Una puerta por abrir
Aunque a veces sintamos que la felicidad nos da la espalda, siempre hay algo que nos indica que aun mas allá de la adversidad existe un sentimiento que nos da la capacidad de levantar el vuelo hacia un nuevo horizonte.
Roberto y Sara aparentemente aún eran un matrimonio feliz hasta que la fatalidad los alcanzó; o mejor dicho, hasta que fue atraída por uno de ellos.
Han pasado ya 3 meses y mi niño no aparece. ¿Dónde está? ¿Dónde?, DIOS mío! Dame una señal de que él está vivo. ¿Cómo sabré que está con vida? Quiero rendirme ya, no tengo fuerzas, no tengo ganas de seguir viviendo sin él que es el motor de mi existencia. Apiádate de mí, Señor, apiádate de esta madre que reclama lo que un día recibió de Ti, un regalo, un ser tan dulce, tan bello. Ya no puedo estar sin él. Por favor, haz que me entreguen a mi niño. ¿Qué voy a hacer, Carol?, sin mi hijo la vida no tiene sentido, sin él nada de lo que vivo vale la pena. ¿Por qué DIOS se ha ensañado de esa manera con mi pobre corazón?
No digas eso Sara. Por favor, descansa.
No puedo descansar, sin él siento que me falta la mitad de mi corazón. La mitad de mi alma, de mi vida misma.
Tómate este té que he preparado para que descanses. Necesitas recobrar fuerzas para mañana.
Roberto está preocupado también por ti. Tiene miedo que te enfermes.
Te has portado tan bien conmigo, sé que tú también quieres mucho a mi hijo, gracias por estar a mi lado todo este tiempo, si no fuera por ti me sentiría tan sola. Roberto sólo está aquí por compromiso, pero él desde hace mucho que dejó de amarme. Me duele tanto que no podamos compartir juntos de este dolor, cada uno sufre por su lado.
Dame el té, que deseo dormir, dormir profundamente y despertar cuando mi hijo ya haya aparecido. Ya no soporto tanto dolor.
Duerme Sara, duerme sin pendiente que yo estaré aquí, acompañándote como siempre. Te hablaré mientras duermes, te diré cosas dulces... Descansa que yo velaré tus sueños.
(Carol era la mejor amiga de Sara, en realidad eran más que mejores amigas, sólo que por cosas de la vida Sara decidió casarse con Roberto, pero en realidad quería a Carol más de lo que ella misma lo hubiera imaginado, y de eso Roberto ya se había dado cuenta).
Carol! ¿Qué haces aquí?
Lo siento Roberto. Pero Sara no podía descansar y le prepare un té. Me he quedado hasta ver que duerma. Ella sufre tanto.
Yo también Carol, yo también. Sara sufre por nuestro hijo. Yo sufro por nuestro hijo y por ella. Ver que su sufrimiento es tal que...
¿Qué, Roberto? ¿Que esta enloqueciendo de a poco?
Sí, Carol. Siento que Sara está perdiendo la razón. Me doy cuenta que entra a la recámara de Bobby y platica con él como si él estuviera.
Y ¿qué has hecho tu para evitarlo? Si pasaras más tiempo con ella, en lugar de irte con tu amante. Ella no se sentiría tan sola en estos momentos tan angustiantes. Yo no soy quien para hablarte así, Sara sufre por su hijo ahora. Pero en realidad su sufrimiento comenzó hace muchos años.
¿Hace muchos años? ¿Hablas de ella o de ti? Pero tienes razón, no eres quien para hablarme así, y menos para meterte en asuntos que no te conciernen. Solo vine a ver como estaba Sara, pero ya me voy. Te pido que no la dejes sola.
(Es indignante ver el trato de Roberto hacia Sara. Si al menos ella me viera como yo la veo. Me duele tanto verla sufrir. Si pudiera al menos poder calmar su dolor un poco. Ella lo necesita a él no a mí. ¿Por qué tuve que enamorarme de ella?!!! ¿Por qué?!!! Todo sería más sencillo para mí si la viera como lo que soy, su mejor amiga. Yo estaba segura de que ella también me amaba, ¿por qué tuvo que llegar Roberto a su vida? Desde que el llego, ella le fue perdiendo sabor a la vida. Hasta que nació Bobby. Pero cuando él murió su vida se extinguió por completo)
Carol, ¿en donde esta mi niño? Mi niño, ¿dónde estás Bobby? Dime en donde estas. Viniste a mi vida cuando más necesitaba de ti, eres mi regalo, el mejor y más bello regalo que DIOS me ha dado. ¿Dónde estás, chiquito?
Sara, tranquila. Descansa. Por favor, necesitas reaccionar, así no puedes seguir. No sabes el dolor tan grande que siento al verte así.
Te contaré una historia Carol.
Sara duerme. Luego hablaremos si lo deseas. Pero necesitas dormir, no quiero que te enfermes.
Deja desahogarme contigo, eres mi única compañía, deja decirte lo que aqueja mi corazón.
Háblame entonces, si esto te hará sentirte bien. Adelante.
Hace 11 años me casé con Roberto. Él y yo nos casamos enamorados. Pero en realidad, yo ya estaba enamorada antes de él. ¿Lo sabes verdad?
Sí, Sara, siempre lo supe.
No sé por qué razón él no quería que me quedara embarazada, hacia todo lo posible porque así fuera. Yo siempre quise tener hijos, eso también los sabes, tú sabes todo de mi. Nunca podré entender porqué cambié tu amor por el de Roberto. Él siempre supo que yo te amaba, por eso se busco una amante. A mí nunca me importó. Cuando nació mi hijo yo me sentí plena. Con él y contigo a mi lado nada me faltó. Sé que tu también lo adoras, lo quieres como si fuera tuyo, ¿verdad? Es tuyo Carol, tuyo y mío.
Ven, tranquilízate. Todo estará bien. Escúchame, pon mucha atención. Tienes que estar bien. Tienes que aceptar que Bobby se ha ido. Recuérdalo por favor, no prolongues tu sufrimiento. Recuerda que hace 3 meses lo encontraron. Él está con DIOS, se lo llevó, por favor, reacciona.
No, no es verdad! Cállate! Mi hijo no puede estar muerto! Bobby! Hijo! ¿En dónde está, Carol!!! ¿En dondeeeee?!
En una semana Roberto te llevará a la clínica. Tienes que reaccionar. Por favor, mírame, dime que sabes qué es lo que está pasando. ¿Dónde está Bobby, Sara?
Mi niño Carol, mi niñoooo!
Tienes que aceptarlo, tienes que enfrentarlo. No estás sola. No estarás sola. Yo estoy y estaré siempre a tu lado.
Ahora dime en donde esta Bobby. Dilo.
Sara, ¿sabes lo que pasará si les dices a ellos que hablas con tu hijo? Te internarán en esa clínica. Te dejarán ahí. Te mantendrán sedada, dormida. ¿Es eso lo que quieres? Porque yo no. Yo no quiero que te alejen de mi lado. Yo quiero estar contigo para siempre. Quiero cuidarte. Lo entiendes ¿verdad?.
Claro que lo entiendo. No me dejes por favor. Eres mi ángel, eres una pequeña luz en medio de esta inmensa oscuridad. No dejes que me lleven, no permitas que Roberto me deje en aquel lugar.
No, no lo hare. Pero dime... ¿En donde está Bobby?
Muerto, mi niño está muerto. DIOS se lo llevó de mi lado dejándome hundida en la más terrible soledad.
