Una reunion con los ejecutivos.
Ella me dijo que iria a una junta con unos ejecutivos extranjeros pero descubri que la unica junta que tuvo fue con su directora de area.
Casi las 18:00 y aun no me había podido comunicar con ella.
Bastante ansiosa lo intente una vez más mientras miraba los documentos que se le había olvidado sobre la mesa por la mañana antes de salir.
El sobre era bastante grueso y repleto de papeles que según me dijo la noche anterior eran de suma importancia para la reunión que tendría durante la cena con esos ejecutivos que venían de Asia.
Estuve indecisa entre llevárselos a su oficina a riesgo de no encontrarla ya por ahí o esperar a que contestara mis mensajes. Por fin me decidí por lo primero ya que no me demoraría más de veinte minutos en llegar y así también podría verla un instante antes de que se marchara a la tal reunión.
Tome el abultado sobre, mi bolso y salí con prisa del departamento, no fuera que se hiciera aún más tarde. Al llegar al edificio tome el ascensor hasta el penúltimo piso. No bien salí, me di cuenta de que tal vez era ya demasiado tarde para alcanzarla. Una chica del personal de intendencia permanecía aun pero se aprestaba para bajar por el ascensor que recién yo desocupaba.
Camine, su oficina estaba vacía y la de Rosalba con la luz apagada. Una mueca de preocupación me asalto. Con paso cansino me dirigí nuevamente al ascensor deteniéndome al último momento. Decidí pasar al tocador antes de salir, la ansiedad había hecho presa de mí y sería mejor realizar esa escala y no sufrir en el camino de regreso.
Subí el primer tramo de escalones que llevaban al descansillo donde se encontraban los baños, la escalera estaba poco iluminada, solamente luces tenues, amarillentas y mortecinas. Supuse que era lo normal para la hora. Instantes antes de girar para tomar el tramo restante escuche ruidos suaves, algo así como un ligero suspiro seguido de un gemido y roces de ropa. Me detuve espantada, me acerque a la pared con sigilo para asomar la cabeza y atisbar hacia arriba sobre el tramo restante que era de donde provenían los ruidos.
Un amarillento foco iluminaba sus figuras. Rosalba estaba reclinada sobre de ella muy pegada y la empujaba contra la pared, le sujetaba las muñecas a lo alto y mantenía su brazos levantados presionándoselos contra el muro, la besaba con efusividad y lascivia.
La pierna derecha de Laurie estaba ligeramente flexionada y su otro pie descansaba sobre el escalón inmediatamente superior a donde se encontraba parada, esto permitía que el muslo de Rosalba se frotara libremente contra su vulva y ella pudiera mover la pierna con suavidad y ritmo. La falda de Laurie completamente levantada me mostraba la parte superior de sus piernas, sobre todo la derecha que flexionaba levemente ante los asaltos de la de Rosalba.
De pronto Laurie volteo hacia abajo… Rápidamente me lance hacia atrás escondiéndome tras la curva del muro, casi segura de que me había visto.
-Escuchaste algo- oí que le decía alarmada a Rosalba.
Logre escuchar que esta le explicaba con voz queda que a esas horas ya no había nadie en la oficina.
Sus voces a pesar de ser tenues se escuchaban claras debido al efecto acústico que producía el vació de las escaleras y a la ausencia de ruidos en el edificio, pasaron unos segundos.
-Sigue por favor- Laurie le suplicó en seguida con voz ronca y excitada.
Sin atreverme a mirar aun, espere recargada con la espalda contra la pared completamente en silencio, casi sin respirar. Mis manos apoyadas sobre el frio muro que comencé a acariciar lentamente sintiendo una creciente excitación que se mezclaba por momentos con insípidos celos. Me seducía la idea deliciosa de contemplar cada detalle de lo que le hacía Rosalba a Laurie y pensé en cuan sigilosa debería de ser para evitar que se dieran cuenta de mi presencia.
Los gemidos de Laurie se elevaron tan conocidos como deliciosos.
Lentamente y con cautela me atreví a asomar nuevamente.
La lengua de Rosalba asaltaba su boca, metiéndose entre los labios que la recibían con deleite, un gozo fascinante. Giraba su pierna presionándola contra su sexo, frotándolo contra el muslo y la presa que hacia sobre sus muñecas no cejaba. El cuerpo de Rosalba se movía sinuoso sobre el de ella, restregándose arriba y abajo. El de Laurie en armónica respuesta se movía de igual manera y ambas jadeaban.
