Una situación embarazosa en las duchas

No deseando parecer un antiguo… pero me gusta usar la pastilla de jabón, comenzando a enjabonarme todo el cuerpo, refriega que te dejas llevar quizás más por estar solo, dando con más ahínco en miembro, perineo y te dejas llevar hasta que ‘torpemente’ la pastilla de jabón choca con mi orificio… mmm.

Una situación embarazosa en las duchas

Soy persona que de joven supongo que, como muchos, buscamos un puesto laboral más por dinero que por aporte a nuestros estudios, no importándonos el tipo de trabajo o al menos que esté relacionado. Ese era yo, un chico que tras finalizar mis estudios universitario cambiaba de trabajo, no renovando contrato con la empresa. Mi confesión de dicha experiencia comienza ahora…

Un día más regresamos a la empresa después de haber estado todo el día montando instalaciones, mi trabajo no era precisamente montar la maquinaria o las estructura, sino programarlas o situarlas según la frecuencia, pero no se me caían los anillos a la hora de ayudar a montar las estructuras. La cuadrilla que formábamos dichas instalaciones, estábamos formados por unas diez personas, compañeros que tras un día de esfuerzo nos íbamos de cervecitas, no sin antes asearnos y antes de cambiarnos.

Yo era uno de esos que nada más acabar mi turno dando igual la hora que fuera, daba uso de las instalaciones de la empresa, instalaciones destinadas a los vestuarios y las duchas. Donde tras llegar y soltar el equipamiento, me encaminaba hacia las taquillas donde cogía las cosas para ir a los vestuarios. Era persona reservada y que gustaba de intimidad, una persona muy diferente dentro del trabajo a lo que soy fuera. Pues eso, cogía en los vestuarios y aprovechaba las oportunidades de estar solo, pues me gusta darme una ducha bien a fondo… me entendéis. Como es habitual en mi persona, soy de esos que me dicen de antiguo al seguir usando jabón de mano, jabón que como yo digo me ayuda a limpiar mucho mejor la suciedad, sobre todo cuando me toca limpiarme miembro, genitales y sobre todo culo. Pues eso…

Los días dejaron paso a las semanas y estas a los meses, donde el compañerismo y la amistad pronto me hice de unos más que de otros, sobre todo con un compañero… Nicolás al cual se le conoce como Nico. Persona muy cerrada al principio, quizás por sus defectos o manías, pero todo debido por padecer una traqueotomía, ya que es una persona que lleva insertado un tubo en el cuello (tráquea) para poder respirar. Persona con el cual me llevo genial, pues coincidimos en muchas cosas o forma de pensar, quizás este acercamiento pueda ser también por su edad, ya que a sus cincuenta y nueve años está en forma. Nico es un hombre de un metro ochenta y cuatro centímetros, hombre fornido y corpulento con cierto volumen de barriguita, brazos fuertes y cuyas manos es mejor no enfadar.

Pero mi amistad con él no iba mucho más lejos, compañero en el trabajo y amigo fuera de él, donde llegamos incluso a salir con parejas. Con el tiempo la amistad aumenta, dándole mayor confianza, familiaridad, confidencia e incluso intimidad, donde permites bromas de todo tipo e incluso aquellas con doble sentido. Como aquel día… un día como cualquier otro, donde tras regresar de trabajar y ya en los vestuarios comenzamos a hablar de mujeres, conversación que poco a poco fue yendo sin buscarlo hacia el sexo, donde este me pregunto…

  • “Folláis mucho… o habéis entrado en esa monotonía que entramos todos, esa de que habéis pasado de follar cinco veces a la semana a hacerlo una o como mucho dos”.

Ríes… más por no saber qué contestarle, pues pensaba que la amistad que tenemos no le daba tanto para hacer este tipo de preguntas, pero que al final respondes…

  • “Pues sí es verdad… antes follábamos a diario, ahora ha pasado a dejarlo para algún día entre semana o los fines de semana”.

Ríe y me da un achuchón, notando la fuerza de sus brazos y la dureza de su cuerpo corpulento. Soltándome de forma burlona y picaresca…

  • “Anda con el semental… ja ja ja, vaya aguante y eso que aseguraba que con lo delgaducho que se te ve, no aguantabas ni un polvo… ja ja ja”.

