Una relación muy sana
Dicen que hay que llevar una vida sana quizás por eso esta muchacha se hartaba de tragar leche y comer. nabo. La vida sana es lo que tiene.
Una noche de chat conocí a una chavala muy curiosa, morena, treinta y pico años, 1'70, morena, pelo corto y de familia bien, de esas tradicionales, de dérechas, catolica, bien situada y bien relacionada. Estuvimos charlando tres o cuatro días y decidimos quedar, el primer día no dio mucho de si, simplemente quedamos, charlamos, cervecita, conocimiento y risas. Fue algo más adelante cuando el nivel de calentura en las charlas empezó a subir y fue en ese momento cuando descubrí que existían mujeres de verdad dispuestas a mantenerse enteras hasta que les llegue el amor. Personalmente aunque lo veo respetable, lo considero una perdida de tiempo pero el caso es que seguramente por su mentalidad influenciada por la religión su pensamiento era ese. La verdad aunque no niego que mi ídea era follarmela basicamente no me fuí asustado por la confesión aunque lo pensé sino que seguí viéndola. Unos días más tarde tras recogerla y beber algo nos fuimos en el coche a un lugar tranquilito, tras comernos la boca un rato nos pasamos al asiento de detras, se desabrocho la blusa y libero sus tetas, unas tetas firmes y en su sitio, se subió la falda y le quite las bragas, tenía ante mi un chochete depilado con solo un triangulito de pelo. Paso la lengua por su almeja, algún mordisquito en las aletas, y subo hasta su boca y dejo en ella sabor a coño mojadito, bajo hacia sus tetas, las magreo, las chupo, las muerdo y vuelvo a bajar para seguir con la comida de coño que le estaba dando, los gestos de su cara delataban que se lo estaba pasando bien . Bueno por eso y porque sus manos atraian mi cabeza hacia su coño y la verdad resistencia por mi parte tampoco encontró ya que entiendo a las mujeres que deciden jugar entre ellas, es una muy buena sensación la que deja un coño chorreando en tu boca, ya volviendo al relato ni ella me dejo parar hasta explotó en un orgasmo ni yo pare hasta que lo hizó, la bese y llego mi turno, besos, mis manos en sus tetas y su mano sujetando una polla que ya habia salido de su prisión, se situó delante de mi y comenzó a chuparla despacio, se la sacaba y movia su lengua por el exterior y volvia a metersela en la boca, asi estuvo por un buen rato hasta que en una de esas veces que se la metió la mano que yo tenía en su cabeza le indicó sin hablar que tenía que hacer y como una buena niña que era empezó a metersela hasta el fondo chupandola con ganas, no la dejaba sacar el nabo de su boca, se lo tenia que tragar entero y se notaba sue dominaba el arte de la mamada porque saco de mi polla una buena cantidad de leche que guardo y escupió fuera del coche.
Tras una serie de encuentros como el descrito arriba, la recogí en su casa, fuímos a cenar y tras la cena decidimos ir a mi casa, nos tomamos alguna que otra copa y como no podía ser de otra forma tras eso llegó el momento más divertido, ella llevaba un vestido negro liso abierto por un lado que dejo caer, su lencería negra tambien quedó a la vista, se la quitó poco a poco, primero el sujetador, después las bragas, se arrodillo ante mi que tambien estaba desnudo y empezó a chupar como si no hubiera un mañana, su boca subía y bajaba sin parar llegando hasta la base, la que corrida que solté en sus tetas fue de ordago, fue al baño a limpiarse y volvió. Cuándo regresó se tumbo junto a mi y me beso, había ganas de seguir con la juerga, así que empece mi trayecto de descenso, primero jugué con sus pechos, fuí bajando lentamente hasta su coño, lo abrí usando los dedos con cuidado y mi lengua se movió por su interior, mis dientes pegaban pequeños mordisquitos en su clitoris, estaba empalmado y le pedí que me dejará metersela, lo necesitaba, ella accedió con la condicion de que la penetración no fuese profunda, subí, enfilé mi polla con su raja y se la metí. Aunque pasó por mi cabeza violar el acuerdo y metersela hasta el fondo cumplí lo acordado, la situación me gustaba pero para correrme necesitaría mas así que me tumbe en la cama se pusó al revés encima mía y ambos terminamos en un sesenta y nueve con la boca chorreando flujos. Una noche fructífera e interesante, por la mañanita la invite a comer churros y la deje feliz en su casa.