Una semana a tu lado (2 de 3)

...dolor, placer, lujuria, deseo... Todo se podía ver en su cara... Y en sus ojos... Esos ojos... Amor.

Se escuchó el sonido de un fuerte frenazo proveniente de las llantas del auto aun estando a pocos metros de Andrés y Juan pero eso no fue suficiente y el auto los alcanzo a ambos, la velocidad con que iban ellos y la que llevaba el vehículo al momento de ambos encontrarse hizo que Andrés saliera disparado de la bicicleta donde iba y diera unas vueltas sobre el pavimento al tiempo que uno de sus zapatos se desprendía de su pie... Mientras que Juan cayó más rápido al suelo y dio unas cuantas vueltas sobre este hasta detenerse a pocos metros de su bicicleta.

Salté de la mía dejándola andar sola mientras que corría a ver a Andrés sin poder evitar que las lágrimas comenzaran a brotar de mis ojos…

-¡Andréeeeeees!!! ¡Franciscoooooo! ¡Tiffanyy ayudenmeeeee!!!!!!!!- les llamé inútilmente arrodillándome al frente de Andrés…

-¡Despiertaaaaaaa!- Le grité desesperado mientras lo agarraba por los hombros y lo agitaba…-

Andrés abrió los ojos…

-¡Pendejo! Que no ves que si me hubiera fracturado el cuello o algo ya me hubieras matado- dijo soltando una media sonrisa haciendo que siguiera llorando pero ahora de felicidad.

-No me ha pasado nada ha sido solo un empujoncito...

-Menos mal- dije mientras lo medio levantaba del suelo y lo abrazaba y veía como a nuestras espaldas el auto salía a toda velocidad escapando…

-¡Maldito hijo e´puta!!!!- alcancé a gritar al ver como se marchaba.

-¡Anota la placa!- Exclamo Andrés.

-Ok espera dije tratando de sacar el celular del bolsillo… lo saque y lo guarde como una nota– ¡Listo!... ¿No te ha pasado nada?

-No… creo que solo me aporree un poco el brazo… pero anda a ver al otro chico…

-Ok

-No… yo estoy bien- dijo levantándose también –Me golpee la pierna fue en la caída pero nada grave- dijo acercándose a nosotros algo manco con el zapato de Andrés en la mano.

-Yo solo el brazo y creo que me raspé la rodilla- dijo levantando la pierna…

-¡SI! Si te la raspaste…

-Y mucho- completo juan al ver como unas gotas de sangre recorrían la rodilla y bajaban por su pierna.

-Bah tampoco ha sido tanto, deja me limpio un poco… y listo.- Dijo estirando un short que cargaba y limpiándose la sangre con este… solo presiono un momento y ya para de sangrar…

Andrés sorbió un poco de aire… -Creo que no me puedo afincar, me duele algo el brazo-

-Deja yo lo hago- le dije mientras ponía el dedo pulgar sobre la rodilla donde se había roto y con la otra mano me apoyaba agarrando su pantorrilla.

-Espera así unos segundos...

-Ok- dije presionando mientras lo miraba a los ojos.

¿Que haría si te perdiera?... Una cosa es perder a alguien en el fin de una relación... Pero perder a alguien porque pierda la vida… es mucho más dificil de aceptar, el pensar que más nunca sabrás nada nuevo de él... Que todo acabo y para siempre, en definitiva, que nunca volverás a saber nada de él, debe ser lo más doloroso que pueda pasarle a alguien que de verdad ame. Es algo que jamás me gustaría vivir y de verdad que admiro a aquellas personas que han salido de esto, cuando perdieron a la persona que verdaderamente amaban, son unos auténticos guerreros.

Porque cada momento que paso contigo es especial, hasta la cosa más tonta que hagamos lo será… Porque hay que saber vivir el momento y vivirlo al máximo y no dejarlo para después… Solo sé que si no estuvieras conmigo todo sería completamente diferente, de seguro en este momento estaría solo mirando al horizonte desde la montaña a donde me gusta subir, ¡O por supuesto! Apoyado en el vientre de Dino, mi fiel acompañante mientras miraba las nubes y me preguntaba si algún día iría a conocer lo que es amor...

De pronto sonreí tontamente mientras lo miraba al tiempo que le presionaba la herida... él también sonrió... En serio... Es como si con solo mirarme él ya supiera todo lo que pienso...

Lástima que Juan estaba ahí, sino al menos te amo o algo le hubiera dicho, aunque creo que ya con la mirada se lo decía todo.

-¿Quieres seguir o nos devolvemos?- le preguntó Juan a Andrés a lo que el asintió que siguiéramos por lo que seguimos andando en bicicleta, aunque por la cara que cargaba se veía que al menos algo adolorido estaba. Aunque eso no pudo evitar que diéramos un paseo alrededor de la laguna junto con el resto de los chicos, que ni se imaginaban todo lo que habian dejado atrás y se preocuparon un poco cuando les contamos.

Pedalee más lento para quedar detrás de todos y para que también pudieran pasar las personas que iban caminando, y desde allí me quedaba viendo a Andrés embobado... Como sus piernas se tensaban ligeramente a cada pedaleada, como entrecerraba sus ojos a cada vez que pasaba una ligera brisa....

De pronto el volteó buscándome y sonrió al encontrarme mirándolo. Tiffany de repente bajo la velocidad y se puso a mi lado y comenzó a buscarme conversación...

-Marcos... ¿Tú tienes novia? - maldita pregunta-

- mmm algo así...

-¿Algo así? – -creo que esa no fue la mejor respuesta-.

-Si... Es que bueno... No sé como explicarte... ¿Tú tienes novio?

-No... Pero... Por ahora... Prefiero estar soltera por ahora, jajaja- me dijo coreando una canción de un grupo de reggaetón Venezolano.

Yo me reí un poco

-¿Y eso por qué?

-Es que el ultimo que tuve... No es que me haya dejado una muy bonita experiencia...

-¿Y que te hizo?... Si se puede saber.

-Lo mismo que todos ahorita... Solo quería acostarse conmigo y cuando le dije que no... Ya te imaginas... ¡Lo peor es que duramos 5 meses!... Es un desgraciado sabes.

-Si... Está mal... Creo que no deberías aparentar que amas a alguien cuando solo lo quieres para llevártelo a la cama.

-¡Eso mismo! ¡O sea 5 meses y lo único que quería era eso!

-Si... Bueno... Pero tranquila que ya encontraras a alguien que no sea así y que te quiera por como eres interiormente.

