Una semana de reunión.
Nuestros dos protagonistas siguen en una reunión que les unió desde del principio y les permitió compartir un espacio muy lejano en el tiempo o desconocido para ellos.
-Levanta dormilón!! ya es la hora. Yo ya me voy... Me levanté y me duché. Había dormido profundamente, un sueño reparador. Empezamos el trabajo con una reunión plenaria. Venía el jefe de marketing de Europa y estuvimos una hora y pico aguantando su perorata. El resto de la mañana fue bien. La comida se retrasó un poco y no tuvimos tiempo de ir a la habitación a descansar.
Cuando terminamos me fui a la habitación, esperaba ver a Fernando antes de bajar a cenar. Estaba excitado pensando en la noche anterior y deseaba saber si él sentía lo mismo. Al rememorarlo notaba mi erección y como me presionaba el pantalón el miembro. Me desnudé, pensé que cuando me encontrara así Fernando y teniendo encuenta que no habría tenido mucho tiempo de desahogarse en los baños de abajo, le gustaría esta puesta en escena... Pasó el tiempo y no llegaba... Se echaba la hora de la cena y tenía que bajar al comedor y él sin llegar. Bajé y cuando llegué al comedor allí le vi y él a mi. -Hola Juan Carlos. No he podido subir todo el rato hemos estado reunidos con el gilipollas este, un día le voy a pegar una hostia. -No te preocupes después nos vemos. -Lo estoy deseando... Fernando volvió a su sitio donde estaba su jefe y sus compañeros de proyecto yo me fui a otra mesa más animada, con compañeros y compañeras más enrollados.
Antes de acabar la cena se acercó mi jefe y me dijo: -Hemos quedado en la sala cinco tenemos una videoconferencia con Johansson desde Nueva York. Empezamos a las once y media. Es urgente, lo siento... -Vale, no hay problema. Acabamos la cena y nos fuimos todo el equipo a la sala cinco. Allí estaban mi jefe y uno de los socios que dirigía nuestro proyecto. -Bueno, Señoras y Señores sentimos hacerles acudir a esta videoconferencia pero verán que es urgente ya que hay que tomar una decisión... El caso es que acabamos a las dos y media de la mañana, que tomamos una decisión, que no era tan urgente como nos hicieron creer pero acabamos rotos de cansancio aquel día. Cuando llegué a la habitación Fernando dormía y cuando caí en la cama quedé dormido en el acto. Ese día fue nefasto, mejor olvidar...
La mañana del miércoles a nuestro equipo nos dejaron dormir dos horas más. Fernando no me había despertado ya que le puse una nota para que no lo hiciera. Me levanté a las diez y pude leer tranquilamente el periódico mientras desayunaba unos huevos con bacon. Tuvimos reuniones hasta la hora de comer. Comimos en la gran terraza del hotel nos sirvieron paella de marisco y pude compartir mesa con Fernando. -No me lo creo tío, eres tú no es un espejismo..? -Por Dios es que parece que se alinean los astros para que no podamos vernos. Bueno ahora subiremos a la habitación a descansar un poco no?? Fernando me miró y se sonrió. -No, nooo jajajajajajaja... -Bueno, esta noche será nuestra, de los dos...
A las ocho nos subimos a la habitación a ducharnos y a cambiarnos. A las nueve salía el autocar para el restaurante donde cenaríamos. -Juan Carlos nos duchamos juntos? -Tenemos muy poco tiempo y si nos liamos... ya sabes... -Sólo ducharnos juntos, un pequeño aperitivo. Nos desnudamos y nos metimos en la ducha. Nos jabonamos mutuamente, nuestros miembros en erección chocaban entre si y contra nuestros cuerpos, estábamos tan calientes...nuestro último encuentro parecía tan lejano... Por primera vez nos besamos con pasión, me comía la boca con una voracidad inusitada... y yo lo seguía. Sentía las dos vergas calientes en mi vientre, después entre mis piernas y luego nos las frotamos con fuerza sobre nuestros cuerpos... -Vamos, Juan Carlos tenemos que cambiarnos e irnos nos están esperando. -Cierto, pero después...
Los autocares llegaron al destino. Era un gran restaurante en una especie de masía. En un primer momento nos dieron un aperitivo en el jardín, tomamos unas cervezas y charlamos amigablemente. Luego nos pasaron dentro a un salón enorme donde nos dieron la cena. Fernando y yo nos sentamos en mesas contiguas. Al acabar el primer plato Fernando me hizo una seña, se levantó y se fue al baño, yo fui detrás de él. Llegamos al baño, no había nadie, nos metimos en una de las cabinas y echamos el pestillo. Nos bajamos los pantalones y los calzoncillos. Nos echamos manos al paquete, teníamos las pollas duras como estacas, nos chupábamos el rabo el uno al otro alternativamente, nos comíamos la boca con fruición, casi con violencia, parecíamos dos perras en celo y nos gustaba sentirnos guarros, chupándonos la polla en unos baños públicos... En un momento en el que yo tenía su cipote en la boca oimos voces y risas que se aproximaban. Quedamos paralizados, esperamos a que se fueran fueron unos minutos eternos... Primero salió Fernando, todavía quedaba uno. -Hombre, Carlos, te ha gustado el primer plato? -No está mal, vamos a ver el segundo... -Vamos a ver... -Sal ya Juan Carlos, ya no hay moros en la costa. -No hay manera, bueno...Hasta luego. Me sonrió.