Rosalba hizo una pausa en el beso. Su boca se alejó unos centímetros. La miro… Un gemido se le escapó a Laurie en ese instante e intento alcanzar aquellos labios con desesperación.
De pronto, sorpresivamente Rosalba soltó uno de los brazos de Laurie, lanzo su mano para atraparle las mejillas y presionarlas intentando abrirle la boca. Laurie Ladeo la cabeza a uno y otro lado algo abrumada…
-¡Abre la boca!- Gruño Rosalba mientras le apretaba un poco más…
-¡Que la abras, te digo!... Volvió a gritar Rosalba.
Con la otra mano le atenazo el cabello y jalo suavemente, entre divertida y molesta sosteniéndole la cabeza e inmovilizándosela.
Laurie boqueo mirándola a los ojos, sus pechos se elevaban producto de la agitada respiración, los labios se le veían brillantes e hinchados por los besos prodigados, los pezones estaban duros queriendo ser liberados de la blusita pegada que llevaba puesta.
Me sentí terriblemente excitada mirando como Rosalba la manipulaba.
Laurie arrugo la nariz y mostro los dientes en un gesto que parecía de furia, sin embargo sus palabras fueron completamente inesperadas.
-¡¡Escupe dentro de mi boca, Rosalba!!… Dame de beber- Dijo esto y agachándose un poco abrió la boca de modo suplicante como le había ordenado,.
Rosalba le miró fijamente con la boca entreabierta y un hilillo de brillante saliva asomo por una de las comisuras de sus labios. Se acercó ladeando la cabeza hasta quedar justamente sobre su boca y entonces la dejo caer.
Laurie la recibió sobre la lengua que enseñaba ofrecida y se estableció un nexo entre ambas bocas mediante ese cordoncillo plateado. Por unos instantes quedaron así, una entregando y la otra recibiendo el regalo hasta que la sustancia resbalo vertiéndose hacia abajo, cayendo sobre los grandes pechos de Laurie.
Ambas respiraban con dificultad. Rosalba miro como su saliva escurría desde la lengua de Laurie hacia abajo perdiéndose en el canalillo entre sus pechos que acto seguido apreso con las manos para jugar con ellos juntándoselos, mojándolos de su saliva, restregándolos uno contra el otro. Mientras los amasaba y sacudía se lanzó nuevamente sobre su boca metiendo la lengua en ella tan profunda cual larga era.
Sus pulgares giraban moviendo los duros pezones, los atenazo con los dedos tirando de ellos sobre la tela de la blusa. Mientras los estiraba la miraba fijamente reaccionando sus manos de acuerdo a cada gemido que brotaba de la boca de Laurie, si el gemido era intenso jalaba y apretaba, si lo era suave acariciaba con ternura.
Su sonrisa era malévola pero con un dejo de ternura al mirarla.
“Putita hermosa”… murmuro con suavidad mientras apretaba las duras perlas. Suaves lamidas prodigadas sobre los labios le seguían a cada susurro.
Rosalba se detuvo; me deslice inmediatamente hacia atrás, sudando suavemente entre excitada y molesta. Me quite los zapatos para evitar cualquier ruido innecesario dejando junto a ellos el sobre de documentos y mi bolso.
Cuando lo hacía escuche un gemido pronunciado… Me arriesgue a mirar.
-¡Desnúdate!- Le ordenaba Rosalba de manera tajante.
Laurie Tembló como una hoja mecida al viento, con dificultad sus manos hallaron la cremallera de la falda, la deslizo con apremio dejándola caer suavemente con un giro sensual de cadera. Su vello púbico brillaba bajo la tenue luz, y lo acarició con las manos enredándose sus dedos entre los finos rulos.
Rosalba tomo de su bolso sobre el piso algo que adivine era algo de tela. Me di cuenta de que eran las bragas de Laurie. Las beso oliendo su aroma, acariciándose el rostro con ellas.
-Me encanta que me las entregues apenas llegas a la oficina. Me calienta tanto que María te las ponga para que yo te las quite tan fácilmente- Su comentario me dejo algo fría sin embargo seguí allí escondida, ayudada por la penumbra del cubo de la escalera.
