Una princesa y un corazón en Cenizas 4

Después de un año aquí esta la continuación.Para los que lo leyeron y aun lo esperan, muchas gracias.

LYA.

Tenerla a mi lado con el alma hecha pedazos es insoportable. Verla junto a mí, dormida con el rostro descompuesto y los ojos hinchados, me duele. Ella sufre y no sé qué hacer. Su sueño no es tranquilo parece que tuviera pesadillas y yo aquí junta a ella, sin poder hacer nada. Quisiera despertarla, arrancarla de su sufrimiento, esconderla entre mis brazos y que olvidara todo. Ese todo que no sé, que no quiero saber, al que no quiero ponerle nombre. Porque no puedo evitar ahogarme. Verla así me está matando y no soporto tenerla junto a mí en ese estado.

SARA.

Tener sus labios, su cuerpo rozando el mío, impregnándome de aquel aroma que es tan suyo, como un invierno fresco que me envuelve para reconformarme con su presencia, es tan cálido, suave…En medio de sueños, pareciera que la razón no existiera o al menos eso trato de fingir, pues qué más da, que al despertar se que lo olvidare;  si mis sueños lo gritan ¿porque no quiero escuchar? Lo sé, yo lo sé…

La cabeza me da vueltas y no quiero abrir los ojos. Sé que estoy en su habitación; el aire huele a ella. Sé que estoy recostada en el lado derecho de su cama, arropada con sus sabanas y pijama favorito, como siempre. Pero, también sé que ella no está a mi lado, por eso no quiero abrir los ojos.

Sara:- aun que no quieras tienes que abrirlos…- susurro.

Miré su habitación, como intrusa fisgoneando cada parte, cada centímetro de ella. Sus paredes, el piso, los muebles; tan diferentes, tan poco comunes, tan como ella. Muchas veces antes había estado aquí; conozco cada parte, cada mueble y cada rayón; donde guarda esta, otra o tal cosa. Pero hoy el sentimiento de invasión me intimida, más aun, cuando en estos momentos soy incapaz de mirarle la cara.

Sara:-tarde me di cuenta- suspiro- la culpa es mía, supongo-

Salí de su habitación. Quería verla, tenía que verla. No la encontré en la plata alta, baje y no encontré a nadie. La casa parecía estar vacía. El silencio me incomodaba. Salí al patio a tomar aire y ahí me encontré a Norma junto con pato, subiendo unas maletas al auto.

Norma (mama de Lya):- Sari mi amor buenos días, veo que ya despertaste ¿Cómo te sientes? ¿Mejor?-

Sara:- buenos días, si ya, un poco mejor- sonrío-

Norma:- que sonrisa más hermosa, así me gusta. Me alegra que estés mejor-

Sara:- si, gracias y ly… y esa maletas-

Norma: me sonríe- nos vamos de campamento, todo el fin de semana, justo ahora-

Sara:- ah… bueno, que bien-¡ ¿Cómo que se van de campamento?!... ¡ahora!- espero que se diviertan, iré por mis cosas, creo que es hora de ir a casa-

Norma:- si este moustrito- señalando a pato- y yo, pasaremos un fin de semana madre e hijo- hace una pausa, como si estuviese pensando- y Lya esta en el taller, creo que no ha salido de él, desde que entro en la madrugada- hace otra pausa- nosotros aprovecharemos estos días-

Patito:- chi, alemos una fogata, y asalemos malvaviscos, y mama me contala cuentos de telol-

Norma:- ya vez, nosotros aprovecharemos el tiempo, espero  que ustedes igual- me mira fijo a los ojos- mi niña, tienen mucho que hablar- me abraza- suerte- sube al auto y se va.

Entré de nuevo a la casa. Me quede sentada un rato analizando las palabras de Norma, no entendía. Tampoco quería salir y ver a Lya. Ella estaba en el taller, muy cerca de mí, pero me aterraba verla, no quería preguntas. Me levanté, recorrí el pasillo y Salí al patio trasero.

