Una sorpresa muy especial (2)

Continuando, profundizamos en la dominación sensual. correrme por su cuerpo y luego lamerla y limpiarla de mi propio semen, de su sudor, sus meadas...

Una sorpresa muy especial (II)

Hola otra vez, os voy a contar la experiencia, y sobre como exploramos nuevas formas de placer y de amor. Comentaros que todo lo que hacemos mi pareja y yo, es en base a una profunda confianza y respeto, intercalándose sesiones de "dominación sensual", con otras de sexo "normal", con que me deje sus bragas usadas encima de la cama ....

Después de la experiencia de las bragas y de descubrir las comidas de culo y el beso negro, hablamos detenidamente de nuestros deseos, de querer explorar, hasta donde llegar. Nuestra relación se basa en una profunda confianza y el una comunicación natural, clara y directa.

Estuvimos hablando mucho sobre la dominación, la sumisión, la obediencia, siempre acotado a determinados contextos, situaciones y momentos. En definitiva es abrirse a otras experiencias sexuales, enriquecer la relación, explorar ....

Hablamos de algunos deseos, de jugar , de ir despacio ...

Algunos de estos deseos, fantasías ya las sabéis, la ropa interior usada, el sexo oral, que me utilice, otras que comenté en su día, que se dejaban intuir y que ahora explicitamos en alguna conversación. Hay una en concreto que me excita de sobremanera, ya practicada en alguna ocasión, que es comerla el coño y dejárselo limpito después de haberme corrido dentro. Me excita y en muchas ocasiones consigue que se me levante en tiempo record otra vez y volver a follar.

Esta práctica había comenzado a ser habitual cuando follabamos, el terminar comiéndola el coño, todo mojado, lleno de flujos y restos de mi semen. El sabor es maravilloso, mezcla de salado, con el ácido del semen, la textura, el olor ..., y que decir que a mi compañera la encanta.

Otra práctica que cada vez utilizamos más es "ser utilizado", de vez en cuando me pide, que la coma el coño hasta que se corre, y después a descansar, ya que como dice la relaja de un día estresante y duro. También en ocasiones la como el culo, luego se masturba, o follamos, o nos quedamos ahí. Que decir que me encanta comerla el coño y el culo después del día, antes de que se duche, donde se aprecian todos los sabores y olores del día.

Hace un par de meses, después de acostar a los chicos, cenando me dijo seriamente "te encanta comerme el coño y limpiármelo después de correrte, pues vamos a jugar a que me limpies de tus corridas, ¿quieres jugar?", por supuesto, sin pensármelo dos veces respondí que sí. "De acuerdo" me dijo, "quiero varias cosas, durante esta semana próxima no te podrás correr, eso sí, yo no voy a renunciar a que me comas mi chochito ni el culo, y ya que te gusta tanto limpiarme me tendrás que limpiar, tu confía; después de esta primera semana podrás correrte y limpiarme, una vez cada dos días. Dentro de tres semanas volvemos hablar y me comentas que tal y valoramos, para empezar tendrás que beberte un litro de zumo de tomate al día, hazlo como quieras, y para continuar me tendrás que obeceder cuando quiera algo". Estaba hipnotizado, absorto con las palabras que me había comentado, no podía dar crédito, aclaramos que todo seguía igual, que la relación de pareja, las ineludibles tareas del hogar, el hablar ..., todo igual, pero en el juego del sexo algo había cambiado, al menos durante las tres semanas siguientes.

Estaba turbado, confuso, con un especial nerviosismo, con mucha incertidumbre, pero a la vez con una excitación que rayaba lo insoportable, me apetecería hacerme una paja, o mejor aún, follar con ella, pero estaba prohibido, me había comprometido y lo debía cumplir.