(Era tanto el amor que Carol sentía por Sara, que aún en su aparente desequilibrio mental, nunca la abandonó, siempre estaba a su lado demostrándole el gran amor que sentía hacia ella. En realidad Carol no entendía el comportamiento de Sara, ella siempre fue muy madura y centrada en la realidad, aunque el golpe de perder a su hijo era muy fuerte, no podía creer que se estuviera volviendo loca. Siempre creyó que había algo detrás de todo eso).
Lo sé doctor, sé que ella no está loca, pero le he dado suficiente dinero para que haga todo lo posible por enloquecerla. La quiero aquí, y no quiero que salga nunca.
Mire Roberto, si no fuera por la amiga entrometida de su esposa, todo sería más sencillo. Esa mujer es astuta, sabe o presiente lo que está pasando.
No sea estúpido. Carol es amiga de Sara de toda la vida. Y por si no se ha dado cuenta, es algo más que eso. Como pretende que la aleje de ella, entonces si sospecharía. Lo más conveniente es que se quede junto a ella viéndola enloquecer, así ni ella ni nadie podrían culparnos.
No sé si esto funcionará, estarán presentes el director de la clínica, y un especialista que es el que se encarga de dar el diagnóstico.
Ese es su problema. No he aguantado tanto tiempo a Sara para que ahora venga usted a decirme que no la puede volver loca. Si no me he divorciado de ella es porque quiero quedarme con todo su dinero. Y su padre fue muy claro en su testamento. Nadie podrá disponer de su dinero, únicamente su hijo al cumplir la mayoría de edad. Y yo, hasta que ella muera, o en su lugar, si es incapaz de manejar su herencia. Porque cree que tuve que deshacerme de Bobby. No quiero deshacerme de ella también. Prefiero volverla loca, no quiero otra muerte en mi conciencia.
Es usted un hombre sin sentimientos. Habla de lo que ha hecho sin ningún remordimiento.
Hemos doctor. Recuerde que usted, por ser "amigo" de la familia. Realizó la autopsia, y en el informe usted dijo que se había ahogado, y no que murió de asfixia. Qué gran idea tuve, luego de asfixiarlo con mis manos tirarlo al lago, sabía que usted no me fallaría. Así que no se le olvide, usted y yo vamos de la mano en todo este asunto.
Esta bien Roberto. Le daré algo un poco más fuerte. Es una droga que si se combina con cualquier tipo de calmantes, podrían causar trastornos y alucinaciones. Pero eso sí, necesitara ser muy discreto. Tendrá que tener cuidado con Carol, ella nunca la deja sola.
No se preocupe doctor. Sera Carol, sin darse cuenta, la que se encargue de enloquecer a mi amada esposa.
(Lo que Roberto planeaba era poner esa droga en el té que le daba Carol a Sara. Carol sospechaba de eso, por lo mismo dejó de dárselos sin que Roberto se diera cuenta).
Buenos días Sara. Deja abro estas cortinas para que veas que hermoso día nos ha regalado DIOS. Mira las flores, escucha el canto de las aves. Que bello día, ¿no crees?
Si es hermoso Carol. Gracias por estar aquí, siempre a mi lado. ¿Sabes? Hoy tengo ganas de salir. Deseo que comamos en el jardín, me siento mucho mejor...
Buenos días Sara, ¿y eso? has dejado la cama.
Me siento bien Roberto. Eso es todo.
Y ¿cuánto tiempo pasará para que te vuelvas a deprimir?
Si te quedas conmigo, 5 minutos, pero si te largas… Toda la vida.
No sé por qué dices eso. Sabes que te quiero. Sabes que también sufro por...
Dilo, ¿por la muerte de Bobby? Y que tanto puedes sufrir, al fin y al cabo tú no lo querías.
Carol, puedes dejarnos solos. Necesito hablar con mi esposa a solas.
Lo siento Roberto pero me quedaré con ella. A menos que ella me pida que me vaya, me iré.
No Carol, quédate. Vete Roberto, tu compañía me deprime. Me pone mal, vete con tu amante, no sé porqué te preocupas ahora por mi si nunca lo has hecho. Hoy es un lindo día, y lo quiero disfrutar.
Deseo de todo corazón que en verdad estés mejor, y no sólo estés aparentando sentir algo que no sientes. Te quiero, aunque no lo creas.
(Roberto se alejó de ahí un poco molesto. El pensar que Sara se estaba recuperando lo ponía de mal humor, y sólo pensaba en la forma de poner la droga en el frasco de té que Carol le daba a Sara).
¿Sabes que pienso, Carol? Que mi esposo todo este tiempo ha estado tratando por todos los medios de hacerme sentir mal, él es el que ha tratado de enloquecerme.
No lo sé, Sara, lo único que sé es que estas mejor, mucho mejor. Esto lo celebraremos al máximo solas tú y yo. Comeremos juntas en el jardín, después iremos a caminar. Luego te llevaré de compras, ¿deseas salir?
Si, vayamos de compras hace mucho tiempo que no salgo. Quiero ir al salón de belleza, quiero ponerme bella. Y tú, también quiero que te pongas bella, iremos a cenar por ahí después del salón. Extraño tanto los momentos que pasábamos juntas.
Estoy tan feliz de verte así. Así quiero que estés, quiero que estés tranquila, en paz, ya verás que pronto te darán de alta en esa clínica y ya podrás hacer tu vida normal.
(Roberto se sentía desesperado, no encontraba la forma para llegar a Sara y poder manipularla a su antojo y descontrolarla como era su costumbre).
Tengo que hacer algo para que Sara se deprima lo más que pueda, no dispongo de mucho tiempo. El viernes es el último día que tengo para deshacerme para siempre de ella. Iré poniendo la droga en los sobres de té que Carol le prepara a Sara. Nadie sabrá que esto la estará llevando directamente al manicomio. Tengo que hacerlo rápido porque no tardan en llegar.
No puede ser Carol, hace tiempo que no me divertía tanto. ¿Recuerdas cuando íbamos al cine antes de casarme?
Claro que lo recuerdo. Me acuerdo también que no te gustaba que comprara palomitas, decías que hacía mucho ruido con la boca y te distraía... Jajajaja y yo adrede comía y hacia más ruido.
Si, y yo agarraba las palomitas y te las vaciaba en la cabeza, y eso te daba más risa aún. Esos fueron momentos muy felices para mí. ¿Por qué tuve que enamorarme de Roberto?
No lo sé, Sara. Ya no hay que pensar en eso. Sólo hay que pensar en que pronto saldremos de esto. Y lo haremos juntas.
Todo estaba listo para que Carol preparara el té que frecuentemente le servía a Sara, pero Roberto no contaba con que Carol ya no se lo daría, y como era de esperarse, su reacción no fue del todo amable.
¿Qué haces Carol?
Preparo un poco de leche tibia para Sara.
¿Y su té? Necesitas dárselo para que descanse bien.
El té hoy no lo necesita. Ha pasado un excelente día, creo que hoy descansará sin la ayuda de su tranquilizante.
Y ¿tú qué sabes de lo que necesita o no? Preparara el té y dáselo. Si el médico le ha dicho que lo tome, es porque eso le hace bien.
Ya te dije que no se lo daré. Además, ¿cuándo te has preocupado tú por sus medicamentos? Déjame a mí, que yo me encargo de ella. Lo que debes hacer es dejarla en paz, últimamente se altera mucho con tu presencia.
(El temor de Carol crecía cada día al ver que Sara se ponía bien y de repente como cosa de nada, se alteraba. Ella sabía que Roberto algo tramaba, pero al ver que no podía demostrarlo, lo único que le quedaba era velar por el bienestar de su querida Sara).
Toma este vaso de leche tibia, te caerá bien Sara.
Carol, ¿tú crees que esta vez sí haya superado las crisis nerviosas que he tenido desde la muerte de Bobby?
