Una rica mañana
Un amigo de mi esposo junto a uno de sus amigos se reúnen conmigo en un hotel
Una noche después de cenar estaba pláticando con mi amado esposo Arturo, estabamos pláticando sobre la compra de un carro para cambiar uno de los que teníamos, mi esposo quería algo de lujo y yo quería algo sencillo.
Yo me imaginaba yendo a la agencia, donde un vendedor guapo quisiera negociar el precio del carro, pidiéndome que le diera las nalgas para hacer un buen descuento y yo como buena puta lograba un descuento mayor al pactado con aquel macho.
Estaba en mis pensamientos cuando Arturo me dijo que como yo no sabía de carros, sería él quien se encargara de la compra del carro. Me quede caliente por mis pensamientos.
Al siguiente día por la noche, teníamos una fiesta en casa de uno de sus amigos, quien se llama Jaime.
Jaime representaba un amigo muy querido por mi esposo, para mí era un amante, quien me cogía deliciosa y me hacía sentirme muy puta. Jaime me tiró la onda en cuanto me conoció, yo aún era novia de Arturo, Jaime ya estaba casado con Mirna, una mujer muy guapa con una excelente figura. Como ustedes saben mi gusto por las mujeres empezó varios años después. Ahora que veo a Mirna siento el deseo de bersarla, de acariciarla, de tener sexo con ella.
Lo malo es que se ve que a Mirna no le interesan para nada las mujeres. Me encantaría coger con los dos al mismo tiempo, pero no siempre se puede.
El viernes por la tarde me habló mi esposo para avisarme a que hora pasaría por mí para ir a la fiesta. Apenas tenía tiempo de arreglarme, me puse un pantalón de mezclilla, una camisa negra, botas de tacón negras también, encima una chamarra de piel. Me vi al espejo, me veía riquísima.
Cuando Arturo pasó por mi a la casa alabó lo bien que me veía, dándole un beso en los labios le dije que me arreglaba así para gustarle, mientras nos dirigíamos hacia el carro me dio una fuerte nalgada.
Cuando llegamos a la casa de Jaime, él nos recibió con mucho gusto, ya habían varias parejas, se acercó Mirna a saludarnos, llevaba un vestido muy pegado, se veía hermosa.
La fiesta transcurría de forma animada, Jaime y sus amigos, no dejaban de mirarme, sobre todo las nalgas. Cuando bailaba con Arturo yo movía mucho el culo para calentar a los diferentes hombres que me echaban una mirada.
En algún momento que Arturo estaba distraido con una pareja muy agradable que acababamos de conocer fui hacia una recámara donde ya me había dicho Jaime que me esperaba, me había dicho que necesitaba decirme algo rápido.
P -¿Qué pasa mi amor?
J -Que rica te ves, se te ve un culazo.
Me jalo fuerte de las nalgas poniendome frente a él, completamente pegada, me besó como acostumbraba, con mucha pasión, su lengua juagaba con la mía. Mis nalgas las agarraba por todos lados, ya me tenía bien caliente, cuando escuchamos que tocaron la puerta.
P -¿Pero?
J -Tranquila.
Él fue a abrir, vi a uno de sus amigos que había conocido esa noche, de nombre Rodolfo. Entró a la recámara.
J -Rodolfo es un amigo de mucha confianza, le he hablado de lo puta que eres, lo bien que coges.
P -Sí, gracias, pero no estoy entendiendo bien.
Perfectamente sabía que quería que cogiera con su amigo, pero me gusta algunas veces fingir ingenuidad.
J -Me gustaría que Rodolfo probara lo bien que lo haces, por supuesto yo también estaría ahí para darte una rica cogida.
R -Claro Pamela, si tú aceptas.
Mire a Rodolfo, era muy guapo, su cuerpo era delgado, pero su cara me gustaba.
P -Acepto Rodolfo, ¿les parece bien el domingo en la mañana?
J -Claro.
Nos organizamos, Rodolfo no se aguantó las ganas y me dio una fuerte nalgada, yo gemí de placer, salí primero yo y después ellos.
El domingo por la mañana, mi esposo se levantó, me dijo que se iba a jugar golf, que regresaba para que comieramos juntos, le dije que sí.
En cuanto se fue, me bañé y me vestí, me puse un conjunto de tanga y brassier de color negro. Una falda larga de piel completamente pegada, blusa blanca, tacones negros.
Como con otros amantes, los cité en el Monarca, ese lugar que tantas veces me ha visto coger, que ha visto como machos me dan mucha verga que yo como buena puta recibo con felicidad.
Estaba en el cuarto, pensé en pedir alguna botella de alcóhol, pero era demasiado temprano, así que pedí una jarra de jugo de naranja.
Ya con la jarra en el cuarto y extremadamente caliente escuché el toquido en la puerta, al abrir vi a esos dos machos que iban dispuestos a derramar toda su leche en donde se los pidiera.