Y ahí estaba. Sentada frente al taller, en la banca que habíamos pintado hace unos meses. Lya la había comprado casi “robado” de un parque público. Aun lo recuerdo; ella llego y se sentó en la banca, de inmediato un hombrecillo de la calle se acerco para levantarla, alegando que era su banca. Y en eso Lya protesto, el hombre también; Lya alzo la voz, esté también y cuando menos lo esperaba estaba en medio de una discusión sobre los espacios públicos. Bueno para no hacer larga la historia, al final ella muy alterada término dándole todo el dinero que tenia para unos libros a cambio de la  banca. Tuvimos que ir con el auto de un amigo en la madrugada, para sacarlo del parque y llevarlo a su casa. Fue una odisea y el resultado fue esa banca roja en la que se encontraba sentada, fumando.

Sara:- sabes se supone que no deberías hacer eso-

Lya:- lo sé-

Sara:-pero lo habías dejado-

Lya:- lo sé-

Sara:- ¿entonces porque lo haces?-

Lya: me mira fijamente, sonríe, hecha la colilla al suelo- hay cientos de cosas que se supone que no deberíamos hacer, pero al final hacemos ¿no?-

Sara:-…ah…creo-

Lya:- como sea, no importa, mira- señala la colilla- ya está en el suelo-

Sin más me da la espalda y entra al taller. Me quedo unos segundos mirando la colilla, no puedo creer cuanto a cambiando. Permanezco en la puerta observándola. Entrar a su taller es casi profano, es su lugar más sagrado, la representación material de lo que es, su refugio. Solo la miro, qué más da, ella pinta, siquiera se inmuta a mirarme. ¿Tan mal me veo? ¿Acaso tengo que vestir de ejecutiva para qué miré? ¿O es que tengo que tener como cuarenta años para llamar su atención?

Lya:-¿Qué haces?-

Sara:- ¿eh?-

Lya: me mira fijamente-¿ pasas o no pasas?- me enmarca las cejas- es que entra la luz- sonríe- y no puedo pintar así-

Sara:-ah… claro-

Y de nuevo baja la mirada, y hace como si yo no estuviese ahí, me ignora.

Sara:- coño, Lya mírame-

Y el enojo, la frustración, la rabia de la noche anterior, explotan. Y No puedo evitar llorar. Ella solo me mira, clava esos ojos negros y profundos en mi mirada, me abraza fuertemente y se pone a llorar.

Lya:- lo siento… perdóname, pero enserio… no puedo, no puedo verte, no puedo verte sufrir-

Sara:- solo abrázame, sí-

Pasamos abrazas mucho tiempo, en silencio, solo ella aricándome el cabello.

Lya:-dime ¿Qué fue lo te hicieron mi niña bonita?

Sara:- Nada, no me han hecho nada-

Lya: ¿Nada? Entonces ¿por qué sufres?-

Sara:-No lo sé… no lo entiendo, solo sé que duele mucho aquí- señalando hacia el corazón -

Lya:-¿te han lastimado el corazón…- frunciendo el seño de manera que preciara que trataba deducir el problema más grande se su vida- el corazón, solo eso… el corazón?- alargando una hermosa sonrisa

Sara:- sí-

Lya:- ósea, te han herido el corazón, aquí, solo aquí- poniendo la mano muy suavemente sobre el pecho- qué bien, me temía lo peor- suspira con alivio

Sara:- ¿lo peor? ¿No crees que tener herido el corazón, no es cosa peor?... Lya duele-

Lya: mirándome muy fijamente los ojos- hay cientos de cosas peores… pero en fin ¿y ahora que hizo el magnífico idiota de tu novio?-

Sara:- nada, no hizo nada.

Lya:- ¡hay, por dios Sara! Haz estado llorando toda la noche, dime que hizo el cabrón-

Sara:-no ha hecho nada, el nunca hace nada, el me procura, cuida, ama… y, y… puff y no debería estar aquí llorando por una persona que… que… nada olvídalo.

