Una segunda oportunidad para amar! (10)

Leonardo ya no pudo mantenerse quieto, sentía la sangre corriendo por sus venas… Sus labios se apoderaron de los de ella, sus brazos la rodearon acercándola tanto a sí, que parecían ser uno solo. Ella también lo abrazo, sus manos sintieron su ancha espalda, la espalda de un hombre fuerte, y trabajador.

Capítulo #10 Una segunda oportunidad para amar

Leonardo ya no pudo mantenerse quieto, sentía la sangre corriendo por sus venas… Sus labios se apoderaron de los de ella, sus brazos la rodearon acercándola tanto a sí, que parecían ser uno solo. Ella también lo abrazo, sus manos sintieron su ancha espalda, la espalda de un hombre fuerte, y trabajador. Las manos de Leonardo enredadas en su cabellera, acercaban su boca más a la de él. Aquello era increíble, ella no entendía, solo sentía y aquello que vivía junto a Leonardo era hermoso, era delicioso, era el cielo. Leonardo la llevaba hasta el cielo con solo tocarla, y besarla. El por su parte sentía que una fiebre lo hacía su presa, y ya no era responsable. Aquella chiquita, aquel hermoso ángel enviado por Dios, le devolvía la vida. Ella se entregaba a él, con aquella dulce frescura como solo sabe hacerlo quien se entrega de corazón, quien ofrece lo mejor de si, aquel que se entrega por completo y brinda su corazón. Unos pasos se escuchaban a lo lejos, y el suave cantar de Mercedes comenzó a acercarse, Leonardo supo que ella les estaba brindando la oportunidad de que la vieran llegar, así que muy pronto él separo a Rebeca y haciéndole una señal le mostró a Mercedes. Rebeca se sentó pues las piernas le temblaban, aquello que acababan de compartir fue intenso. Leonardo dio varios pasos hacia Mercedes para gentilmente ayudarla por las escaleras. --"Le traje una limonada, Rebeca, pues pensé que quizás estaría sedienta…" – al decir esto la miro al rostro, viendo como se sonrojaba, lo que sin lugar a dudas le indicaba lo que acababa de interrumpir. "Es que sentí que hacía mucho calor, y me dije, creo que es un buen momento para llevar algo refrescante." – diciendo esto miro a Leonardo, quien la observaba divertido. "Si necesitan algo más, se lo puedo traer de inmediato." –se ofreció Mercedes. --"No, Mercedes ya es suficiente con la limonada, esta rica, estamos bien."—desde donde estaba sentado él observaba a Rebeca, estaba hermosa, ya sabía que ella era muy linda, lo vio desde el principio, aún cuando estuvo ensangrentada. Pero hoy, estaba espectacular, tan hermosa que le entraban ganas de tomarla entre sus brazos, y llenarla una vez más de besos. Mercedes con un gesto se marcho dejándolos nuevamente a solas. --"Rebeca como te has sentido en el día de hoy." – le pregunto tratando de hacer conversación, y romper aquel silencio. La miro al hablar, y una vez más sintió intensos deseos de besarla recorriéndole. Ella a su vez, levanto su mirada hacia él, quien al hablarle se le había aproximado, y estaba justo ante ella. --"La verdad me voy sintiendo mejor, los cuidados de Mercedes, las horas de sueño, y la deliciosa brisa del campo me han hecho mucho bien. Me siento mejor y poco a poco las fuerzas vuelven. Lo único que me desespera un poco es esta sensación, el no saber claramente como son las cosas. A veces me pongo a pensar y ni tan siquiera recuerdo… -- al decir esto se sonrojo un poco "no recuerdo nada, entre nosotros, como era todo." Leonardo no quería seguir con las mentiras, pero hasta llegar al fondo de su situación y solo por protegerla debía seguir. Así que de la manera más natural le contesto: "Supe que debía cuidarte desde el instante en que pose mis ojos sobre ti, desde el primer momento en que nuestras miradas se cruzaron, me dije: "Leonardo esta hermosa chica necesita cuidados y quien mejor que tú para brindárselos." Al decir esto la observo, lo dijo tan casualmente que nadie hubiera dudado que aquello fuese verdad y pensando para si mismo se dijo, que realmente así fue.