Entraron, cada uno me dio un beso en la mejilla.
J -Que bien te ves Pamela.
R -Eres hermosa.
P -Gracias guapos.
Me di una vuelta para que me pudieran ver bien, los dos exclamaron lo bien que me veía. Les ofrecí un poco de jugo, mientras los tomabamos Rodolfo quiso saber como me había hecho amante de Jaime. Le pláticamos la historia, lo cual hizo que él se excitara mucho. Mientras se la platicamos, ellos estaban sentados en un sillón mientras yo me senté en la piernas de Jaime a quien de vez en cuando besaba.
Cuando acabo la historia bese a Rodolfo, por encima de su pantalón busqué su verga para acariciársela, sentí algo grande, bastante grande y gruesa. La verga de mi otro amante era también de esa forma. Sentí como me mojaba más de lo que ya lo estaba, dos vergas grandes y gruesas para mí sola.
Jaime se paró, prendió la televisión, buscó un canal de música, donde encontró una canción lenta le dejó ahí.
Me hizo pararme y bailó conmigo abrazándome, me besaba en la boca, cuando Rodolfo se puso atrás de mí, sentí como con su verga punteaba mi enorme culo, él me besaba el cuello.
Yo me desabroché la falda, mientras Jaime me agarraba las tetas por encima de la blusa y Rodolfo me seguía besando el cuello.
Les pedí que se desvistieran mientras yo terminaba de quitarme lo que me quedaba, cuando vi estas dos enorme vergas, sentí una gran excitación.
P -Pero que vergotas tienen, que rico poder ser su puta.
R -Son para ti.
J -Disfrútalas puta.
Me hinqué frente a ellos, tomé cada una con mis manos, le vi con detenimiento, estaba extasiada ante esos dos maravillosos instrumentos de placer, pasé mi nariz por la verga de Jaime su olor era delicioso, después la pasé por la de Rodolfo, el aroma que salía de está era embriagante.
Las puse muy cerca y pasaba mi lengua entre las dos.
R -Así perra, lo haces muy bien.
Después pasé por cada una mi lengua, tomé solo la de Rodolfo se la escupí y me la metí en la boca, mi lengua iba por todos lados, yo salibaba muchísimo, le daba pequeños apretones con mis labios mientras me la metía y me la sacaba. Él no paraba de gemir. Me la saqué para decirle.
P -Que rica verga, eres un macho vergudo.
Me la volví a meter, seguía mamando cuando sentí la lengua de Jaime en mi concha.
P -Así papi, chúpame rico.
Mientras decía esto Rodolfo comenzó a darme golpes en las mejillas con su vergota. La lengua de Jaime entraba y salía de mi vagina, con uno de sus dedos acariciaba mi clítoris.
P -Así mi macho, que rico tratas a tu puta.
Rodolfo se hincó junto a mí, me chupó las tetas, pasaba de una a otra, la teta libre de su boca era atendida en el pezón con sus hábiles dedos.
No aguanté más y llegué al orgasmo.
P -Síííííííííííííííí, así mis machos.
Fue delicioso, cuando me recuperé dije.
P -Párate Jaime ahora quiere chupar tu rica y enorme verga.
Se paró frente a mí, se la escupí y con mis dos manos embarré toda la saliba por su verga, él desde arriba me miraba y me sonreía. Yo me la metí en la boca, mientras sentía como la lengua de Rodolfo intentaba entrar en mi ano.
Mi lengua buscaba saborear cada centímetro de esa verga, mis labios le daban pequeños apretones.
J -Así puta que rico me la chupas, vamos sigue.
Mi lengua degustaba aquel rico pedazo de carne, mientras sentí como Rodolfo me metió un dedo en el ano. Sabía que ese día mi culo también iba a recibir pito.
Jaime me jaló hacia la cama, me hizo acostarme sobre ella. Yo abrí lo más que pude las piernas para darle el mejor de los accesos a mi macho. Él se puso arriba de mí agarró su verga y la apuntó a mi concha. Cuando yo esperaba que me la metiera sentí como me dio pequeños golpes con ella en mis labios vaginales. Yo ya no aguantaba más necesitaba esa verga en mi concha.
P -Ya por favor, no aguanto más la necesito adentro.
Él de un solo movimiento la metió toda.
P -Aaaahhhh que rico.
Empezó a moverse lento, me dejaba disfrutar de lo grueso y caliente de su pito, mi concha estaba muy mojada y eso permitía que aquel pito resbalara muy bien dentro de ella.
P -Sí papi, dame verga.
J -Como me gustas Pamela, eres todo un culo.
P -¿Soy tu culito mi amor?
R -Más bien eres un culote y eres nuestro, no solo de él.
J -Este culo es de cualquiera que se la quiera coger.
P -Sí, soy el culo de todos, no dejes de cogerme, así que rico.
