Una segunda vez con Alberto -mi hijo-

Sola en mi recamara, todo el día me habia sentido excitada y nerviosa y con la tentación al otro lado, volví a caer en tentación con Alberto, mi hijo.

Me sucedió en una segunda vez con Alberto.

Luego de aquella primera vez pasó mucho tiempo, yo no deseaba para nada volver a repetir la experiencia. Como recuerdan de mi primer relato, me sentí extremadamente mal, busque ayuda profesional, mi psicólogo me ayudo pero no fue suficiente, sentí en él un interés por conocer los detalles, con un mentalidad morbosa, mas que una ayuda, sentí que disfrutaba de lo que le platicaba. Después clamé por ayuda en estas páginas, y la verdad descubrí que existe muchas personas desinteresadas, sus consejos me ayudaron a superar la aflicción en que me encontraba.

Gracias por todos esos buenos consejos, en verdad recibí muchos mensajes de personas con el solo interés de ayudarme, alguien me sugirió que escribiera la historia abundando en detalles. Ahora que anímicamente me siento mejor, pongo mis nalgas en un asiento frente a mi PC con el fin de platicarles al detalle todo cuanto me sucedió en una segunda vez con Alberto.

La necesidad que tuve al principio para escribir la primera parte de mi historia se volvió ahora un gusto, un gusto para mi, y va dirigida a todas esas personas que me apoyaron en mis momentos difíciles, ahora que siento con ánimo a compartirlo.Ojalá les agrade mi segundo relato.

Durante mucho tiempo después de nuestra primera experiencia lo evite, no quería verlo, lo rehuía, procuraba salirme temprano de casa, y por la noche me encerraba en mi cuarto, le pedí a Eduardo mi marido, estuviera en casa, o me invitara a viajar con el.

Eduardo sin conocer el problema, atendió a mi ruego, se quedo en casa durante dos o tres semanas, Yo me sentía extremadamente nerviosa, comencé a beber a diario, pero pronto volví a quedarme sola. Eduardo tuvo necesidad de salir me quedé sola, con mi problema

Cuando me encontraba frente a Alberto, lo notaba nervioso, me miraba como mujer, en un principio cerraba la puerta de mi recamara, después olvidaba hacerlo, me sentía expiada, notaba su mirada sobre mi, aún así, muchas si, muchas veces lo sorprendí mirándome, eso me ponía nerviosa, yo misma me preguntaba ¿Qué me está pasando?.

Paso mucho tiempo, antes de que volviera a repetir. Una noche sola en mi recamara, con esos pensamientos de mujer sensible, me pusieron nerviosa, excitada, deseosa de sexo. mi marido andaba de viaje, tenia 10 días fuera de casa, por la mañana recibí una llamada de Eduardo, diciendo que llegaría ese día, Alberto estuvo insistiendo mucho que deberíamos ir a cenar, que no tuviera temor de salir, siempre lo evité, ese día en la mañana había insistido mucho, me volví a negar, Eduardo dijo que llegaría ese día, así que procure estar temprano en casa, en el día me mantuve muy ocupada, sali con un cliente a comer, para cerrar un negocio.

Miguel, amigo conocido mío pretendía un servicio de mi empresa, me vestí muy coqueta, como siempre me ha gustado, con una falda corta y una blusa escotada, al salir retoque mi maquillaje, cambie mis bragas por una tanga pequeñita, un par de medias y liguero, eso me hacía sentirme segura, linda, agradable.

Miguel siempre me ha pretendido, siempre le gusté, un amigo de hace tiempo y además mi cliente, siempre me miró con deseo, me desea como mujer, aunque yo nunca le he dado el sí, el continúa haciendo su lucha.

Pase un momento agradable, con Miguel, sonriendo, siempre se comporta muy atento, muy agradable, con una sonrisa permanente en su boca, con una platica muy interesante, pero cuando estoy a su lado me desviste con la mirada. A su lado me siento halagada. Cuando lo acompaño mi tanga siempre termina mojadísima, algo tiene que me hace sentir nerviosa, excitada, deseosa, aunque he pensado en darle el sí, algo me detiene

Sin embargo, tuvimos que retirarnos, el tenía un compromiso, y pues no me quedaba mas que ir a mi casa. Pero aun así, me encontraba excitada, deseosa, muy mojada, camino a casa manejando mi camioneta no pude evitar abrir mis piernas y tocarme, acariciar mi puchita, rico, no se que tendría quehacer esa noche solita en mi cama.