Risas y menos precio que me caen precisamente mal, viendo este como me pico y con lógica, me lo tomo como algo personal. Colmado el vaso de sus preguntas con…

  • “Y en serio satisfaces a tú novia”.

Te quedas con cara de gilipollas no sabiendo que responder, pero acabas respondiendo casi tartamudeando, diciendo…

  • “Co… co… como”.

Él se disculpa, e intenta explicarse…

  • “Mira te lo pregunto, porque leí en algún sitio que por el tipo de cuello sabemos si una persona tiene disfunción eréctil (impotencia) o no”.

Mirándole perplejo sin saber qué coño está diciendo este, volviéndole a preguntar y este responderme…

  • “Ya sabes, eso que algunos hombres padecemos, una incapacitación para poder alcanzar o mantener una erección rígida de nuestro miembro, ya sabes para que nos permita tener una relación sexual satisfactoria”.

Ese día me levante y me marche molesto, aunque pensativo por sus palabras y descripción, no había caído en todo aquello, pensando que muchos me han llamado de todo e incluso cuando te dicen que tienes ‘eunucoide’, pero pasas de todo finalmente pues lo que tengo lo hay que asumir. Día que cuando regresamos a las instalaciones de la empresa, solté el material en el almacén, dirigiéndome hacia los vestuarios haciendo tiempo hasta quedarme solo. Desvistiéndome por completo, encaminándome hacia las duchas con tan solo una toalla en mi cintura. Entro y abro los grifos, comenzando a enjabonarme todo el cuerpo, refriega que te dejas llevar quizás más por estar solo, refriega que me doy en miembro y perineo. Comenzando a pasar por entre mis glúteos, ¡pastilla de jabón que ‘torpemente’ choca una vez tras otra contra mi orificio… uuummm!!, llegando a ayudarme con varios de mis dedos y sin darme cuenta… ooohhh!!, acabar por masturbarme al tiempo que me meto mis dedos… ooohhh!!.

Comencé a hacerlo varias veces y claro está, todas las hice en las duchas del trabajo, pero claro esta y lógico cuando no había nadie, donde mí corazón a pesar de saber que aquello estaba mal se me ponía a mil por miedo a que me pillaran, era una sensación de excitación y morbo… que se siente de ‘puta madre’. Pero todo depende del momento, pues no creo que haya cosa más incómoda que un compañero se te quedará mirando, no tanto si te cambias ropa o si entras o sales de la ducha, sino mientras te estas masturbando o tocando. Por eso siempre o al menos lo intentaba… tomaba mis precauciones, pero aquello con el tiempo poco a poco se me fue de las manos, no me refiero a que lo hacía a lo loco o no me importaba provocar, sino que deje de ser precavido o al menos tanto como antes. Eso sí… me iba desvistiendo tomándome mi tiempo, tiempo que precisamente otros acababan por marcharse, pues pocos les gustaba ducharse en las instalaciones de la empresa, instalaciones donde como era lógico no había cámaras de seguridad.

Pero como he dicho… poco a poco iba teniendo menos cuidado, tomaba menos precaución, pues a pesar de estar solo como así me cerciore, comencé a veces a tener esa sensación de no estar solo del todo, presentimiento que aun así no me hizo dejar de hacer lo que hacía, pues sentía como si fuera vigilado… cosa que dentro de la ducha era imposible. Además… tengo la mía, bueno mía… mía no es, pero sí que puedo decir que es mi preferida, pues tiene un resguardo donde poder colocar la toalla sin que esta se moje, hueco donde no te me ve desde el vestuario o al menos eso creo. Ahí pegado es donde comienzo a enjabonarme, ¡comenzando con mi refriega de polla y culo… uuummm!!, donde me dio por sustituir mis dedos por el bote de desodorante que llevo, bote que pasa perfectamente a un consolador. Bote de cristal cuyo tapón… eso sí enroscado, tapón muy similar al capullo de un pene… tapón gracias a Dios enroscable… uuummm!!. Pues eso estaba en la gloria, dejando de pensar en que me pillaran, fue un momento en que deje de ser precavido, pero aun así tenía su morbo. Aunque debo deciros que fue un ruido el que me saco de mi estado, ruido, aunque lejano pero que me alerto, saliendo con rapidez salí de la ducha no viendo a nadie, pero aun así te quedas con la mosca tras la oreja.