Solo te pido que ya no pienses en eso. Ya verás que sin que te des cuenta todo esto quedará atrás.
Y ¿estarás conmigo cuando esto pase?
Como siempre. Estaré contigo, hasta que tú lo desees. Descansa, recuerda que mañana iremos a pasear por el campo, mañana también será un excelente día, ya lo verás. Duerme cariño. Duerme tranquila.
Tengo que ver la manera de darle el té a Sara, no puede ser que se sienta tan bien! Sólo me quedan algunos días, debo de aprovecharlos.
(Roberto se dispuso a preparar, él mismo, el té que con tanto empeño quería que su esposa tomara, sabía que con eso ella se sentiría mucho peor que antes).
¿Qué haces aquí Roberto? Es muy tarde para que vengas, Sara duerme profundamente.
¿Duerme? ¿Sin sus calmantes?
Te dije que ella se encontraba estupendamente bien, ¿por qué no lo puedes creer? ¿Que no la viste tú mismo?
Tú sabes que sin su medicamento eso no durará. Así que le traje su té. No quiero que vuelva a recaer.
No, Roberto. Ya te dije que yo me encargo de sus medicamentos. Además, como sabremos que no le durará si nunca intentas que se recupere sin ellos. Yo he notado que cuando dejo de dárselos se siente mucho mejor. Así que olvídalo, no le darás ese té.
Creo que te has olvidado el lugar que tienes en esta casa. No eres más que una simple sirvienta.
El equivocado eres tú. Las sirvientas reciben sueldo, y yo no recibo paga desde que Bobby murió y me he venido a hacer cargo de mi amiga, porque tú no tienes tiempo para atenderla.
¿Amiga? ¿Estás segura de que eso es lo que es para ti? No puedes perdonarme que te haya robado su amor ¿verdad?
Eres un estúpido! A mí no me hubiera importado que Sara se casara con cualquier otro que la valorara, aunque eso significara renunciar a ella, pero tú, tú no la mereces, solo te has encargado de hacerla sufrir. Nunca has tenido tiempo para ella, aún cuando han perdido a Bobby, te has olvidado completamente de su bienestar.
Pues ahora si lo tengo. Así que te puedes ir, yo solo me basto para atenderla.
Ni loca dejaría a Sara contigo. No sé qué pretendas hacer, pero definitivamente algo tramas. Eso de que estés tan al pendiente de Sara, me da la impresión de que escondes algo Roberto. Tú escondes algo desde la muerte de tu hijo.
Creo que tu amiga te está pegando la loquera. Y ¿qué escondería yo, según tú? Mejor me voy.
(Nadie le quitaba a Carol de la cabeza que Roberto, con su actitud tan extraña, algo tramaba. Es por eso que decidió vigilarlo. Ella estaba segura que quería hacer algo con Sara antes de la cita al médico. Es por eso que decidió quedarse con ella en todo momento).
Buenos días Carol.
Sara! ¿Qué haces levantada?
Ahora soy yo la que he preparado el desayuno. Me siento estupendamente bien. He preparado café, pan tostado y huevos. Espero te guste.
Pero claro que me gusta. Ven, siéntate y disfrutemos de este delicioso desayuno.
Buenos días. Se ve que amaneciste muy animada hoy también, mujer.
Si, mucho, así que te pediré de favor que no trates de amargarme el día, porque no lo conseguirás, eso te lo aseguro.
No, solo vine a saludar, y a tomar un café, si no molesto claro está.
Pues no. Pero prepáralo tú.
Gracias. Hace mucho que no compartíamos un café, me da gusto que poco a poco las cosas se vayan acomodando.
Si, mucho tiempo. Tanto que no recuerdo cuando te comenzó a gustar el café negro. Si mal no recuerdo tu lo tomabas con leche como Sara, yo era la única que lo tomaba negro, eso sí que es extraño.
Bueno, en realidad, no me gusta mucho tomarlo negro, pero últimamente la leche me está cayendo mal.
Que raro, pues nosotras nos vamos. Ah y por cierto. Ya no tienes que quedarte conmigo, ya estoy bien, puedes irte con tu amante cuando quieras, yo ya no te necesito.
No te preocupes, me iré después de tu última revisión. Y de todo corazón espero que te estés recuperando, y no que solo sea una trampa tuya para tratar de evitar tu última consulta.
Yo soy la primera en querer ir a la cita, porque sé que me darán de alta, aunque eso a ti no te de mucho gusto. Vámonos Carol, no perdamos tiempo que hace un día soleado y lo quiero aprovechar en plenitud.
Ay mi querida Sara. Si supieras que tu lucidez sólo te durará unas cuantas horas! Que lastima me das. Pero ni modo querida. Así es la vida, hay quienes ganan y hay quienes pierden. Y a ti, conmigo te toco perder. No pararé hasta verte encerrada en esa clínica de locos y por fin podré disfrutar de tu herencia, porque todo automáticamente pasará a mis manos. En cuanto a ti te declaren loca, yo seré el dueño absoluto de todo.
(No pasó mucho tiempo para que las palabras de Roberto se cumplieran como profeta, la droga comenzó a hacer efecto en Sara y la pobre de Carol desconocería el porqué el cambio tan repentino de comportamiento de su amada Sara).
Sara, ¿qué te pasa? ¿Qué buscas? ¿Por qué me miras así?
¿Lo viste? Dime que lo viste.
Sara, ¿a quién? ¿Qué pasa cariño? Anda, deja de buscar y sigamos caminando.
No puede ser que no lo hayas visto!!! Pasó en frete de ti!!! Es Bobby.
Sara, escúchame por favor. Recuerda que él no está! Él murió hace más de 3 meses.
Noooo!!! Cállate!!! ¿Por qué me dices eso? Bobby hijo, ¿dónde estás? Espérame quiero irme contigo. Hijito regresa conmigo, ven, ven con mami. No me dejes otra vez.
Sara! Saraaaa!!! Escúchame, cálmate! Reacciona por favor. ¿Qué te pasó? Estabas muy bien. Mírame.
Suéltame! Tú me quieres alejar de mi hijo. Tú eres mala, Roberto tiene razón, tú me quieres quitar a mi hijo!!
No, Sara! Nooo! ¿Qué te pasa? Por favor, necesitas reaccionar. Cálmate! Espera Sara!! Esperaaaa!!!
¿Qué pasa? ¿Qué son esos gritos? ¿A dónde va Sara, Carol?
Llámale al doctor Licona, que venga enseguida Roberto. Sara entró en crisis otra vez.
Te lo dije. Te dije que no le duraría mucho el gusto. Y menos si tú dejabas de darle su medicamento.
No es tiempo de reclamos. Llámale y vamos por ella, no quiero que le vaya a pasar nada.
No traigo el celular, llamaré de adentro, tú trata de calmarla.
Doctor! Soy Roberto. Necesito que venga inmediatamente, pero antes, quiero que me escuche. No pude poner la droga que me dio en el té. Así que la vacié en la leche que toma Sara. Cuando venga, pida que le lleven un vaso de leche tibia. Quiero enloquecerla por completo, y si es posible internarla hoy mismo. Así para pasado mañana que es la reunión con los médicos, ya estará completamente fuera de la realidad. Aquí lo espero, no tarde.
Cálmate! Está bien, te ayudaré a buscarlo, pero por favor tranquilízate. Todo estará bien, te lo aseguro.
Ya viene el médico. Ven Sara, vamos a dentro.
Bobby, Roberto. Ayúdame a encontrarlo por favor. Carol dice que está muerto, ¿verdad que no es así? Dime que es mentira!!!
Vamos adentro Sara, te aseguro que lo encontraremos, cálmate.
