Una Profesora como regalo de navidad

Capitulo 7

Algo había pasado. No sabía bien el qué pero estar en el coche con ella camino de su apartamento no era lo que pensaba que harían el resto de la tarde.

Después de dormir unas horas, cuando Abby volvió a despertar, Caitlin estaba sentada en el sillón contemplándola completamente vestida para salir. Ella trató de parecer seductora para hacerle volver a la cama; en cambio, Caitlin le dio la ropa y le dijo que la esperaba en el coche para llevarla a casa.

― ¿Ha pasado algo? - Preguntó de nuevo.

― No. - Respondió ella, una vez más. Esperaba que la respuesta hubiera cambiado desde los últimos dos minutos cuando la había formulado por primera vez, pero no había sido así.

― Si he dicho o hecho algo...

― No eres tú, Abby. No te preocupes.

― Dices eso pero no sé a qué viene llevarme ahora a casa. Esta mañana dijiste que no lo harías.

― He cambiado de opinión.

― ¿Por qué? - Preguntó exasperada. - Pensaba que te gustó lo que hicimos....Lo que me hiciste. - Dijo más bajito enrojeciendo al recordar el juego con los cubitos de hielo.

― Y me gustó. Muchísimo. Pero esto se acaba aquí.

― ¿A qué te refieres?

Caitlin aparcó el coche cerca del lugar que Abby le había dicho antes de montarse en el coche. Apagó el motor y la miró. Suspiró varias veces antes de hablar.

― Soy tu profesora, Abby. No puede haber nada entre nosotras.

― Tanto tú como yo somos personas adultas. No es como si fuera menor de edad.

― Pero las reglas se aplican por igual. Y mientras yo sea tu profesora y tú mi alumna no sucederá nada más.

― ¿A qué viene esto? Tú sabías que era tu alumna hace dos semanas cuando me llamaste a tu despacho y me hiciste... Lo sabías ayer y lo sabes hoy. Algo ha cambiado.

― No ha cambiado nada. Lo que ha pasado no debió haber ocurrido.

― ¿Te arrepientes?

― No, por supuesto que no. ¡Maldita sea Abby, no intentes buscar una excusa ahora! ¡Soy tu profesora!

― Te quiero....- Susurró bajando la cabeza y reprimiendo las ganas de llorar.

― ¿Qué has dicho?

― ¡Que te quiero! - Gritó ella levantando su cabeza de golpe y mirándola directamente.

― Abby... - Caitlin extendió su mano hacia ella para acariciarla y hacer desaparecer la desesperación de su rostro pero no llegó a tocarla. - Sal del carro.

Ella abrió los ojos y perdió el control para controlar las lágrimas que se deslizaron sobre sus mejillas. Caitlin intentó cogerla pero abrió la puerta y saltó del coche corriendo hacia su apartamento. La vio alejarse mientras su corazón se iba con ella. Apretó sus manos en dos puños y golpeó con ellas el volante maldiciéndose a sí misma.

Abby corrió escaleras arriba limpiándose las lágrimas que le enturbiaban la visión. Llamó varias veces a la puerta y aporreó ésta con energía. Quería llegar dentro y derrumbarse, olvidarse de todo...

Un hombre con una toalla en sus caderas abrió la puerta disgustado y ella lo empujó entrando dentro.

― ¡Oye tú! - Le espetó.

― ¿Abby? - Llamó Terry que salía del baño con otro hombre. Corrió hacia ella y la abrazó. - ¿Qué ha pasado?

― Que soy idiota por enamorarme de ella... - Contestó rompiéndose en pedazos.


Caitlin dejó el carro aparcado y llamó a la puerta.

― Caitlin, me alegra que hayas podido venir. Y de nuevo siento hacerte esto en Navidad.

― No pasa nada Julián. Es algo que supongo le gustaría solucionar cuanto antes.

― Sin duda. No es lo que más conviene a la universidad, supongo que eres consciente de ello.