Mientras Jaime me seguía cogiendo me chupaba las tetas, mis pezones estaban tan duros, mi excitación era mucha. Es que estar siendo otra vez una puta infiel me prendía muchísimo. Así estuvimos un rato cuando Jaime quiso cambiar de posición, me puso en cuatro y me la volvió a meter en la vagina.
Tomándome de la cadera me cogió muy rápido, me la sacaba casi por completo para después meterla toda, el mete y saca era muy rápido.
J -Toma puta, ahí te va toda la verga.
P -Sí dámela, así que rico coges.
Nuestros cuerpos sudaban, Rodolfo nos veía, su verga se había vuelto a parar.
R -Dale duro a esa puta.
P -Sí hazle caso, dame duro, como me gusta la verga.
Sentí como se hinchó la verga de Jaime, el primer disparo de leche me hizo llegar al orgasmo.
J -Aaaahhhh que rico, me vengo perra.
P -Yo también papi, sííííííííííííííí.
Jaime salió de mí, yo me quede en la misma posición recobrando el aliento.
R -A mi no me gusta coger sobre la leche de otro.
P -Para eso tengo el culo mi amor.
Rodolfo se puso atrás de mí, abrió mis nalgas y escupió en mi ano, me metió dos dedos.
P -Aaaahhhh que rico.
R -Que culona estás.
Sus dedos los metía cada vez más rápido, después metió un tercero, yo ya no aguantaba más necesitaba ser cogida por el culo.
P -Ya cabrón, métemela por el ano.
Él se escupió el pene, le embarró la saliva, la apuntó hacia mi ano, y con fuerza y un pequeño grito me metió la mitad de la cabeza.
P -Sí así que rico, métemela toda.
Yo ya la necesitaba toda adentro. Él dio otro empujón entró toda la cabeza, pero aún faltaba mucho pues su verga era larga.
R -Que rico aprietas.
Poco a poco fue metiendo esa larga y gruesa verga, cuando ya estuvo por completo dentro de mí le pedí que no se moviera para acostumbrarme. Él me acariciaba las nalgas, lo hacia con suavidad.
R -No puedo creer que haya un culo tan rico y que además me lo este cogiendo.
Mientras me acostumbraba le pregunté a Jaime.
P -¿Qué le dijiste a Mirna para salirte de casa?
J -Que iba a desayunar con Rodolfo, ella no sospecha nada, no te preocupes.
R -Que tu esposo sí sospecha algo o ¿ por qué preguntas?
P -No, no se imagina para nada la clase de puta con la que está casado.
J -No te imaginas todas las vergas que hemos pasado por Pamela.
P -Sí papi soy bien puta, han sido muchísimos los machos que me han cogido.
Comencé a moverme adelante y hacia atrás, Rodolfo entendió que ya quería el mete y saca. Me tomó de la cintura y se movía lento, mi ano estaba completamente lleno. El cuarto olía exageradamente a sexo.
P -Sí cogeme rico.
Aumentó la velocidad con que me cogía, mi ano se abría riquísimo para recibirlo, me estaba encantando que aquel macho me metiera una verga tan grande por el ano.
Llegó un momento en el que sus moviemientos ya eran muy rápidos, mi ano se abría más de lo normal, los dos no parábamos de gemir. Se escuchaba el golpeteo de mis nalgas contra su cuerpo. Sentía como mi ano lo apretaba y esa verga luchaba por abrirlo.
P -Sí que rico, como me coges el culo.
R -Que nalgotas tienes Pamela, como te me antojaste el viernes que te conocí y con todo lo que me había pláticado Jaime no podía esperar para cogerte.
P -Jaime que chismoso eres, pero gracias a ti tengo un nuevo amante.
Hicimos estos comentarios para bajar un poco el ritmo de la cogida y así prolongar el disfrute. Volvimos a aumentar la velocidad de la cogida, su verga me taladraba, mi ano se abría riquísmo. No aguantó más y terminó, su semen quedo en mi ano.
Cuando me la sacó, me dijo que mi ano había quedado muy abierto. Me metí a bañar, al cuando me estaba secando me vi en el espejo, realmente mi ano estaba muy abierto.
Cuando regresé a mi casa eran como la una de la tarde, a la una y media llegó Arturo, lo primero que me dijo antes de saludarme fue decirme.
A -Estoy bien caliente, te la quiero meter por el culo.
Yo me asusté pero pensé rápido, le dije que me esperara ahí, fui me puse una lencería sexy con tacones de aguja, tomé un plug anal y me lo metí, con eso justificaría lo abierto de mi culo.
Ya estando con él, al sacarme el plug, me preguntó por tiempo que lo llevaba puesto, le dije que desde la mañana que quería darle la sorpresa en la noche, pero que que mejor que coger de una vez, además le dije que su verga era muy grande para mi pequeño anito.
Después de que mi amado esposo se vino en mi ano, me agradeció por tan rica cogida, yo le dije que lo amaba. Nos vestimos y salimos a comer.