-¡Ay que lindo Marcoos! - dijo estirando una mano y pelliscandome la mejilla -Ojalá y aclares pronto todo con tu novia- Dijo sonriendo. De verdad que los años no le habían sentado nada mal y estaba bastante linda. El pelo largo y liso con bucles hasta un poco mas abajo de los hombros, con un color negro brillante, unas cuantas pecas en la cara y un lunar en la mejilla derecha, además de que su mirada, sus ojos, no sé que tenían, pero era hermosa... Y de verdad que con el cuerpo que se gasta, entendía muy porque de seguro solo se le acercaban los chicos con intenciones de tener sexo con ella.

Después de un rato paseando en bici ya todos estábamos exhaustos y decidimos regresar a casa, tuve que ayudar a Andrés a subir su bicicleta porque el brazo le estaba doliendo demasiado. Y una vez llegamos luego de recibir un regaño de parte de mi mamá y mi abuela de que que iba a pensar la mamá de Andrés de ellas, que si le llegaba a pasar algo a ese muchacho estando con ella, ella era la responsable y podía ir presa y otro montón de cosas, Andrés llamo a su mamá y se la paso a la mía, hablaron un rato y al final  le dijeron que se tomara un ibuprofeno y preferí a que se durmiera para que no siguiera con lo del dolor y me puse a contestarle mensajes a Julián y  Carlos que me habían escrito al cel preguntándome que en que andaba y diciendo que Esteban no les había contestado a ellos. Después leí unos relatos hasta que me pego el sueño y me fui a dormir.

Miércoles

-Entonces el viernes llegan mis tíos ¿no?…- pregunté mientras sacaba una espina de mi boca, estábamos comiendo pescado salado.

-Si…-contestó mi abuela.

-Y vienen Richard, Frander y Adolfo supongo ¿no?- pregunté por mis primos, los de casi la misma edad que yo.

-Aja… Muchacha tu viste eso de que Adolfo es homosexual- le preguntó mi abuela a mi mamá.

Los ojos se me salieron de órbita y parpadee un montón de veces asimilando lo que acaba de decir mi abuela…

-Si… si yo fui la que te contó mamá, publico una foto en Facebook de dos tipos basándose diciendo que no debía haber diferencia alguna y que no debían irrespetarlo. ¿Tú lo viste Marcos?

-No mamá…- le respondí totalmente descolocado… -él nunca me acepto en Facebook.

-Ah ya… menos mal…

-No se le vaya a  pegar la mariquera- completo mi abuela.

-Jaja, ni que fuera enfermedad- dije tajante… aunque asimilando lo que dije, creo que fue un pensamiento que se escapo. Mi mamá y mi abuela me miraron algo extrañadas y luego siguieron hablando mientras iban comiendo. Mi abuela misma hace mucho decía que en la mesa no se hablaba, pero ahora como que no le importaba mucho y la mesa terminaba siendo un punto de reunión familiar.

-Mija, menos mal que yo no tuve hijo maricos, no sé que hubiera hecho, los boto de la casa no sé.

-¡Aja mamá!, tampoco así, sigue siendo tu hijo…

-Jmm no sé amor, menos mal no me toco vivir esa… Y menos mal que ese muchacho vive bien lejos, tampoco es que lo quiera mucho en mi casa…

Yo tragaba a fuerzas el pescado que me estaba comiendo, tenía como una presión en la garganta que a cada que tragaba sentía que me iba a ahogar… de verdad duele… mire con los ojos algo aguados a Andrés que me devolvía la mirada algo preocupado dedicándome una sonrisa tratando de calmarme.

-Ay mamá no seas así…

-¿Tu no eres gay Marcos no?- me pregunto a mi abuela levantando una ceja que sobresalía por encima de la montura de sus lentes.

-No Abuela- respondí al tiempo que negaba con la cabeza.

-Jumm, mucho cuidadito pues.

-Aja…- respondí dudoso, mi mamá veía a mi abuela con una cara de quererla matar por pensar que yo era gay, mientras que mi abuelo estaba ahí como absorto en sus pensamientos y mi papá miraba al que hablaba, aunque cuando mi abuela preguntó que si era gay su semblante cambio y se le notaba más serio.

-¿¡Abuelo porque no hacemos un papagayo para volarlo cuando vengan los demás!?- pregunté tratando de cambiar el tema y de que mi abuelo se uniera.

-¡Pero si esos ya son unos grandulones!-

-¡Bah! ¡Pero seguro se animan!

-¡Mejor y vamos todos a un partido de bolas criollas!

Yo me reí un poco –Bueno si ellos quieren yo no voy a decir que no- le contesté.

-Y bueno por los papagayos por mi no hay problema, aunque tienen que ir a comprar las veradas.

-Si si nosotros vamos- le dije poniendo una sonrisa de oreja a oreja

-Si quieren los llevo- dijo mi papá.

-¡Hoy vamos a la procesión!- nos recordó mi abuela

Yo solté un bufido, en mi imaginación, porque si lo hacía en realidad mi abuela iba a quedar indignada.

Mi abuela en sí, era muy divertida, muy chévere tratable cariñosa y otro montón de cosas, igual que mi mamá. Pero lo ultimo que había dicho de no aceptar un hijo homosexual de verdad que me había pegado un poco, aunque también era de comprenderse, eran otros tiempos para aquél entonces, en cambio mi mamá si se mostraba un poco más abierta.

-Nos vamos de aquí como a las 5, ya saben para que estén listos…

- ¡Coño!- al parecer hoy tampoco podría ir con Andrés “al lugar”. Quería ir y estar con calma… aunque si llegaba mis primos tampoco iba a poder estarlo.

-Está bien Sra. Josefina- respondió Andrés.

-Ayy dios pero que hermoso es este chico- dijo sonriéndole.

Andrés puso una cara de extrañado, como diciendo si solo dije eso porque me mira así –jaja-.

-Entonces vemos cuando lo hacemos abue-

-Está bien-

-¿Y tú con quien vives? Lisbeth me contó que tus papás se divorciaron-

-Ya abuela por favor ¿no pudiste haber sido más directa?-

-Vivo con mi mamá y mi hermanito… y si, se divorciaron hace como dos años pero siguen teniendo problemas-

-Ayy, ¿Y cuantos años tiene tu hermanito?-

-12-

-Ay pobrecito… me imagino que le pego mucho la separación de tus padres-

-Si… a los dos en realidad pero a él más… es más pequeño, mi mamá tuvo que cambiarlo de cole porque estaba algo rebelde, bueno más de lo normal jeje- le contó sonriendo pero algo apagado.