Pase doctor, Sara está en su recámara con Roberto. No sé lo que pasó, ella estaba muy bien. Ya tenía dos días que no necesitaba su medicación, y la estaba pasando bien. No entiendo que le pudo haber afectado tanto.
A ver, Sara. ¿Me recuerda? ¿Sabe quién soy?
Mi hijo doctor! Mi hijo, yo lo vi, quiero que venga de regreso.
Carol, traiga por favor un vaso de leche tibia. Necesito calmarla. Le daré un tranquilizante.
Si doctor, en seguida.
Vete, déjame!!! Tú nunca me has querido!! Veteeeeee!
Por favor Roberto, déjeme solo con ella.
No, yo necesito asegurarme que...
Déjeme hacer mi trabajo. Sé exactamente lo que tengo que hacer. Váyase, lo mantendré informado. Yo le aseguro que después de esto, ella ya no regresará a su casa.
Se quieren llevar a mi hijoooo!!! Déjenlo! No me lo quiten!
Sara, por favor, escúcheme! Carol. Ayúdeme, le voy a inyectar un calmante.
Mi hijo Carol! Mi hijo!!! Hijito, ¿a dónde te vas sin mi?
Cálmate ya, todo estará bien. Anda tómate este vaso de leche, te caerá bien. Anda cariño, tómalo despacio. Así es. ¿Ves? Todo estará bien. Todo pasará pronto.
El tranquilizante está haciendo efecto. No debió haberle quitado su medicación Carol. Aunque aparentemente Sara se este recuperando, no es así. Tengo que llevarla al sanatorio.
Pero ¿por qué? Ella ya está bien. No lo haga doctor. Por favor.
Lo siento Carol. Pero eso es lo mejor para ella. Allá la podremos atender mejor. Y esperemos que ya para el viernes este mejor. Aunque francamente, lo dudo. Yo siempre les dije que el caso de Sara era muy difícil. Pero haremos lo posible para que se mejore para entonces. Ya llamé a la ambulancia para trasladarla a la clínica. Si usted desea puede acompañarla.
Claro que iré con ella. No voy a separarme en ningún momento de ella. Estoy desconcertada, no sé que pudo haberle pasado, ella estaba muy bien.
(Debido al comportamiento tan notorio de Roberto, el doctor tuvo que poner cartas en el asunto, ya que cualquier descuido de Roberto echaría todo a perder)
Llegó la ambulancia. Tenemos que irnos. Lo siento Roberto, será mejor que usted no vaya, solo empeorará las cosas, está siendo muy obvio con todo lo que hace. Quédese aquí.
Pero ¿se ha vuelto loco? ¿Cómo puede permitir que Carol la acompañe! No la dejará sola y usted no podrá hacer lo que tiene que hacer con libertad.
Se equivoca. Con Carol a su lado será más fácil, no ve que corremos menos riesgo de que se dé cuenta que algo anda mal si permito que se quede con ella. Además, cuando Sara despierte estará completamente desquiciada. Hágame caso, quédese aquí que yo lo llamaré para informarle lo que está pasando.
Doctor! Estoy lista, nos vamos.
Si Carol, vamos. Es necesario actuar cuanto antes, no podemos perder tiempo.
Yo me quedaré aquí, creo que si voy solo estorbaría, por favor Carol mantenme informado.
No sé porque finges que Sara te importa, yo sé bien que no es así. Pero no te preocupes. Te llamaré por cualquier cosa.
Vámonos! Solo esperamos por usted Carol.
(Roberto sentía que estaba controlando la situación, pero la realidad era otra. Ignoraba que la verdad pronto saldría a relucir, y entonces sí, el desquiciado seria el mismo).
Jajajaja, sueña Carol, sueña que tu querida amiga se recuperará. Ella está loca y loca se quedará, y cuando eso suceda, cuando la declaren loca, yo me quedaré con todo su dinero, y tú... Ay pobrecita Carol, te pasarás la vida visitando a la loca de mi esposa.
Doctor, ¿cree que Sara se vaya a recuperar para el viernes?
No lo sé Carol, yo en verdad la veo muy mal, peor que antes. Tengo que esperarme a que despierte para ver cómo reacciona. Esperemos que lo haga favorablemente, porque de no ser así, creo que el diagnostico que darán el viernes no será muy alentador.
Por favor doctor, ayúdeme, ayúdenos a que Sara recupere la razón. Ella estaba bien, se que Roberto tuvo que ver en esto. Mire, este botecito contiene algo de leche de la que Sara tomo hoy por la mañana. Necesito que la analice, estoy segura que contiene algo, es por eso que toda la demás la tire, y le puse leche fresca.
Pero, ¿por qué piensa eso?
Roberto estuvo insistiendo que le diera té, y ese té estoy segura que contenía algún tipo de droga. Siempre que Sara lo tomaba se ponía inquieta, y hasta algo agresiva. Cuando no lo tomaba estaba muy bien. Eso es lo que paso estos últimos días, por eso estaba bien. Aunque Roberto insistía en que lo tomara, yo no se lo daba. Y de repente por la mañana quiso tomarse un café con nosotras. Ahí sospeche que algo le había puesto a la leche, porque él nunca lo toma negro. Fue mucha casualidad que justo cuando Sara toma su café se comienza a sentir mal. Fue por eso que decidí analizar la leche. ¿Podría usted ayudarme, doctor?
Claro que sí. Deme el frasco, lo llevaré enseguida al laboratorio. Quédese con Sara, yo regreso en cuanto tenga los resultados, aunque en realidad no creo que contenga nada. La actitud de Sara es común en estos casos, pero igual lo haré, no se demorará mucho. Si despierta Sara y tiene algún problema, llámeme o llame a las enfermeras.
Sara, mi querida Sara. Anda, recupérate. Yo sé que todo esto pronto pasará. Cómo me gustaría pasar el resto de mi vida a tu lado. Que nos fuéramos lejos de aquí. Si tú lo quisieras, te llevaría lejos, y comenzaríamos una vida juntas. Deseo tanto estar contigo, solamente tú y yo, y que nadie más interfiera en nuestro mundo.
(Al sentirse descubierto, el doctor decidió llamarle a Roberto para actuar de inmediato, tendrían que hacer algo al respecto si no querían que Carol descubriera todo en ese mismo momento).
Roberto! Carol lo descubrió. Se dio cuenta de que la leche contenía droga y la cambio. Ahora tendré que inyectarle yo mismo la droga a Sara.
Pero, ¿cómo se dio cuenta?
Le dije que estaba siendo demasiado obvio. Lo bueno es que confía en mí. A mí me ha dado a analizar un pequeño frasco que contiene algo de leche. Y efectivamente aparece la droga ahí, pero le diré que no hay nada. Ahora si necesitaré que se deshaga de ella, no la quiero cerca de Sara, necesitamos actuar rápidamente porque pasado mañana es la audiencia con los médicos, y tengo que comenzar a trabajar desde ya con Sara. Venga, y haga lo que sea conveniente para llevarse a Carol de aquí.
No se preocupe, yo me encargaré de ella, la separaré de Sara aunque tenga que matarla.
Hola, hola. ¿Cómo sigue? ¿No ha despertado?
Aún no, doctor. Dígame, ¿qué descubrió? ¿Verdad que la leche contenía algo?
Lo siento, pero no. La leche está limpia. Creo que el interés desmedido que usted tiene por su amiga la hace imaginarse cosas que no son. Roberto es un hombre duro, pero no creo que fuera capaz de hacerle daño a su propia esposa. Usted también necesita descansar. Vaya, duerma algo y descanse que Sara estará bien con nosotros.