― Por supuesto. - Convino entrando en la casa.

Julián le indicó la dirección y entraron en el despacho de éste. Allí ya estaba presente otro hombre más que se volvió para encararse con Caitlin.

― Por favor, toma asiento.

Cuando los dos se sentaron, Julián prosiguió.

― No sé si lo sabes pero Jake es el novio de mi hija, Caitlin.

― No, no lo sabia.

― Sí. Por eso te pedí que estuviera en tu clase en lugar de en la mía. Aunque no tenga relación conmigo, puede llegar a resultar extraño que el suegro le de clases a su yerno. Y más siendo el director de la universidad.

― Entiendo.

― Te aseguro que esto no es nada personal, Caitlin. Es solo que una agresión y las sospechas de que sales con una alumna...

― No salgo con ninguna alumna. - Cortó ella.

― ¡La vi subirse a su auto! - Exclamó Jake levantándose de golpe.

― Jake, siéntate. - Le dijo Julián. - Solo estamos hablando. Como te dije por teléfono, esto no saldrá de aquí y trataré el asunto de la forma más discreta posible.

― ¿Va a investigar?

― Es el proceso normal. Según dice Jake fueron varios los que te vieron golpearle. Aunque dice que solo él te vio meter a la chica en tu auto.

― ¿Y le ha dicho que le tiró la bebida encima empapándola?

― ¿Eso hizo? - Inquirió levantando una ceja y mirando fijamente a Jake quien se removió inquieto.

― Ya sabe el frío que hacía ayer. ¿Qué debía hacer, dejarla para que se helara? Jake estaba borracho y trató de obligarla a algo que ella no quería.

― ¿Estás acusándolo de propasarse? - Preguntó Julián con tranquilidad sin mostrar lo que pensaba.

― No. Solo que se excedió demasiado.

― Independientemente me gustaría preguntarte por esa chica... Abby. ¿Ha habido algo entre uds? ¿Algo por lo que preocuparme?

Caitlin permaneció callada. Miró primero a Jake y después a Julián.

― No. Entre Abby y yo solo hay una buena relación de profesora y alumna.

― ¡No es cierto! - Clamó Jake. - Si lo fuera no le hubiera quitado la camiseta en la calle a plena vista.

― ¿Pero qué estás diciendo Jake?

― ¡Las vi! ¡Ella le quitó la camiseta antes de meterla en el coche! - Julian miró a Caitlin.

― Es cierto, se la quité para ponerle mi chaquetón. Estaba tiritando de frío y empezaba a estornudar. Lo habría hecho con cualquiera.

― Comprenderás el problema que tenemos. Te seré franco, no creo que te hayas beneficiado a la señorita Mink para tu propio placer; pero tengo que ver si tu relación con ella se ha visto influenciada, si los demás profesores se han visto en lo mismo.

― ¿Cree que ella seduce a los profesores para sacar buena nota? - Gruñó Caitlin enfadada por tal ocurrencia.

― Es lo que hay que averiguar. Y también lo contrario; que fueras tú quien lo hiciera para darle buena nota.

― Abby aprobó el examen en diciembre. No tiene que presentarse en febrero.

― Es bueno saber que ella aprobó antes de que esto pasara. - Afirmó Julián. - Pero no exime de dudas. A ninguna.

― De acuerdo, haga lo que tenga que hacer, Julián. Pero trate de ser lo más discreto que pueda. Se examinarán en unas semanas, si ella se ve presionada suspenderá y no será una prueba objetiva de que sus notas se las ha ganado por ella misma.

― Lo haré, Caitlin. Entenderás que también debo abrir un expediente sobre este incidente con Jake, ¿verdad? Continuarás con las clases hasta enero; después ya veremos...

― Si. Y no me importa. Volvería a hacer todo lo que hice de nuevo. - Respondió mirando fijamente a Jake que se removía en la silla.

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