Una semana de reunión
Seguimos de reunión descubriendo cosas insospechadas
El día amaneció radiante, Fernando se bajo como siempre a desayunar antes que yo pero me dejó una nota. “Estoy desayunando en la terraza. Te espero”. Me duche rápidamente, tenía saliva y semen reseco de la noche anterior por todo el cuerpo, la boca me sabía a verga y a sexo. Me lavé los dientes, me enjuagué la boca y me afeité. Me eché colonia, cogí el ordenador y la tablet y me fuí para abajo.
Cuando llegué, el sol ya calentaba y localicé a Fernando en un extremo de la terraza. -Qué tal? -Bien. -No muy bien?? -Siiii muy bien. -Cómo tienes el culo? - Bien -Seguro?-Si, un poco dolorido, tal vez -Yo también es como una leve sensación... No se, pero me resulta muy excitante. - Yo también es como tenerlo más sensible...Dispuesto para el sexo -Uffff calla, me estoy poniendo...
Empezaron las reuniones de nuevo y el día transcurrió con normalidad, después de comer saldrían unos autocares a Barcelona y tendríamos la tarde libre. Fernando y yo habíamos acordado que nos quedaríamos en el hotel e iríamos al Spa. El hotel tenía un Spa extraordinario, grande y lujoso pero no habíamos tenido oportunidad de aprovecharlo. Acabamos de comer y ya estaban los autobuses esperando. La gente se apresuró a subirse en ellos y quedamos prácticamente solos Fernando y yo en el hotel.
Tal y como habíamos planeado nos fuimos al Spa. Fernando no tenía bañador y tuvo que comprar uno en la recepción, yo siempre seguía el consejo de un antiguo jefe; llevarse bañador siempre, fuese el viaje que fuese, el espacio que ocupa es mínimo y te salva de muchos apuros. Nos dieron también en la recepción del Spa toallas y un albornoz previo pago de una fianza.
Entramos y pudimos comprobar que el Spa era fantástico. Probamos la sauna seca, el baño turco, los baños de agua fría, los de caliente, distintos yakuzzis, varias piscinas... Había una sala oscura que llamaban de reposo donde la temperatura era perfecta y podías tumbarte en unas tumbonas comodísimas y echarte un sueñecito. Nos dimos un masaje antistress en la zona habilitada para ello y que nos administraron sendas masajistas y con todo quedamos absolutamente relajados.
Estuvimos dando una vuelta por todas las instalaciones, había numerosas salas donde se administraban distintos tratamientos y era un poco laberintico sobre todo por esa media luz que dominaba el ambiente. Llegamos a una especie de amplio pasillo que daba a una sala con sillones, con una ténue iluminación en tono rojizo, muy relajante, donde había una barra de bar y parecía un pub un tanto especial. La música sonaba, era smooth jazz. No había nadie, tan sólo en la barra, un camarero que parecía estar desnudo. Le pedimos dos Gin-tonic, cuando se dio la vuelta vimos que efectivamente, si estaba desnudo. Nos sirvió y fuimos a sentarnos. Observamos que en la sala había dos entradas con cortinas pesadas, nos preguntamos qué sería aquello, a donde llevarían...
Bebimos tranquilamente, pero la curiosidad era enorme. Esas cortinas gruesas, pesadas eran como una frontera que invitaban a traspasar. Nos levantamos, nos dirijimos hacia ellas y pasamos dentro. La temperatura era un poco superior o eso fue lo que me pareció. La luz era parecida mezclada con otro tipo de luz que parecía violeta. Avanzamos y descubrimos una sala con amplios sillones o más bien sofás.
Oimos ruido unos gemidos ahogados y una respiración agitada, eran dos mujeres estaban frente a nosotros estaban desnudas, se estaban besando y tocándose el chocho. No se les distinguía el rostro pero era evidente lo que estaban haciendo. Nos pusimos tan calientes al verlas que nos situamos en el sofa que estaba frente a ellas a unos seis o siete metros y nos desnudamos nos cogimos la polla y nos la empezamos a menear mientras nos comíamos la boca. Las tías se dieron cuenta que estábamos allí y ni se inmutaron, se debieron de calentar aún más pues se abrieron más de piernas, mostrando cómo sus chuminos eran penetrados por sus dedos. Nosotros seguíamos masturbándonos mutuamente hasta que ellas cambiaron de postura haciendo un sesenta y nueve espectacular.