Lya: ok, muy bien el chico  no hizo nada… entonces me podrías explicar la razón del porque tienes lastimado el corazón- suspira tratando de controlarse- que en verdad ya no entiendo, nada-

Sara:- es que… tú nunca tienes que entender nada, siempre eres tan así-

Lya:- ¿así como?-

Sara:- tan tú, tan despistada, indiferente, voluble- tomando aire para calmarse - siempre tienes que ser un misterio, ¿dime porque no puedo terminar de conocerte?-

Lya:- bonita, en verdad ya no entiendo nada, que tengo que ver yo con lo que te pasa… vamos por partes sí ¿Quién te hizo? ¿Qué te hizo?-

Sara:- Tienes que ver todo Lya, todo- ya exasperada - ¿en verdad quieres que te diga que me pasa? Pues pasa que te vi, te vi… entrar a ese puto hotel con no se qué vieja, vi como la tipa te tocaba el pinche trasero mientras te besaba…lo vi, lo vi ¡todo!- alzando la voz y con los ojos empezando a lagrimar-

Lya:- ahhh… Sara, no sé qué decir -

Sara:- dime que no… no te acostaste con ella-

Lya:- muy nerviosa - se que tú no estás de acuerdo con mis preferencias, pero bueno… yo puedo estar con la persona que yo decida, discúlpame… si con verme te ofendí-

Sara:- ¿te acostaste con ella sí o no?-

Lya:-Sara por favor...

Sara:-Lya- con impaciencia.

Lya:- sí, lo hice y perdóname pero yo puedo decidir con quién ir a la cama o no -

Sara:- no, no puedes, no puedes ir por ahí revolcándote con cada vieja ofrecida-

Lya:- uno yo no me revuelco con cualquier vieja ofrecida y dos si así fuera ¿qué? Es mi vida… y si no te pasa nada, mejor dejamos esta conversación hasta aquí- en tono enfadado.

Me da la espalda, toma su paleta y pinceles y sigue pintando como si nada. La odie; odie su actitud odie su maldita forma de ser,  de vestir, sus pinturas, su cabello, sus miras, sus sonrisas, sus gesto. Odie todo, todo.

Sara:- NO, no puedes-

Lya: -¿Qué no puedo?- con indiferencia

Sara:-No puedes ir, y acostarte con una tipa, y hacer como si nada hubiera pasado-

Lya:-¡Ya Sara! ésta conversación me está cansando- impaciente.

Sara:-Dime ¿porque te constate con ella?-

Lya:-Sara por favor…- me mira con suplica.

Sara:-¿Coge bien?-

Lya: muy enojada-¡ Sí, sí, sí! lo hace ¡tan bien!… con ella se siente tan rico, aparte que está muy buena- no me aguanto y le doy una bofetada - eres una…

Sara:-¡Tú!… tú eres una zorra-

Lya:- Ya ¡Basta! Esto no está bien, me voy antes que terminemos matándonos.

Sara:- ¡Cobarde!-

Lya: Con lagrimas en los ojos - Tienes razón soy cobarde y  ¿Quieres saber por qué?- hace una pausa, me mira con sus ojos llorosos y dice- Por ti, siempre es por ti, por no decirte que te amo, que siempre he estado enamorada de ti, que me muero de rabia y celos cada vez que te veo con el estúpido de tu noviecito. Que me duele saber que él puede tocarte, besarte, hacerte el amor sabes ¿Cuántas veces te imaginado desnuda? ¿Cuántas veces por las noches mientras dormíamos juntas me he aguantado las ganas de atarte a la cama y hacerte mía aun que no quisieras?... ¡Sí, soy muy zorra! Me he acostado con muchas chicas pensando que eran tú, tus labios, tus manos; brindándome caricias, haciéndome el amor. Y ¿sabes qué? No puedo más, soy una cobarde que ya se canso de amarte- me mira a los ojos- que odia amarte. Así qué, ya, bye. Esto se acabo para mí-

La torrente de emociones subió hasta mi cabeza, la sangre me presionaba el cráneo, los latidos desbordados de mi corazón y la falta de circulación en mis piernas, me provocaban un extraño malestar de montaña rusa en el estomago. Y no supe contestar, mi cuerpo no funcionaba y mi capacidad de raciocinio me traicionaba. Haciendo que de mis labios dos palabras flagelaran algo muy dentro de mí.

Sara:-Te odio-

Lya:- Creo que ya no importa- cruzando la puerta.