Llegue a casa muy cansada, pensé que no tendría problema en conciliar el sueño así que me di un baño, solo me cubri con una minúscula tanguita trasparente al frente, e hilo por atrás entre mis nalgas, complete mi atuendo con una bata ligera, transparente, pensé en Eduardo, no tardaría en llegar, me lo había prometido, con el podría disfrutar y calmar el deseo que me quemaba, desde hacía varios días, esa estaba mas que desesperada, me sentía caliente, deseosa, mi puchita mojada, me palpitaba, los pezones de mis senos estaban erectos. Estaba extremadamente deseosa y caliente.

Había terminado de arreglarme, cuando sonó el teléfono, era Eduardo, disculpándose, no llegaría esa noche, me sentí desconsolada, no se que haría, al acostarme, sentí las sabanas de seda heladas, tome el libro que tenía en mi buró, trate de concentrarme, no lo logre, sin embargo mi desesperación me sacaba de quicio, encendí la televisión, estaba sintonizado en un canal para adultos, pasaban una película de una jovencita con un hombre maduro, el hombre metido entre sus piernas la chupaba, tomé el control y la apague, lejos de tranquilizarme, me sentí mas y mas perturbada.

No me di cuenta la hora en que me quede dormida, cubierta solo con una sabana, no hacia mucho calor pero sudaba copiosamente, ...........comencé a soñar,

En mi sueño, iba al cuarto de Alberto, entre a su recamara y me pare a mitad de su cuarto, la luz de su buró lo iluminaba tendido sobre su cama, destapado, cubierto solo con una trusita muy pequeña, que marcaba su preciosa herramienta, de muchachito.

Me veía parada frente a un espejo mi figura reflejada, la luz de la lámpara se metía entre la bata trasparente reflejando mis piernas, los pezones de mis tetas parados, tras de mi, Alberto, acariciándose la verga, yo permanecía, sin moverme, observándolo

Tome aquella hermosa verga con mis manos, puse mis labios sobre ella, y comencé a mamar sentí su humedad, chupe con gusto, sentí que su glande topaba con mi paladar, cerré mis labios, y lo aprisione con mi boca, Alberto se estremecía.

su falo, cosquilleándolo por debajo con mi lengua, moviendo mi cabeza de arriba abajo, chupándolo como si fuera un caramelo, escuchaba que Alberto gemía.

mamita linda, cuanto me has hecho esperar. Chupas divinamente – me decía

Desperté sobresaltada, sólo era un sueño, me levante nerviosa, no, eso no podía suceder, eso había lo habíamos echo, pero ya no mas. Me levante nerviosa, agitada..

Ahora si me paré frente al espejo, para mirarme la luz detrás de mi, reflejaba mis piernas desnudas, mis caderas se movían, me coloqué de lado, haciendo notar mis senos con sus pezones erectos.

Acaricie mis dos tetas, mi estomago, suavemente, recorrí mis nalgas, metí una mano entre mis piernas, me fui alejando hasta dejarme caer sobre mi cama con las piernas abiertas, sentí mi tanga bien húmeda, introduje un dedo entre mis labios, acaricie mi clítoris erecto,

Mi clítoris ansiaba ser tocado por una mano masculina, lamido por una lengua, chupado restregado por una buena verga entrando y saliendo por mi vagina, mi imaginación voló, para fijarse en esa tranca fabulosa que estaba, en el otro cuarto, bien parada, ansiosa de ser, ser besada, lamida, apretujada. Pero no, de introducirse en mi rajita , pero no, no debía pensar de esa manera, eso había quedado atrás.

Necesitaba tomar algo, tal vez un vaso de leche, y decidí bajar a la cocina por el, al pasar por el cuarto de Alberto escuche el sonido clásico del teclado de su computadora, lo imaginé como acostumbraba, en alguna pagina porno, o platicando con alguna amiga o amigo. también se escuchaba el sonido de la televisión, por los sonidos me imagine en una película porno, o algo así.

Al regresar a mi cuarto, me metí entre las sabanas, trataría de dormir, ya que al día siguiente tenía mucha trabajo en la oficina. Estuve dando de vueltas, y me imaginaba a Alberto acariciándose su pija, me sentía muy inquieta, desesperada, mi tanga estaba mojada, mi clítoris deseando ser tocado, lamido, chupado.

