Una sonrisa y una mueca

Las pretenciones de la gente, no siempre son lo que parecen.

UNA SONRISA Y UNA MUECA

Con una sonrisa y una mueca me saludó una niña sentada en el carrusel del parque.

Sí esa es. Me dijo un hombre a mi espalda con voz acallada al oído.

Observé nuevamente a la niña y le vi brillar los ojos mientras me sonreía con la mirada.

¿Hay algún problema? Murmuró nuevamente al oído

¡Ninguno! Le conteste sin vacilar. Necesitaba ese trabajo pues plata no había.

Pues bien, vive allí. Me señaló una gran mansión que había cruzando la calle.

¿Sabes que tienes que hacer?

Sí, sólo debo llevarla al auto el martes en la tarde. ¿Cierto?

Así es… Adiós. Inmediatamente el hombre se alejó con pasos rápidos.

Llegado el día destinado, me hallaba nuevamente frente a la mansión, y la niña de nuevo me sonreía con una mueca. Me acerqué.

Hola, ¿Cómo estas?

Bien .contestó algo tímida

¿Quieres un helado? - Por allí venden unos muy sabrosos. Dije.

¿Me lo vas a regalar? Pregunto sorprendida.

Sí.

Su rostro se mostró pensativo por un momento, después sonrió y aceptó con su cabeza. La tomé de la mano y me dirigí con ella a la esquina. El auto negro estaba precisamente allí estacionado. Cuando pasábamos por su costado repentinamente se abrió la puerta y la empujé dentro.

No grites. Le murmuré al oído

El auto se puso en marcha y nos alejamos del lugar. Varias calles después me baje y al mirarla solo le pude hacer una mueca y sonreír, aunque sabia que su futuro era incierto