Sara:- ¿Y te vas solo así, si decir más?-

Lya:-No hay más que decir- hace esa estúpida sonrisa de medio lado- cundo te vayas cierras la casa-

Sara:-¡Cobarde! ¡Cobarde! ¡Cobarde!- el malestar me invadió, y el vacio extraño en el estomago hablo- ¿Acaso vas a buscar sexo con la vieja esa? Porqué eso solo es SEXO, sabes. ¿Qué edad tiene 40, 50 años? Veo que gustan las arruguitas… oye otra pregunta ¿Puedes estar sobria para imaginar que es conmigo que te acuestas?-

Lya:-  ¡Sara ya basta! …me lastimas, no sigas por favor- con lagrimas en los ojos- déjame-

Sara:-¡No, no, no! No puedo permitir que te vayas… ¿crees que yo no sufro? ¿Crees que no me lastima saber que me amas y que luego te revuelcas con cualquier zorra para olvidarme? ¿Qué odias amarme? Lya me está matando, justo en este instante ciento que el estomago o las nauseas o qué sé yo, están provocando esta rabia, ¡Dios! ciento tanta rabia… ¿Tú crees que tampoco te necesito? ¿Qué la estúpida distancia que nos hemos trazado no me duele?, ¿Tú crees que no quiero matar a la vieja esa? o bueno, a cualquiera de tus amiguitas, principalmente a tu ex noviecita… ¡aghh!  Le quisiera torcer el cuello a cada una de ellas... ¿Crees que no quise odiarte la noche anterior viéndote con aquella tipa?… Lya, ya no, no puedo permitir que te vayas que te revuelques con cualquiera ¿y sabes por qué?- la tome de los hombre, la mire a los ojos y le dije- porque eres… eres mía-

¡Y de pronto estallo! Como si de iluminación divina se tratase lo entendí todo; La amaba,  siempre la he amado, siempre desde aquel día que la encontré tan vulnerable. La amo y no puedo seguir engañándome. En un arrebato la tome muy fuerte de la nuca y por fin sus suaves y dulces labios se fundieron con los míos. Y todo lo que había retenido en los últimos meses de ausencias y confusiones ¡todo! Todo aquel sentimiento acumulado estaba siendo saciado por sus labios, por sus brazos rodeando mi cintura y ferrándome a ella. Por mis manos que reclamaban celosamente su pertenecía. Fue un beso con rabia, con despechos y silencios acumulados.

Sara:-Eres mía, solo mía-

Me tomo del cuello y me llevo hacia ella, sus labios y los míos se unieron en un dulce y lento beso mientras la gravedad  y nuestros cuerpos no llevaban de poco hacia el suelo. Sus manos se desliaban lentamente hacia mi cintura, sobre mi trasero, se movían traviesas debajo de mi blusa, erizándome la piel y causando escalofríos que recorrían todo mi cuerpo dejando a su paso un ardiente incremento de mi temperatura. Sus labios en mi nuca, detrás de mis orejas, lamiendo con dulzura, corriendo por mi cuello, excitándome con su aliento, provocándome con sus manos y piernas enredadas con mías; provocaban mis suspiros, gemidos sordos solo para ella.

Lya:-te amo-

Mirándome a los ojos se deshizo de mi blusa y con sonrisa traviesa en el rostros me rompió el sostén-eres hermosa- dijo, -me encantan- refuto, y solo pude gemir cuando su caliente y húmeda lengua se adueño con caricias de mis pezones. Con placenteras mordidas hizo suyas mis pechos. Y me recorrió el abdomen con la excitación del momento el cual no le permitía mantener sus manos quieta. Traviesas y torpes atoraron el cierre de mis pantalones. Y no pude evitar la risa, y evitar mirarla tierna y excitada, apenada pero urgida por lo ocurrido con el cierre. Y solo se me ocurrió besarla, para calmarla, acogerla en esa calma tormentosa que llevábamos dentro. Y adueñarme de su cuello, de sus pechos con mis manos debajo de su ropa y transmitirle esa calma que era mentira, que era lujuria, que era agonía de sentirla.

Sin darme cuenta cómo, de un doloroso tirón Lya se deshizo de mis pantalones. Exhale un grito de dolor, por instinto de la piel, de ella me separe. La mire con reproche, ella se disculpo, llevo sus manos hacia las partes un poco rojas y heridas de mis caderas, tratando de calmar el ardor con sus caricias. Luego poco a poco abrazándose a mis caderas, trato de sanar mi parte herida con sus besos.