-¿Y todavía ves a tu papá?

-Si, bueno una que otra semana que Kevin y yo nos vamos a su casa.

-¿Kevin es tu hermanito no?

-Si…

Mi abuela siguió interrogando a Andrés que a pesar de un principio mostrase apagado respondiendo luego mi abuela y mi mamá y hasta mi papá comenzaron a animarle que no se pusiera triste por eso y que su padre tenía un hijo maravilloso y lástima que se lo estaba perdiendo. Que debía ayudar a su mamá que no debía ser fácil, y que estuviera atento a su hermanito porque quizás lo que le faltaba era un poco de atención.

-Muchas gracias por todo- concluyó la conversación Andrés poniendo una sonrisa algo apagada.

-No te preocupes mijo- dijo mi abuela.

-Y ya sabes que puedes contar con nosotros- expresó mi mamá que al parecer había ya entrado en confianza con él…

En un gesto de fraternidad mi papá le apretó un poco en el hombro izquierdo y luego me miro con una cara que pude entender bien –Llévatelo de aquí lejos de estas preguntonas- yo sonreí un poco.

-Subamos a cambiarnos para ir a casa de la Sra. Sonia- Le dije a Andrés levantándome de la mesa y recogiendo los platos para llevarlos al fregador.

-Como que tiene ganas de fregar este muchachón- Dijo divertido mi abuelo seguido de una tos seca.

-Si, claro.

Puse los platos en el fregador y salí corriendo por las escaleras, llamé a Andrés y unos segundos después estaba en la habitación… -Tranquilo- le dije apretándole un hombro y acercándome a besarlo. Andrés sonrió un poco, le di un fuerte abrazo levantándolo unos centímetros del piso. –Cada cosa que nos pasa, cada mala experiencia… es de lo que debemos aprender, y es lo que nos hace más fuertes. Todo sucede por algo- la sonrisa de Andrés se borro y se quedo mirándome fijamente. Además que si no pasaba eso no conocerías a -ete que ta quí- dije dándome dos golpes en el pecho sacándole una sonrisa.

-¿Que vamos a hacer hoy?- me preguntó.

-Los mismo de todos los días…

-Tratar de conquistar el mundo- coreamos para luego echarnos a reír.

-Si si, pero aparte de eso.

-Bueno, vamos a la procesión a las cinco tenemos todo este rato… para ir por ahí, o a casa de Tiffany y Francisco, tú me dices.

-Lo que tú quieras…

-¡No! Dime tú.

-Bueno vayamos con tus amigos-

-No te sientes incómodo con ellos ¿no?-

-No no, está bien-

-O si quieres nos quedamos aquí viendo Tv-

-Nah, vayamos por ahí-

-Bueno…

Después de haber estado un rato jugando a la play con los chicos mi mamá nos llamo que ya nos íbamos a la procesión por lo que tuvimos que irnos corriendo a bañar. Nos despedimos de todos y nos fuimos, ellos iban a otra procesión pero de la misma iglesia de la urbanización, mientras que mi abuela decía que allí no le gustaba que todo era puro chisme y miradas de “echonería” como si uno tuviera más pecados que ellos, que fuéramos a otra por lo que después de 15 minutos en el auto ya estábamos estacionados frente a otra iglesia que estaba  abarrotada de gente a pesar de que al parecer apenas comenzaba la misa.

-Vénganse ustedes dos conmigo- nos dijo mi abuela a Andrés y a mi tomándonos por las manos y pisándonos los antebrazos con su brazo encaminándose con el cuello erguido a la entrada de la iglesia mientras que nos halaba a nosotros.

-¿Que pasó?- me preguntó Andrés con la mirada.

Yo me encogí de hombros diciéndole que no sabía.

Entramos a la iglesia que tenía un pequeño patio alrededor, como una plaza, donde todo el mundo se sentaba a esperar a que sacaran al Nazareno, habían muchos grupos, niños, personas vestidas de morado, unos con coronas de “espinas” en la cabeza, gente de todas las edades estaban allí todos con sus velas en las manos aguardando.

Mi abuela se dirigió a un grupo de señoras, saludo y nos presentó con algunas amigas, unas que decían conocerme desde pequeño, que me habían cargado, y una hasta contó que le había orinado encima haciendo que todas se rieran… - ¡Que vergüenza!-

-Pero que nieto tan guapo que tienes- dijo otra pellizcándome el cachete y haciéndome ruborizar.

-Y este es su amiguito- – ¿Acaso cree que tenemos 3 años?-

- Pero que preciosos- exclamo otra mientras le pellizcaba el cachete a Andrés. Los dos nos habíamos puesto de acuerdo para ir con camisas, yo una azul claro de líneas y Andrés una verde ambos con un blue jean abajo.

-¡Ay si mija! Son todo un amor estos muchachos, míralos como se ponen rojitos.

-¡Ay si chica! El mio anda por ahí, este año le dio por meterse en lo de las obras y eso.

-¿Si? Pero que maravilla mi reina- Andrés y yo cada vez nos veíamos el uno al otro más incómodos y deseosos por salir corriendo de allí.

-Si- dijo cruzándose de brazos- está  haciendo el papel de Jesús, para la obra del Viernes-

No pude evitar recordar al chico, ese que se había llevado un 8 o 9 de 10.

-¡Ayy tan bellooo!- dijo mi abuela como desviviéndose –Eso no me lo pierdo- finalizó.

-Es mañana a las 4 de la tarde aquí-

-Si ¡yo vengo! Mañana nos vemos muchachas- Dijo mi abuela que no nos había soltado a Andrés ni a mí en ningún momento, se despidió y entramos al templo en sí, nos fuimos a sentar al principio, cerca del altar, por donde estaban mi mamá y mi papá que al igual que yo iban a la iglesia solo en semana santa.

Fue como una hora que habló el padre en la que comencé a cabecear mas de una vez con Andrés al lado que a cada cabeceada que me notaba me golpeaba con el codo tratando de despertarme no se fuera a dar cuenta mi abuela.

Se llego la hora sacar al Nazareno y yo iba muy tranquilo a encender la vela cuando no sé como ni en que momento llegue a debajo del Nazareno sosteniendo las tablas para levantarlo junto con otro grupo como de 10 hombres, a mi lado estaba Andrés. Desconcertado le pregunté que había pasado y me explico que mi abuela se había sentado adelante para anotarnos en la lista de quienes lo cargarían.