Trate de pensar en otra cosa, recordé el maravilloso momento que pase con Miguel en el restaurante, pero una vez mas sentí su mirada, y sus palabras diciendo lo hermosa que me veía, lo afortunado que era mi marido de tener una mujer como yo. Y mi pubis volvió a mojarse, pase mi mano entre mis piernas, me acaricie, uffffffff, cuantos deseos reprimidos, que desesperación, sudando, mojada, deseando una penetración....

Me levante y encendí mi computadora, me distraería viendo algo en la red, quizá encontraría algún amigo con quien platicar.

hola Mami, buenas noches.

Era Alberto, estaba chateando o viendo una pagina porno como acostumbraba.

Hola hijo, aun no te duermes?

Estoy viendo unas paginas, mamita, deseas verlas conmigo, ven a mi cuarto.

No, cariño, gracias, ya voy a dormirme,

Déjame acompañarte un rato, tu estas sola y sin marido, yo igual solito, vamos a acompañarnos,

No cariño ya me voy a dormir

Hace mucho sucedió, y quisiera repetirlo, fue tan hermoso, ¿Lo recuerdas?

Alberto ya platicamos de eso, y nos quedo muy claro, eso me hace daño a ti y a mi.

No linda, se de tus necesidades, y yo estoy desesperado como tu, deseando repetirlo.

No cariño, de eso nada,

Fue tan hermoso estar en tus brazos como cuando era pequeño, lamer tus tetas, como cuando me alimentabas.

Amor eso quedo ya atrás, no podemos repetirlo.

El insistía en lo mismo,

Fue tan hermoso, tu lo disfrutaste, yo sentí tu cuerpo vibrar cuando te bese, cuando puse mis manos en tus tetas, cuando acaricie tus nalgas mamita.

Lo se cariño, ambos lo disfrutamos, ambos gozamos, pero no podemos seguir.

acaricie tu cuerpo, te lo introduje, sentí como aprisionabas mi verga con tu vagina. acepta, solo una vez mas linda,

no insistas cariño.

Mamita todas las noches cuando estoy solo en mi cuarto recuerdo tus palabras métemelo Alberto, cójete a mama, hazme tuya, cógeme, méteme la verga, siente el calor de mi pucha,

Si Alberto asi sucedió, lo reconozco, pero somos madre e hijo.

Esperaba su respuesta, pero no contesto, en lugar de eso, lo sentí tras de mi, yo había dejado abierta la puerta cuando salí. Y él se aprovecho de eso.

Estas nerviosa mamita, estas excitada. Lo que necesitas es un masaje relajante, porque no me permites dártelo., recuerda, aquel día en el club, te sentiste muy tranquila,

Efectivamente una tarde en el club, le había permitido darme un masaje, un sábado familiar con Alberto, mi marido y yo a una alberca privada, estuvimos jugando, los tres, Alberto me dijo que si deseaba que me diera un masaje, acepte, me tendí boca abajo, él me comenzó a dar masaje sobre mi espalda cuello, espalda, piernas, me sentía nerviosa y algo excitada, pero con la confianza que estaba Eduardo cerré mis ojos, y disfrute del masaje relajante, por toda mi espalda.

Hasta ahí todo bien, hasta que sentí sus dos manos sobre mis nalgas y luego sus dedos entre ellas, bajándolas a mi sexo, en ese momento abrí mis ojos, Eduardo había salido, y Alberto lo aprovecho para meter su manto en mi intimidad.

No, no sigas, noooo -- le dije -- Lalo puede entrar y verte

Mamita es que estas tan deliciosa, exquisita

NO. Alberto detente, no sigas,

No hice nada, me concretaba a reclamarle, a decirle que se detuviera. No se, como interpretar mi actitud, deseos de ser tocada, acariciada, por esas manos que ya había sentido antes. Por esa boca que ya había lamido, chupado, todas las partes de mi cuerpo?.

Eso había sucedido, el domingo anterior , ahora lo tenia ahí, a un lado mío, con su pequeña trusa, mostrando su pene erecto. Yo seguía sentada frente a mi computadora, el se colocó tras de mi acariciando mi espalda., pegando su cuerpo casi desnudo, sentí su verga en mi espalda, no hice ningún movimiento, me concretaba a sentirlo. Su verga se en la delgada tela de su trusa.

Me tomo de una mano, y me invito a levantarme, tomo mi cara con sus manos, y acerco su boca a la mía, sentí la caricia con sus labios, instintivamente abrí mi boca, recibí su lengua, sus manos tocaron mi espalda, como se resbalaba, como iba tocando cada parte de mi cuerpo, sentí sus manos en mis nalgas, y su boca pegarse a mi oido.

