Una propuesta de trabajo II

Deslizo suavemente su glande por entre mis glúteos hasta llegar a mi orificio, presiona ayudándose con las yemas de sus dedos, acabando por introducirse tras una leve presión, acabando por quedarse quieto unos minutos… uuummm!.

Una propuesta de trabajo II

No me gusta alardear… al menos demasiado, soy a la vista de todo un caballero, casado, serio y respetado. Amante de mí querida esposa, hetero y activo… muy activo según mi mujer. Mirad, para aquellos que tanto me preguntan sobre mi persona, os diré que actualmente tengo cuarenta y cuatro años, mido un metro ochenta y tres centímetro, peso setenta y ocho kilos, mi físico es normal para nada fibroso… aunque eso me gustaría. Mis cabellos son castaños aunque a día de hoy cada vez más escasos, soy como dicen por ahí… un osito, por la cantidad de vello que tengo. Pero bueno dejare de hablar de mí, centrándome en la continuación de mi anterior confesión… “Una propuesta de trabajo”, vale.

Mi experiencia fue a raíz de aquel año en que me quede en paro, vez que estaba entregando Curriculum por un Polígono Industrial, donde precisamente y por causas del destino que desconozco, me encontré precisamente aquel que me follo dentro de mí coche por la mañana. El cual tras reconocerme, sabiendo que necesitaba un empleo y de paso estar dado de alta en la SS, acabo por proponerme...

  • "Mira viendo que necesitas trabajo para poder cotizar, puedo proponerte un trabajito".

  • “Trabajo que consiste en estar a mi disposición, donde no solo trabajaras sino que compartirás algo más que la  cama. Dejándome saciado y de paso realizar mis fantasías, estarás a mi merced para mis vicios".

Dejándome cortado y apenas sin palabras, tras una breve conversación donde me expuso todas las condiciones, acabando por aceptar de forma momentáneamente. No por otro motivo que el de pagar las facturas, pues cuando llegue a mí casa y cogí las cartas del buzón, no eran estas otra que la contribución, factura del agua, la factura de la luz entre otras. En mi mente no estaba claro está la de trabajar como “puto” o “chapero”, cosa que este me hacía ver que no era la cosa, pues no solo le satisfacerla sino que trabajaría también.

Bueno, tras llegar a su empresa y en su oficina leer mí contrato, donde encuentras nada raro y acabas por firmar, mientras esté detrás de mí no deja de restregar su miembro por mis nalgas. Tras firmar, coger este y decirme…

  • “Pues ya estas contratado, eso significa qué vas a comenzar ya mismo”.”.

Coge se sienta en su sillón al tiempo que se saca del interior de su pantalón su miembro, soltándome…

  • “No creo que te recuerdes lo que tienes que hacer”.

En ese momento comenzó mí “jornada laboral”, donde tras lamer su glande e ir descendiendo hasta sus huevos, fui interrumpido por su secretaria el cual me hizo meterme debajo de su mesa. Soltándome…

  • “Tranquilo que hay nadie te vera, tu chúpamela bien chupada”.

Comprobando con gran placer y morbo que donde yo estaba no podía ser visto… uuummm!, disfrutando y haciéndole disfrutar de la comida de polla y de huevos. Para más tarde, desvestirme y follarme sobre la mesa a saco, no aguantando mucho más y correrse sobre mí espalda, dejándome así para que me fuera a trabajar… uuuffff!.

La secretaria ni se extrañó de cuando salí del despacho, simplemente me llevo a recursos humanos donde me darían el vestuario. Acabando por ser presentado a mi encargado, el cual me indico mis obligaciones, trabajo que hice con toda dedicación. Como dije en mi anterior confesión, esa semana se me hizo muy larga, aunque también muy satisfactoria. Semanas más tarde, me invito a su casa donde tras darme una copia de su casa, me pidió que me probara unas prendas que tenía de mujer. Prendas que no me pude negara a ponerme… como parte del nuestro acuerdo, acabando por desvestirme y colocarme aquellas prendas, mientras me decía…

  • “No me van los tíos con plumas ni afeminados, pero tú eres diferente, pues tu ni eres una cosa ni la otra, simplemente es parte de un juego donde el morbo y la humillación lo es todo”.