3, 2, 1…- corearon un montón de hombres de distintas edades para comenzar a levantar la figura de porcelana cuyo peso debía oscilar entre unos 20 o menos kilos…

Hice un poco de fuerza con los brazos y… -Mierda-

- Si que pesa- Dijo Andrés al tiempo que levantaba junto con los demás y trataba de ponerse la madera de forma rectangular en el hombro de la manera más cómoda posible mientras que yo trataba de sostenerla con ambos brazos.

La figura por si sola debía pesar poco, pero con el montón de ramos de flores que la decoraban, las luces que lo alumbraban, la tela que vestía al santo y todo en sí, debía poner el peso alrededor de los… ni idea, éramos como 10 hombres y eso me pesaba más que matrimonio obligado.

No habíamos salido de la iglesia y ya había comenzado a sudar a chorros, mi abuela a un lado nos veía a Andrés y a mí con los ojos brillosos juntando sus manos a la altura de su pecho tomando aire y sonriendo, haciéndome sonreír con ironía.

Cargamos al nazareno como por 15 minutos en los que salimos de la iglesia y caminamos un poco más allá por la calle, hasta que creí ver un ángel que se ofrecía a remplazarme –Si por favor- le respondí y deje la parte que estaba cargando en sus manos. Sintiendo como los brazos me flaqueaban los baje y comencé a moverlos de lado a lado tratando como de despertarlos mientras veía como Andrés seguía cargándolo…

-Perdona a tu pueblo señor… Perdona a tu pueblo perdónalos señor…- coreaban las personas con voces graves mientras todas se movían pasando el peso de un pie al otro moviéndose como una marea. Todos con sus velas encendidas alumbrando sus rostros, unos las llevaban con un plástico de botella mientras que otros las llevaban sin nada dejando que la cera se derritiera y cayera en sus manos…

Había perdido de vista a mi familia y en un momento que me tomé de descanso ya me había quedado bastante lejos de por donde iba el Nazareno, por lo tanto, lejos de Andrés. Recordé cuando de pequeño perdía a mis padres en el supermercado y comenzaba a llorar sentado en los anaqueles esperando a que aparecieran…

Todas las personas caminaban pasándome a los lados mientras yo me alzaba con la punta de los pies tratando de mirar por encima buscando a mi familia. –Mierda-.

-Chamo mira por donde caminas- dijo alguien que me había tropezado.

-Yo estoy aquí parado, dite eso a ti mi mismo- respondí sin siquiera ver quien era mientras seguía buscando parado de puntas.

-¿¡Que te pasa!?- escuche mientras sentía como con las dos manos me empujaban haciéndome perder el equilibrio y levantar ambos brazos para sostenerme y luego subir la mirada a ver quien me había empujado.

-A mí nada- respondí serenamente al parecer mi agresor le molesto que respondiera eso e intento golpearme en el estomago. Coloque mis brazos en forma de equis bajando el golpe y desviándolo.

-¿Más o menos?- pregunté yo incrédulo. Ya fijándome bien, era el mismo nieto de la amiga de mi abuela, nada menos que el Jesús.

-¡A mi no me malandrees!

Yo levantaba una ceja, de verdad que no comprendía que pasaba, estaba buscando a mi mamá y de repente estaba metido en una pelea.

-No pelees aquí Yoneiker estamos en una procesión- dijo una chica detrás de “Yoneiker” tomándolo por el brazo.

-No me voy a quedar con esa- le gritó acercándose a mi para volver a lanzarme esta vez un golpe directo a la cara que por obra y gracia del espíritu santo pude evitar moviéndome a un lado con unos reflejos que ni yo mismo conocía.

A ver… nunca en mi vida había peleado, bueno si, de niños pero nunca había sido nada grave, y por favor era niño, pero ya de grande hace unos meses con Andrés y ahora estaba también peleando con un tipo que de la nada comenzó a gritarme. En serio que mi vida había cambiado bastante los últimos meses.

Me hice hacia un lado tratando de alejarme de mi agresor pero este seguía acercándose hacia mí con ambos puños cerrados tensando sus brazos. Sobre su piel morena se marcaban cada una de las venas que recorrían desde sus bíceps hasta los antebrazos. Llevaba una franela sin mangas y unos jeans negros rotos. A comparación a como se veía con toda la túnica y eso no parecía el mismo chico, además llevaba el cabello como un afro pero con gomina.

-Ya pana- le grité levantando el brazo derecho con la palma hacia arriba como preguntando ¿Qué te pasa?  Tratando de frenar la pelea. Pero él seguía  molesto y se iba acercando hacia mí.

La chica que andaba con él seguía diciéndole desde un lado que parara –Muchas gracias por pararte en medio a detenerlo, de verdad te lo agradezco, idiota- pensé acercándome al chico sintiendo como me comenzaba a hervir la sangre dispuesto ya a contestarle con un golpe.

-Juntooos, como hermanooos, miembrooos, de una iglesia- coreaba ahora la multitud con las velas en sus manos la mayoría ajenos a lo que sucedía, unos se detenían a mirar la pelea, con un semblante preocupado otros con un gesto de lujuria mientras otros solo observaban riéndose.

Y justo cuando iba a lanzar el primer golpe apareció una señora mayor de edad, con un pequeño lomo en su espalda y unas gafas de lectura, sostenía un rosario entre sus manos.

-Hijo mio, no te da pena faltarle el respeto a Dios de esta manera- dijo posando su mano sobre el pecho de Yoneiker. Este instantáneamente se tranquilizó y sus brazos perdieron la tensión de segundos antes.

-Disculpe Sra. Mariángel.

-No me pidas disculpas a mi, tu sabes con quien debes disculparte- dijo con aire sabio y tranquilizador mientras yo solo observaba expectante.

De pronto todos desaparecieron entre la gente dejándome completamente descolocado.

-¿WTF? ¿Qué coño acaba de pasar aquí?- me pregunté a mi mismo.

Y de la nada salió un tipo corriendo a toda velocidad entre la multitud mientras miraba hacia atrás preocupado, se tropezó conmigo y sin miramiento alguno siguió corriéndose perdiéndose entre la gente. –En serio que esta ha sido la procesión más rara a la que he venido-

-Ten piedad  señor ten piedad, soy pecador… ten piedad- cantaban todos como susurrando, ¿Yo era el único perdido allí? Todos estaban en sus cosas menos yo.

