Una profesora peligrosa (1)
A Lourdes le encanta que le laman los pies, pero yo no, tampoco es que me disguste, pero yo soy de las que prefiere que le laman el culo.
UNA PROFESORA PELIGROSA I A Lourdes le encanta que le laman los pies, pero yo no, tampoco es que me disguste, pero yo soy de las que prefiere que le laman el culo
Era en Septiembre, y eran las fiestas del pueblo. Una noche conseguí ligarme (o eso creía yo) a una mujer algo más vieja que yo (yo tenia 20años, y ella 29), me invitó a su casa. Al entrar en su piso me quedé petrificado. Por fin volvía a ver a esa profesora que me había hecho sufrir tanto durante el transcurso de todo el año anterior y al final había suspendido su asignatura. Lourdes (mi profesora) irónicamente dijo "Has caído en mi trampa. Por cierto, te presento a mi hermana Maria" Al que yo contesté "Espero que hayas pagado tu seguro de vida porque me lo vas ha pagar". Al que ella respondió "No necesito seguro para un niñato como tú, no te tengo miedo. Sabes lo que creo, que me limpiaré los pies en tu cara" Sus amigas y sus otras tres amigas (supuestamente) se rieron por lo que dijo. De golpe su sonrisa desapareció y me dijo:"De rodillas, Napoleón y lame mis botas" La miraba con una mirada atónita. Que huevos le echaba esa zorra. Estaba ahí mirándola y deseando darle una buena lección y ella me pedía que le lamiese los pies. "Venga, Napoleón. Muestra a mis amigas como te arrodillas a mis pies. ¿No te acuerdas? Como te pusiste de rodillas para suplicarme que te aprobase, ¿No me digas que no te acuerdas" Por supuesto que me acordaba de aquel día, me había dicho que si me arrodillaba me aprobaría, pero al final no lo hizo. Repentinamente se levantó y me soltó una patada en toda la cara con esas botas tan estupendas. Veía como la habitación daba vueltas y mas vueltas, estaba flotando. Oía como sus amigas se reían y le aplaudían. No me lo podía creer uno de sus pies me había dejado grogee. Me sentía avergonzado que con una sola patada me hubiese dejado de esa manera. Me levanté, moviendo la cabeza para despabilar un poco. Me miró para hablarme "Espero que sigas pensando que mis botas son geniales, porque hoy te van a partir la cara durante los próximos minutos Y podrías ser algo más agradecido, es un honor que mis botas te toquen." Me levanté porque no tenía ninguna intención de que esa sádica me metiese una paliza. Me levanté y me dirigí hacia ella. "Me sorprendiste la primera vez, pero ahora prepar "splachhh. "Oh, Napoleón, ¿que gusto tienen mis botas?" respondió Volvía a estar en el suelo y veía sus preciosas botas, sus amigas la animaban, mientras yo, con una mano intenté alcanzar una de sus botas, pero ella la quitó justo a tiempo y me pisó la mano con un golpe seco (que por cierto me rompió un metacarpo). Ella disfrutaba humillándome. Mientras sus amigas decían: "Que pisada" "Nunca había visto a nadie tan machacado con tan pocos golpes" "Su cara olerá a sus pies toda la semana" "como me gustaría ser yo quien le esté humillando", y Lourdes dijo "Tiene suerte que le vaya a dejarle vivir, y tranquilas después de mi, todas tendréis la oportunidad de hacer con él lo que queráis". Ellas vieron que volví en mi. Había conseguido ponerme a cuatro patas, y ella vino hacia mi dejando sus pies a 10 centímetros de mi cara. Levanté la mirada, lo que le dio otra oportunidad de darme otra patada Splachhh!! Su talón me había dado en plena cara lo que hizo que cayera hacia atrás. Veía doble, intentando no quedarme tirado, es decir, quedarme a cuatro patas. Mientras andaba a cuatro patas en ese salón, como un perro perdido. Lourdes andaba a mi lado. "Párate aquí" me ordenó. Me paré"Ahora mírame"Movía mi cabeza, suplicándole que parase. "Pídeme perdón, o sigo usando tu cabeza como un balón" Sinceramente, estaba aterrorizado. Iba a presentar mis excusas, pero ella ya había decidido seguir divirtiéndose conmigo. "¡Demasiado tarde! ¡Prueba esto!" Splachhh!!! Mi cabeza iba de atrás para adelante y viceversa. "Y toma esto" Splachhh!!! "Eh Napoleón, tiene buen gusto, ¿verdad?" Splachhh!!! "¿Y este?"Splachhh!!! "No sabrás lamer los pies también, porque hasta ahora no me lo has demostrado, pero" Splachhh! Splachhh! Splachhh! Mi cabeza iba y venia al son de las botas de esa ninfómana. Me encontraba boca abajo, pero una patada suya en mis costillas hizo que tras retorcerme de dolor me pusiese boca arriba. Mi cabeza daba vueltas como si me hubiese tomado diez cubatas seguidos. De lo poco que podía ver, vi como su pie se levantaba y se posaba firmemente en mi cara, y empezó a pisarme duramente. Esa mezcla increíble de dolor y placer era increíble, tan increíble que mi órgano sexual se levantó para saludar a esa mujer que me estaba humillando. Entraba en eyaculación, mientras mi cara estaba siendo aplastada por su pie. Ellas se dieron cuenta y dijeron "Mirad eso" "Va eyacular" "Ya sabia que eras un esclavo potencial. Maria quítale el pantalón y sus bóxer" Maria