Una sesión diferente

Siempre acabo soñando

Esta vez no me tengo que entretener como la vez anterior, pensé. Sujetaba mi cámara con las dos manos, tras el visor veía sus formas. Su espalda curvada, su trasero bronceado y unas piernas que no tenían nada que envidiar a las de cualquier artista hollywodiense.

Le hacia las instantáneas una tras otra aprendiéndome su cuerpo de memoria. Cada peca, cada doblez de su piel, cada movimiento pero sobretodo su mirada. Se penetraba en el objetivo de mi cámara con intensidad y eso me ponía muy nerviosa. Normalmente me lo tomo con calma, observo, apunto y disparo pero con esta escultura delante de mí era imposible tomárselo con calma por mucho que yo lo intentara. Le digo “ponte de espaldas a mi”, problema solucionado, ya no me miraba. Su pelo corto rubio terminaba justo cuando empezaba su delicada nuca. Su busto, ligeramente hacia atrás, hacía que su trasero quedase en primer plano. Disparo. Ella me estaba hablando con su cuerpo, me decía “tomame” pero yo resistía, mi prioridad eran las fotos. Vuelvo a disparar.

Sus manos se apoyaban en sus caderas mientras ella se daba la vuelta para proponerme otra posición. Ahí estaba delante de mi, desnuda y mirándome. Esperaba a que ella hablara para saber lo que quería pero no lo hacia, solo miraba. Se había dado cuenta que su mirada me perturbaba y abusaba de ello. A mi me excitaba, miles de fantasías pasaban por mi cabeza pero podía soportar más sensualidad y belleza, esa tortura me encanta. Disparo.

“Hazme una foto así”, dijo. Se puso frente a mí agarro mi mano y la puso en su pecho. No entendía como podía yo hacer fotos con una mano en su pecho, así que puse la cámara en el trípode y gracias a la tecnología hacía fotos a distancia.

Me puso la otra mano en su otro pecho y disparo una foto. Me dice que puede que quede mejor si me quito el vestido que llevo puesto. Me lo quito, dispara. Me quedo totalmente desnuda, nunca llevo ropa interior. Creo que eso le ha gustado. La miro, me mira y pienso que hemos intercambiado los papeles, ella es la que me guía. Paso mis manos por sus caderas hasta llegar a su trasero, se lo acaricio, pone sus manos encima de las mias y las mueve intencionadamente hasta llegar a su limite perfectamente dibujado con una línea de pelitos. Se lo acaricio. Subo hasta llegar a su ombligo, dibujo con mis manos la silueta de sus caderas y las agarro para traerla hacia mí. Su pecho contra el mio, sus labios a 5 milímetros de los míos me tientan a probar su sabor. Su lengua, ligeramente curvada lame mi boca siguiendo el trazo de mis labios.

Abro los ojos y me ata las manos a los pomos de la cama. Yo nunca me habría dejado atar, eso me pone nerviosa pero ella era diferente, me había encantado. Sin poder mover ni las manos ni los pies, cedo mi cuerpo a la rubia de mirada penetrante. Me besa con mucha pasión de los pies hasta los pechos, se excita encima de mi y siento su sexo húmedo deslizándose por el mio. Me quiero morir de placer y aún no me ha tocado. El deseo de tocarla, lamerla y besarla iba creciendo en mi y el hecho de no poder moverme me excitaba demasiado. Ella seguía moviéndose insinuando con su lengua la larga conversación que tendría con mi sexo. Empieza a lamerlo despacito, como si lo degustara. “Mmm..”. Sus manos se desplazan de pecho en pecho apretándomelos como si quisiera darles forma. Me siento utilizada y me sorprendo al confirmar que me gusta. Introduce un dedo en mi interior, eso no basta e introduce el vibrador que tengo escondido debajo de mi almohada. Dios! No puedo dejar de gemir y gemir y ella de lamer y lamer. Estoy muy mojada, las ganas de tocarla me estan llevando al extasis. Quiero que me desate y para hacerlo coloca su sexo delante de mis labios mientras desata los nudos de mis muñecas. Se lo chupo y jugueteo con su botoncito. Como me gusta lamer. Porfín soy libre de tocar, besar y lamer lo que deseo. Le cojo del trasero y la aprieto hacia mí. Quiero sentir su sexo contra el mio, me muevo, nos rozamos. Paso mi vibrador por su sexo, empieza a gemir, me acerco, el vibrador es lo unico que separa su sexo del mio. Nos movemos, nos abrazaros para sentir que nos fundimos en uno, más fuerte, más fuerte, sí, mis piernas la rodean como las suyas a mi, están tensas, el momento del climax ya está llegando suelto un gemido muy fuerte ella también eso me mata de placer. No pares cariño estoy a punto. Oh si, movemos las caderas cada vez mas juntas, el vibrador no se ve entre nosotras.

“Mmmmm...” una sonrisa se esboza en su cara y se deja caer en mi cama. La miro, la beso y disparo la última foto de una tarde productiva.