Me paré de nuevo de puntas y me pareció divisar entre las personas una gorra naranja que había llevado mi papá por si acaso alguno terminaba perdiéndose. Así que me dirigí hacia allá mientras que escuchaban como las personas dejaban de cantar y comenzaban a recitar las oraciones

–Dios te salve maría llena eres de gracia…-

Alcancé a donde estaban todos, agradecí a mi papá por ocurrírsele lo de la gorra y luego vi a Andrés que estaba completamente bañado en sudor y se había quitado la camisa quedando solo con la franela que llegaba abajo completamente empapada. Me dijo que había cargado al nazareno hasta hace poco y luego me preguntó que había pasado conmigo a lo que respondí –La verdad que todo es muy extraño…- y le comencé a contar.

-Búscalo- ordenó Andrés a Dino que salió animado con la lengua afuera persiguiendo un palo.

-Te digo que conmigo nunca hace eso.

-¡Pero si parece que estuviera amaestrado!

-No sé, deja que lo traiga y verás.

-jaja, es que a veces son así.

-A ver- dame Dino, le dije quitándole el palo de la boca, tenía la boca abierta algo agitado y con la lengua afuera mirando expectante a lo que yo hacía.

-¡Búscalo! Le grité arrojando el palo lo más lejos posible.

Dino volteo a mirar el palo cuando iba por el aire y luego al caer al pavimento, después se giro hacia mí y se sentó con las piernas traseras mirándome aún con la lengua afuera.

-¡Ves!

Andrés comenzó a reírse.

-Oye… Ya pasado mañana llegan mis primos y no vamos a tener tiempo los dos… solos…

-¿Noche de sexo?- dijo levantando una ceja.

-¡Guau! Más delicado y te mueres- dije dándole un suave golpe en un brazo, no es eso, bueno, puede ser, pero lo que quiero es que vayamos a… allá.

-¿Donde allá?

-¡A ese sitio!, Es que allí iba con Dino… desde allí se puede ver casi que toda la ciudad…

-¿Y que me quieres hacer allí?

-¡Idiota!! Solo quiero enseñártelo…- dije ruborizándome un poco.

-Si, si, es que me gusta jugar contigo- me decía poniendo una sonrisa de oreja a oreja.

-Y mañana tenemos que ir de nuevo a la iglesia e igual el viernes aunque con lo de hoy… preferiría quedarme aquí.

-Ni que se entere tu abuela- me dijo Andrés.

-¡Si yo no hice nada!, más bien le debería decir para que le diga a la abuela del chamo ese.

-mmm cierto… pero entonces… ¿Qué tal si vamos mañana en la mañana?

-Es que… quería ver caer el atardecer… contigo…

Sentí como como me subía la temperatura, debía estar más rojo que un tomate. Me gire mirando al suelo y Andrés puso una mano sobre mi hombro…

-Ya que no tendremos tiempo ninguna tarde… ¿Por qué no vemos el amanecer?

-¿Eh?... ¿Cómo haremos?...

Jueves

-Entrar al cuarto y tomar las llaves entrar al cuarto y tomar las llaves- me repetía en la mente mientras tomaba aire hasta llenar completamente mis pulmones y giraba el pomo de la puerta del cuarto de mis abuelos.

Y allí yacía... inaccesible, la daga del tiempo... Un tesoro que podía mostrar orgulloso como trofeo de nuestra victoria… No, no, en realidad eran las llaves de la casa y estaban sobre la mesa de noche a un lado de donde dormía mi abuela... Ella es de sueño ligero por lo que me había quitado los zapatos como me había dicho Andrés que hiciera y fui acercandome lentamente pasando sobre la punta de un pie al otro... Trate de no quitar la poca luz amarilla de los postes de afuera que entraba a la habitación por la ventana y le pegaba a mi abuela en la cara (cualquier sombra podía hacerla despertar) y poco a poco me fui estirando hasta estar a escasos centímetros de las llaves...


-Guau.... Guau... uuuuu.... uuuu- Ya no llores, nosotros volvemos en un rato... -Joder por qué tarda tanto...- Dino se recostaba de mi muslo sobre el mono con el que me había preparado para ir al lugar de Marcos tratando de llamar mi atención ladrando y chillando.

-Bueno te llevare loquito pero no sé que vaya a decir Marcos de esto- le decía a Dino rascandole la cabeza mientras este movía la cola y comenzaba a dar vueltas alrededor de mi.

-Donde estará tu collar- le pregunté mientras buscaba con la mirada a nuestro alrededor... -Ya lo vi-

Cogí el collar y se lo puse a Dino que ahora estaba más intranquilo, luego sujete el Arnés de la correa al collar y tiré un poco de él. -Ya viene, tranquilo- le dije expectante mirando a las escaleras para después caminar a un lado de estas y llegar hasta la puerta de la casa donde me senté a un lado tratando de calmar Dino acariciandolo mientras me entretenía mirando la decoración.

La casa de los abuelos de Marcos era bastante amplia y estaba muy bien decorada, nada que ver con la de marcos que se habian ido por lo más simple y moderno.

Tenían una columna de estilo romano que estaba justo en el centro de la pared de la sala, incrustada allí, y parecía dividir los espacios del comedor y la sala de estar... En la sala habian unos 3 cuadros cada uno con imágenes de casas diseñadas con arquitectura de la colonia. Una alfombra inmensa sobre el suelo que parecía tener unos dibujos como símbolos mayas. Un centro de entretenimiento con un televisor de los grandes pero pantalla plana y un montón de discos y acetatos a los lados, busque con que los reproducían y allí estaba un tocadiscos, ¡Menuda reliquia!.. Unos muebles de bi piel verde oscuro que hacían juego con la alfombra y una pequeña mesa de marfil en medio, una lámpara de techo de las grandes que tienen varios adornos que cuelgan de ella….

Luego pase a mirar la cocina, donde también había juego con el verde pero con tonos más pasteles ahora... El piso igual que la sala de cerámica y con color marfil... Una ventanilla desde donde se podía mirar hacia el patio, la nevera, la mesa comedor, las sillas de hierro con el asiento de madera...

Y a un lado de la cocina la puerta de cristal para salir al patio.

Y en eso llego marcos con un gesto de preocupación en la cara.

Sacó la llave del bolsillo -Ta rán- dijo sonriendo -Tuve que hacer de Splinter Cell para sacarla del cuarto de mi abuela- Sonreí negando con la cabeza mientas tomaba la llave y comenzaba a pasarla por la cerradura abriendo la puerta moviendola lentamente tratando de que no rechinara.