La primera semana pasó lentamente, para hacerme sufrir me continuaba dejando sus bragas usadas todos los días; yo las seguía oliendo, saboreando, frotándomelas por el cuerpo; también en varias ocasiones en esta primera semana me solicitó que la comiese el coño, el culo, o ambos, hasta que se corría. Si lo habitual era una o dos veces a la semana hasta ese momento, en esta semana lo "hicimos" todos los días, bueno, la comí el coño y el culo todos los días, en el salón, en la cocina yo tumbado en el suelo y ella sentada en mí, en la cama ...

Cruelmente para "compensar tu esfuerzo y abstinencia, te meteré mis dedos por tu culito", encima tenía que soportar el que me follara el culo con sus dedos, incluso con sus bolas chinas, que me hizo llevar todo un día entero en el culo.

No sé como aguanté, pero lo hice, ni una corrida, ni me la menee ni una vez, y bebía mi litro de zumo de tomate todos los días. El zumo de tomate aumenta la cantidad de semen eyaculada. Tenía los huevos que parecían iban a estallar, entre la cantidad de leche acumulada, y lo que me estaba haciendo pasar, parecía que me iban a estallar del dolor de huevos que tenía.

Por fín pasó la semana, y en ese primer día posterior, por la noche me explicó lo que iba a ocurrir en los siguientes días: "mi amor, te voy a conceder varios deseos que tienes, el primero es que vas a poder correrte, cada dos días te podrás hacer una paja, siempre delante de mí claro, y ya que te gusta tanto limpiar tus corridas, te vas a ir corriendo en diferentes lugares de mí y me tendrás que limpiar. Eso no quita que vas a continuar comiéndome el coño y el culo, y aprendiéndome a limpiar otras cosas. Para empezar te voy a dar el privilegio de hacerte una paja, de correrte en mi coño y de comérmelo y limpiármelo luego, Desnudate!!".

Estaba ahí, enfrente de ella alucinado, de pie, asentí en lo que me decía, y a la vez que ella se desnudaba me quedé en pelotas delante de ella, me sentía algo ridículo, no era la primera vez que me hacía una paja delante de ella, o ella delante de mí, pero algo había cambiado, mientras se tocaba, empecé a tocarme lentamente, como lo hacía otras veces, y de manera dura me dijo "dejate de previos ni de tontería, hazte una paja, correte y comeme el coño que estoy mojada solo de pensarlo, venga!!". Empecé a meneármela con fuerza, y en muy poco tiempo, estaba corriéndome encima del coño de mi amor. Fue una corrida brutal, la excitación de la semana previa, la situación, la abstinencia, el zumo de tomate, el hecho es que tuve la mayor corrida de mi vida, parecía que no acababa nunca, los chorros de semen salían una y otra vez, cuatro, cinco, y seguía, creo recordar que eché sietes chorros bien cargados. Lo dicho, que tuve una corrida antológica. Según me corrí caí de rodillas, y la escuche decir "venga, comeme el coño ahora cerdito",

Miré el coño tal como estaba, estaba muy cubierto de semen, toda la pelambrera estaba pringada, los labios, se había abierto la vulva con las manos, y estaba literalmente encharcado de semen, el vientre ... Hasta ese momento siempre había comido y limpiado el coño después de correrme dentro, y esto era diferente, y sobre todo por la cantidad. Me acercé lentamente, no sabía muy bien por donde empezar; empecé por el vientre, saboreando mi propio semen con un ligero sabor salado, imagino del sudor. Fui bajando a los muslos y las ingles, iba recogiendo mi corrida, el sabor era ácido, muy denso. Luego empecé a lamer su pelambrera, intentando absorber la mayor cantidad de semen, esta fue la parte más complicada, porque con cada lamida se me llenaba la boca de pelos, pero no podía escupir, así que a tragar se ha dicho, y por fín, empecé a comerla el coño abierto que tenía para mí, los labios mayores, los labios menores, exploré el interior de su vagina con mi lengua, quería llegar hasta lo más profundo que podía, empezó a jadear, recorrí con mi lengua toda su raja y me centré en su clítoris, besándolo y absorbiéndolo. Tiene un clítoris grande, y empecé a menear la lengua todo lo rápido que podía sobre él. Al poco tiempo se corrió de manera brutal sobre mi boca.