EL placer de aquello, hizo que mis piernas temblaran y que ella sonriera. Con sus labios y dientes tomo mis bragas y las llevo hacia el suelo, despojándome de ellas. Beso sobre mi pubis, me pidió abrir más las piernas para que sus labios se posaran en mí, para que su lengua me recorriera toda y  me brindara sus caricias. Las placenteras pulsaciones eléctricas que se adueñaban de todo mi cuerpo me estremecían haciéndome casi perder la fuerza en las piernas.

Y de nuevo me llevo al suelo poniéndome debajo de ella. Se quito la blusa y el sostén e iba hacia sus pantalones y la detuve. Me miro con temor, tal vez pensó que me habría arrepentido y para corregirla la lleve hacia mi boca, le bese y mordí. Abrí sus pantalones sin problemas con el cierre y sin ella percatarlo introduje mis manos dentro de ellos, brindándole caricias a su trasero, apretujándolo y disfrutando de sus géminos, sus piel caliente junto al mío y la excitación reflejada en su rostro.

Le quite los pantalones y al fin estábamos a la par. Lya me miraba sonriendo con sus risos revueltos. Y dijo amarme y yo dije amarla, al fin en voz alta. Y con sus manos me hizo suya y mis gemidos cual gritos lo cercioraron. También mi piel, mis piernas, mis brazos, mis cabellos revueltos y toda yo, lo afirmaron. Me hizo el amor, por todas partes. Desde los dedos de mis pies hasta nuca. Grite su nombre y era suya, también la hice mía,  toda ella, me pertenecía. La ame en cada rincón con mis caricias, con mis besos, con mi saliva mezclándose con su sudor, con sus gritos aferrándose a mi espalda, con toda yo.

No recuerdo cómo paramos, no recuerdo cómo me quede dormida junto a ella y cómo fue que desperté con una tenue luz naranja iluminado el taller, también junto a ella. Pero me encanto sentirla enredada a mí, mirándome con una sonrisa que la hacía lucir más hermosa y acariciándome el cabello.

Sara:- Hola… buenos días…Espera ¿qué hora es?- despabilándome

Lya:-Hola- extendiendo su bella sonrisa- pues cómo… siempre se me olvida que no uso reloj… tarde supongo-

Sara:- ¿alguna vez te he dicho que me gusta mucho tu sonrisa?-

Lya:- ¿Qué sonrisa?­- sonríe.

Sara:- bobita, esa sonrisa-

Lya:- ah esta sonrisa… pues ahora que lo dices- fingiendo pensar- tú, nunca-

Sara:- ¿ósea que existe alguien que te lo ha dicho?- arqueando mis cejas.

Lya:-- amm… pues sí­­- mirándome divertida- y fíjate que no solo dicen gustar de mi sonrisa- me mira pícaramente.

Sara:- ah  genial- con sarcasmo- … deben ser un encanto, tus amiguitas- ¿Qué? ¿Celos? ¿Dónde?

Lya:- si, son encantadoras- trato de levantarme de su lado, pero ella me abraza fuertemente y me deja a centímetro de su boca y dice- principalmente mi mejor amigas, es tan encantadora que me he enamorado de ella y sabes hoy me dijo que le encanta mi sonrisa, si ella supiera que a mí todo de ella me encanta, y si sonrió es por ella- me da un largo y dulce beso- Te amo-

Sara:- te amo-

Lya:- ¿estoy soñando, cierto?

Sara:- boba, pues si es un sueño tuyo jamás despiertes-

Lya:- ¡oh dios! es un sueño- pone mirada de desilusión- bueno al menos podré soñar tener el elefante violeta que siempre he querido-

Sara:-¿es enserio?-

Lya:- sí, siempre he querido un elefante violeta de mascota-

Sara:- no hablaba de eso… ¿crees que esto es un sueño?-

Lya:- bueno no lo sé, estoy empezando a dudar… todo es tan perfecto, que me asusta­- sonríe- pero sé que todo es tan real, solo es que tantas veces lo he soñado que ahora no me lo creo-

Sara:-te amo-la beso y escucho un gruñido extraño viniendo directamente del estomago de Lya.

Lya:- upps… creo que tengo hambre, mirartedormir desgasta mis energías-

Sara:- ¿por mirarme dormir? ¿No tiene nada que ver con otra cosa?- la miraba con picardía.