Salimos a la calle mire la hora en mi móvil, aún era de noche pero las luces de las farolas ayudaban con la visibilidad.

-A todo esto... ¿Por qué Dino vino con nosotros?

-Es que se iba a quedar llorando y nos delataría- le dije a Marcos mientras me dejaba guiar por sus pasos y los de Dino, eran las 4:47 de la mañana por lo que supuse que debíamos correr un poco si no queríamos perder nada desde que comenzaba a salir el sol a eso de las 5:20...


-A ver, tenemos que saltar esta cerca... No sé como haremos, tú con tu brazo...

-No te preocupes por mi brazo, preocupate por dino que no sé como le haremos para pasarlo.

-¡Ouh cierto!-

-Mira- me dijo Andrés mientras comenzaba a subir la cerca, debía medir como unos dos metros y medio de altura.

Una vez arriba quedo como agachado sobre el tubo del borde, por suerte no tenía los alambres de seguridad que suelen ponerle arriba, Andrés dio un brinco y aterrizo con un perfecto equilibrio sobre una parte de tierra que había al otro lado a pesar de estar inclinada.

-Ahora Dino- me avisó a través de la cerca.

-¿Como?

Me quede un poco pensativo mirando a los lados y hallé la solución. A los lados había como una colina por donde bajaba la cerca y se encontraba con otra que iba en otra dirección. Le solté la correa a Dino que bajo muy tranquilo por la ladera y pasando por un hueco bajo la cerca llego al otro lado, lástima que era bastante inclinada y el agujero muy pequeño como para yo pasar, así que me fui a la parte donde paso Andrés y me subí, pero luego en lo mas alto, me sente sobre la cerca que comenzó a tambalearse de lado a lado haciéndome caer sobre Andrés para luego dar vueltas sobre el terreno inclinado y caer en mitad de una calle donde iniciaba el otro sector de la urbanización. Nos reímos entre susurros, Andrés se quejo un poco del dolor y luego nos paramos y salimos corriendo junto con Dino hacia la montaña, saltamos una zanja por donde pasaba agua sucia. Después de la zanja ya nos encontrábamos al pie de la montaña, -al parecer no les había parecido muy importante cercarla y menos mal-. Allí comenzamos a subir entre los matorrales y el monte que no picaba gracias a los monos con que Andrés y yo nos hablamos preparado.


Parecía que la subida sería eterna, avanzábamos y avanzábamos sobre la colina, Dino con su entusiasmo halaba a Marcos mientras yo caminaba a su lado mirando hacia todas partes los árboles, algunos sin hojas y otros frondosos, el monte en el suelo que nos llegaba a ambos hasta las rodillas.

-Marcos... ¿Como conociste este lugar?

-Un día de explorador con Dino.

-Ahmmm

Seguía mirando hacia los lados...  Ya llevábamos como 10 minutos subiendo y nada que llegábamos y con el sol amenazándonos con salir. Llegamos a una parte algo más plana por donde caminamos hasta llegar al otro lado de la colina después subimos un poco mas hasta que Marcos se detuvo...

-Y aquí estamos...- me dijo dejándome mirar el sitio, un terreno plano a comparación con todo lo inclinado que era la montaña.

El monte allí estaba un poco más corto llegándonos más abajo de las rodillas. La montaña subía un poco más pero no parecía haber nada mas interesante arriba.

-Y este es el lugar...- pregunté pisando un poco la maleza.

-Si, el monte molesta un poco, pero... Es que lo que me gusta es esto...- me dijo Marcos caminando con Dino tomado por la correa hacia la orilla de la parte plana donde estábamos...

-Espera... Nunca había subido a esta hora... se ve mucho mas hermoso-

Yo intrigado intente acercarme y al Marcos escuchar mis pasos levanto la mano deteniendome.

Luego se agacho y libero a Dino de la correa dejándolo solo con el collar. Le dijo unas cuantas cosas y acto seguido Dino salio corriendo y se perdió entre la maleza.

-¿Que planeas?- le pregunté.

-Así me parece más romántico.

-¿Como?- me pregunte a mi mismo mientras veía a Marcos venir hacia mí y ponerse en mi espalda respirarme un poco nervioso en el cuello y luego darme un beso en él mientras ponía sus manos en mis ojos.

Me encanta cuando haciéndose el malote intenta llevar el control de la situación, sobretodo porque lo de malote no le queda para nada, él no le haría daño ni a una mosca.

-Ca ca ca camina un poco, con cuidado- dijo empujándome un poco sin dejar de taparme los ojos, di unos cuantos pasos hasta llegar a lo que supuse era la ladera.

-Ahora mira- dijo quitándome las manos de los ojos...

Ni siquiera pude exclamar palabra alguna.

Desde allí se podía mirar a toda la ciudad. La laguna donde habíamos estado en bici iluminada por las farolas, un estadio, al final un parque de atracciones donde se veían las luces de algunas atracciones aún encendidas, unas letras rojas y azules que parecían la publicidad de algo, las luces encendidas en algunas casas y apartamentos que se podían ver, las luces en las calles...

Todo se veía que estaba tan cerca y tan lejos al mismo tiempo, es como si con solo estirar la mano lo pudieras tomar, pero no... Saliendo del trance en que había quedado pude decírselo...

-Es hermoso... Bebé-

-Bebé.... ¿Bebé?, ¿Que con eso? ¿¡Yo no dije eso!?-

-¿Bebé?- Preguntó Marcos quizás tan extrañado como yo.

-Aah no sé no sé- le dije sacudiendo la cabeza entrecerrando los ojos para luego empujarlo hacia el monte y tirarme yo encima de él.

El monte acolchaba la caída, yo quede sobre Marcos apoyado con los brazos a ambos lados de su cabeza mirándolo fijamente, me encantaba como movía los ojos rápidamente mirando hacia los lados sintiéndose acorralado y luego me miraba a mí con un gesto de sorpresa que luego pasaba a ser de tranquilidad y que podía distinguir apenas con la luz del amanecer que se avecinaba por el horizonte.

Me acerque a sus labios con los míos hasta juntarlos y sentir la humedad de los suyos... Tan suaves, jugosos... Mordisquee un poco el inferior sintiendo como lo que había apretado con los dientes se iba deslizando hasta escapar de ellos para luego abrir la boca buscar con mi lengua la suya sintiendo como ambas comenzaban a juntarse, primero con un ligero toque, como si se tratara de quien pedía una pieza de baile y luego de que el otro aceptaba comenzaban a danzar juntas al compás de una canción que jamás había sido escrita. Nos separamos y lentamente fui abriendo los ojos, justo como él... Justo como Marcos, justo como el chico que amaba... Hasta para abrir los ojos ibamos sincronizados.

