Una segunda oportunidad para amar! (5)

Había una foto que se notaba fue tomada sin que la persona lo supiera. Las poses, no eran poses de conciencia de saber que te fotografían, Leonardo quedo muy pálido a ver quien era ella, algo que traía en su mano cayo al suelo estrepitosamente y sus compañeros se voltearon a él, “Dios no puede ser, señor no permitas que sea verdad.”

Una segunda oportunidad para amar… capítulo #5

Ella quedo temblorosa, no sabía si era por lo débil que aún se encontraba, o por algo que no sabría describir, pero que cada vez surgía con fuerza dentro de ella cuando él se acercaba, cuando sus miradas se encontraban, cuando él con tanta ternura le hablaba o quizás la acariciaba. "Bueno si somos novios no es raro que sienta cosas por él" –pensó para si. Mercedes a su alrededor vivaracha la distrajo con su alegre conversación, Rebeca apenas se dio cuenta que en un santiamén, Mercedes la había ayudado a bañarse y a cambiarse de ropa sin más ella estaba recostada en su cama, "Su cama? ‘Pero que rico se siente—pensó ella, ‘Terminaré acostumbrándome muy pronto, - al pensar esto recordó a Leonardo, su rostro, su mirada penetrante, la cual sentía cavando profundo dentro de ella, si bien no era el típico hombre guapo, era increíblemente varonil, su voz grave parecía una caricia… Rebeca no pudo evitar pensar que se sentiría teniéndolo murmurándole palabras de amor al oído, y al pensar esto se sonrojo. Mientras Leonardo en su estudio, buscaba la agenda donde tenía importantes contactos de sus viejos tiempos, la misma que había pensado ya no tener que usar jamás. Reviso varios cajones hasta que la encontró y no pudo evitar al recorrerla, recordar las mil aventuras y experiencias que vivió siendo un agente secreto. Aquellas mismas que un día, le arrancaron lo que más amaba en la vida, y por lo que juro que no permitiría que eso ocurriera nunca más. Al cerrar un momento los ojos recordó el día que la asesinaron. El estaba trabajando en una importante misión, había logrado dar con un sujeto que llevaban años tras su pista. Un tipo asqueroso que violaba y mataba sin consideración ninguna. Cuando Leonardo fue asignado al caso al ver tantas mujeres violadas y muertas por este sujeto, juro que lo conseguiría y que lo encarcelaría. Leonardo después de mucho tiempo tras de él, de haber trabajado hasta haber perdido la cuenta de las horas, de haber perdido mil horas de sueño, de recorrer las escenas del crimen una y mil veces hasta ya saberlas de memoria, después de extensas horas de puerta en puerta buscando el más mínimo detalle que lo llevara hasta el asesino, lo descubrió. El maniaco asesino trabajaba en un puesto de lavandería y planchado con entregas a domicilio, y fue en el puesto donde tuvo acceso a las direcciones de sus victimas. Al atenderlas día a día, escogía quien sería su próxima victima, estudiándolas con gran detenimiento, analizándolas, haciéndose pasar por un el gran conquistador ellas terminaban siempre dándole la información que él necesitaba para determinar quien era la presa más fácil. Tontas mujeres, que desconociendo el peligro en el que se ponen, muchas veces al dan información muy personal a cualquier completo desconocido y de esta manera se convierten en presas fáciles. Por un momento revivió la terrible verdad, el pasado se dijo presente y le recordó el día que salio junto con un grupo especial, ya con toda la evidencia necesaria para poder detenerlo sin ningún problema. Durante el tiempo que lo estuvieron estudiando aprendieron que el asesino nunca abandonaba su residencia hasta las 10:00am pues entraba a sus labores en el trabajo a las 11:00am, con esta información el grupo partió a las 9:00 a.m. No se sorprendieron al entrar al apartamento y encontrar fotos de las mujeres, de cada una de las que asesino, todas sonriéndole a la cámara, lo que si les causo sorpresa fue el hecho de que no estuviera en el apartamento. Al revisar las fotos vieron que a excepción de una todas sonreían, había una foto que se notaba fue tomada sin que la persona lo supiera. Las poses, no eran poses de conciencia de saber que te fotografían, Leonardo quedo muy pálido a ver quien era ella, algo que traía en su mano cayo al suelo estrepitosamente y sus compañeros se voltearon a él, "Dios no puede ser, señor no permitas que sea verdad." – y diciendo esto corrió con el móvil en mano marcando su número, el jefe del grupo al ver la escena indico todos al la residencia de Leonardo, con el radio en mano dio un llamado de enviar apoyo a la dirección de su mejor hombre.

*Llegara Leonardo a tiempo de salvar a su esposa de morir a manos de tan terrible psícopata?