Una segunda oportunidad para amar! (6)

Aquel psicópata enfermo solo pensaba en dominar, en lograr sus más lujuriosos pensamientos con aquella bella dama que lo desprecio. De un solo intento la agarro por el camisón y se lo arranco de un solo tiro, dejándole sus bellos senos al aire, ella de inmediato trato de taparse y tiro mil patadas tratando de quitárselo de encima. De repente su olor le provoco un horrible malestar, casi no logro contener las ganas de vomitar.

Una segunda oportunidad para amar…Capítulo #6

Mientras en la casa de Leonardo, Susana dormía tranquila, ajena a lo que el destino le aguardaba. Ese día Mercedes había solicitado su día libre, y prácticamente todos los chicos de la hacienda estaban llevando un ganado a otras áreas cosa muy normal en las haciendas de ganado. Un individuo vestido de negro por completo estudiaba el lugar, espero con gran paciencia viendo como el señor de la casa partía, luego de haber dialogado con sus hombres de la hacienda en lo que parecía ser unas instrucciones concisas. Así que desde el lugar donde observaba pudo ver como el grupo de empleados de la hacienda partían y también el dueño de la propiedad, quien sin duda debía ser el marido de aquella hermosa joven que lo desprecio de una manera directa.

El no se olvidaba de aquel día cuando al entrar ella en su lavandería, no pudo dejar de observar lo hermosa que era ella, la chica de una piel dorada parecía pasar mucho tiempo tomando el sol, tenia unos grandes ojos verdes, tan verdes como la más hermosa esmeralda, aquellos que miraban fijo y de forma directa. No era delgada, más bien era voluptuosa de anchas caderas y hermosas piernas largas, tenia una hermosa cabellera negra del más oscuro

color

azabache parecía una Diosa India con excepción de aquellos bellos ojos verdes. Ella entro al

local

para dejar un traje de fiesta, y él no lograba desviar su mirada lasciva, entrando de inmediato en su plan de conquistador.

--"Belleza, que grato fue Dios conmigo, al permitirme contemplar tan bella criatura."—le dijo labioso como siempre, cosa que por lo general atraía a muchas mujeres --"Buenos días caballero, vengo a que le den un servicio completo a este vestido"—dijo ella ignorando su tonto comentario, el cual le pareció tan desagradable como el tipo mismo. --"Bien su nombre es, -- el tipo pensó que debía obtener su información primero, ya que ella no fue receptiva a sus acostumbrados piropeos. Ella acostumbrada a que en estos lugares de entrega tenía que dar la información lo hizo, pero a regañadientes, pero al momento de dar el nombre dio el de Leonardo, quizás pensando que al hacerlo el tipo entendería que ella era casada y no andaba buscando aventuras. El pensó listo, ya te tengo, ya se donde vives, ahora no más desplantes y en su mente enferma ya maquinaba lo que le haría. Aquella no sería la primera en resistir sus galanteos, pero ninguna anterior había logrado que él no se saliera con la suya de todas formas, y luego de darse un buen gustazo, las mato por perras. --"Belleza, todo esta perfecto, cuando necesitas la entrega? Algún otro servicio que necesite la señorita?" – le pregunto, con obvio doble sentido a la vez que sus ojos miraban directo a su escote sin ningún reparo. Ella prontamente le dio una fecha y salio de inmediato buscando alejarse de un ser tan endiabladamente malévolo. No pudo dejar de sentir, como él no despego su vista de ella, de su sinuoso caminar, del ritmo que adquirían sus caderas de una manera por completo natural. Jamás imaginaría ella lo que la mente de aquel depravado andaba maquinando en su enfermo interior.

Y fue así, como una gran coincidencia, que no imaginaría ni el más maquiavélico escritor, el mismo día, que Leonardo iba a apresar aquel personaje tan vil, que sólo obtenía placer de violar, sodomizar y luego matar indefensas mujeres, que éste llego hasta su casa. Aquel mismo abominable ser, tan matemáticamente exacto a la hora de cometer sus crímenes, tan innegablemente astuto en su cacería de mujeres, se había sentido menospreciado y herido en su estúpido orgullo propio cuando aquella hermosa dama lo desprecio, ignorando claramente sus galanteos. Ese mismo día se juro que aquella hermosa mujer tendría que ser suya, que la haría pagar bien caro su desprecio.