Acabamos abrazados y besándonos, dándonos las gracias mutuamente.

La sesión 2 de 7, fue similar, desnudo delante de ella, teniéndome que hacer una paja, solo había una variación. Me tenía que correr en su culo. Dicho esto se puso a cuatro patas y me ordenó que fuese al grano en mi paja. Ya solo por la situación me puse cachondísimo. Me agarré los huevos con una mano y con la otra me hice una paja, me encanta mientras me pajeo el agarrarme y sobarme los huevos. Ella por su parte estaba haciéndose un dedo y diciéndome guarradas del tipo "me vas a chupar toda, eres mi cerdito, me vas a meter tu lengua dentro del culo ..". Como es previsible, en pocos minutos estaba a punto de correrme, la dije "ya, ya, me corrooooo ....", ella se abrió las nalgas lo que pudo, dejándome a la vista su ojete, acercé mi polla al mismo y me corrí sobre el, y sobre las nalgas, sobre su raja del culo ..... Será por la situación, por la novedad o por el zumo de tomate, pero la corrida fue monumental. Terminando los espasmos, apoyado en el sofá, ella seguía con el culo expuesto, pidiéndome que se lo comiese.

Me puse a ello, empecé a chuparlo, primero las nalgas, grandes, carnosas, algo caidas, pero hermosas; continué por la raja del culo, desde la rabadilla hasta el lugar donde casi de junta con la vulva, me salté el ojete, hice esta operación varias veces, hasta dejarlo bien limpio, y por fín me centré en el ojete, con los pelos alrededor, cosa que me excitaba todavía más, y con un sabor entre el ácido de mi semen, con la textura peculiar, con un sabor más salado del sudor y un sabor algo amargo, fuerte, posiblemente para el día de hoy no se había limpiado como otras veces al ir al baño, esto me excitó todavía más, chupando ávidamente su ojete, metiendo mi lengua lo más profundo que podía de su culo, haciendo el beso negro más profundo que recordaba hasta el momento. Ella por su parte se estaba haciendo una paja fenomenal, en pocos minutos se estaba corriendo; después de correrse continué un buen rato comiéndola el culo. Se dio la vuelta, me ordenó que me lavase, era una costumbre nuestra después de comerla el culo profundamente me enjuagaba con oraldine, para evitar infecciones en su coño.

Después de esto tuve que comerla el coño hasta que se corrió otro par de veces. Así paso la segunda sesión, yéndome a la cama con un empalme enorme y sin poderme tocar.

Al cabo de dos días, llegó la tercera sesión. Estaba deseando durante ese día intermedio que llegara. Antes de empezar la tuve que comer el coño en la cocina, porque estaba muy caliente. Después en el salón, como de costumbre me desnudé delante de ella. Hoy me debía correr en sus tetas. A mí sus tetas me encantan, besarlas, manosearlas, pellizcarlas .., son grandes, una talla 95, bastante caidas, por los dos hijos, por dietas ...., pero a mí me parecen dos tetazas, muy reales, de la gente real y normal, al igual que su culo, grande, con carne, donde cogerse. A mí me seduce y me excita mucho más un culo, unas tetas y un cuerpo así que no uno sin formas.

