Una primera cita
Una fantasia sobre como vivir un primer encuentro.
Uno de los momentos mas intensos en inciertos que solemos vivir suele ser el de una primera cita, ese momento en el que se da el paso de querer dejar ser un personaje virtual y convertir en realidad una imagen creada en nuestra mente, hacer que ese retrato robot que nuestra fantasía dibuja de la persona con la que vamos a citarnos vaya tomando cuerpo que pase a ser algo real lleno de presencia, de aroma personal, sensaciones al tacto, intensas miradas, frescas sonrisas, gestos marcados toda una serie de estímulos visuales que hacen que se confirme la química generada anteriormente.
Acudimos con cierto temor o inseguridad ante la duda que siempre genera que el encuentro no resulte como esperamos que no responda o respondamos a las expectativas que no surja el chispazo que se supone ya provocado que nuestros sentidos sientan rechazo ante alguna de las sensaciones del encuentro y si tuviésemos que resumir todos los miedos de alguna manera, que nuestra imagen previa idealizada no se corresponda con lo que nos hemos encontrado frente a nosotros.
Por eso es importante que en una primera cita los detalles que la rodean tengan su dosis de mimo, cuidado, preparación y disposición en función del encuentro y la importancia que damos a esa persona cualquier lugar puede resultar ideal si se crea en torno a el un ambiente que permita mostrarnos tal como somos, sin artificios, sin tensiones, sin miedos que el ambiente, el lugar, los preparativos sean un bálsamo que propicie mostrar nuestra mejor cara, y así poder dar inicio a un contacto personal calido y afectivo.
Cuanto mas importante resulta para nosotros la persona con la que tenemos ese primer encuentro, mas ilusión y mimo deberíamos poner en el mismo todo pequeño detalle que denote esa especial dedicación en la preparación del encuentro, el significado del mismo, la exclusividad, originalidad y crear un ambiente especial son siempre de agradecer por ambas partes, rompen de forma instantánea cualquier barrera inmediata, nos sumergen en sensaciones sorprendentes que nos hacen apreciar lo que significamos para nuestro anfitrión no importa si la cita es en un parque, en un café o bar de copas, en un restaurante o en tu propia casa el lugar no es solo un mero espectador del encuentro, es el escenario principal donde todo tiene que estar en función de dos actores de dos personas que acuden al encuentro y que solo buscan saber que hay tras cada uno de ellos por eso considero que buscar una intimidad, rodear cada encuentro de un halo especial acorde con la persona, hacer que el ambiente se integre en nuestro encuentro propiciando la distensión necesaria, crear una química natural que no difiera de lo conocido previamente y sobre todo mostrar la mejor de las disposiciones son garantía de éxito ante ese momento crucial en que por primera vez nuestros ojos cruzan sus miradas, nuestras manos se estrechan y un calido beso se posa en nuestra cara.
Tengo siempre presente en mi mente el recuerdo de una de esas primeras citas, una primera cita especial por su concepción y el resultado de la misma una de esas ocasiones en la vida que nunca se olvidan, que te hacen sentir que la vida tiene ese punto fantástico que siempre nos sorprende cuando se pone la ilusión, la pasión y la complicidad al servicio de los sentidos un momento para definirlo como sublime, una forma de encontrarse que aunó todo lo que considero un ideal de cita por ambas partes.
El escenario del mismo fue mi propia casa, ya que por la importancia que daba a esa persona y las condiciones especiales de nuestra cita, requería un lugar intimo y privado en el que poder encontrarnos y ofrecernos lo mejor de cada uno como no pretendíamos una cita al uso, queríamos algo mas personal tras mucho tiempo incubando ideas de cómo realizar nuestro primer encuentro, optamos por vernos en una cena privada e intima.
Los pasos previos a nuestro encuentro estuvieron preñados de ilusión, de dedicación y atención exclusiva a todos los detalles que colaborasen al éxito de la velada desde la búsqueda de los alimentos y el vino a degustar, la música de fondo, las velas aromáticas, las flores, la iluminación todo estaba preparado en función de nuestro encuentro para la cena me decante por cocinar unos entrantes de solomillo de salmón a la sal con crema de modena , ensalada de cecina y frutos secos con zumo de naranja y como platos principales, tagliatelle con crema parmesana y tacos de bacon , escalopines de ternera al queso cabrales con guarnición de salteado de boletus edulis para el vino de entrada la elección fue un blanco fresco Balondrade y Lurton, y para los principales un tinto de Flor de Pingus para el aperitivo prepare un cóctel de cava, vodka, curaçao y angostura, con unos pequeños canapés variados la mesa quedo decorada con un mantel de carrera, un centro de flores y dos velas aromáticas de fondo sonoro use un Cd de música relajada y distendida mezcla de clásica-bandas sonoras-chillout así que una vez todo listo y dispuesto, solo quedaba esperar su llegada y ese momento mágico en el que suena el timbre de la puerta.