Marcos como siempre luchó por estar encima y me tiró a mi al monte para ponerse arriba sentado sobre mi pene que ya comenzaba a despertarse, él movía un poco las caderas de modo que estaba logrando que eso sucediera más rápido.

Puso una de sus manos sobre mi hombro derecho y fue deslizándolo poco a poco por mi brazo, primero sobre la manga de la franela hasta que su piel entró en contacto con la mía, iba muy despacio por mi brazo, pasó por mi codo, luego por la muñeca hasta encontrarse con la palma de mi mano y cerrar cada dedo entre los míos que también se cerraron en la suya mientras me continuaba besando.

Después hizo lo mismo con la otra mano y cuando ya ambas estuvieron cerradas las levante y las puse sobre el monte mas arriba de mi cabeza sin césar nuestros besos.

No daba abasto, no saciaría mi sed, podría estar toda la vida así contigo y jamás me cansaría....

-Te amo Marcos-

-Te amo Andrés-  nos dijimos al fin separando nuestras bocas mientras nuestras manos aun no se soltaban.

Lentamente fui levantando uno a uno mis dedos comenzando por el meñique...

No había limite de tiempo, no había nada que nos impidiera gritar, no había prohibición de nada, solo nuestra imaginación era el limite...

-Soy tuyo- me dijo Marcos.

Me levanté y dejándolo sentado sobre mi ingle lentamente tomándolo a cada lado de la cintura fui subiendo la franela blanca con que había dormido, recorriendo su torso lampiño con la mirada hasta llegar a sus pezones que no lo pensé de veces para comenzar a lamerlos.

Comenzaba a hacer una ligera brisa bastante fría y fue extraño pero sentí como al tiempo que la brisa nos pasaba toda la piel de Marcos se erizaba junto con sus pezones que al sentirlos mas duros no pude evitar morderlos.

Marcos levantó sus brazos juntando sus manos mientras yo intentaba subir la franela hasta donde la posición me lo permitía y luego él los bajó hasta que se la pude quitar por completo y lanzarla al monte mientras el comenzaba a hacerme lo mismo a mí.

Ya cuando ambos estuvimos con el torso desnudo me volvió a lanzar al monte sintiendo como este me hacia cosquillas y se pegaba a mi espalda y acto seguido su peso recaía completamente sobre el mio mientras me seguía besando.

Puse mis manos en sus omoplatos y fui bajando por su espalda... Sintiendo toda su piel rugosa por el frío llegué hasta la liga de su short. Solo con sentir las manos allí se levanto sobre mi poniéndose como perrito para dejar que le bajara el short junto con el boxer, estirando su pierna derecha y luego la izquierda facilitándome la tarea.


-Desde donde todo se ve… Vemos a todo el mundo pero nadie nos ve a nosotros…- Pensé mientras ya con mi cuerpo desnudo iba desvistiendo a Andrés quitando al igual que él el short y el bóxer que eran lo único que le quedaba y luego me volvía a tirar sobre él, el frío de la brisa junto con el frío de su cuerpo iban a terminar causándome una hipotermia.

Al ponerme encima suyo nuestros penes se chocaron, esa vara de carne, estoy seguro que era lo más caliente que había en él en ese momento, y al sentirlo en contacto con mi piel me daba cierto alivio... Pero no quería solo sentirlo... Quería más y esta vez no había impedimentos ni limites...


Tire de nuevo a Marcos al monte y me puse yo encima... Quería volver a probar aquello que pude saborear de forma rápida en un baño publico, pero esta vez con toda la calma del mundo.

Con mis manos sobre sus hombros las fui deslizando lentamente por el contorno de su cuerpo mientras solo bajaba aspirando el olor que su piel emanaba hasta llegar a sus caderas y que mi cara quedara justo sobre su pelvis y el olor fuera un poco mas a orín con sudor... Pegué mi nariz de su miembro y lentamente saque mi lengua con la que lo recorrí hasta llegar a la punta que me introduje de una buena vez succionando suavemente mientras bajaba sintiendo la piel tan suave que lo recubría, pasando mi lengua alrededor del capullo... Luego me separe de él sintiendo un poco el sabor que había dejado en mi boca mientras miraba a Marcos sonriéndole para después volver a llevarme su pene a la boca sosteniendolo con los dedos pulgar e indice.

Su pene es un poco mas pequeño que el mio y de un color mas moreno que todo el resto de su piel, con unos vellos alrededor que no sé por qué me gustaba olfatearlos cada vez que tenia todo su miembro en mi boca...

De él brotaban unas cuantas goticas pre seminales que de alguna forma me hacían adictos a ellas y que cada vez fuera a por más.

Con una mano lo masturbaba alternando cada cierto tiempo chupando el glande mientras que con la otra mano iba recorriendo cada centímetro de su piel que se iba tornando cada vez mas caliente.

De repente Marcos se movió tirandome ahora mí al monte y colocándose encima...

-Sigues con eso y voy a acabar muy rápido...- gimió mientras me besaba y dejaba a mi lengua entrar en su boca para después bajando con ella lamiendo todo mi cuerpo llegara a mi pene que sin miramientos comenzó a chupar haciéndome estremecer con cada succión... Sentía como si con cada chupada fuera a acabar, era un placer tremendo, era demasiado...

Puse mi mano sobre su cabeza empujándolo un poco obligándolo a introducírselo todo en la boca lo cual ni corto ni perezoso hizo. Para luego separarse tomando aire dejando unos cuantos hilos de baba visibles al ser atravesados por la luz del sol que  ya había salido de atrás de las montañas.

Tomaba mi pene y lo cubría y descubría mirándolo con la cara como un poseso, luego lo chupaba, bajaba a mis testículos y los llevaba ambos a su boca succionándolos creándome una extraña sensación como de vacío en el estomago pero al mismo tiempo un placer indescriptible... Lo hacía como si la vida se le fuera a ir en ello...

Lentamente se fue levantando hasta quedar sentado sobre mí y con una mano posicionar mi pene apuntando hacia arriba, le resvalaba un poco por toda la saliva que había dejado en él.

Y ahí fue cuando lentamente fue bajando, vi como a través de la luz del sol mi pene iba desapareciendo dentro de él... Como a cada cm los gestos de su cara iban cambiando, dolor, placer, lujuria, deseo... Todo se podía ver en su cara... Y en sus ojos... Esos ojos... Amor.

