Una semana muy peculiar de camping (2)

Me vi obligado a ser usado para excitar a ese chico cuyo mástil de veintidós centímetros, joven cardiaco que no dejaba de pedir guerra, escuchaba como rogaba y suplicaba, pidiendo sustituir esos tres dedos por su polla.

Una semana muy peculiar de camping (2)

Continuaré mis experiencias de aquel año, año en el cual como bien sabéis fui de camping con mi novia y unos amigos, alojándonos en la finca del padre de una amiga. Mirad para no contaros como fue, solo os diré que si os vais a mi anterior relato... ‘Una semana muy peculiar de camping’ ( https://www.todorelatos.com/relato/178892/ ), ahí os saciaréis de cualquier duda. Bueno, continuaré donde lo deje...

Aquella noche salimos los cuatro, mis dos amigos y el futuro suegro de uno de ellos, padre de mi amiga Esther que nos llevó primero de copas, deambulando por hasta tres locales antes de ir a cenar. Bares que, aprovechándose de la misma multitud, no dejaba de meterme mano por mucho que le pedí un poquito de discreción. Y tras cenar, nos llevó a un local de copas muy liberal, una especie de disco/pub de varios niveles, donde mejor no era perderse.

En un momento dado, me separé de mis amigos los cuales estaban muy acompañados, compañía que más tarde ni se percataron de mi ausencia, aun así, le hice saber a uno de ellos que iba al servicio. Fue dirigirme hacia estos, cuando note la presencia del padre de Esther, hombre que no dejaba un minuto para demostrarme lo macho varonil que es, metiéndome mano siempre que podía, o las circunstancias le permitía.

Íbamos a entrar en los aseos, cuando este me hizo entrar por otra puerta, acceso que no daba precisamente a los aseos, sino una zona de vestuarios que aparte de orinales, también estaban provistas de duchas. Fue entrar y tirarse encima literalmente, intente persuadirlo, pero fue inútil, y por mucho que intentara o hiciera algo, no sirvió para nada.

Y mientras yo intentaba, este poco a poco me fue desvistiendo, acabando por desnudarme y empujándome sutilmente hacia las duchas, acabando por hacerme arrodillar y comenzar a comerme su polla. Mientras él no dejaba de humillarme y menos preciarme, obviamente era parte de su juego, mientras le chupaba su verga, lamiendo cada centímetro hasta llegara a sus genitales, lamí, chupe y me los introduje en mi boca como podía. Dejando a estos impregnados de babas, continuando por su perineo y separando sus piernas, acabo por obligarme a comerme su culo. Reía y me soltaba...

  • “Ahora te voy a follar”.

Soltaba con tanta tranquilidad, tomaba jabón de las jaboneras y untaba mi orificio, tomando su tronco con una de sus manos y dirigiéndola hacia su orificio. Sintiendo como su glande se me introducía, aunque a mí mismo me decía una tras otra que no podía permitirlo, debo decir que era superior a mis fuerzas. Iba muy despacio, introduciéndomela centímetro a centímetro, retrocediendo un centímetro de los dos que me había metido, gemía y suspiraba, y este me decía que no gritara tan fuerte. Llegándomela a introducir hasta los mismos cojones, momentos en que a este le daba por morder mi cuello o pellizcar con fuerza mis pezones.

Sacándola de mi dolorido orificio, pidiéndome que se la chupara otra vez, momentos en que di cuenta que estábamos siendo observado, cuya persona este ya se había dado cuenta. Y que minutos más tarde acabo por invitarse a unirse, yo me quise negar, pero esas endiabladas embestidas me hacían aceptar todo. Bien me acuerdo, como este extraño, aprovecho las circunstancias para comenzar comerme la boca, cosa que llevado por el ímpetu... permití. Extraño que se dedicó a chupar, lamer y morder mis pezones, comenzando incluso a masturbarme, soltándome el padre de mi amiga al oído...

  • “No vez, eres toda una zorrita, te estás dejando usar por otro”.

Calle y asumí mi papel, más aún, cuando ese otro al posar su mano sobre mi nuca, presiono hasta que mi boca se posó sobre su glande, viéndome usado por cada orificio. Aquellas pollas entraban y salían de mis orificios, sintiéndome en verdad como toda una ‘putita’, pero me recalco que era superior a mis fuerzas. Acabando por decirle el padre de Esther a este otro...

  • “No se te ocurra correrte aún, antes te lo tienes que montar”.

Dice, y tanto ese extraño como yo acabamos extrañado por lo oído, siendo este maduro quien me saca su vergón, tumbándose sobre el suelo y pedirme que me sentara sobre su polla. Y yo mismo no daba crédito a lo que estaba haciendo, me estaba sentando encima de ese pollón, introduciéndomela hasta los mismos cojones. Comenzando a botar una y otra vez, acercándose ese extraño y colocar su polla en mi boca, volviendo a disfrutar de dos buenas vergas, mientras sentía los dedos del padre de mi amiga abrir más mi orificio.

Y en un tiempo que no os sabría precisar, ese extraño aparto su polla de mi boca, se colocó detrás de mí, sintiendo su glande presionar mi orificio, agujero que estaba ocupado por el padre. Pero que, tras presionar una vez tras otra, comencé a sentir como su verga iba entrándome, bueno eso y dolor, sufrimiento que fue apaciguándose a medida que iba adaptándome a ese grosor. Sacándola este último con rapidez y descargar sobre mi espalda, mientras el padre de mi amiga, acabando por correrse dentro de mí, mientras chupaba mis pezones... uuuffff!!.