Antes que nada me ordenó comerla las tetas, se las chupé un buen rato; estaba que me corría sin tocarme, entre la comida de coño de antes y lo de ahora no podía. Me cogía la polla, empecé a pajearme, fuerte desde el principio, para acabar pronto, y en esto que me ordenó "para cerdito, quiero que sea una paja muy lenta, quiero que tardes mucho, acariciate para mí, metete mis bolas en el culo, sobate los huevos,... venga deleitame ...", me quedé frustrado, porque estaba deseando correrme en sus tetas y luego poderlas limpiar. Pero la instrucción era muy clara, fui a por las bolas y por lubricante, empecé a acariciarme el cuerpo, lentamente, es como habitualmente lo hago, continué por sobarme los pezones, a pellizcármelos, bajé hasta mis huevos, los agarré, los acaricié y comencé a sóbramelos, a estrujarlos, a presionar y soltar, a darlos pequeños golpecitos, estaba que no podía más. Cogí el lubricante, unté mis dedos generosamente, y empecé a acariciar mi culo, después me introduje un dedo, luego dos, comencé un mete saca mientras con la otra mano seguía sobando mis huevos, mis pezones, estaba jadeando, no podía tocarme la polla porque estaba seguro que si me la tocaba en un par de meneos me iba. Saqué los dedos de mi culo, agarré las bolas chinas, las unté de lubricante y me las metí, primero una, luego la otra. Estaban dentro de mí, me continuaba metiendo dos dedos. En eso que miré como se estaba corriendo, se estaba haciendo una paja observándome, yo ni me había dado cuenta, absorto como estaba en mi propio placer. Me dijo "cuando quieras", me acerqué a ella, se agarró sus tetas, subiéndolas, ofreciéndolas para que me corriese encima. Y al cabo de pocos meneos, pues lo que os podéis imaginar, una corrida con mayúsculas.

Mojé con mi semen todas sus tetas, la parte de arriba, el canalillo, los pezones, algún chorro llegó al cuello. Una corrida con mayúsculas.

En cuanto me repuse, me saqué las bolas del culo, las aparté para luego lavarlas, y comencé a besar sus pechos, primero limpié el chorro del cuello, fui bajando rodeé con mi lengua y mi boca todo el contorno de sus tetas, limpié con devoción su canalillo, y luego empecé con el pecho izquierdo, por arriba, por abajo, hasta llegar a su pezón, que lamí con deleite, con dulzura, hasta que me introduje su pezón en la boca, empecé a succionar, a retenerlo entre mis dientes, ligeramente, dulcemente, empezó a jadear. Después empecé con su pecho derecho, de la misma manera. Los dejé lustrosos, limpios, brillantes, y muy tiesos. Pasaba de uno a otros rapidamente, chupando, absorviendo, lamiendo, mordiendo, succionando ...

Estaba completamente cachonda, como acabamos?, comiéndola el culo y el coño, y volviéndose a correr en mi cara, y yo con otra erección monumental y un dolor de huevos tremendo.

Llegó la cuarta sesión. Antes de iniciar la sesión hubo otro acontecimiento que me dejó atónito, y que luego hablamos cuando terminaron las siete sesiones, ya os contaré detenidamente todo el mundo que se abría a partir de ese momento. Era por la tarde, los niños estaban con unos amigos, ibamos a ir a recogerlos, estabamos en el baño, yo me había puesto sus bragas usadas del día, estaba meando, yo había terminado de afeitarme, y en esto que escucho, "no hay papel para limpiarme", instintivamente fui a por un rollo nuevo, pero no había a pesar de haber comprado un paquete en el día anterior, me quedé pensativo cuando me dijo "no querrás que vayamos a casa de los amigos y vaya con las bragas sucias, limpiame tú, agachate y chupa , vamos a qué esperas que llegamos tarde", Estaba paralizado, me agaché y comencé a limpiar su coño, con algunas gotitas de pis que le quedaban, al terminar, después de varios lametazos, se levantó, se puso las bragas y el pantalón y me dijo, "vamos que llegamos tarde, me parece que ahorraremos muchos papel a partir de ahora".

Esa tarde estuve en otro mundo, más despistado que un higo, estaba sorprendido, no sabía si decir algo o no, hablarlo, o esperar a que terminaran las siete sesiones. Opté por esto último, ya habría tiempo de hablarlo. Sinceramente, estaban siendo las semanas más felices de mi vida.