La cena estuvo muy bien, el vino era excelente y mis compañeros y compañeras de proyecto bebimos de lo lindo. Teníamos un puntito muy gracioso, nos reimos un montón y nos lo pasamos realmente bien. Nos montamos en el primer autocar, arrancamos pronto y llegamos los primeros al hotel. Mi compañera Rocío propuso tomar la última en el pub del hotel todos fueron menos yo que me subí a la habitación.
Estaba realmente excitado, me quité la ropa y mientras esperaba a Fernando me tumbé en la cama me puse una buena cantidad de lubricante en el ano y empecé a meterme los dedos, me fui dilatando el ano hasta que podía meterme sin dificultad tres dedos. El mecanismo de la puerta electrónica se puso en marcha, me levanté poniéndome en pie frente a la puerta. Fernando entró y me vio desnudo y empalmado frente a él. Vino hacia mi y empezamos a comernos la boca mientras nos deshacíamos de su ropa. Una vez desnudos fuimos a la cama, nos chupamos, nos besamos y nos acariciamos con una lujuria y un deseo que no recordaba. Fernando se incorporó se puso de pie y aproveché para tumbarme, abrirme de piernas y ofrecerle mi culo para ser penetrado. -Métete dentro de mi, hazlo por favor, no puedo más de deseo. -Espera un momento voy a buscar un condón. -No, no hazlo así, tal cual, por favor quiero sentir tu miembro dentro de mi. -Quiero que después me hagas lo mismo, yo ardo de deseo como ves... Me puso lubricante en el ano y empezó a meterme el miembro, su capullo era enorme pero poco a poco empezó a entrar en mí hasta que que en un momento noté como su verga dura y caliente se abría paso casi sin dificultad a lo largo de mi recto. Fernando comenzó a moverse hacia dentro y hacia fuera.
El placer que experimentaba era extraordinario me sentía masajear por dentro y la sensación de ser poseido por mi amigo era embriagadora. -Hazmelo a mí ahora Juan Carlos, te lo pido por favor. Me sacó la polla de dentro y se puso en posición, se abrió de piernas... -Espera antes tengo que dilatarte un poco sino sentirías dolor. -Lo que tu digas Juan Carlos. Le eché bien de lubricante y empece a juguetear con mis dedos mientras tenía su verga en mi boca y se la chupaba suavemente. No me importó que hubiera estado en mi culo, momentos antes.
Cuando pude meterle tres dedos y moverlos con soltura al rededor del interior de su ano, le indiqué que se pusiera en posición. -Abrete de piernas te voy a penetrar ya. Me puse de pie al borde de la cama y le abrí aún más las piernas, le sujeté los tobillos y empecé a penetrarlo. Poco a poco, sin prisa pero no dejé que se quejara, mi polla le fue penetrando hasta dar con mis huevos en su culo. Le follé con pasión pero también me contuve para no correrme.
-Nos corremos Fernando? -Si por favor -Primero lo haré yo. Fernando, donde quieres que me corra? -Dentro, me gustaría dentro -Vale, yo también quiero que te corras dentro de mi. Sólo tuve que dejar de contenerme, dejarme ir y el orgasmo me llegó enseguida, noté que descargaba toda mi leche dentro de mi amigo y que rebosaba por su ano, saqué mi polla y le besé. -Ahora tu... Me abrí bien de piernas y me volvió a meter su cipote bien duro y caliente, y me folló con fuerza. -Perdona Juan Carlos no me he dado cuenta, te he hecho daño? -Nooo Sigue, sigue no te pares la tengo dura otra vez y me encanta que me folles así. Noté como me introducía su miembro a tope y paraba bruscamente, los músculos de su verga se contrayeron y su semen inundó mi recto, noté perfectamente cómo el líquido caliente rebosaba mi recto, hasta salirse por mi ano. Me sacó su polla del culo y noté como mi ano permanecía dilatado y abierto. Me levanté para ducharme y noté cómo el semen resbalaba por mi pierna. -No te duches ven conmigo durmamos juntos y pringuémonos con nuestro semen. Volví a la cama y caímos exahustos, esa noche tan sólo necesitamos una cama para dormir.