiiiii siiiiiiiii, sigueeee, sigueeeeee, sigueeeee cabrón, no pares. Y el muy cabrón me la sacaba y se la metía a Sonia en la boca, que se la chupaba con ansia, mientras se retorcía de gusto por la comida de coño que yo le seguía haciendo. Luis se lo estaba pasando a lo grande con aquellas dos pedazos de hembras para el solo, y jadeaba de placer acercándose por momentos al orgasmo, mientras pasaba de mi coño a la boca de mi amiga y viceversa. Por fin se quedó en mi coño, cogiéndome por las caderas y embistiéndome con fuerza, y en ese momento intuí que se iba a correr dentro de mí, cosa que yo estaba deseando, pues necesitaba sentir aquella polla palpitar dentro de mi mientras me llenaba el coño de leche. Y así fue…. Me voy a correrrrrrr no aguanto mas puta, siiiiiii me voy a corrrerrrrr en este coño tan rico que tienes, siiiiiiiii tomaaaa, tomaaaaa, tomaaaa guarra tomaaaaaaaaaa ahhhgghhgggggg me corroooooooo, siiiiiiiiiiiii, ahhhhhhghhhgggg, me corro puta, toma, ahhhhhhhgggggggghhggg. Y su polla entro con una fuerte embestida en mi y empezó a lanzarme chorros de leche uno tras otro, y otro, y otro, inundándome el coño por completo, y yo al sentirlo me corrí con el. Siiiiiiiii dame tu leche, siiiiii asiiiiii, toda, dámela toda, siiiiiii, asiiiiiii, ahhhgggghhhh cabrón que me corro yo también, siiiiiii ahhhhggghhhg, siiiiii, siiiiiii asiiiiiiiiiiiiiii. Debajo, Sonia entre temblores de placer miraba en primer plano, a pocos centímetros de su cara, aquella gran follada.

Luis se mantuvo unos momentos clavado a fondo en mi, dándome un placer increíble, y cuando me la saco chorreándole la leche, Sonia le cogió la polla y se la chupo con frenesí bebiéndose toda la leche que tenía impregnada, dejándosela limpia y brillante. Y al empezar mi coño a chorrear la mucha leche que inundaba su interior, Sonia dejo la polla de Luis, y sacando su lengua, aguardo a que mi coño fuera goteando la leche sobre ella. Al principio goteaba lentamente, después comenzó a caer en abundancia, y ella la recogía con su lengua y su boca y se la tragaba ansiosa dándome lametones, hasta que finalmente acerco su boca a mi coño y la chupo directamente de el, chupándolo y lamiéndolo con ansia y con deseo. Estaba ida, fuera de si, y tragaba y tragaba, y la leche le chorreaba por la comisura de los labios y se relamía, y yo le seguía comiendo el coño a ella, y ella a mí, y nos volvimos a correr juntas otra vez chillando, gimiendo y gritando como perras ante los incrédulos ojos de Luis que sonreía satisfecho. Fue verdaderamente apoteósico.

Descansamos nuevamente un rato en la cama, y Luis fue a la cocina a preparar algo para recuperar fuerzas con unas cervezas bien frías, cosa que le agradecimos profundamente, nos las tomamos en el salón, tranquilamente, después volvimos descansar, pues nos lo habíamos ganado.