Por la noche, me desnudé yo solo, estaba vestida, con ropa cómoda, me miró fijamente y me dijo "hoy vamos a cambiar un poco, empieza en un rato la serie de tele que me gusta tanto, y la quiero ver, eres un cerdito, te encanta beber su semen, y otras cosas, ya veo, bueno, hoy no me apetece que me hagas nada, pero quiero que te hagas tu paja correspondiente, y que te corras en mi mano, de la cual beberás, lamerás y limpiarás, venga empieza ..", Como un autómata empecé a hacerme una paja, al poco tiempo estaba con la respiración entrecortada, rápida, me estaba costando más que otros días, el pensar que iba a beber casi literalmente mi semen no era una idea que me atraiga mucho, siempre había sido asociado a algún órgano sexual; , y creo que ella lo notaba, me ordenó parar, "que pasa, que mi mano te resulta muy poco, bueno pues vamos a aumentar tu excitación, te ayudaré un poco, mira en esa caja, hay una cosa y quiero que la utilices". No me había percatado en la caja encima de la mesa, fui a por ella y la abrí, sorprendido miré y cogí un vibrador anal, pequeño, de unos 15 centímetros de largo, con un ancho de 1 cm en la punta y de 3,5 cm en la base, con vibración en la punta, de tipo gelatina, y un bote de lubricante especial para relaciones anales.

Me dijo "vamos, a qué esperas, pruébalo mi amor, es para ti, se que lo estabas deseando, vamos a empezar por este, a ver que tal, venga hazlo para mí ..." Estas palabras me tranquilizaron, sin pensarlo y con una erección retomada, abrí el envase, puse las pilas, lo unté de lubricante, me metí un dedo, dos, y por fín me introduje el vibrador anal, era bastante pequeño, mi culo podía acoger a más tamaño, pero era estupendo, la vibración en la punta facilitaba en encontrar el punto P, por la zona de la próstata, y el diseño facilitaba la introducción, a su vez, el introducírmelo casi entero, me ensanchaba el ojete, cosa que me hacía ponerme a mil. Estuve disfrutando bastante rato con el juguetito, después de casi media hora, empecé a pajearme, empecé suave, follándome el culo a la vez que aumentaba el ritmo, me iba a venir, me incorporé, ella acercó su mano y empecé a correrme sobre ella, la puso justo enfrente, para intentar desperdiciar lo menos posible. El juguete, la situación, todo, el recordar haber servido de limpiador de su pis, hizo que me corriese abundantemente, sin llegar a las corridas de las otras sesiones.

Me saqué el vibrador del culo, lo apagué. Y la ví, de pie, yo de rodillas, ofreciéndome con la mano mi propia corrida, empecé a lamer su mano, en ese momento lo comprendí, me estaba ofreciendo a ella misma, no era su coño, ni su culo, ni su teta, incluso no esta ni desnuda, era su propio ser, su esencia, me ofrecía su confianza en ese mismo momento, su intimidad; Continué lamiendo la palma de la mano, la muñeca,, Bebí casi literalmente los restos de semen, continué besando y chupando cada uno de sus dedos, su mano, el reverso y el anverso, la abracé y me la acerqué a la cara suavemente, fue uno de los momentos más íntimos que tuvimos en las últimas semanas, no era solo sexo, era complicidad, sintonía, el ofrecer sin esperar nada a cambio.

La quinta sesión llegó, el día previo y ese mismo fue estupendo, la sintonía, el buen humor, la ternura era la nota predominante. La quinta sesión llegó. Desde que llegamos de trabajar fue ponerse en la onda. Según llegamos, antes de ir a por los chicos al cole, me llamó desde el baño, al entrar me dijo "hay papel, pero prefiero no gastar, prefiero utilizar tu lengua, venga empieza ...", acababa de hacer pis y la limpié. Entre esa primera vez y la noche, fueron cuatro veces la que tuve que limpiarla después de hacer pis, en la última además, cuando iba a empezar se le salió un chorrito de pis que me dio en mi boca, no dijo nada, yo tampoco, la limpié y ya está.