Laurie mordió su labio inferior mientras miraba como Rosalba se frotaba el rostro con sus bragas. Finalmente tiro las bragas al piso sobre el escalón y llevo las manos a la blusa aun abotonada de Laurie que lentamente desabrocho hasta liberar los pechos aprisionados.
-¿Te gustan mucho?- le pregunto a Rosalba con voz ronca mientras balanceaba su cuerpo adelante y atrás obligando a sus tetas a balancearse suavemente.
Rosalba las miro, después y sin previo aviso soltó una leve cachetada sobre la mejilla de Laurie…
-¡¡Puta caliente!!- le grito a Laurie directamente frente al rostro...
-¡Shhh!, nos escucharan- Le urgió Laurie frotándose un poco la mejilla… -Dime que no te gustan- e hizo ademan de tapárselas con las manos las cuales evidentemente no podían cubrir sus enormes pechos…
Después sonrió burlonamente para decirle… -A María le encantan-
Sin pensárselo mucho y de manera tan repentina que hasta a mí me tomo desprevenida, Rosalba escupió sobre el rostro sonriente de Laurie. Ella gimió excitada y no hizo esfuerzo alguno por limpiarse la saliva que escurría sobre sus labios y barbilla.
-Seguramente no sabe lo puta que eres- Le contesto Rosalba mientras le tomaba nuevamente de los pezones amasándoselos pero ahora sin la traba de la blusa.
Laurie comenzó a gemir y mover las caderas en círculos como respuesta a los apretujones y pellizcos que Rosalba le prodigaba.
-No, no lo sabe… ¡aaahhh!- Grito ante lo que pareció un pellizco ligeramente más fuerte que los otros. -¿Qué crees que haría si se entera de lo puta que soy? Le pregunto a Rosalba entre gemiditos…
-Seguramente no le haría muy feliz saber que su chica se deja follar con tanta facilidad y que además lo hace a diario, aunque ya me conoce y sabe de sobra que me encantas- Un nuevo grito salió de la garganta de Laurie mientras Rosalba le retorcía ambos pezones.
-¿Sabes Rosalba?, en este momento ella piensa que estoy en una junta con algunos ejecutivos, no se imagina que estoy nuevamente contigo… No puedo evitarlo, me vuelves loca.-
Mientras le hacia esta confesión se retorcía gimiendo entre sus manos.
Rosalba esbozo una sonrisa de satisfacción y se agacho para meterse en la boca uno de los pezones morenos de Laurie, pude ver como lo succionaba y lamia produciéndole una serie de gemidos tremendos. Cerré los ojos con la imagen en la mente y las palabras dándome vueltas… ¿Qué podía hacer si la necesitaba a mi lado? Después de segundos escuchando los besos me decidí a no hacer nada que la alejara de mí.
Escuche la voz de Rosalba…
-Llámale ahora, dile que la junta se ha alargado y no llegaras hasta muy noche… Te voy a follar hasta volverte loca.
Laurie suspiro y gimió nuevamente con el pezón aun metido entre los labios de Rosalba… -¡Ohh sii, follameeeee!, le escuche gritar a continuación, completamente fuera de sí.
Decidí irme de allí, seguramente Laurie no tardaría en marcar a mi móvil y no quería ser descubierta o hacer algo que me pusiera en mayor desventaja de la que ya tenía frente a Rosalba, así que tome mis zapatos, el bolso y el sobre con los documentos y me marche despacio bajando las escaleras en el mayor silencio que pude. Esta vez baje cuatro pisos hasta encontrar un baño que por fortuna estaba abierto. Me metí, estaba casi al borde del llanto y la histeria pero con una malsana excitación que me parecía enfermiza y podrida pero que no me abandonaba.
Llegue a la calle y camine un par de bloques antes de que entrara la llamada. Titubee antes de contestarle…
-¿Si cariño?- Respondí con la voz más firme que pude. Su voz sonó algo temblorosa. Imagine la escena llena de molestia y morbo…
-La, junta se ha alargado y me será imposible llegar temprano a casa- Mientras hablaba suspiraba de manera intermitente y de pronto un gemido… ¡Aaahh!
-¿Cariño, estas bien? Pregunte fingiendo…
-S..si, muy bien… me voy, llegare muy tarde, si me demoro más te vuelvo a llamar-.
Inmediatamente después corto la llamada.