Pasado un buen rato, y ya algo más relajados, Sonia y yo llevamos las cosas a la cocina, y allí charlamos un poco sobre todo lo acontecido, de lo sorprendente que había sido y lo muchísimo que habíamos disfrutado los tres. Yo le dije que estaba realmente sorprendida, no solo con ella, sino conmigo misma, pues jamás hubiera pensado en llegar a hacer lo que hice, pero le reconocí que me gusto y que disfrute muchísimo, y ella me dijo que le encantaría poder repetirlo. Entre sonrisas y bromas nos pusimos a fregar los cacharros, cuando sin darnos cuenta apareció Luis por detrás con su polla dura y con ganas de fiesta otra vez. Volvía a tener ganas de hembra y de coño y allí tenía a dos y de las buenas, y no quiso desperdiciar la oportunidad. Así que llego silencioso y sin mediar palabra, cogió a Sonia por detrás, llevo su polla hasta su coño, entreabrió sus labios y antes de que se diera cuenta ya se la había metido y la estaba follando otra vez. Ella se limitó a lanzar un gemido de placer e inclinarse sobre la encimera a la vez que abría más sus piernas, facilitándole el camino a mí marido, que la cogía por las caderas y le daba fuertes embestidas metiéndosela hasta los huevos. Diossssssssss como me gusta este coñito cabrona, le decía, Ummmmmmm que cosa más rica, siiiiiiiiii me encanta follarlo. Y ella, la muy perra, jadeaba de nuevo al sentir aquella buena polla  entrando y saliendo de su empapado coño con fuerza y vigor. Joderrrrrrr como me gusta tu polla, y que bien sabes usarla cabrón. Ummmmmmm que gusto me das. Yo los miraba y le dije a Luis, Joderrrrr parece que te ha gustado mi amiga ¿no?. El me miro sonriente y me dijo, si, la verdad es que me encanta, está buenísima y ademas folla como las diosas, pero tu no te quedas nada atrás. Y diciéndome esto saco la polla del coño de Sonia, se vino hacia mi, me puso en la misma postura y me la clavo, empezando a follarme inmediatamente mientras me decía. Sabes de sobra que tu coño me encanta, me encanta como me la comes y me encanta como follas. Ya lo se tonto, solo te estaba chinchando, acaso no me conoces, y me eché a reir y Sonia conmigo. Siguió follándome un poco más hasta que empecé a jadear y entonces me la saco. Quiero que os pongáis sentadas sobre la encimera, nos dijo, y nosotras nos miramos enarcando las cejas y encogiéndonos de hombros, pero lo hicimos. Entonces el se puso frente a Sonia, le abrió las piernas todo lo que pudo y se quedó mirando aquel hermoso coño entreabiérto, que se le ofrecia como una flor en primavera, se relamió, y dijo, Ummmmmm que maravilla tienes aquí Sonia, joderrrrrrrr como me gusta, te lo voy a comer como nunca antes te lo han comido.  Y acto seguido se agacho, metió la cabeza entre sus preciosos muslos, y comenzó a comérselo con ansia. Sonia nada más sentir la boca de Luis en su coño tembló, jadeo y se dejó caer hacia atrás abandonándose al placer, sin dejar de mirarlo. Yo no quitaba ojo de la escena y me estaba calentando otra vez como una perra, ya tenia el coño chorreando, y mi mano se fue a buscarlo casi sin darme ni cuenta. Luis lamia, chupaba, sorbía, mordía, comía y devoraba aquel coño que lo tenía como loco de deseo, y ella chillaba de placer como una puta con la mirada perdida y los ojos en blanco, mientras su cuerpo entero temblaba, a la vez que con sus manos apretába con fuerza la cabeza de Luis contra su coño, estaba como loca. Cometeloooooo siiiiiiiiiii cometelo todo, no pares, cabrón no pares Agggghhhhhggg Diossssss me vas a matar, pero no paresss nooooo no pares nunca, nunca, nunca, asiiiiiiiiii, siiiiiiiii, asiiiiiiii, ahhhhhgggghhhhh, sigueeee, sigueeeee sigueee, asi, asi, asi, siiiiiiiiii ahhhhhhhggggggg me corro, cabrón me corroooooooo Diossssssssssss ahhhhhggggghhhhhhggghhhggggggghhhhhhhhhh, Y la muy puta se corrió como nunca antes había visto correrse a una mujer, fue una corrida larguísima en tiempo y en fluidos, pues aunque Luis trago y trago con ansia todo lo que pudo, le