Al llegar la noche, estaba desnuda, era viernes además, me dijo que tenía ganas de follar, pero antes de nada, que empezaramos. Ambos desnudos, me ordenó "hoy tendrás que correrte en mis pies, y los adorarás y lamerás como si fuera mi coño, venga rápido que luego quiero follar", había dicho ¿quiero follar?, por fín después de más de quince días voy a follar con ella, lo necesitaba ..., Empecé a pajearme, esta vez de rodillas, ella estaba desnuda, descalza, puso a mi alcance sus pies, incluso me tocó varias veces mi polla, mis huevos con sus pies, unos minutos de pajote y me corrí en sus pies, los cuales juntó cuando comencé a eyacular.

Enseguida me agaché, empecé a lamer sus pies,, por arriba, por la planta, entre sus dedos, chupé y tragué todos los restos de semen, me metí primero el dedo gordo, y luego intenté meterme todo lo que puede del pie en la boca, parecía que le estaba haciendo una mamada. Esto la excitaba enormemente, continué durante mucho tiempo, me estaba deleitando de lamerla los pies. Hasta que me dijo que parase que quería follar, cuando me levanté, yo con mi idea, la ví que tenía un vibrador, bastante grande, con el que estaba empezando a follar, se estaba metiendo un vibrador, más grande que mi polla, en su coño, y de dijo "mira, quiero que mires como me folla, luego me limpiarás ..." , Estupefacto, y con un super dolor de huevos, era la primera vez que la veía así, disfrutando, metiéndose un vibrador y yo a menos de quince centímetros viendo como se lo metía una y otra vez, a máxima potencia, y como con la otra mano se hacía una paja tocándose el clítoris. Al momento me dijo que la comiese el culo como yo solo sabía, así que empecé a chuparla el culo, estaba tumbada boca arriba, con las rodillas casi en su pecho, espatarrada, yo comiéndola el culo y haciéndola un beso negro de antología, con un rabo metido en su coño y haciéndose una paja, pensé que se lo merecía, que no podía esperar más tiempo sin follar, así que creo que le hice el mejor beso negro de mi vida.. Al buen rato, había contado al menos tres orgasmos, se paró, se sacó el vibrador, me miró y me dijo, "para mi amor, y límpialo ahora tú", sin pensarlo lo empecé a chupar, me lo metí en la boca, sabía y olía a mi amor, era el instrumento de su placer, y debía de estarle agradecido, así que le hice una mamada al aparato fenomenal. Debió gustarle mucho, porque acabé, previo aclarado bucal, comiéndola el coño otra vez.

El domingo fue la sexta sesión, por una parte me gustaría que no acabara nunca, por otra estaba con ganas de terminar, de poder hablar de las sensaciones que habíamos tenido ambos, de volver a hacer el amor con ella, de follar, de continuar explorando ...pero de momento lo que tenía era que disfrutar de la sesión.

Teníamos toda la tarde y la noche para nosotros, teníamos que recoger a los niños por la noche de casa de un familiar.

Por la tarde me iba a duchar, me metí en la ducha y apareció ella, me dijo "no des el agua, ya que te vas a duchar vamos a aprovechar y a reducir el consumo de agua, y no querrás que tire de la cisterna, túmbate en la bañera". Lo hice, creí imaginar lo que iba a suceder, y aunque alguna vez lo había pensado, es verdad que en los últimos días lo deseaba cada vez más, incluso había pensado que si no ocurría se lo diría en el futuro.

Se puso sobre mí, desnuda, se abrió el coño, y comenzó a descargar una meada sobre mí, debía haber aguantado mucho para brindarme este placer, porque empezó a mear y parecía que no terminaba. Me meó desde la cabeza hasta mi polla, paró el chorro, y me dijo "acerca la cara y abre la boca". Lo hice, y descargó varios chorros sobre mi boca, que sin que me dijera nada, me los tragué, su sabor era salado dejando un gusto muy especial al final, había bebido mucho agua, por lo que estaba muy diluido, lo cual facilitó todo. Al terminar me ordenó que luego me lavase la boca y fuese desnudo al salón, hoy lo haríamos por la tarde, antes de ir al cine como habíamos pensado.