Le gustaba verme como un tanga, medias de ligas de color negro, zapatos de tacón de aguja y un suéter, o en otras ocasiones vestida y pintada completamente, prendas que le ponía mucho. Como también, aquel juguete erótico que le gustaba hacerme llevar, no siendo este otro que plug anal de quince centímetros. Disfrutando de verme con ese juguete mientras yo no dejaba de chupársela, llegando a dolerme hasta los mismos labios. Los días que mí jornada laboral comenzaba desde presentarme a las ocho de la mañana en su casa, días en que salía de casa mentalizado y con una limpieza bien a fondo, cuyo orificio iba también preparado… mmm.

Tras entrar en su casa, me dirijo directamente a su dormitorio, me desnudo y me meto en la cama. Sintiendo al poco rato su cuerpo desnudo pegarse al mío, su pecho velludo pegarse al mío y su miembro morcillón presionar mis nalgas… mmm. Separándose para posar su mano en mis nalgas, deslizándola hacia mis muslos e ir ascendiendo hasta mi pecho… uuummm. Yo finjo dormir aun sabiendo este que estoy despierto, pues es como le gusta pensar que estoy en realidad. Siento su mano deslizarse por mis nalgas, continuando por solo deslizar la yema de uno de sus dedos en círculos… mmm. Aquello me pone los vellos de punta… erizándose todo… ooohhh!, deslizándolo hasta la unión de mis glúteos, poco a poco… uuummm!.

Comenzar a deslizarlo sintiendo cada vez sus dedos por mi orificio anal, tanto que acabo por introducirme uno de sus dedos… ooohhh!. Entrándome con suma facilidad… uuummm! (claro esta gracias a mi preparación), cosa que este gusto y continuar follándome durante unos minutos, sustituyéndolo por dos dedos… ooohhh. Retirándolo y sintiendo su glande deslizarse por entre mis glúteos, sintiéndolo ya duro… y muy caliente, desliza suavemente su glande hasta presionar mi orificio, no dejando de ayudarse con las yemas de sus dedos y tras una leve presión… ooohhh!, acaba introduciéndomela un poco y quedarse quieto, quieto hasta que me haga a su grosor… uuummm!.

Tras unos minutos vuelve a moverse, entrándome poco a poco hasta sentir sus peludos y grandes genitales golpear mis nalgas… aaahhh. No deja de acariciarme, no deja de embestirme mientras jadeo de placer… uuuffff!. No dejando de bombear… aaahhh!, llegando e incluso a masturbarme al tiempo que me penetra… ooohhh!. Comenzando a gemir con fuerza al tiempo que acelera sus embistes… aaahhh, muerde mi hombro y siento como se le hincha su tronco, acabado por sacarla… uuummm!. Sabiendo bien que se ha corrido dentro de mí… uuuffff!, sabiendo bien que me ha preñado como así me susurra al oído, pero aun así… sigue jugando con mi culito… uuummm!, sigue dedeándomelo al tiempo que muerde mis pezones y me hace saber…

  • “Joder… aaahhh!, te voy a reventar zorra… uuuffff!”.

Cosa que me dejo hacer y tirando de mis piernas hacía él, me veo al borde de la cama al tiempo que levanta mis piernas hasta colocárselas por encima de sus hombros, viendo como coge su miembro con su mano derecha y vuelve a restregarla por entre mis glúteos… mmm!. Presionando una vez más sobre mi orificio… ooohhh!, introduciéndomela de una sola vez hasta sentir como golpea mi próstata… aaahhh!. Comenzando a moverse al compás de sus caderas… ooohhh!, moviéndose de delante hacia atrás mientras yo jadeo de placer... uuummm!... ooohhh!... aaahhh!. El me folla con fuerza e introduciéndomela bien profunda, mientras me pide que me masturbe… cosa que hago, no dejándome de decir…

  • “Tú no eres mi puta, sino mi novia y con el tiempo, quizás mi mujer”.

Volviéndose a correr de nuevo en no más de diez minutos, sacándola al tiempo que siento como sale de mí su leche caliente, me mira y sonríe malévolamente, pues bien sé que esa sonrisa significa que aún no ha terminado. Volviendo a restregar su glande por mis nalgas, volviéndomela a introducir de una sola embestida, siendo ahora sus penetraciones muy duras tanto que me tengo que sujetar al colchón… ooohhh!. Mientras me pregunta entre gritos…

  • “¿Quieres que pare?”.

Respondiéndole a modo de súplica…

  • “No por favor… no pares”.

Volviéndome a preguntar…

  • “¿Pero quién coño eres tú?”.

Respondiéndole de nuevo…

  • “Soy tu puta… aaahhh”.

Replicándome él…

  • “Yo no tengo puta. ¿Quién coño eres tú?”.

Acabando por contestar…

  • “Aaahhh!, soy tu novia… uuummm!”.