Sentía toda la presión que hacia en mi pene, aprisionado por las paredes de su recto. Una vez estuvo completo sudando marcos se bajo hasta mí, chocando su frente con la mía y estirando sus labios para darme un pico sin dejar escapar mi miembro de su interior.

-Te amo...-

Del placer que estaba sintiendo no podía ni hablar... Y entre gemidos le contesté.

-Yo más.

Marcos lentamente y sosteniéndose de mis hombros comenzó a mover las caderas de arriba hacia abajo como sacando y metiendo mi miembro pero deslizándose sobre mí y no levantándose... Haciéndome estar dentro y fuera de él de una manera muy lenta y placentera...

Tenia los ojos cerrados en dirección hacia mi mientras se mordía los labios moviéndose...

-affff- dejo escapar de ellos.

Yo a su vez respiraba fuertemente mientras de vez en cuando soltaba un fuerte gemido… pequeños gritos, jadeos, que era lo único que se escuchaba cerca de nosotros junto con el sonido de la brisa moviendo las matas.

Poco a poco la velocidad de su movimiento fue aumentando, más de una vez se arrimaba más de la cuenta y mi pene terminaba bajo él pero rápidamente lo tomaba con una mano y lo volvía a dirigir hacia su entrada...

Sentí ese cosquilleo en mis testículos, ese extraño escalofrío que viajaba por cada parte de mi ser hasta llegar allí y sentir como iba subiendo por mi pene hasta ser expulsado todo en el interior de mi Marcos al mismo tiempo que un gruñido escapaba de mi boca, resonando a nuestro alrededor y perdiéndose en el lugar dejándome completamente exhausto y tirado en la grama mientras Marcos seguía entreteniendose con mi pene que se comenzaba a tornar flacido...

Tomé el de él y solo tuve que agitarlo un poco para que unos 4 trallazos salieran disparados seguidos de unas cuantas gotas que se deslizaron por mi mano.

Con unos de mis dedos recorrí toda la línea que uno de sus disparos había dejado y luego lo lleve a mi boca... Introduciendo mi dedo lentamente y chupándolo mientras veía a Marcos mirarme fuera de si. Cayó derrumbando sobre mí con la respiración acelerada, mi pene ya había salido de su interior y ahora estaba chocando con el de él...

-Alucinante... Esto ha sido alucinante...- dijo Marcos con los cabellos de la parte de atrás de su cabeza tapándome la oreja haciéndome unas ligeras cosquillas.

-Sin duda alguna...- Eso había sido alucinante.


-Quiero una foto contigo con este paisaje de fondo- me dijo Andrés luego de haber pasado unos minutos tirados en el monte conmigo encima de él.

-¿Eh?- Le contesté algo extrañado a Andrés...

-Si... Para ponerla de fondo en el celular...-

-Bueno...- le conteste aún extrañado- pero ni modo que así desnudos y llenos de... Este desastre que hice.

-Si, conozco tus corridas, por eso me traje un pañito, buscalo en...

-¿Eh?- Andrés se había callado de repente.

-Déjame lo busco, ve poniéndote el short-

-Ok le respondí-

Busque mi short entre los matorrales, mis zapatos, me los puse y me quede solo con el torso desnudo. Andrés llego con su franela ya puesta y me limpio con el pañito que luego arrojo a la montaña poniéndolo como una bola...

Sacó su teléfono, dejo que me pusiera la franela y me abrazo con la ciudad a nuestra espalda tomo una foto y luego miro a la pantalla de su celular.

-Perfecta... Ahora- dijo volteándome hacia el besándome y sacando otra foto.

-Aún más perfecta...-

Andrés sonriendo y sin dejarme ver la foto guardo su celular en el bolsillo mientras que se quedaba como pensando en algo.

-¿No crees que eso podría traer problemas?

-La paso a la compu y luego la borro, tranquilo... Ahora... Hay algo que quiero preguntarte Marcos...

-¿Que cosa?- Pregunté algo extrañado.

-Te lo he querido preguntar toda la semana…

-¿Qué?

-Es que bueno... Creo que ya se sobreentiende o no sé... Pero es que me gusta estar seguro de las cosas...

-¿Qué!!?- pregunté aun más extrañado moviendo los ojos a los lados y luego mirándolo...

-Es que si tu y yo... No... Asi no- se dijo a si mismo en voz baja- Tú... Tú... ¿Quieres ser mi novio?...- Dijo algo dubitativo poniéndose cabizbajo sacando una cadena con la tira negra y con una pieza de rompecabezas echa con madera con una pequeña A grabada en un borde... El corazón se me aceleró, tenía razón, nunca nos lo habíamos preguntado, quizás se soobreentendía que lo éramos como él decía pero quizás solo lo quería escuchar...

-Por supuesto que si tonto...- dije inclinándome hacia él para que me colocara la cadena mientras sentía mis ojos llenarse de lágrimas.

Andrés sonreía nervioso y hasta se le cayo la cadena y la recogió para después si colocármela...

-Graciaaas- dijo poniendo una sonrisa de oreja a oreja.

-No hay que agradecer- le conteste devolviéndole la sonrisa y estirando la mano para recibir la Cadena con la pieza de rompecabezas que encajaba perfectamente con la de Andrés pero esta con la M de mí nombre tallada. Se la coloqué y luego se levanto mirándome a los ojos con los ojos llorosos...

-Te amo...

-Yo más...

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La próxima semana, llegan los primos de Marcos a casa de sus abuelos, entre ellos Adolfo de quien ya se conoce su orientación sexual… ¿Supondrá eso algún problema para Marcos y Andrés?... Recordemos también el comienzo de este especial… con ellos descubiertos en pleno acto. ¿Quién será que los descubre? ¿Cómo será la reacción de este? ;)

Espero les haya gustado este capítulo, les recuerdo comentar y valorar, que es junto con las lecturas lo que motiva. También gracias a los que me han mandado sus comentarios a mi correo. Nunca pensé que mis relatos podrían llegar de la manera en que lo han hecho para algunos… Eso me hace sentir que estoy haciendo las cosas bien :).

Y mis agradecimientos para quienes han decidido leerse la historia de Juntos por Siempre (incluido Enamorado Solo) completa.

Aprovecho también para decirles que en la parte anterior, los chicos que mencionan del accidente en la autopista, como ya algunos notaron, son parte de la historia de otro de mis relatos “Lágrimas de Sangre”… pueden buscarlo en mi perfil.

Saludos.