No, doctor. Yo me quedaré con ella hasta que despierte. Quiero verla, quiero estar con ella, hacerle ver que no está sola y que todo estará bien. Yo aún tengo mis dudas. Sé que Roberto tiene la intención de volverla loca, no sé por qué razón, pero así es. Solo espero que usted no esté detrás de todo esto.
¿Qué me quiere decir con esto? ¿Acaso piensa que estoy tramando algo? No voy a permitir que dude de mi honestidad. Usted está en todo su derecho de desconfiar de mí. Pero le recuerdo que usted no es nada de la paciente, y que si esta aquí es porque así lo quiero. No me obligue a negarle el acceso a este hospital.
Yo no estoy queriendo decir nada doctor. Estoy desesperada. Yo sé que Roberto le ha estado dando algo a Sara. Y para cerciorarme que no le pasará nada malo me quedaré con ella día y noche. Ahora ya no confiaré en nadie. En nadie doctor.
Solo le digo que no podrá estar metida todo el tiempo aquí con ella, así que vaya relajándose y haciéndose a la idea de que si desea quedarse aquí, tendrá que ser en la sala de espera. Y eso es a partir de ya. Le ruego que se retire.
No lo haré. No la dejaré sola. Tengo sospechas y hasta que no me demuestren lo contrario me quedaré tranquila.
Carol, es mejor que razone. No puede permanecer aquí, si no sale por su voluntad tendré que llamar a seguridad y no creo que eso sea muy grato para usted.
Lo único que está logrando con esto es confirmarme que efectivamente tengo razón en mis sospechas.
No lo tome así. Usted sabe que esta área es restringida. Usted podrá entrar a verla, pero por ahora necesito estar a solas con ella. Por favor, hágame caso. En unos momentos podrá entrar.
Eso espero. Estaré afuera, no me iré a la sala de espera. Estaré fuera de la habitación. Pero por favor, avíseme cuando Sara despierte.
No se preocupe, yo la mantendré al tanto de todo.
Carol, Carol, no te vayas. No me dejes sola, eres lo único que tengo.
Sara! Aquí estoy, no me he ido, no me iré. Tranquila.
Por favor Carol, déjeme solo con ella, tenemos que hacerle algunos estudios.
Lo siento doctor, yo estaré con ella, no me pida que me vaya, no lo haré.
Quédate conmigo, por favor no me dejes, me quieren encerrar, me quieren volver loca. Quédate conmigo, sácame de aquí.
Cálmate Sara. Yo me quedaré contigo. Te aseguro que nada te pasará, no me alejaré de ti, quédate tranquila. Doctor, haga lo que tenga que hacer, yo estaré aquí y no interferiré en nada.
(Para desgracia del doctor, Carol se quedó todo el tiempo con Sara, y por lo mismo no puedo realizar lo que tanto le urgía. Y en su desesperación le pidió a Roberto que fuera inmediatamente al hospital para que de alguna forma sacara a Carol de la habitación de Sara y así poder actuar rápidamente en perjuicio de Sara).
Lo siento Roberto. No he podido separar a Carol de Sara. Necesita venir lo antes posible para que se haga cargo de ella. Mientras Carol este con ella no podre hacer nada. No puedo correr el riesgo de pedirle a alguna enfermera que haga lo que yo mismo tengo que hacer.
(Lo que el doctor y Roberto desconocían era que Carol en su desesperación, pidió la ayuda de una de las doctoras que trabajaban en la clínica psiquiátrica del doctor Licona. Y ésta al ver la desesperación de Carol, aceptó ayudarlas desinteresadamente, viendo que en realidad había algo turbio en el expediente de Sara).
Doctor! Disculpe que lo moleste, es sobre la paciente Sara Medellín, necesito comentarle algo.
Si dígame, ¿de qué se trata?
Pues, en realidad estuve haciendo unos estudios por mi cuenta. La señora Medellín no tiene por qué estar en este lugar. Además, los análisis de sangre muestran una gran dosis de anfetaminas, creo que alguien quiere mantenerla aquí a toda costa.
¿Quién le ha dado autoridad de meterse en mi caso doctora Ruano? Yo estoy atendiendo a la señora Medellín. Le pido que no interfiera y que se mantenga al margen.
Y yo le solicito el traslado de la paciente a mi clínica. La señora Carol Olvera tiene una enorme preocupación por su amiga. Ella al igual que yo, sospechamos que la han estado drogando durante todo este tiempo. Espero que por su bien, haga las cosas correctamente doctor Licona. Yo también analicé la leche que la señora Olvera trajo. Mientras usted no encontró nada, yo encontré absolutamente todo.
¿A qué se refiere con todo?
Si no me deja atender personalmente a la señora Medellín, me veré en la obligación de denunciarlo. El tipo de droga que encontré en la leche, sólo pudo haber salido de aquí. No haga que tome cartas en el asunto. Quiero a la paciente hoy mismo en mi clínica. De no ser así, tendré que mandar investigarlo, y le aseguro que no saldrá nada bueno de esa investigación.
(Definitivamente, una pequeña luz estaba alumbrando la enorme oscuridad en la que se encontraba Sara. Gracias a la confianza que tuvo Carol en aquella doctora, es que podían tener una pequeña esperanza de que Sara saliera de aquel lugar sin ninguna complicación).
Tranquila cariño. Ya verás que la doctora Ruano nos ayudará. Te sacaremos de este lugar. Y tú estarás bien. Todo, absolutamente todo quedará atrás.
Prométeme que después de esto nos iremos Carol. Quiero comenzar una nueva vida a tu lado. Yo sé lo que tú sientes por mí. Sé lo que siempre has sentido. Y ¿sabes? Yo también te amo. Sólo que la vida me llevó a fijarme en un hombre que yo creía era mi felicidad. Lo amé, y lo amé mucho, gracias a él tuve la dicha de ser madre. Si mi hijo viviera tal vez me quedaría al lado de Roberto, pero Bobby ya no está, y Roberto ya no es el que era antes. Deseo irme contigo a donde tú lo dispongas.
Si Sara. Cuando salgas de aquí nos iremos lejos, muy lejos de aquí. Formaremos un hogar tú y yo solas. Me hace muy feliz saber que tú también me amas.
¿Qué pasa doctor? Me acabo de enterar que van a trasladar a Sara a otra clínica!!
¿Qué pasa?! ¿Qué pasa?!! Que ya todo se está descubriendo. Carol habló con otra doctora, se han dado cuenta que sus medicamentos estaban alterados, y que pusimos droga en la leche. Yo no puedo seguir con esto, está de por medio mi carrera. Lo siento Roberto, pero si quiere continuar, tendrá que hacerlo solo, yo ya no puedo retener a Sara más tiempo, ya se dieron cuenta de que no padece ningún trastorno mental.
¿Se le olvida que usted está metido en esto hasta el cuello conmigo??? Ya se olvidó de la autopsia de Bobby? Si usted se niega a ayudarme yo lo voy a hundir doctor.
Yo ya no puedo hacer nada, lo único que me queda hacer por usted, es guardar silencio. A usted no le conviene tratar de hundirme, porque se hundiría junto conmigo. Así que haga lo que quiera, pero lejos de aquí. Cuente con mi silencio, es lo único que puedo ofrecerle.
Por su bien espero que así sea. Si yo me entero que usted dice algo a alguien, por mínimo que sea, no vivirá para contarlo. Y espero no topármelo nunca en mi vida.
(Definitivamente la sociedad entre Roberto y el doctor Licona se había disuelto por completo, por lo tanto le tocaba a Roberto enfrentar toda su maldad él solo sin ningún tipo de ayuda).
Está todo listo para llevarnos a Sara señora Olvera. Le aseguro que en mi clínica se repondrá por completo.
Un momento! ¿Quién ha autorizado el traslado de mi esposa? Yo soy el único que puede decidir en qué clínica deseo que este, y disculpe doctoraaaa...