Sonriente acelera sus endiabladas embestidas, produciéndome un dolor bestial pero al mismo tiempo mucho placer… uuuffff!. Acabando por venirse nuevamente, quedándose echado sobre mi cuerpo… uuummm!, mientras siento su miembro perder erección. Para aquellos que extrañado queráis saber si un hombre de su edad puede alcanzar los tres orgasmos, pues es sí… es normal, ya que no es el primero con el que estuve que podía correrse hasta tres veces. También es verdad que con el tiempo, mientras me follaba en medio de tanto placer, acabe por decirle que lo deseaba al tiempo que se me escapo un “te quiero”.

Bueno como os mente al inicio, este deseaba realizar sus fantasías, pues decía que nunca había tenido a una persona a su merced, persona ya sea mujer u hombre, no queriendo perder la oportunidad precisamente ahora. Me confeso que era fetichista de prendas femeninas y no solo le pone vérselas a las mujeres, sino también a los hombres. Por lo que me tenía vestida como su putita, pues aparte de fantasía también era parte de humillación hacia mí, eso y que cuando me tenía amarrado le gustaba penetrarme con todo tipo de objeto.

Pues este vestuario le ponía mucho y me follaba tantas veces como se empalmaba, llegándolo a lograr al tomar hasta viagra, acabando por parecer más un perro que una persona. Llegando a veces a organizar en su casa reuniones, donde acababa yo por mamar a unos al tiempo que era penetrado por otro. Mientras este disfrutaba no perdiendo detalle, estando sentado con un puro en una mano y en la otra una copa de coñac. Disfrutando de ver como sus amigos les daba placer, comiéndosela a uno o dos al tiempo, mientras masturbaba a otro y un cuarto me sodomizaba… ooohhh!.

Pero mí mayor temor no fue esas fantasías, sino aquella que me hizo saber que no era otra que la de verme siendo follado por un caballo. Fantasía que me vi realizar el día que me llevo a su hacienda, donde me llevo a las caballerizas y a las cuadras, enseñándome a sus sementales, cuyas pollas median no menos de cincuenta centímetros… uuuffff!. Aquel día recuerdo que me presento a un chico, chico que vi como se agacho debajo de un caballo y se la mamaba… mmm, consiguiendo introducírsela dentro de su boca hasta acabar casi ahogarse de tanta leche que soltó el caballo. Claro está aquello nos puso caliente perdido, comenzando este allí mismo a meterme mano… uuummm!. Magreo que me puso cardiaco y que poco a poco entre besos por mi cuello, oreja y hombros fue despojándome de mi camisa… uuummm!. Mientras me acariciaba mi cuerpo sobre todo pecho y pellizcando pezones, siento como restriega su miembro por mis nalgas. Soltando el cinturón, desabotonando el botón de mi pantalón y bajar la cremallera, para pisar mis talones y de esta forma descalzarme. Quedándome con mi ropa interior que en eso momentos eran de tipo suspensorio, continuo por besar mi espalda y hombros hasta mis nalgas, mientras yo me sujetaba a la cerca con los ojos cerrados… ooohhh!.

Recuerdo que tras abrirlo como este me pidió, pude ser testigo de cómo un semental (caballo) sodomizaba a una yegua. Pudiendo ver el semejante pollón que tenía el caballo, doliéndome en ese momento tanto como a la yegua. Bueno, también me dolió cuando este tras colocar su glande en mi orificio me penetró… uuuffff!, comenzando a follarme allí mismo delante de ese chaval. Chaval que aunque no es de mis preferencias, cuando saco su polla del interior de su pantalón, no era para hacerle el feo y me la metí en la boca, chupándosela al tiempo que este me penetraba. Acabando por turnarse, siendo ese chico quien me penetro tras colocarse un condón, dándome tanto placer como el que me dio mí amante, acabando por hacer allí mismo el trenecito… uuummm!.

Pero como todo bueno se acaba, esto también llegaba a su fin, no porque este maduro empresario lo quisiera, sino porque tuve una oferta de trabajo de mi sector. Aunque no estaría tan bien como con él, no disfrutaría como lo hacía cada día, pero a la larga era mucho mejor para los dos.

La semana que me toco finalizar mi contrato con él, me pidió hacer realidad una de sus fantasías más disfrutada, no siendo esta otra que la de despertar conmigo. Esa semana no me compartió con nadie, disfrutaba como si fuera la última vez que nos veríamos, aunque en verdad fue así. Espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email (lógicamente todo junto) es… Jhosua 1974 @ Gmail . com