Te juras que no volverás a hacerlo, juras que no volverás a caer, viéndome nuevamente sin poderlo evitar, llevado por el placer me la empecé a masturbar… uuummm!!. Llevaría escasamente cinco minutos, cuando un ruido primero y luego la presencia de un desconocido me hizo detenerme, fue un momento muy embarazoso y encima me pillaron. Este desconocido no era otra persona que el de mantenimiento de las instalaciones, hombre que vino a mirar y cerciorarse que no había nadie, persona que nada más verme y ‘sorprenderme’ salió hacía el vestuario, esperándome a que yo saliera del interior de la ducha. Yo claro está salí, disimulando que no había echo nada, salí de la ducha con mi toalla colocada en mi cintura hacia mi taquilla. Donde esta persona me esperaba con una fregona en su mano, personal de mantenimiento que me hizo saber… ‘que iban a cerrar esa tarde más temprano por mantenimiento’. Recuerdo que mientras le escuchaba, trataba de evitar mirarlo a la cara más vergüenza que pudor, mirada que baje y me fije como este se restregaba el bulto de su entrepierna. Fingí no haberlo visto, hice como si nada, esperaba que se marchara pero que finalmente no me quedo otra que cambiarme, mirando simuladamente hacia esta persona, persona que no dejaba de tocarse su miembro sobre el pantalón.

Las semanas pasaron desde ese infortunio día, donde mi paso por el vestuario se hizo más escueto, tanto que al final me quede con algunos de mis compañeros, pues solo quería evitar quedarme a solas con el de mantenimiento. Pero cierto día que mi compañero Nico se quedó también a ducharse, vez que como es costumbre deje que este entrara antes que yo. Fue una de esa vez que me fije bien cuando acabo de desvestirse, pues hasta ese momento no me había parado a vérsela bien, no digo que sea de esas personas que vaya mirando el tamaño de las pollas, pero esa me dejo pillado. Digo esto, pues fue a raíz de que este se quitó los calzoncillos, pues fue tirar de estos hacia abajo cuando salto como un resorte su miembro, salto ese enorme pollón que hizo que me quedará mirándola como hipnotizado. Soltándome este…

  • “Que pasa… nunca has visto una como esta, no me digas que no vez porno o en las duchas no te has fijado”.

Ríe mientras se la coge y con todo descaro comienza a magrearse, tomando sus genitales con una de sus manos mientras con la otra, comienza a deslizarla a lo largo de su tronco… mmm!!. Debo de ser sincero… la boca se me hizo agua ante tal escena, suerte la mía que no se me endureció la mía a pesar de estar excitado. Acabando este por marcharse al interior de las duchas, y desde el interior no dejo de llamarme, insistiendo que me duchara también, soltando y riéndose cosas sobre mi corte o vergüenza. Burlándose de mí, aunque en plan de coña (para entendernos broma), sobre mi corte quizás por el tamaño de pollas, no dejando de decirme…

  • “José coño… que no pasa nada, no te sientas mal si yo la tengo más grande que tú, no te preocupes que no te voy a violar… no soy de esos”.

  • “Aunque tienes un culo de tía que quien lo diría… ja ja ja”.

Soltó riéndose nuevamente, todo en forma burlesca pero muy creíble sus palabras, volviendo a soltarme…

  • “Anda entra joder… que te la quiero ver”.

Ante mi silencio, llego a pensar que me había marchado como tantas veces hacia cuando comenzaba, preguntando…

  • “Sigues ahí… o ya te has marchado”.

Contestándole…

  • “Sigo aquí tranquilo… aún sigo escuchando tus gilipolleses”.

Digo y le replico…

  • “No Nico… me gusta ducharme solo, me gusta mi intimidad”.

Volviendo a decirle…

  • “Y si… si me da cosa desnudarme del todo delante de ti, pues tú me das respeto, aunque no lo parezca, me da cosa enseñártela porque me vas a ridiculizar nada más verla”.

Respondiendo Nico…

  • “Pero coño Jose… si tu estas muy bien, eres un tío fuerte a pesar de ser delgado, además seguro que gusta mucho a las chicas con tu cuerpo depilado y tan afeminado”.