Podíamos ver perfectamente sus culos y sus coños, y cómo sus lenguas penetraban en sus vaginas, nosotros hicimos lo mismo, empezamos con el sesenta y nueve, y mientras nos comíamos la polla las mirábamos con fruición. Después de un buen rato de sesenta y nueve las chicas se incorporaron, parecían llevar la iniciativa y se dirigieron a nosotros. - Chicos no os gustaría probar esto...? Y nos mostraron sus coños húmedos. Esa voz me sonaba...Si, si, si, era...Rocío mi compañera -¡Rocío! Eres tú... - Y tu Juan Carlos, qué haces aquí? - Pues ya has visto... -Pero si tienes novia... y te estabas comiendo una polla -Y tu casada...y te estabas comiendo un coño -Y qué! Yo también! -Joder Cristina!eres tu!! -Fernando! -Si,si yo también estoy casado y me estaba comiendo un rabo y además me estaba encantando. Rocío que parecía una mosquita muerta dijo: -Bueno ya que nos hemos presentado y nos hemos visto mutuamente como hacemos sexo con otra persona de nuestro mismo sexo. Por qué no nos follamos a discreción, hasta corrernos vivos chicos. A mi ya me da lo mismo. -Yo estoy deacuerdo, voy a hacer el guarro a lo bestia- Dije. Tú que dices Cris?? Que quiero follar como la más guarra y cerda de este mundo -Vale pero vamos a una habitación, ya no quiero más sorpresas- dijo Fernando.
Nos fuimos a la habitación de las chicas. Íbamos los cuatros con el albornoz solamente, subimos solos en el ascensor y les dije: -mirad cómo estoy!- y me abrí el albornoz enseñándoles mi verga dura y tiesa. -Igual que yo!- Dijo Fernando y se abrió el albornoz también -Qiuereis ver cómo estoy yo?- Dijo Rocío se abrió el albornoz y nos mostró su chocho peludo pero bien recortadito. Se metió la mano entre las piernas y nos la pasó por la cara a Fernando y a mí. Cristina hizo lo mismo, ella tenía también tenía bastante vello púbico pero al ser alta y de tez blanca la quedaba genial. Nos dejaron la cara mojada y olía a coño en celo que mareaba.
Llegamos al piso decimo quinto, salimos del ascensor y nos dirijimos a la habitación. Rocío se quitó el albornoz y me lo dio. -Qué haces Rocío te va a ver alguien, estás en pelotas. -Me da igual estoy tan caliente que si viene alguien me pondré más cachonda todavía. Por fin llegamos, nada más entrar en la habitación el resto nos quitamos el albornoz y nos tiramos en la cama donde unos y otras nos comíamos todo. Lo mismo le comía la boca a Cristina que la polla a Fernando o el chocho a Cristina. Las chicas se metían nuestras pollas en la boca y en sus coños y al cabo de un rato Rocío nos dijo: -Nunca he visto follar a dos tíos, me muero de ganas... Me puse boca arriba y me abrí de piernas -Cris échame bien de lubricante en el culo. -Yo te voy a preparar el mango- dijo Rocío y le dio unos cuantos chupetones a la polla de Fernando.
Me fue penetrando poco a poco hasta que me introdujo todo su rabo. Poco a poco fue bombeando hasta conseguir un ritmo alegre. Ellas no quitaban ojo mientras se tocaban -Joder! No sabía que podía ponerme tan caliente.- Dijo Cristina. -Estoy tan, tan cachonda que me estoy corriendo en este momento. -exclamó Rocío. Me gustaría que me diérais por culo.- Dijo Rocío -Ven Rocío ponte a cuatro patas. Le puse lubricante en el ano y la fui penetrando poco a poco. -Fernando métemela. Mientras daba por el culo a Rocío, Fernando me daba a mí por detrás y Cristina tenía la cabeza de Rocío entre sus piernas. Cristina también quería que la dieran por detrás, así que al rato, Fernando sacó su polla de mi culo y la penetró.
-Chicos estoy disfrutando como no he disfrutado nunca... Se debieron de correr unas cuantas veces y seguían queriendo más. -Nosotros nos queremos correr.- Dije. -Correos en nuestros culos, lo estamos deseando. Entonces me dirijí a Fernando mientras seguíamos penetrándolas por el culo. -Me corro ya mismo... -Joder y yo.- Se corrió Fernando primero y quedó tendido y rendido en la cama. Cristina quedó a su lado tendida como muerta de placer con su culo abierto. Cuando me corrí, creí que me deshacía por dentro la llené a Rocío el culo de leche y creí quedarme a punto de desmayarme. La dejé el culo como como un donutt y quedamos los cuatro tendidos casi sin sentido. Fue una pasada, un polvazo de impresión. Habíamos estado practicando sexo tres horas sin parar, completamente desinhibidos, sin cortarnos lo más mínimo.Nos daba igual comernos una polla que un coño, a nosotros no nos importaba tomar por el culo delante de ellas y ellas se comían en chumino ante nosotros sin ningún complejo. El tiempo había pasado como un suspiro, había sido increible.