Ruano, doctora Silvia Ruano.
Doctora Ruano, no es que no quiera que usted atienda a mi esposa. Pero el médico encargado de su enfermedad, es el doctor Licona, y deseo que lo siga siendo. Además en esta clínica estará bien cuidada.
Mire señor Medellín, no dudo de la capacidad del doctor Licona, ni de la buena atención que puedan brindar en esta clínica, puesto que aquí trabajo, y tratamos de darles el mejor trato a los pacientes. Sólo que esta es una clínica para enfermos mentales. Y su esposa, no padece ningún trastorno mental. Lo que su esposa tiene, es solo, depresión. Mal cuidada por cierto. En mi clínica, que es una clínica dedicada a esos casos en particular, estará mejor atendida, le daremos el medicamento adecuado a su enfermedad.
¿Qué me está diciendo? ¿Que el doctor Licona no la estaba atendiendo adecuadamente? Porqué si es así, tendré que demandarlo.
Estaría bien que lo hiciera. He estado viendo el expediente de su esposa, y, en ninguno de los casos que aquí presenta, muestra síntomas de esquizofrenia, que es la enfermedad diagnosticada desde un principio. Haga lo que tenga que hacer, pero a su esposa me la llevaré, con o sin su consentimiento, ya que la que ha firmado por ella en todo este tiempo es la señora Olvera, Carol Olvera. Y si nos permite, nos tenemos que ir.
(Roberto no podía concebir la idea de que todo se estuviera saliendo de control, estaba llegando al límite, así que decidió actuar de la misma forma que actuó cuando asesino a su propio hijo).
No puede ser que se esté saliendo todo de control. Necesito actuar rápidamente. Tengo que matarla. Si ella muere, yo quedaré como único dueño de sus bienes. No sé por qué no hice eso desde un principio. Doctor Licona! Necesito que me haga un último favor.
Ya le dije que no quiero tener nada que ver con usted. Déjeme en paz.
Solo un favor mas y lo dejaré, se lo juro.
Está bien. ¿Ahora, qué quiere de mi?
Usted sabe la ubicación de la clínica de la doctora Ruano, ¿no es así?
Si, así es. ¿Qué es lo que pretende hacer ahora?
Voy a demostrarles a todos que de Roberto Medellín nadie se burla, voy a acabar con esto de una vez por todas, anóteme la dirección. Necesito estar allá antes de que lleguen.
(Roberto estaba decidido a acabar con la vida de Sara y de todos aquellos que interfirieran en sus planes, sin darse cuenta, Roberto se estaba volviendo loco, estaba cayendo en su propia trampa).
Disculpe señorita, ¿la doctora Silvia Ruano?
Ella no se encuentra. ¿Lo puedo ayudar en algo?
Claro que sí. Vera usted, mi nombre es Roberto Medellín, y soy esposo de la señora Sara Medellín. La doctora Ruano me informo que traerían a mi esposa para esta clínica. No sé si ya la internaron, o aun no. Lo que pasa es que me llamo al trabajo y vengo de allá. No sabe usted si ya está aquí.
Aun no llegan señor. Pero ya no tardan. La doctora llamo para que se le asignaran una habitación.
¿Me podría decir cuál es? Quisiera darle una sorpresa a mi esposa. Como vera, le traigo rosas, y quisiera que estuvieran ahí para cuando ella llegue.
Claro que sí, yo misma lo llevare. Por aquí por favor.
Se lo agradezco señorita. No sabe la alegría tan grande que me da el permitirme darle esta sorpresa a mi mujer. La quiero tanto!!!
Para mí también es un gusto señor. Mire, esta es su habitación. Y justo ahí hay un florero, si me permite le pondré las rosas en agua.
No, deje. Yo lo hare. Vaya sin pendiente, siga haciendo sus cosas. Y por favor, no diga nada, quiero darle una sorpresa a mi mujer. Muchas gracias por todo.
(Mientras Roberto planeaba la forma de deshacerse de su esposa, tanto la doctora y Carol animaban a Sara a seguir adelante, augurándole un futuro completamente diferente al que su esposo había planeado para ella).
No se preocupe Sara, le aseguro que en unos días estará disfrutando de su vida, y todo quedara en el pasado. Solo le pido que este tranquila. Si todo sale bien, el viernes la acompañaré a la audiencia, y llevare el expediente done indica que usted está en perfectas condiciones, tanto físicas como mentales.
Muchas gracias doctora. No sé cómo pagarle todo lo que ha hecho, sin su ayuda no hubiéramos podido hacer nada.
Ya no se mortifiquen por eso Carol. Lo bueno es que Sara ya está en buenas manos. Vaya a descansar, aquí no dejaremos sola a Sara en ningún momento. Daré la orden para que no dejen entrar al esposo de Sara, les prometo que a partir del sábado será una vida totalmente diferente para ustedes.
Solo iré a mi casa por ropa. Si no tiene problema que me bañe aquí. No quiero alejarme de ella ni un solo momento.
Claro, vaya y traiga lo que necesite. Y coma algo para que recupere fuerzas. Su amiga la necesita completamente en sus cinco sentidos. Valla sin pendiente.
(Definitivamente ninguna de las dos imaginaba que el verdugo de Sara estaba escondido en su misma habitación. Era inminente el peligro que asechaba a Sara, pero solo DIOS podría poner fin a la maldad de Roberto).
¿Así que ahora estas en mejores manos?
Roberto! ¿Qué haces aquí?
Pues creo que la doctora va a dar la orden de que no me dejen entrar demasiado tarde. Porque ya estoy aquí. Y ¿por qué? Soy tu esposo! ¿Por qué no puedo verte? ¿Es acaso que has dejado de quererme? ¿Qué te pasa? ¿Por qué tan callada?
Vete Roberto. No quiero verte. Vete si no quieres que....
¿Qué??? ¿Qué vas a hacerme? Eres una pobre infeliz que no supo cuidar ni de su propio hijo.
Cállate!!!
¿Te duele la verdad? Tú mataste a tu hijo con tu falta de cuidado. Si tu hubieras estado con el aquel día, no se hubiera ido al lago, ni se hubiera ahogado.
Cállate!!! Vete, vete de aquí. Yo no mate a Bobby, fue un accidente.
Un accidente que se pudo haber evitado. Pero no. Tú como siempre ocupada con tu amada. Platicando de tonterías, si Carol no hubiera estado aquel día contigo quitándote el tiempo como siempre, mi hijo ahora estaría vivo.
Basta! Tú me quieres volver loca, pero no lo vas a conseguir.
Tienes razón. Quise volverte loca y no pude. Por eso hoy he venido a acabar contigo de una vez.
Suéltame, dejameeee!
Lo siento Sara, pero tienes que morirte. En mis planes no estaba el matarte, solo quería volverte loca para quedarme con todo tu dinero... Es por eso que tuve que deshacerme de nuestro hijo. Si, como lo oyes, yo asesine a Bobby. Sabes desde cuando he venido planeando esto? Desde que el loco de tu padre tuvo la genial idea de dejarme fuera de su herencia. Por eso no quería que tuviéramos hijos, pero tú te empeñaste. Por eso tuve que quitarlo del camino. Y tu mi pobre Sara. Todo hubiera sido más sencillo si hubieras enloquecido, pero gracias a tu estúpida amiga no fue así. Pero terminaré contigo de una vez y para siempre.
(Roberto estaba decidido a acabar con la vida de Sara sin que nadie pudiera evitarlo. Carlo estaba por llegar a la habitación. Necesitaba llegar alguien pronto, si no la vida de Sara se apagaría por completo sin que nadie lo pudiera impedir).