Preciosa, sabrosa, cuantas noches pensando en ti, cuantos dias deseando acariciarte, tocarte, sentir los pezones de tus tetas pegadas a mi pecho.

No Alberto no sigas, debemos terminar con esto, soy tu madre.

Lo se cariño, lo se, y te disfruto me gusta estar contigo, tocarte, acariciarte, sentirte y hacerte mía. Tantas noches solo, y tu aquí revolcándote en tu cama llena de deseo, se que tu marido no te llena, se que te hace falta amor,

No Alberto, no sigas.

En ese momento ya no era sueño, era la realidad, correspondí a sus besos, saque mi lengua y la enrede con la de él, mis manos bajaron, lo tome por las nalgas, para juntarlo a mi cuerpo, sentí su herramienta, inmensa parada, erecta, entre mis piernas, entonces se acerco a mi oído.

Bájate cariño, así como estoy parado, bájate.

No conteste, me limite a besar su cuello, puse mis brazos en su espalda, y fui bajándome lentamente besando su cuello, lamiéndolo, tocando sus tetitas, su estomago, hasta quedar hincada, le baje, la trusa, y su pene apareció, frente a mi, mis manos apoyadas en sus nalgas, mis labios tocaron la cabeza de su preciosa verga, le di un beso, él con sus manos me la froto sobre los labios, yo abrí mi boca y la recibí,

Bésalo, lámelo chúpamelo, mamame la verga

No dije nada, me concrete a seguir mamando, lamiendo sus testículos, saque mi lengua, la frote contra la cabeza de su pene. Lo lamí, volví a abrir mi boca, para recibirlo poco a poco, metiéndolo lo mas que podía, me olvide que era mi hijo, sabía que no estaba del todo bien, pero en ese momento lo disfrutaba. disfrutaba al hombre, al macho,

Alberto estaba excitadísimo, eso hizo que tomara mi cabeza entre sus manos y me empujara hacia su verga la introdujo casi toda en mi boca, llegando hasta la garganta, sentí que me ahogaba, que me faltaba aire, me retiré tratando de aclarar mi garganta, tociendo y le reclame muy molesta.

hagggggggg! – exclamé con mucho asco, ya que casi me hace vomitar –

perdon mamita perdóname mi amor, no quise hacer que te ahogaras, fue sin querer – dijo apenado Alberto–

Esta bien, solo no lo vuelvas a hacer por favor

Continué mamando recorrí su cabeza, su tronco, lamiendo sus huevos, me pegue a ellos como una bebe hambrienta, acariciando con mis manos sus testículos suavemente. Después me levante, para besarlo, ardientemente, sus manos hurgaron entre mis nalgas, sus dedos tocaron mi ano, mi cuerpo se estremeció, yo era la hembra, la esclava, y el el macho, el dominante,

Ven cariño, vamos a tu cama, me dijo tomándome de la cintura.

No dije nada, solo me deje llevar, me tendió delicadamente sobre la cama, me miro de la cabeza a los pies,

Que hermosa estás mamita.

No dime nada, me concrete a cerrar mis piernas como queriendo ocular mi intimidad, sus ojos se fijaron en toda mi anatomía.

Sierra los ojos cariño, piérdete en la inmensidad de la lujuria.

Me abandone completamente a su voluntad, ahí tendida sobre mi cama, cubierta solo con mi bata trasparente y mis minúsculas bragas. con mis ojos cerrando sentí sus manos tocar cada una de las partes de mi cuerpo, su aliento, invadió mis piernas, sus labios tocaron mis pies, lamiéndolos,. subiendo lentamente, pasando su lengua por cada parte de mi piel, mis pies, mis rodillas, mis muslos, delicadamente abrió mis piernas haciendo a un lado el pequeño parche de mis bragas se prendió a mi sexo, pasando su lengua a todo lo largo, chupando mi clítoris, estaba en la gloria, yo me estremecía,

Se pego a mi sexo como una compresa, hincado, entre mis piernas deleitando a su madre, con mis manos lo tome de su cabeza, incitándolo a continuar,

Así, siiiiiiiiii,,,, si, cariño, chúpame, , has feliz a mamita, mámala, has que termine muy rico.