Mientras miraba ambos hacia la entrada, descubriendo y descubrir a un chico, joven cuyo mástil tenía en sus manos lista para enfilar. Y que, gracias al padre de mi amiga, pues casi acaba aquello en una orgia y, aun así, ese joven se quedó mirándonos, como si esperara un milagro. Yo que quiere que os diga, os puedo decir que no pude levantarme de primera, pues estaba mareado, y me dolía todo. Ese primer desconocido volvió a meterse en la ducha, diluyendo toda prueba que hubiera, bueno eso y el sudor de ese tremendo polvo.

Aunque debo deciros que nosotros también nos metimos en otra ducha, lógicamente para lo mismo, retirarnos toda prueba comprometedora. Aunque si es verdad, que cuando comenzamos a ducharnos y el padre de mi amiga, comenzó a enjabonarme la espalda, note como aquello comenzaba de nuevo a levantarse. Ignorando si la causa era yo, o ese otro joven cuyo mástil de casi veintidós centímetros, no dejaba de pedir guerra, siendo el mismo padre de mi amiga, quien le estaba poniendo malo. Pues me hizo inclinar, separar mis piernas y deslizar sus dedos por entre mis glúteos, dedos que me introducía primero, el dedo corazón hasta los mismos nudillos, continuando con el anular y finalmente el índice, mientras me estremecía de placer. Escuchando a ese chico rogar e incluso suplicar, sintiendo finalmente algo pringoso y caliente, seguido de un líquido más aguado y descubrir como ese perturbado se estaba orinando en mí.

Tras salir de los vestuarios, decidimos buscar al resto, encontrándolos en los reservados, descubriendo como al novio de Esther una chica le estaba haciendo una mamada, mientras que, a mi otro amigo se la estaba cabalgando. Regresamos a primeras horas de la mañana, llevando churros a las chicas, encontrándonos estas junto a la madre de Esther, durmiendo en el dormitorio de matrimonio de los padres de Esther. Era una imagen memorable, tanto que no pudimos contenernos en hacerles unas fotos, todas desnudas y con sus atributos a la vista, sobre todo la madre de Esther, pues llevaba un arnés con un pedazo de vergón negro.

Recuerdo que el viernes nos íbamos a marchar, pero fueron los padres de Esther quien nos convencieron a estar el fin de semana, argumentando que era una tontería no aprovecharlo. Bueno para no enrollarme mucho en que hicimos ese día, os diré que, tras almorzar, nos fuimos cada pareja a sus tiendas respectivas. No deseando nosotros precisamente descansar, comenzando por confesarme mi novia que hicieron, viendo como su explicación con todo tipo de detalle, me puso muy excitado. Comenzando a besarnos, meternos mano y magreos, pasando a acariciar sus senos, e ir descendiendo hasta su pubis, disfrutando y hacerla vibrar hasta el primer orgasmo.

Y cuando cambiamos, comenzó ella como la vez anterior, chupar y aprovechaba para meterme sus dedos, cuya consecuencia no fue otra que penetrarla con ganas. Finalizando esta por proponerme un juego, cosa que ya sabía de antemano, tras una serie de peros que ella misma justificaba, acabe por aceptar. Viendo como a mi novia le iba también la marcha como a mí, chica que siempre estaba abierta y deseosa a probar cosas nuevas, cosa que esa misma de colocarme a cuatro patas y sodomizarme. Esa tarde disfrutamos ambos, aunque creo que yo disfrute el doble, pues esta me devolvía el ímpetu mostrada por mis mismo previamente. Pues me ha introducido ese juguete (strapon), metiéndomelo hasta el fondo de mi orificio, haciéndome gemir y chillar de satisfacción. Quedándonos dormidos una vez terminamos.

Esa cena fue muy silenciosa, creo que más de uno había pasado por la rosca, no siendo yo el único, pero las miradas de los padres de Esther estaban solamente en mi persona. Pero no quise indagar mucho más, nuestro de fin de semana iba a su fin, e incluso el padre de mi amiga Esther, daba la sensación que aprovechaba el tiempo que le quedaba para follarme. Llegándome a acostumbrar al juguete de mi novia, gracias a las folladas que recibía del padre de mi amiga, persona que incluso me ofreció trabajo en la finca, solamente con el propósito que me quedara allí como objeto sexual. Llegándome a proponer...

  • “Quédate aquí con nosotros, te satisface remos entre mi mujer y yo”.

Propuesta tentadora, pero que lógicamente tuve que declinar, pero antes de acabar, debo deciros que al padre de mi amiga Esther, llegue a verlo hasta cuatro o cinco ocasiones. La primera y el inicio, aquella vez en que apareció en mi piso, vez que vino con el pretexto de venir por su hija, y que finalizamos en mi cama, acabando por irse al siguiente día. Las tres siguientes, realizamos tríos, pues según el disfrutaba viéndome compartido, y en la última, no siendo, mejor dicho. Pues en esta, acabamos siendo descubierto por mi novia, finalizando como bien he dicho, ambas relaciones, pero quedándose en eso, quedándose como silencio de confesión. Y eso que el padre de Esther, acabo por proponerle una tentadora proposición a mi novia, no siendo otra que realizar un trio conmigo, cosa que ella no se veía tan abierta para eso.

Bueno antes de despedirme, os debo de agradecer a todos aquellos que me leéis y os haya gustado, comprendo que no a todos os haya gustado, no obligo a nadie a leerme. También deciros, y no es para justificarme, que antes de publicar mis confesiones han sido pasada por una serie de correctores ortográficos a petición de algunos lectores, como el mismo corrector ortográfico de Word. Continuando también por correctores Online, como ‘ www.spellboy.com ’, ‘ www.corrector.co/es/ ’, ‘ www.corrector-castellano.com ’, y ‘ www.mystilus.com ’. Dicho esto, os dejo, espero que os haya gustado. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).