Carol, ¿ya está aquí?
Si, vine lo más rápido que pude. No quiero dejar sola a Sara mucho tiempo.
Ella está bien. Precisamente la dejamos tranquila en su habitación. Pero no se preocupe que las enfermeras están al pendiente.
Doctora, que bueno que la veo. Necesito que me firme estos papeles que los tenía que haber mandado desde temprano.
Discúlpame Magy, es que con el traslado de la señora Medellín a esta clínica se me fue casi todo el día.
Por cierto, ¿le gustó la sorpresa que le dio su esposo?
¿Sorpresa? ¿De qué hablas?
El señor Medellín me pidió de favor que lo llevara a la habitación en donde tendrían a su esposa. Traía un hermoso ramo de rosas, y dijo que le quería dar la sorpresa esperándola ahí.
¿Roberto esta aquí?
(Al oír eso, Carol corrió, sintió que su amada Carol corría un gran peligro, sabía que si no llegaba lo más pronto posible, probablemente no evitaría el daño que Roberto pudiera hacerle).
Carol espere...
¿Quieres decir que el esposo de Sara estaba en la habitación cuando llegamos?
Si, ¿no lo vieron?
Rápido llama a la policía, pronto...
Pero, ¿qué pasa doctora?
No hagas preguntas y hazlo, yo iré por un guardia de seguridad para que nos acompañe. Espere Carol, no puede ir sola es peligroso!!
Maldito, dejalaaaa!!
Quítate de mi camino! Como
siempre tú, estorbándome en todo momento, pero también contigo acabare.
No Roberto, no le hagas daño a ella. Vete Carol, vete de aquí.
(Roberto, al sentirse descubierto, tomo a Carol y la amago con una navaja en el cuello, estaba decidido a matarla).
Roberto, tire esa navaja. Suelte a Carol, no podrá salir de aquí. La policía está en camino, no haga que el guardia le dispare. Por favor déjela ir, entréguese.
Nunca podre entender porque no te conformaste conmigo! ¿Por qué tenías que embarazarte? Siempre fui muy poco para ti. Nunca pudiste olvidarte de esta maldita, pero la matare al igual que mate a nuestro hijo, te juro que tú no serás feliz, nunca podrás ser feliz. Vivirás con el remordimiento de que por tu necedad de tener un hijo, tuve que matarlo, y por empeñarte a vivir en la realidad, veras morir al amor de tu vida, porque sé que estas enamorada de ella desde antes de casarte conmigo....
Noooo! No lo haga! Rápido traigan gasas...
Al intentar degollar a Carol, Roberto decidió degollarse a sí mismo, quitándose la vida para escapar de toda la maldad que había ocasionado.
Sara, ¿estás bien?
Si, el mato a mi hijo Carol, el lo mato!!! ¿Por qué lo hizo?, ¿por qué???
Clámate Sara. Tranquilízate.
¿Por qué destruir mi vida de esa manera?! .No quiero que se muera Carol, quiero verlo pagar por todo el daño que me hizo, por haber matado a mi hijo, haber intentado matarte a ti, nunca se lo voy a perdonar! Nuncaaa!!!
Calmese Sara, ya todo terminó, su esposo no volverá a molestarla, acaba de morir.
Hubiera querido que pagara en vida todo el sufrimiento que ha causado.
(Debido al shock en el que se encontraba Sara por haberse enterado de que Roberto fue el asecino de su hijo, tuvieron que administrarle algunos calmantes a Sara).
Duerme Sara, mañana todo será diferente. Descansa, aquí estaré contigo como siempre.
¿Cree que esto pueda afectarle doctora?
De ninguna manera. Sara está completamente consciente de su realidad. Tuve que administrarle un sedante para que se relajara. Pero en ninguna manera este acontecimiento la perturbara. Yo hablare con los especialistas que la verían mañana en la clínica del doctor Licona. Sara ya no necesitara ser revisada por esos médicos. El alta se la daré yo misma. Espero que a esta hora ya hayan detenido al doctor Licona.
¿Detenido? ¿por qué?
Porque fue cómplice del señor Medellín en la muerte de su hijo, el realizo la autopsia, y no revelo la verdadera causa de su muerte. Y recuerde que también altero los medicamentos de Sara.
Es verdad. No puedo creer que exista gente en el mundo con el corazón tan negro.
(La maldad de Roberto había terminado. Sara estaba a punto de recuperar su vida normal, pero definitivamente hay cicatrices que tardan en sanar, y eso era algo que Carol tendría que entender y aceptar aun en contra de su propia voluntad).
Hola cariño. ¿Cómo te sientes?
Bien, algo mareada pero bien.
Hoy saldrás de la clínica. Y adivina qué. Ya no regresaras más a ningún sanatorio. La doctora Ruano te dará el alta, y ni siquiera tendrás que presentarte a la última audiencia médica.
Que bueno. La verdad, me sentía algo preocupada por esa última cita.
Pues ya no te preocupes. Ya todo termino cariño. Esta misma tarde te darán el alta. Y en cuanto tú lo decidas, nos iremos muy lejos de aquí a formar tú y yo nuestra propia familia. Pero bueno. Eso lo hablaremos después.
Señora Medellín. Aquí tiene su alta. Puede dejar la clínica cundo usted lo decida.
Muchísimas gracias doctora. No sé que hubiera hecho si usted no hubiera creído en mí.
Yo siempre supe que usted estaba completamente sana. Ahora, a empezar de nuevo. Tiene a alguien que nunca la ha dejado, y que la quiere por sobre todas las cosas. Deseo lo mejor de la vida para ustedes dos, y espero no verlas pronto, no por aquí.
Gracias doctora, DIOS le recompense por todas las buenas obras que ha hecho, no solo con nosotras, sino con mucha gente. DIOS la bendiga siempre. Ahora si Sara, nos iremos lejos de aquí, olvidaremos todo, y formaremos un hogar tu y yo juntas. ¿Qué pasa? ¿No te gusta la idea?
No lo sé Carol, me siento tan confundida. Yo tenía una familia, y ahora ya no tengo nada.
Me tienes a mí. Yo siempre he estado contigo. No digas que no tienes nada, como crees que me siento cundo dices eso?
Perdona, no quiero hacerte sentir mal, solo que aquí esta mi hijo. Como me pides que me vaya y forme un hogar contigo! ¿Crees que me puedo olvidar de él?
Yo no te he pedido que lo olvides. Bobby siempre vivirá, tanto en tu corazón como en el mío. Solo te pedí que hiciéramos una nueva vida juntas, que dejes el pasado atrás. Pero es obvio que Bobby, aunque forme parte de tu pasado, siempre va existir, ¿cómo puedes siquiera imaginar que deseo que te olvides de él?
Me siento confundida. Yo quiero estar contigo, pero no sé si quiera formar un hogar a tu lado. Necesito enfrentar mi pasado. Digerir todo lo que paso.
No quiero que pienses que te estoy presionando. Yo esperare el tiempo que desees. No importa si es aquí o en otro lado, yo estaré contigo.
No Carol, no entiendes. Necesito estar sola. Pensar en todo lo que ha pasado. Tratar de reacomodar mis pensamientos, mi vida. Darme cuenta si en realidad quiero que estés en ella como mi pareja, o solamente como amiga.
(Carol sintió que Sara la estaba destituyendo de su vida. No sabía exactamente qué era lo que ella quería. Mientras ella siempre estuvo convencida del amor que le tenía, se daba cuenta que Sara una vez más, dudaba de lo que sentía. Así que decidió darle el tiempo que ella misma le solicitaba).