Su aliento invadió mi sexo, sus labios tomaron mi clítoris, para luego ir introduciéndose lentamente en mi panochita, se bajó, entre mi concha y mi culito, me abrió las nalgas e introdujo su lengua en esa parte de mi intimidad.

Alberto. Si, sigue, siiii

Fue en ese momento sentí, mi primer orgasmo, fue pequeño, pero sabroso.

Una vez más se fue subiendo, recorriendo con su lengua todo mi cuerpo, acaricio mi pancita, lamió la punta de mis tetas, las tomo con sus manos, abrí mis ojos sentí su caricia prendido de ellas, sus manos acariciaban, estrujaban, se monto en mi, colocando su falo entre mis tetas, con mis manos lo ayude cogiendome de ellas para que me restregara su tranca entre ellas, abrí mi boca para recbir la punta, chupando.

En medio de la cama hicimos mil piruetas, abrazándonos mutuamente, tocándonos, acariciando nuestras nalgas, yo lo hacia a su verga, la lamía, la chupaba, para cambiar a su cuello, a su boca, me volteaba y quedaba montado sobre mi espalda, me acercaba la verga entre las nalgas, se ponía sobre mi me besaba el cuello, me volvía a voltear, para tocarme, besarme, en un momento el quedaba sobre mi, luego era yo quien lo hacia, era una lucha cuerpo a cuerpo.

Ya Alberto estoy desesperada, meteme la verga cojéeme pero ya , por favor

Si, mi reinita, si, todo lo que quieras

Pero se limito a tenderme en la cama comenzó a acariciarme lentamente.

Cierra los ojos reina, abandónate a mis manos,

Si Alberto, si, pero ya, por favor,

Tendidos los dos sobre la cama unimos nuestras bocas en un beso, tome su enorme verga con mis manos abriendo mi puchita, me la acomode y empuje tratando de que entrara. Sentí que se resbalaba hacia adentro, pero el no hacia mucho esfuerzo por sepultármela,

Anda papito, complace a mami, me tienes caliente desesperada,.

Ahora él estaba boca arriba, y yo montada sobre el, puse mi conchita en la punta de su herramienta, me frote contra ella, deleitándome, pasándole la punta de su pija a mi clítoris, el con sus manos recorría mis piernas, mis caderas, mis nalgas, las apretaba y magullaba. Yo me introducía la cabeza, .......solo la cabeza. Un travieso dedo cruzó la frontera de mi tanga y se dirigió directamente a mi ano, comenzó a jugar con el, rozándo suavemente con la punta de su dedo, jugando a querer entrar.

Alberto, sabía como deleitarme, Sentí como empujaba el dedo, dejó de ser un simple juego, ahora con toda la intención de entrar en mi culito, este se resistió por uno momento, pero al final cedió, invadida por su hermosa verga en mi concha, y la grata satisfacción de tener uno, dos tres dedos en mi colita.

ahhhh! Alberto, chiquito lindo, papito,. metemelo, así, así mi rey que rico –

exclamé

Fue en ese momento me deje caer, de un solo golpe, su verga entró completa, mi pucha la recibió, mi vagina la apreto, sentí que su glande tocaba mi útero, me quede estática, pegada abrazada a él, besando su boca, yo estaba bañada en sudor, con su estaca metida en toda mi intimidad. mis tetas pegando en su pecho y su mano entre mis nalgas.

¡ahhhh! Alberto... si papito... métemelo... así que rico – exclamé –

Alberto sonrió, mientras metía su dedo introduciéndolo cada ves mas profundo, hasta que lo tuve todo adentro. ¡uf! Aquello era delicioso, Alberto movía su dedo suavemente, y yo lo sentía en mis entrañas provocándome una deliciosa sensación de lujuria.

Definitivamente Alberto sabía como hacerlo. Movía su dedo dentro de mi, yo sentía como entraba y salía, estaba como desesperada, me aferraba a su espalda, lo impulsaba a que me lo hiciera mas fuerte,

Entonces le pedí algo a Alberto en el momento que yo estaba ensartada sobre él, y yo misma clavándome me tendí sobre su pecho le dije al oido

papito quiero algo de ti.

Dime lo que quieras.

Papito, quiero que me hagas algo.

Claro que si, mamita linda, dime, que quieres.

Deseo que me des tres nalgadas bien fuertes.

De verdad quieres que te nalguee

Si, mi amor, solo tres, pero bien puestas.

Sentí sus manos entre la abertura de mi mano. Tocando mi ano, luego separó un y la puso sobre mis nalgas.

