Una segunda oportunidad para amar! (13)

“Yo no soy tú prometido, -- al decir esto ella abrió los ojos enormemente, “Queeee?” “Rebeca, dame la oportunidad de explicarme, me lo prometiste, si? Mira el día del accidente, fue la primera vez que te ví, ese día al verte toda ensangrentada, entre la vida y la muerte supe por cierto que no podía dejarte a tú suerte.

Capítulo #13 Una segunda oportunidad

Mercedes y Rebeca iban charlando amenas, ajenas a todo lo que pasaba, al gran peligro que las rondaba. Pronto llegaron a la hacienda y tomaron la vereda que las llevaba hasta la propiedad. Leonardo esta fuera aguardándolas con gran impaciencia. No bien estacionaron el automovil, se acerco a ellas de inmediato. --"Mercedes, Rebeca están bien? – al observar que todo estaba en orden siguió ya dando rienda suelta a todo el nerviosismo que había acumulado al no saber si estaban bien o no. "Mercedes como se te ocurrió irte sin decirme nada, no sabes el riesgo que corrían, no puedo creer esto. Un poco más y me provocan un infarto." – al decir esto, dio dos pasos y agarro a Rebeca y la abrazo muy fuerte. Rebeca no entendía el porque de esta situación, el porque de esta escena de parte de Leonardo. Rodeada entre los brazos de Leonardo, ella de pronto tuvo otra visión, otro recuerdo asalto su mente. Leonardo de inmediato noto que algo le ocurría, "Rebeca, que pasa, Rebeca dime que te pasa, es acaso otra visión, un recuerdo?" – el la guió hasta un lugar de descanso, donde ella se pudo sentar, pues cada vez que llegaba a ella un recuerdo, no podía dejar de temblar. --"Dios, Dios noooo!!!, Leonardo nooo!, no puede ser, la va a matar, esa chica, esa pobre chica esta toda llena de sangre, él, ese hombre vestido de negro la esta lastimando, ella no logra escarpar… Leonardo por favor ayúdenla." --Rebeca no pudo evitar el llanto, los temblores sacudían su ser, la tristeza tan honda de que provocaba la impotencia de no poder hacer nada. Leonardo la abrazo muy fuerte, "Ya, ya mi niña, todo paso, Rebeca ya todo paso, tranquila si? Es el pasado mi ángel, yaaaa, no es más que un recuerdo es todo." – poco a poco la voz de él la iba aquietando. "Hay algo de lo que debemos hablar, Rebeca es sumamente importante para nosotros." –al decir esto, miro a Mercedes pidiéndole con la vista que los dejara a solas. "Vamos, vayamos a nuestro sitio especial," – y tomándola de la mano fueron a su rinconcito de amor. Ahí, en aquel bello espacio que se había convertido en su Rincón de Amor, él podría sacar las fuerzas para contarle la verdad. Ella debía enterarse y debía ser él quien se lo contara todo. --"Rebeca, quiero contarte algo que es muy importante para nosotros, algo que podría alterar en gran manera esto tan bello que tenemos y que vivimos día a día." –al decir esto él le busco la mirada, a la vez que le tomaba las manos. Rebeca de pronto sintió que algo terrible iba a pasar, y la angustia asomo a sus ojos. "Mi niña, mi bello ángel que has venido a traer alegría, a traer emociones, a recordarme que estoy vivo, quiero que sepas, quiero que no te queden dudas Rebeca es muy importante, Te amo, de veras, Rebeca te quiero y creo que te quiero desde el momento mismo en que mis ojos se posaron en ti. Quizás suene cursi, la verdad no me imagine nunca decirle esto a una mujer, pero es mi gran verdad, TE AMO." –al decir esto no pudo resistir su mirada y bajando la cabeza busco sus labios, aquellos labios que ya el conocía tan bien, aquella boca en la que el se podía sumergir una y otra vez, aquel manantial en el que Leonardo buscaba calmar su sed. Rebeca no pudo contener la emoción, le dijo que la amaba, y la besaba de nuevo transportándola una vez más al cielo, como solo él había logrado. Sus brazos la abrazaban, y su abrazo le decía "Aquí estoy, eres mía y yo soy tuyo, te amo y me amas y es todo lo que debe importar" –su abrazo, encerraba mil promesas de un futuro lleno de amor, de cariño de solo cosas buenas. --"Rebeca, --dijo Leonardo, con algo de renuencia, pues a conciencia entendía que lo que estaba por decirle podría destruir lo que ellos tenían, aquel hermoso sentimiento que él después de haberlo descubierto no quería perder. "Rebeca, hay algo que debo confesarte, y quiero pedirte por favor, que antes de juzgarme, me escuches. Podrías prometerme tratar de hacerlo?" –al decirle esto la miro, suplicándole con los ojos que lo entendiera. "Yo no soy tú prometido, -- al decir esto ella abrió los ojos enormemente, "Queeee?" "Rebeca, dame la oportunidad de explicarme, me lo prometiste, si? Mira el día del accidente, fue la primera vez que te ví, ese día al verte toda ensangrentada, entre la vida y la muerte supe por cierto que no podía dejarte a tú suerte. Algo más fuerte que yo, me obligo a permanecer a tú lado. Ya en el hospital me confundieron con algún familiar tuyo, y como ví que ninguno aparecía preferí mentir, que dejarte sola. Rebeca tienes que disculparme, pero no podía dar la vuelta y seguir sabiéndote tan enferma y tan sola. Así que cuando se presento la oportunidad dije que eras mi prometida, y al darte de alta te traje a mi hacienda. Ahora te juro con la mano en el corazón que poco a poco según te fui conociendo, dentro de mí fue creciendo ese sentimiento. Nunca quise aprovecharme de ti, y si piensas bien, tuve la oportunidad de tomar, lo que con amor (creo) me ofrecías, más no lo hice. Y la razón de no hacerlo fue precisamente el amarte, y el hecho de querer que supieras la verdad antes de nada más. –Rebeca no sabía ni que pensar, estaba como anonadada, él no era su prometido… el hombre del que estaba perdidamente enamorada no era su prometido --"Porque me trajiste a tú hacienda, Leonardo?" –pregunto con voz tenue. --"La verdad, porque me partía el corazón dejarte sola, sabiendo que no había ningún familiar tuyo a tú lado. Y no me arrepiento, Rebeca ni tampoco me arrepentiré de lo que compartimos, es más tengo que ser honesto contigo. Rebeca quiero agradecerte el hecho de que haz traído la luz a mi vida, cuando me encontraba envuelto en las tinieblas, cuando estaba perdido en la total oscuridad. Te amo, y ahora quisiera pedirte que seas mi prometida. Leonardo la miro, intentando transmitirle lo que sentía por ella, aquel amor que nació de la nada, que germino y se fortaleció hasta convertirse en este amor profundo que él sentía por ella. Este amor, que no era el solo hecho de cómo despertaba en él aquel volcán que llego a pensar dormido para siempre, pero que también era deseos de protegerla, de cuidarla, de mimarla de complacer hasta los más pequeños deseos de esta chica tan especial que un día llego a su vida. Rebeca estaba sorprendida, pero emocionada a la vez, sorprendida con todo lo que él le dijo, pero emocionada porque aún así contra viento y marea el amor nació entre ellos, y no pudo dejar de sonreír feliz. --"Leonardo, de verás me amas, aún sin conocerme? Estas seguro que no es otro arranque protector del cual luego te arrepentirás? – le pregunto, asaltándola de repente las dudas.