puso chorreando la cara, el cuello y el pecho, dejando un buen charco en el suelo. Y Luis no paraba de comerle y comerle el coño, hasta que ella temblando le dijo, Ya, ya, yaaa, para por Dios  que no puedo más, para ya que me vas a matar cabrón, paraaaaaa y le quito la cabeza de su coño mientras temblaba de pies a cabeza, y se dejaba caer desparramada sobre la encimera jadeando, y con la respiración completamente alterada. Yo estaba con los ojos abiertos de par en par sin dar crédito a lo que veía. El se quedó mirándola un momento disfrutando de lo que veía, se volvió hacia mi, me abrió las piernas y empezó a comérmelo. Yo lo tenía chorreando del calentón que había pillado mirándolos, y el disfrutaba lamiendo y chupando mis jugos, Joderrrrrr como lo tienes mi amor, está que te chorrea, Ummmmmmm me encanta, y siguió comiéndomelo, Y yo desde el primer lametón estaba que me corría, Siiiiiiiiii cómemelo, asiiii como tu sabes, siiiiiiii, asiiiiiiii, ahhhggggghh, sigueeee, sigueeee, sigueeeee que me corro, joderrrrrr que me corro yaaaaa, yaaaaa, yaaaaaa, ahhhggggghhhhhhhh, y me corrí como una cerda en su boca y en su cara, pero el no paró de comérmelo y seguía y seguía chupando, y me empezó de nuevo a venir, joderrrrrrrr vas a hacer que me corra otra vez, Diossssssss que gusto me das cabrón, que bien me lo haces, siiiiiiiiiiiiiii, sigue, sigue asiiiiiiiiiii cabrón no pares, mas, mas, mas quiero mas siiiiiiiiiiii, me corro, me corro otra vez, ahhhhgggghhggggggg. Y otra vez lo puse chorreando mientras yo temblaba y jadeaba sin parar. Entonces el me cogió y me apeo, me puso el culo en pompa hacia el, y echada de frente contra la encimera, me abrió las piernas y  me clavo la polla en el coño que no me paraba de chorrear, y empezó a follarme otra vez, A mi no me sujetaban ya las piernas, me temblaban, pero aquella polla me daba un gustazo que me moría, y el me daba y me daba y me daba sin parar. Cuando estaba a punto de correrse, paro, me la saco y fue a por Sonia que ya empezaba a reaccionar y nos miraba. Hizo lo mismo con ella, la puso junto a mi en la misma postura y empezó a follarla, y ella de nuevo a jadear la muy guarra, al poco se la saco, se vino hacia mi, me la metió de nuevo y siguió follandome, Y allí estábamos dos pedazos de hembras, de pie con las piernas abiertas, el culo en pompa, y echadas sobre la encimera, y aquel macho, con una gran polla, follandonos por detras a las dos, pasando de la una  a la otra, y de un coño a otro, una y otra y otra vez. Finalmente y mientras me estaba follando a mi, empezó a jadear como un animal y a embestirme con mucha más fuerza, señal inequívoca de que me iba a llenar el coño de leche de un momento a otro, y así fue. Ahhhhhhgggggggg me corrooooo, me corrro yaaaaaa, siiiiiiiiiiiii ahhhggggggg tomaaa puta, tomaaaaaaaaaa ahggggghhhhhh, y su polla empezó a echarme leche a chorros. Pero entonces el muy cabrón paró, se cogió con los dedos la base de la polla y apretó para cortar la corrida, me la saco, se fue con Sonia, se la clavo en el coño y siguió follandola y echándole la leche que aun le quedaba, Tomaaaaa, puta, tomaaaaaa para ti también ahí, toma, toma, Ahghggggggggg. Siiiiiiiiiii, le decía ella, siiiiiiiii dame tu leche cabrón dámela, siiiiiiiii, lléname el coño, siiiiiiii, asiiiiiiiiii, asiiiiiiiiii. Y se terminó de correr en ella, quedándose clavado en su coño, jadeando, con las piernas temblando y sin apenas poder sujetarse. Cuando se la saco, se retiró un poco hacia atrás, y nos miró en aquella postura, las dos en pompa, inclinadas sobre la encimera, con las piernas bien abiertas y nuestros coños entreabiertos goteando y echando abundante leche, que caía lenta y suavemente al suelo, ya encharcado por nuestras copiosas corridas anteriores, formando pequeños charquitos blancos sobre el.

Nos dijo que no nos moviéramos, se fue un segundo y volvió al momento, había ido a por el móvil para hacernos unas fotos en esa postura el muy cabrón.