NO, amor , así no, mas fuertes, que me queden ardiendo las nalgas!

Bueno si tu quieres.

Luego me dio otra mas.

--- NO Alberto así no , mas fuerte, tan fuerte como puedas

Fue entonces que casi me salí, dejándome solamente la cabeza en mi pucha..

Ahora, dame lo mas fuete que puedas.

Vi la fuerza con que su mano se estrellaba contra mis nalgas, ahora si, me propino una super nalgada, la piel de mis nalgas sintieron un ardor, se reventaban, me ardió, en ese momento me deje caer de una sola vez, clavándome su verga, la sentí completamente dentro de mi, tocándome el cuello del útero. Apreté mi vagina, me empece, a mover, las manos de Alberto se afianzaron de mis caderas, empujándome con fuerza hacia arriba y hacia abajo.

Así amor, así, otra vez, dame otra.

Una vez mas me salí, solo con la cabeza de la verga, a la entrada, entonces sentí una segunda nalgada, ahora mucho mas fuerte, solo alcance a decir.

Si asiiiiii, asiiiiii, así papito,

. Y me volvi a clavar, completamente en su estaca, apretándosela, y cogiendolo de sus nalgas para dejarlo adentro. sintiendo como me llenaba.

La ultima, por favor la ultima,

Le dije saliéndome una vez mas, cerrando los ojos, para recibir el ultimo suplicio, Fue ahora que me la dio mas fuerte, me clave de una sola vez todaaaaaaaaaaaaa lo abrace, me salieron lagrimas, me ardían las nalgas, pero me sentía totalmente invadida por la verga, me aferre a sus labios, lo mordí, le clave las uñas, y nos besamos ardientemente

yo gritaba de placer, mi cuerpo se puso rígido, me llego un orgasmo, estaba empapada, lloraba de dolor y de placer, Alberto metió toda su verga dentro de mi,

Papito, grite, papito, no pares, sigue, machucame, cojéeme, termina de matarme

Yo me movía desesperadamente, quería que me sacara otro orgasmo, el continuó. Sin sacarme la verga me volteo, quedando yo boca arriba y el entre mis piernas, metiendola, sacándola, puso mis piernas sobre sus hombros, logrando una introducción muy profunda, le sentía su inmensa verga, sentía su invasión en mi delicada partecita.

Uffffff papito así, cogete a tu madre,

Si, claro que te disfruto, comete mi verga, exprímeme, voy a llenarte de mi semen.

Hazlo papito, cogete a esta puta, cogela, machucala.

En ese momento senti la rigidez de su cuerpo, se derramo, se vino en una grandiosa corrida, y yo junto con él, en el orgasmo mas fuerte que me había sacado, grite, con mis, le dije, cosas,

Así papito, así, compláceme, compláceme, córrete dentro de mi, lléname de tu semen.

Lo abrace, lo bese, lo retuve con mis piernas cruzadas sobre su espalda, sin permitir que se saliera, continuamos moviéndonos, disminuyendo poco a poco nuestro ritmo, hasta que por último quede empalada con la verga de Alberto toda dentro de mi.

Así en esa posición sin moverme abrazándolo con mis piernas, y con mis brazos, llore de felicidad, por fin al fin. Estuvimos acariciándonos yo lloraba de dicha, lo besaba, le alisando su pelo, también el me acariciaba mi pelo, me besaba con besos cariñosos.

Mamita, gracias, que felicidad, que dichoso me hiciste.

Gracias a ti mi rey, por tanta dicha.

Así estuve clavada por un tiempo, poco a poco nos fuimos relajando, besándonos, acariciándonos, diciéndonos palabras dulces, diferentes a las que utilizamos en lo álgido de nuestro coito.

....Como se mantuvo firme desde el principio hasta el fin, ahora, poco a poco se le fue bajando la verga a Alberto, hasta que se me salió.

Definitivamente fue hermoso, fue una introducción fabulosa, superior a otras, como no había tenido en mucho tiempo. La disfrute, fue el primero de otro encuentro que tuvimos mas noche.

Quizá en otra ocasión narre lo que paso en el segundo coito de la noche con Alberto, aunque tengo pensado escribir mi historia con el padre de Alberto, el primero en mi vida

Les agradeceré sus comentarios a la siguiente dirección victoriacien@hotmail.com

Por favor no escribir a vic_to_ria@hotmail.com ya una tipa o tipo me la robo y ahora contesta como si fuera yo..