Lya:- Nooo – sonríe - es por mirarte que mí estomago da como revoltijos extraños y tanta vuelta cansa, aparte que tenerte desnuda aquí junto a mí, me hace sudar la gota gorda ¿te he dicho que eres la mujer más bella del mundo?-

Sara:- No, pero eso me gusta- me sonrojo- en fin vamos por algo de comer-

Lya:- oh sí vamos a comer- se levanta de mi lado de un tirón- yo preparo pasta-y tengo la visión más clara de su hermoso cuerpo, lo recorro y me encuentro con marcas y rasguños por su cuello y espalda.

Sara:- ¡oh por dios! ¿Yo hice eso?- le señalo sus marcas- discúlpame-

Lya:- no descuida me encantan, mejor vente a darme un lindo beso, que ya te extraño  y eso que te tengo a unos cuantos paso-

Me levanto, le doy un largo beso, nos vestimos y vamos hacia la cocina. Serví algo de beber mientras Lya iba y venía de la estufa a la meseta, y me contaba sobre una galería a la que había ido hace unas semanas, sobre lo asombroso de la exposición y la oportunidad de exponer en ella. Se veía tan alegre, fresca, libre con sus risos revueltos, bella aun con las visibles marcas que deje sobre su cuello. ¿Cómo no pude darme cuenta que la amaba?

Sara:- Te amo-

Lya:- Sara… no quiero arruinarlo pero, es que… no entiendo- desvía su mirada- no quiero, ósea, yo te amo, pero tú, eres Sara… mi Sara, mi mejor amiga, yo quiero saber… que sucede, ósea, ahg…- la callo.

Sara:- Tú quieres saber que hongo alucinógeno me metí para decirte que te amo y hacerte el amor-

Lya- no…- la interrumpo-

Sara:- Bonita tienes las suficientes razones para dudar de mis acciones y sentimientos en las últimas 24 horas. Ni yo los entiendo mucho, pero creo que he estado enamorada de  ti desde siempre, solo que no me había dado cuenta-

Lya:- ¿segura?-

Sara: la abrazo de la cintura y la miro a los ojos- Segura, muy segura. Te amo-

Lya:-me encantas- y me besa - ¿quieres casarte conmigo?, se que es apresurado y creo que aun ilegal, pero no importa…- frota su barbilla con gesto gracioso fingiendo idear un plan- muy, bien tengo una idea, tu vas a tu casa tomas tu pasaporte y  equipaje, y nos vamos esta noche a las vegas-

Sara- jajaja ¿Es enserio? Me encantaría, pero no crea que se va salir con la suya señorita apresurada… conmigo hace las cosas bien, primero lo primero ¿por qué no me pide que sea su novia? Y ya luego viene lo de mas- sonrío

Lya:- me encantaría pero no puedo- con cara de molestia- porque aunque me duela reconocerlo usted mujer hermosa aun tiene novio-

Sara:- eso es mentira, ayer termine con él y en vista que no me pedirás ser tu novia lo hare yo, ¿quiere ser mi novia señorita hermosa?

Lya:- no- sonriendo con malicia- yo quiero ser su esposa, su mujer y si no es eso, no es nada-

Sara- ok en ese caso, me voy- haciendo ademan de irme

Lya:- no espera ¿A dónde vas?-

Sara:- a conseguir novia, porque esta noche no dormiré sola-

Lya:-nooo, tú no te vas a ningún lado...-

Sara:- bueno esta en ti- le arqueo la ceja, esperando respuesta-

Lya:- si me lo pones así, ok seremos novia-

Sara:- ¿eso es un sí?-

Lya:- eso es un te amo demasiado aun que no quieras ser mi esposa-

Sara:- vamos lento ¿sí? quiero disfrutarlo-

Lya:- te amo-

Terminamos de cocinar y comimos entre risas y besos. Luego nos dirigimos a su habitación e hicimos el amor hasta quedar dormidas, abrazadas y  felices. Velando el sueño de la otra.


Este no es el final solo es el comienzo (Literal)

Bueno, pues aquí está el capitulo. Sé que ha pasado mucho tiempo (más de una año) para que lo publicara. Espero que  les haya gustado y lo hayan disfrutado y tambien espero sus comentarios, valoraciones y críticas.

Saludos desde México.