Una segunda oportunidad para amar! (15)

. Aquel incendio fue planificado, fue preparado con alguna mano maquiavélica, y de inmediato Leonardo supo que Rebeca estaba en un grave peligro. Corrió como si su vida dependiera de ello, saltando en el jeep, partió chillando sus neumáticos en una veloz carrera. “Señor no permitas que pase por segunda vez, por favor Dios permíteme llegar a tiempo. Que tonto fui, como no lo sospeche.” Turbios pensamientos atormentaban a Leonardo, quien sintiendo un gran dolor en su pecho, recordó una vez más la trágica muerte de su esposa Susana. “Señor si me distes esta segunda oportunidad para amar, por favor no me la arrebates.” – oraba, mientras iba lo más velozmente que aquel todo camino le permitía, en una carrera desenfrenada.

Capítulo #15 Una segunda oportunidad para amar

Mientras, Nicanor se reía, burlándose de sus intentos por escapar, subió hasta llegar a los dormitorios, abriendo la primera puerta que encontró de una patada. Con ella en brazos entro en la habitación tirándola en la cama. --"Quien es usted? Que quiere, por favor dígame que desea, se lo daremos, Leonardo esta por llegar y le dará lo que Usted desee." – Rebeca le hablaba a duras penas, conteniendo el terror que le embargaba. --"Vamos chiquita, quiero pasar un buen rato, vamos que disfrutaremos lo que no me distes antes." – le dijo Nicanor a la vez que se le acercaba a Rebeca. --"Antes? Antes cuando, quien es usted?" –preguntaba ella, buscando de alguna manera distraerlo de su intención primordial. --"Que pasa nenita, no te acuerdas de mi? -- la miraba con curiosidad. "No te acuerdas lo que vivimos juntos? Cuantas veces entre mis brazos pedías más? – le dijo reconociendo que ella parecía sufrir amnesia. "Que rayos, ven acerca tú hermoso cuerpo a mi, y deja la tontería, ya no quiero hablar! – diciéndole esto la agarro fuerte, una mano en la cintura acercándola tanto a él que ella podía sentir su respiración en su cuello, la otra mano comenzaba una vez más a recorrer su cuerpo. De repente todo se aclaro en su mente, todos los recuerdos llegaron a ella como un gran golpe. Ella vio mil imágenes, específicamente desde que conoció a Nicanor, pero sobretodo, aquella horrible escena cuando vio como él golpeaba a la joven quien estaba toda llena de sangre la última vez que Rebeca la vio. Era claro que aquella joven necesitaba ayuda, y Nicanor no estaba precisamente ayudándola sino todo lo contrario. Ya con todo claro en su mente Rebeca sabía que debería luchar si quería salir con vida de eso. Mientras, Leonardo llegaba al área del incendio, buscando heridos en los inmediatos, observo bien todo el sitio y pronto se dio cuenta de algo. Aquel incendio fue planificado, fue preparado con alguna mano maquiavélica, y de inmediato Leonardo supo que Rebeca estaba en un grave peligro. Corrió como si su vida dependiera de ello, saltando en el jeep, partió chillando sus neumáticos en una veloz carrera. "Señor no permitas que pase por segunda vez, por favor Dios permíteme llegar a tiempo. Que tonto fui, como no lo sospeche." Turbios pensamientos atormentaban a Leonardo, quien sintiendo un gran dolor en su pecho, recordó una vez más la trágica muerte de su esposa Susana. "Señor si me distes esta segunda oportunidad para amar, por favor no me la arrebates." – oraba, mientras iba lo más velozmente que aquel todo camino le permitía, en una carrera desenfrenada. Nicanor luchaba intensamente con Rebeca, pues esta fiera como una leona luchaba aunque sabía que no tenía muchas oportunidades frente aquel ser tan malvado. "Leonardo por favor, regresa, Leonardo te necesito" – pensaba mientras seguía en una batalla contra Nicanor, quien luchaba por dominarla. "Ahhh, dejáme"--gritando logro asestarle una patada justo en sus testículos, pegando Nicanor un grito: "Ahhh mujerzuela de los mil demonios, vas a pagar por esto,"-- mientras encogido sobre si aullaba con profundo dolor. Rebeca corrió pasando muy cerca de él y fue aquí que Nicanor le echo mano, pero ella rápida se volteo y le dio un terrible puntapié en la espinilla derecha de Nicanor. "Ahhh aggg mujerzuela del demonio ahhhh, vuelve, vuelve ya veras." – gritaba desenfrenado Nicanor, mientras Rebeca ya había abierto la puerta y corría escalera abajo. Viendo como aquella presa, lo había burlado Nicanor se sintió encolerizado, y como un desquiciado se olvido del dolor y corrió tras de su presa. Rebeca sintiendo que él recuperaba el terreno ganado por ella intento correr más fuerte, pero se enredo con sus tacones y cayo. Ella cayendo al suelo, Nicanor llegando hasta ella, se arrodillo y le pego sin ninguna misericordia en el rostro, agarrándole las manos fuertemente, comenzaba a dominarla, con las rodillas le separo las piernas y Rebeca no pudo evitar un gran grito aterrorizada: "Noooooooooo, Nooooooo." --a la vez que trataba de hacer algo, de evitar lo inevitable. "Leonardo, Leonardooooo, ayúdame." -- gritaba ya casi sin fuerzas, viendo como Nicanor ganaba esta batalla, sintiéndose terriblemente asustada, llena de un inmenso pavor, del pánico que sacude tú ser y no te deja reaccionar. Nicanor besándola toda, lamiéndola de una manera asquerosa, intentando terminar con aquello que no solo buscaba violentar su cuerpo, sino que perseguía también quebrantar su espíritu, cuando ya parecía completamente inevitable, y Rebeca casi sentía desfallecer, en ese mismo momento que pensó en Leonardo por última vez, de repente sintió una sensación de liberación, ya no estaba presionada por aquel cuerpo que la ofendía. Ella abrió los ojos y vio a Leonardo enfrascarse en una lucha cuerpo a cuerpo con Nicanor. Leonardo lo había agarrado por el cuello, de un solo jalón se lo quito de encima y peleaban como dos leones enfurecidos que marcaban su territorio, que señalaban cual es su hembra y de nadie más.