lo hizo en seguida, me quitó los deportivos. calcetines, pantalón y bóxer, y me quedé sin ropa de cintura para abajo. Tras esto Lourdes dijo "Vamos a desnudarlo completamente" mientras iba quitando su maravillosa pero mortífera bota de mi cara. Al hacerlo las tres amigas restantes vinieron y me quitaron la camiseta. Tras quedarme desnudo y tirado en el suelo Lourdes volvió a pisarme aun con más fuerza que antes la cara y dijo "Mirad chicas, si sigo haciendo presión en su cara va a eyacular" Y efectivamente, lo hice. Sinceramente esa escena tendría que ser cómica, por un lado yo pataleando para intentar salirme de la presión de su pie, y por otra parte eyaculando así. "Piedad "supliqué, estando casi ahogado por el peso de su bota en mi cara. "¿Cómo dices?" preguntó. "Piedad, haré lo que tú quieras""Pero es que ya lo estás haciendo, me estás sirviendo para humillarte" Oí como reían ella y sus amigas. "Primero, soy una sádica. Y segundo, soy yo la que decide si esta lección es suficiente. ¡Cuando mis pies te estén humillando soy yo quien decide cuando se termina! Además aún no he decidido si mereces vivir." Retiró su pie de mi cara, permitiéndome poder respirar un poco de aire mientras me iba poniendo a cuatro patas, supongo que pensé que así no me podría volver a pisar mi cara, pero como pude comprobar fue un error. Le tenia un miedo increíble, así que pensé que si hacia lo que me pedía no me haría sufrir mucho más. Estando yo a cuatro patas ella se sentó encima de mi espalda para quitarse las botas y me dijo "Como me intentes tirar te vas a acordar de mi toda tu vida". Al ver esa posición su hermana le dijo "Lourdes, por favor, siempre he soñado montar a caballo encima de un hombre en esa posición, ¿me dejas?" al que Lourdes contestó "Por supuesto, ven, aquí vamos a disfrutar todas" y se montó encima al que las otras dijeron "Nosotras también queremos probar" y vinieron, Lourdes se levantó y fue a buscar una cuerda a la cocina mientras las otras tres se montaban encima. La verdad es que no sé como hicieron para montarse todas, pero se montaron. En total tenia que tener unos 220kg encima, yo apenas aguantaba a cuatro patas. Al llegar al salón Lourdes dijo "Pero pensé que os ibais a turnar, pero esa es mejor idea aún. Me colocó la cuerda al cuello y me ordenó que anduviese. Apenas pude dar cinco pasos hasta que caí desplomado. Ellas se echaron a reír diciendo "Que patético, no aguanta nada" "Vergüenza le debía de dar no poder con cuatro chicas montadas" todo esto riéndose como malévolas. "Muy bien, aun no hemos terminado, arrástrate hacia mis pies, e implora mi perdón, implórame como tu diosa que soy" Y se reían viendo como me arrastraba. "Implora mis pies para que te perdonen la vida. Además a partir de ahora cuando hables conmigo quiero que acabes todas tus frases por 'Mi Diosa', ¿ lo has entendido?" "Si, lo he entendido" "Me parece que no lo has entendido. Así que creo que seguiré usando tu cara como felpudo." Me mandó una patada en plena cara que me dejó grogee, otra vez. "Eres lamentable, me das asco, voy a acabar contigo " Entonces decidió ponerme sus dos pies, ahora desnudos, encima de mi cara. El peso era demasiado increíble. Era un mundo maravilloso pero sombrío. No podía respirar. Estaba demasiado débil para intentar liberarme, pero es que además no quería liberarme de los pies de esa mujer que odiaba, o eso es lo que yo quería hacerme creer, porque mi sentimiento real hacia ella era de amor. Empecé a tener espasmos, bajo sus pies de diosa. Ella se reía encima mío. Me acuerdo que en esos momentos pensé "No puede ser, estoy muriendo debajo de sus pies, y que sensación más agradable. Me mata con sus pies" Al poco tiempo se bajó de mi cara. Al hacerlo me ató las manos a la espalda y también las piernas por los tobillos. "Te he perdonado la vida. Así que quiero que me lo agradezcas besando y lamiendo mis pies. Los pies de tu diosa." Tras unos minutos lamiéndole sus pies, me dio una patada que me echó hacia atrás. Y me dijo "Por hoy, yo ya he terminado. Pero como dije antes, aquí disfrutamos todas así que piensa un numero del uno al cuatro y no lo digas hasta que yo te lo ordene" En esos momentos no estaba yo para elegir número, pero vi como escribía cuatro números en cuatro trozos de papel. Al hacerlo les dio a elegir a sus amigas y hermana un papel. Después me dijo: "A ver esclavo, di el numero que pensaste" "El tres" "¿Quién tiene el tres?" "Ahhhhhhh!, que suerte he tenido, soy la siguiente" "Enhorabuena Natalia, déjanoslo algo entero sino nosotras no disfrutaremos nada" "No os preocupéis." Tras esto dio un salto enorme hacia arriba y dejó caer su culo encima de mi pecho. Me lo hundió unos centímetros, y durante unos segundos perdí la respiración. "¿Qué pasa? ¿No aguantas un pequeño salto? Como has podido observar a Lourdes le encanta que le laman los pies, pero yo no, tampoco es que me disguste, pero yo soy de las que prefiere que le laman el culo"