Sigilosamente entro a la propiedad buscando el acojo de los enormes árboles, los mismos que brindaban completa protección, veloz llego hasta el balcón y saltando ágil subió logrando acceso de una manera por completo imperceptible. Muy suave tanteo hasta encontrar una puerta abierta, entrando de inmediato. Ya dentro observo el lugar, buscando pero estaba seguro que la belleza estaba por completo sola, y a su entera merced. Así que muy suave comenzó a subir escalones. Muy suave, pues la sorpresa sería su mejor aliada y esto era algo que él jamás desaprovechaba. Al llegar al piso superior vio una puerta entreabierta, vio una hermosa coqueta con espejos enormes, por los mismos pudo ver a su victima en un profundo sueño, ahí en la entrada de la habitación se dedico a observarla. Con los movimiento de la noche

o

de un inquieto sueño, la sabana se había rodado dejándole a el una vista exquisita de sus largas piernas, y el comienzo de sus bien torneadas nalgas. Con aquel deseo completamente perverso, él se daba gusto mirándola recostada en su cama, tan ajena a todo. Mojaba sus labios una y otra vez deleitándose de antemano en lo que le haría. Ya no aguantando más sus instintos, cerró la puerta y entro dirigiéndose a ella.

Sin más la agarro de las piernas y la jalo de un solo tiro. Susana sintió un violento tirar de ella y despertó por completo anonadada. --"Que pasa? – pregunto cuando al abrir los ojos vio aquel completo desconocido, de inmediato sintió una manos recorriendo su cuerpo, tocándola toda sin contemplaciones, y se enfrasco en una lucha con aquel desconocido, sin poder pensar en nada que no fuera escapar de aquella horrible situación.

Mientras él, aquel psicópata enfermo solo pensaba en dominar, en lograr sus más lujuriosos pensamientos con aquella bella dama que lo desprecio. De un solo intento la agarro por el camisón y se lo arranco de un solo tiro, dejándole sus bellos senos al aire, ella de inmediato trato de taparse y tiro mil patadas tratando de quitárselo de encima. De repente su olor le provoco un horrible malestar, casi no logro contener las ganas de vomitar. Mientras que él le besuqueaba todo el rostro, se posesionaba de su boca de la manera más ruin, sus manos la estrujaban una y otra vez, mientras que Susana en vano trataba de escapar, de repente ella alzo una pierna y logro darle una patada por donde más le duele a un hombre, dejándolo completamente sin aire cayo de lado, ahí ella aprovecho y corrió buscando la puerta para huir de tan terrible pesadilla. Al poner la mano en la puerta, sintió como el la atrapo nuevamente, ella no pudo evitar ya el llanto. –"Suéltame, por favor, por favor no me hagas daño."—imploraba a las vez que seguía peleando intentando escapar, y fue aquí que el le dio un puño sólido en el estomago que la tiro al piso sin más, no podía respirar, --"Ahh aggg"—balbuceaba Susana en el piso.

--"Vistes belleza, te lo quise dar a las buenas y no quisiste pues ahora lo tendrás a las malas. No te preocupes pues esto no lo olvidaras jamás te lo aseguro." – le decía a la vez que agarrándola por la cintura la tiro en la cama. Ahí en esa cama donde ella había conocido el amor, donde fue tan feliz tantas veces, ahí aquel ser depravado y asqueroso la tomo, la poseyó de una manera que no le dejo un ápice de dignidad, no solo tomo su cuerpo, sino que intento destruir su alma. No hubo gritos, llantos, ni forcejeos que la ayudaran. Ella sintió que había llegado al mismo infierno, cuando ya no soportaba más aquella terrible agonía se desmayo. Aun así aquel perverso hombre no la dejo, la violo una y otra vez… y cuando sacio sus oscuros instintos, se tiro junto a ella a esperar que despertara, pues aún en su mente enferma, quería seguir su castigo contra ella, pues no olvidaba como lo desprecio.

Después de un rato, él ya recuperando energías nuevamente la jalo, intentando levantarla quería verla sufrir, aún su ego estaba lastimado, --"Pobre infeliz, quiero que sufras, quiero verte suplicándome si pero suplicándome más vamos, vamos nena suplícame que te tome, vamos!" – al decir esto la jamaqueaba una y otra vez, sus manos nuevamente recorriendo su cuerpo.

--"Susana, Susana, Susana donde estas?" – oyó una voz de repente entrar en la propiedad y sin pensar un segundo saco un enorme puñal que al verlo ella no pudo evitar un espeluznante grito. " Nooooooooooooooooooo, Leonardo, "- grito ella y no pudo gritar más, pues aquel ser tan despreciable le arrebato la vida sin pensarlo y de un solo tajo. La puerta se abrió de inmediato y entro Leonardo seguido por varios compañeros que le pisaban los talones. Leonardo no podía dar fe a lo que sus ojos veían su bella Susana, toda llena de sangre en el medio de la cama, yacía desnuda, sin vida.