Al llegar al salón, estaba desnuda, empecé a besarla, a chuparla los pechos, a comerla el culo, y por fín a comerla el coño, hasta que se corrió en mi boca.

Después, empalmado como estaba, empezó a tocarme los huevos y el culo, me dijo que la apetecía follarme el culo con mi vibrador anal , menos mal pensé, aunque sabía que tarde o temprano me follaría con su vibrador enorme, lo temía .... y lo deseaba. Me puse a cuatro patas y durante más de media hora estuvo jugando con mi culo, con el vibrador, follándome repetidamente. Estaba que me moría.

En esto que cogió un preservativo y me dijo, "póntelo y hazte tu paja". Me lo puse, y empecé a pajearme, con el vibrador en el culo y ella haciéndome un mete y saca que estaba a mil, estuve a punto de suplicarla que me follara con su vibrador, pero no era el momento. Me puse el preservativo, empecé a meneármela, arriba y abajo, al poco tiempo me corrí abundantemente. Cuando me corrí, al rato me sacó el vibrador del culo, me tumbó en el suelo y se sentó sobre mí, volviendo a comerla el culo y el coño. Cuando se corrió sobre mí estuvo un rato apoyada, disfrutando de los últimos espasmos de su orgasmo. Se incorporó, sacó el condón de mi polla, con cuidado, me lo dio, creía que era para tirarlo, pero, claro me dijo "no, donde vas??, es como un flash, metete en la boca la punta abierta y absorbe y traga toda tu corrida, venga, vamos..."

Ahí estaba yo, con un condón lleno de leche en la mano, mirándolo, y teniéndolo que beber, me lo puse en la boca, tiré de la punta hacia arriba y fui empujándolo, estrujándolo para que cayera todo el contenido en mi boca, que como de costumbre era bastante abundante, lo hice varias veces, hasta que cayó el contenido en mi boca, lo saboreé, y me lo tragué.

Después fuimos al cine.

Llegó la séptima y última sesión. Esta vez fue en la habitación, Estaba impaciente para ver que tocaba hoy. Nos besamos, profundamente, apasionadamente. Después me ofreció sus manos para besarlas, luego sus pies, sus pechos, las axilas, cosa que me pone a cien, su culo y su coño. Se corrió varias veces.

Hoy era diferente, había mucha más ternura en el ambiente, todo más pausado, con más calma. Me hizo tumbarme boca arriba, y de repente me fue besando, los pezones, bajó por el estómago, los huevos y al final, se metió mi polla en la boca, y comenzó a deleitarme con una mamada como nunca me había echo, pasaba de la lengua, a los huevos, a mi culo, subí las piernas para arriba quedando todo expuesto, y empezó a besar mi culo, toda mi raja, me chupó el ojete, me hizo un beso negro por primera vez, luego siguió otra vez con mis huevos y se metió mi polla en la boca, haciéndome una mamada monumental. Tal como estaba me corrí en su boca en pocos minutos.

Con todo mi semen en la boca, se aproximó a mí, me abrió la boca con sus dedos y escupió todo mi semen, pasando de su boca a la mí, luego nos dimos un beso apasionado, largo ...

Terminamos follando toda la noche de manera pausada, tranquila, con amor, sin prisas, redescubriendo nuestros cuerpos en el del otro.

Antes de dormir me dijo "estoy completamente satisfecha, soy feliz de ser tu mujer, he disfrutado muchísimo, ya hablaremos largo y tendido de estas semanas; hemos descubiertos nuevos campos, y yo me he descubierto a mí misma y cosas que me ponen a mil; por cierto tu culo tiene muchos pelos, ya nos encargaremos de él, y ya nos encargaremos de tu culo, porque me he dado cuenta como mirabas mi vibrador, no te preocupes que lo compartiremos. Te quiero"

Continuará .....

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