Mi silencio hizo que la conversación finalizará, quedando la cosa definitivamente zanjada, momento en que mi compañero Nico salió con su toalla en la cintura, cuyo empalme se le apreciaba de campeonato, mientras yo continuaba inexplicablemente avergonzado con mi bóxer aun puesto. Este se vistió mientras conversábamos de cosas triviales, acabando por marcharse no sin antes palmear mis nalgas, gesto que lo mire nuevamente incrédulo. Ese día esperé un rato más en meterme en la ducha, rato que di por hecho que ya me había quedado solo. Me quite el bóxer y desnudo camine hacia el interior de las duchas, comenzando con mi habitual lavado de polla y ojete… uuummm!!. Pero bueno para no alargar mucho más… iré al grano, cierto día como era habitual, Nico seguía en sus treces de verme desnudo o para ser exacto ver mi polla, no dejando de insistir y claro está… yo de darle largas. Ese día como siempre acababa por marcharse y yo entrar en las duchas, ¡comenzando a jugar con mi pastilla de jabón… uuuffff!!, cuando un crujir me hizo salir de mi estado, girándome a modo de ir hacia la entrada y cerciorarme. Pero fue girarme y encontrarme a mi compañero Nico desnudo, pero ya no solo era eso, sino que el muy cabron estaba con la polla dura, notándose sus venas marcadas. Sonreía y me soltaba…

  • “Me gusta verte cuando te duchas, me pones caliente cuando juegas con tu pasta de jabón, ¡y más aún cuando juegas con tus dedos y sobre todo ese bote… uuummm!!”.

Dice mientras se pajea, volviéndome a decir…

  • “No sé si eres bisexual o no… o simplemente, tienes la fantasía de que te follan ese culito”.

No deja de hablar mientras camina en mi dirección, no digo nada, quizás por lo cortado que estaba o quizás por la escena tan morbosa. Aunque pensaba como coño había logrado este entrar nuevamente sin hacer ruido, pues escuchándolo no era la primera vez que me espiaba, intentaba dar de como este se había colado en la ducha sin que le escuchara. Masturbándose con su mano izquierda acabo por rodear mi cintura con su brazo derecho, soltándome algo que me sorprendió y me asusto bastante…

  • “Sabes una cosa… me gustas, eres muy guapo y me gusta tu cuerpo, tengo ganas de follarte bien duro y si es tu primera experiencia gay, no te preocupes tendré cuidado”.

Aunque le decía que no… también es verdad que ni tan siquiera me aparte de él, cosa que este apartando mi mano de mi miembro acabo por dirigirla hacia el suyo, apretando de manera que mis dedos se aferrará a su polla, comenzando a moverla a modo de pajeársela… uuummm!!. Diciéndome…

  • “Mira y aprende, ¡esto se hace así… uuummm!!”.

Su polla era de esas que dices… ‘Menudo pollón’, no deje de deslizar mi mano tímidamente por su tronco, mano que llegue a la base y el mismo me instruía a continuar, magreando sus peludos huevos y volver al inicio. Mientras Nico miraba hacia atrás a modo de cerciorarse también, aprovechando por mirar mi espalda y culo, culo que no dejo de acariciar cada nalga… uuummm!!. ¡Colocando su mano a modo de que su dedo corazón se introdujera entre mis glúteos… uuummm!!, dedo que con la facilidad que deje gracias a mi incesante lavado de orificio, hizo que cuando me introdujo su grueso dedo en mi interior… ooohhh!!. Aquello me pareció mas una penetración de una polla de otros… ooohhh!!, no dejo de dedearme durante un buen rato… cinco largos minutos quizás, dedo que se le unió un segundo y con el tercero en minutos, comprobó como de dilatado estoy… ooohhh!!. Preguntándome preguntas personales como…

  • “¿Cuántas pollas te han follado?”.

O…

  • “¿Cuántos tíos te han preñado ya… uuummm!!?”.

Comenzando a acariciar mi cuerpo, deslizando su mano desde mi cuello hacia mi pecho, acariciando sobre todo mis pezones e inclinarse hasta posar sus labios en estos, ¡lamiendo y chupando hasta que emití un sonido de satisfacían… ooohhh!!, sonido que le dio pie a mordérmelos… aaahhh!!. Ascendiendo a modo de besarme, labios que rehuí y que este finalmente me comió la oreja, todo esto sin dejar de acariciarme… sin dejar de dedearme con su otra mano… ooohhh!!. Diciéndome al oído…

  • “Te voy a follar… uuummm!!”.

Y aunque le suplicaba, aunque no muy creíble...

  • “No… no… por favor”.