Está bien Sara. Yo no te voy a obligar a vivir conmigo una vida que no deseas vivir. Yo siempre estaré aquí. Como tu mejor amiga, o como tu pareja si así lo decides. Me iré, te daré el tiempo que deseas. Aclara tus ideas, tus pensamientos. Cuando decidas que hacer con tu vida házmelo saber. Pero quiero decirte que cualquiera que sea tu decisión, yo estaré contigo cuando tu lo necesites. Te amo Sara. Te amo más allá de mi misma. Más allá de lo que yo misma hubiera pensado amar. Siempre podrás contar conmigo, y estaré contigo en todo y para todo. En cuanto salgas de la clínica, y te deje instalada en tu casa, me iré. Te dejare mi dirección y mi teléfono para que me hagas saber tu decisión. No te preocupes, yo estaré bien. Lo que más interesa ahora es que tú estés bien, y que puedas hacer tu vida lo más normal que se pueda. Recuerda que muchas puertas se te han cerrado, pero aun queda una por abrir. El día que te decidas a hacerlo, yo estaré ahí, para entrar juntas por esa puerta.
(Carol se sentía algo decepcionada porque sentía que Sara en realidad no estaba confundida, sino que realmente no la amaba como ella siempre lo había creído. Comenzó a pensar que tal vez lo que Sara siempre había sentido por ella era admiración o agradecimiento por haber estado junto a ella en los momentos más difíciles de su vida. En su mente se convenció de que no era correspondida por Sara, y sintió que su vida ya no tenía el mismo sentido. Ella creía que Sara no la necesitaba como antes, y decidió alejarse de ella poco después de haber sido dada de alta. Una mañana, luego de haber acompañado a Sara a una de sus últimas terapias, Carol se marcho dejándole una rosa blanca y una nota escrita con todo el dolor de su corazón).
Querida Sara, siempre te amare, pero no puedo vivir contigo y estar sin ti. Perdóname, se que todo lo adverso en tu vida ha pasado y también se que tienes fuerzas suficientes para enfrentarte tu misma a la vida. Gracias por todos los momentos que me permitiste pasar a tu lado, gracias por dejarme amar a tu hijo como mío, y también por dejarme llorar su muerte y compartir ese dolor. Gracias por quererme. Hoy tengo que alejarme porque te amo. Perdóname porque esta vez estoy pensando solo en mí, pero sé que tu estas bien y estarás bien. Te dejo esta rosa blanca y con ella te dejo mis lágrimas y mi amor. Le dejo una rosa a Bobby a quien ame por ser hijo del amor de mi vida. Hasta siempre.
(Cuando Sara leyó esa nota, sintió mucho dolor, tristeza, pero sobre todo, sintió que su alma lloraba de una manera diferente. Se dio cuenta de todo lo que no había podido entender. Supo que su alma lloraba, no por la amiga que había estado a su lado toda la vida, sino por el amor que no había sido capaz de reconocer. No podía creer que aquella mujer que le había dado tanto, de pronto ya no estuviera con ella. Tomo la rosa, subió a su coche y decidió ir a buscarla. Fue a diferentes partes donde pensó que pudiera estar, pero no la encontró, y de pronto paro su coche…)
Le dejo una rosa a Bobby! ¿En dónde la dejo? Esta con él, fue a despedirse de él, tengo que llegar al panteón antes de que se aleje de mí y no pueda averiguar en donde encontrarla.
(Efectivamente, cuando Sara llego al panteón, específicamente a la tumba de su hijo, ahí se encontraba Carol, llorando, despidiéndose del hijo de la mujer que tanto amaba).
Mi amor, mi pequeño amor. Tu siempre supiste el amor tan grande que te tenia, y también sabias lo que amaba a mama. Te quiero y siempre te llevare en mi corazón. Perdóname por alejarme. Tu mama necesita vivir la vida sin mí, enfrentarla y tener nuevas oportunidades en el amor. Siempre la llevare en mi corazón, porque cuando ella llego a mi vida, lo hizo para quedarse. Tu, tu siempre estarás aquí, conmigo, en mi. También fuiste mi regalo, mi luz. Hijo mío cuanto te extraño. Cuida de mami, y cuida de mi también. Quiero decirte lo que nunca te dije… eres el hijo que siempre quise tener al lado de Sara. Hasta siempre mi pequeñito.
(Cuando Carol giró su cuerpo para alejarse de aquel lugar, se encontró de frente con Sara, y no pudo evitar que su corazón diera un vuelco al mirar su rostro y escucharla decir…)
No te vayas mi amor. Te necesito, te quiero en mi vida. ¿Crees que podría vivir sin ti? Pues sí, sí puedo. Tú me ensenaste a ser valiente, a sobreponerme al dolor, a la angustia y desesperación. Pero no quiero no quiero vivir sin ti.
Sara! No te confundas. Tu vez en mí a esa amiga que siempre ha estado a tu lado. Yo no puedo vivir así contigo. Ya no puedo verte y no tenerte. Perdóname, siempre seré tu amiga, pero lejos, muy lejos de aquí.
No Carol. No estoy confundida. Te está hablando la mujer, no la amiga. La mujer fuerte y valiente que me has ensenado a ser. La mujer en la que has despertado sentimientos que creía dormidos. Y son los mismos sentimientos que despertaste por primera vez hace muchos años pero que no quise reconocer jamás. Déjame esta rosa, pro deja también tu corazón. Te quiero conmigo, no porque no pueda vivir sin ti. Te quiero conmigo porque eso es lo que quiere mi corazón. Quédate por favor, quédate y permíteme demostrarte todo lo que siento. No estoy confundida. Estoy decidida. Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. Al lado de la mujer que me ha ensenado a amar, a sobreponerme al dolor, a la desgracia y al desamor. La mujer que me ha ensenado a razonar en medio de mi locura. La mujer que con su amor me ha dado la fuerza suficiente para llenarme de valor y dejar que se cerrara una puerta que no quería dejar cerrar, y la mujer que me ha hecho ver que aún queda … UNA PUERTA POR ABRIR.
El insaciable amor de Carol por Sara fue más allá de ella misma. Se negó a sí misma por muchos años, solo por ver feliz a su amada. Entrego su alma para hacer felices a las personas que mas amaba, que eran Sara y Bobby. Venció el dolor tan grande de perder a su hijo putativo para llenar de valor a la mujer que mas amaba. No dejo de luchar ni un solo momento por el bienestar y seguridad de Sara. Consiguió por todos los medios rescatar a Sara de las garras de Roberto y ponerla en tierra firme. Pero cuando estaba convencida de que el amor que ella sentía por Sara no era correspondido, quiso alejarse y dejarla para que rehiciera su vida de la forma que a ella le fuera conveniente. Mas sin embargo, toda la lucha y pasión que ella puso en todo lo que hizo al final si tuvo recompensa, y fue precisamente que Sara reconociera por ella misma el gran amor que siempre había sentido por Carol, y que por razones que tal vez eran desconocidas por ambas, tuvo que callar para casarse con un hombre que no merecía su amor, pero le dio la felicidad de tener un hijo a quien amo y amara toda la vida. Ahora, ellas viven una nueva etapa en sus vidas. Han formado un hogar, una nueva familia, y están convencidas que las cosas que pasan siempre dejan una enseñanza. Tienen la certeza de que si las cosas hubieran pasado de manera diferente, tal vez nunca hubieran tenido la oportunidad de compartir sus vidas, y de disfrutar de ese amor que se ha fortalecido con cada una de las experiencias vividas. Sara siempre agradecerá a Carol el haberle dado el valor para pasar por una puerta totalmente desconocida para ella. Pero más que nada por pasar tomada de su mano, y por seguir caminando un camino que hasta ahora les ha brindado, en medio de felicidad y adversidad, la dicha de compartir el amor.