También es verdad que no hice nada por apartarme y menos por apartarlo, sintiendo la gran diferencia de esos tres dedos por su glande… ooohhh!!. El cabron me la fue metiendo, llegándome a soltar al oído mientras me lo comía…

  • “Inclínate hacia delante, ¡apoya tus manos en los azulejos y echa ese culito de zorra hacia atrás… uuummm!!, venga hazlo que vas a disfrutar… uuuffff!!”.

Fue hacerlo y sentir la totalidad de su pollón dentro de mí, sintiendo como golpeaba su pelvis contra mis nalgas… aaahhh!!, como sus huevos grandes y peludos chocaban una vez tras otra contra mis nalgas… ooohhh!!. Soltarme eso de…

  • “Que bien nos vamos a llevar, ¡vamos a disfrutar las duchas mejor desde hoy… ooohhh!!”.

Sus fuertes embestidos casi me hicieron levantar, pues hubo momentos en que me tuve que poner de puntilla, volviendo este a soltarme…

  • “Me coges muy caliente… uuuffff!!, tengo los cojones muy cargados… uuummm!!, no quiero correrme aun… quiero que me la comas”.

Fue sacármela de mi orificio, limpiársela bien con el agua de la ducha, mientras yo continuaba inclinado y tocándome mi orificio… uuummm!!. Cogiendo este y cogerme, haciéndome arrodillarme y metérmela en la boca, restregándomela por los labios, abofetearme con ella. Sugiriéndome como chupársela, como debía de pasarle la lengua por su glande, tronco y genitales… uuummm!!, dedicándome acto seguido a realizarlo e ir poco a poco a metérmela en la boca… aaahhh!!. Volviéndomela a sacar de la boca, tirar de mi hacia arriba, girarme y de una sola clavada, meterme al menos la mitad… pegado un grito, soltando este…

  • “Calla cabron… que quieres que te oiga, ya que te pone el de mantenimiento, ¡me dijo que te pusiste palote mientras él se pajeaba… uuuffff!!”.

Y aunque entre gemidos y suspiros le decía que eso era mentira, no dejo de embestirme con fuerza, disfrutando de cada minuto de ese momento… ooohhh!!. Volviéndome a decir…

  • “Uuuffff!!... me encantas cabron, menudo culito que tienes tan estrecho… ooohhh!!”.

  • “Aprieta… aprieta, ¡intenta que no salga mi polla… aaahhh!!, voy a reventarte maricona… uuuffff!!”.

Comenzando a penetrarme fuertemente, embestidas al tiempo que coge y me mete dos de dos gruesos dedos dentro de mi boca, deseando que se corriera y de paso me preñara… ooohhh!!. No siendo así, pues tras sacármela con la violencia que me la clavo, coge y la saca, haciéndome arrodillar nuevamente, colocando su glande delante de mi rostro y descargar… uuuffff!!. Llenando mi rostro, boca y pecho, embadurnando con su glande mis mejillas mientras el mismo escurre su miembro. Diciéndome…

  • “Que ganas tenia de hacerte esto… ooohhh!!, joder que ganas… uuuffff!!, no te preocupes que la próxima vez te preño… ooohhh!!”.

Nada tras finalizar nos duchamos, borrando toda evidencia de lo que hemos hecho, no dejando de acariciarme y magrearme entre bromas, no deja de palmear mis nalgas entre risas. Haciendo planes mientras nos vestíamos, soltando eso de…

  • “Te imaginas que mientras conduzco hacia algún emplazamiento… te tengo mamándome la polla, o incluso follarte en cualquier aseo de las gasolineras de la carretera”.

  • “Uuuffff!!... como lo vamos a pasar cabron, no voy a dejar de cogerte siempre que pueda, siempre he tenido ganas de tener un follaamigos… que digo joder, una putita a mi disposición… uuummm!!”.

Decía mientras se le volvía poner dura, evidenciándose una tremenda erección en sus pantalones, erección que me dejo la perla de…

  • “No te preocupes que ahora antes de llegar a nuestras casas, nos paramos en alguna estación de servicios y en los aparcamientos… te follo”.

Bueno antes de despedirme, puedo atestiguar que fue un año muy corto en algunos aspectos, año que en verdad no tuve que buscar otros amigos, ya que este prácticamente todos los días me cogía. Bueno lo dicho, os dejo y espero que os haya gustado, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Claro está, mi email es: jhosua 1974 @ gmail. com (obviamente… todo junto).