Llego la hora y de forma puntual sonó el timbre de mi puerta, me acerque a la misma vestido tan solo con mi simpático mandil de cocina al abrir la puerta por fin puede contemplar a aquella mujer que había excitado todos mis sentidos, y lo había conseguido con la sola idea de nuestro encuentro ante mi tenia su amplia y radiante sonrisa ante mi, sus cabellos ondulados, una mirada brillante y llena de vida, unos labios carnosos y delicadamente perfilados, maquillados con un tono rosado que realzaba su dulzura vestía un largo abrigo y culminando el conjunto lucia unos hermosos y elegantes zapatos de tacón por fin puede escuchar sus primeras palabras amparadas en una sonrisa, mientras me miraba y fijaba su vista en mi delantal "veo que eres hombre de palabra y has cumplido con nuestro acuerdo que bonito te sienta el delantal" tras liberar una sonrisa cómplice y darnos los cuatro besos preceptivos de bienvenida, la invite a pasar y despojarse de su abrigo cerré la puerta y ella comenzó a quitarse el abrigo, veía como se deslizaba por su espalda desnuda, y en ese momento yo también pronuncie mis primera frase "ya veo que también eres mujer de palabra mi niña" y en se momento se giro ante mi, su abrigo quedo en mi mano, y puede apreciar su esplendida desnudez alzada ante mi sobre la plataforma estilizadora de sus zapatos tenia ante mi una mujer extraordinaria en todos los sentidos, esplendida, de sonrisa radiante, de una sensualidad exquisita sus hermosos pechos se alzaban orgullosos ante mi, ni la madurez había mermado su belleza y su carga erótica divisaba ese monte de Venus guarecido entre dos piernas delicadamente torneadas sus caderas enmarcaban a la perfección tan equilibrado conjunto estaba totalmente complacido y altamente turbado ante el inicio de nuestra cita me quite el delantal y lo colgué junto a su abrigo ya estábamos los dos en igualdad de condiciones, tal y como habíamos pactado iríamos sin mascara alguna ni física ni psíquica, tal y como somos, sin nada que esconder.
Le acompañe hasta el salón-comedor, allí tomamos asiento y comenzamos a charlar animadamente, a beber los cócteles que había dejado preparados y degustar los canapés parecíamos dos amigos de toda la vida, enlazábamos tema tras tema de forma natural, hablábamos de todo de nuestras vidas, trabajos, de nuestras casas, aficiones, etc. estaba hechizado por su acento porteño, una de mis debilidades de siempre que ante ella se había acentuado, me encontraba como extasiado con la conversación note que se fijaba en los detalles de la casa, en las velas, las flores, la presentación de la mesa y recibí en forma de mirada chispeante y sonrisa franca su aprobación cada segundo nos sentíamos mas cómplices y con una química especial hasta nuestro cuerpos desnudos se habían descargado de su sexualidad evidente, se movían con total naturalidad y formaban parte del ambiente relajado que habíamos creado. Cuando la invite a sentarnos en la mesa para cenar, se levanto y fue directa hasta el recibidor y saco de uno de los bolsos de su abrigo un pequeño paquete, se acerco y me lo entrego con una sonrisa picara en su rostro "este es un regalo para ti, pero no debes abrirlo hasta la sobremesa espero que sea de tu agrado" quede sorprendido por su gesto y acepte con gusto su condicionamiento nos sentamos en la mesa y fuimos comiendo y bebiendo todos aquellos platos que con tanto cariño había elaborado me felicito de forma sincera por mis habilidades culinarias y por la elección de vinos así pasaron dos horas de deliciosa velada en la mesa, entre risas, charla animada, pequeños juegos con nuestros pies tocando nuestros sexos.
Terminada la comida y ya en la sobremesa en la que degustábamos dos tazas de Té Kokeicha acerque a la mesa el pequeño paquete e intrigado por su misterioso contenido, comencé a abrirlo lleno de curiosidad ella se acerco hasta mi y se situó a mi lado, con una enorme sonrisa dibujada en su boca cuando abrí el paquete y descubrí su contenido, los dos estallamos en una sonora carcajada, cuando asido por dos dedos sacaba de su caja un juguete sexual masculino, un pequeño y extraño consolador anal "espero que sea de tu gusto .bueno .y a poder ser que te proporcione mucho gusto también" me dijo con esa sonrisa tan transparente y contagiosa que portaba mi invitada tengo que confesar que me hallaba sorprendido y encantado su detalle, aunque por la extraña forma de aquel artefacto mi mirada había adquirido un aire de alucinado "xiquilla, un millón de gracias .espero que si, llevaba mucho tiempo con ganas de probar algo así .. ahora solo me queda saber usarlo porque tiene tela la forma del aparatito", fue lo único que pude contestar con otra sonrisa de esas que podrían derrumbar murallas me dio replica .. "tranquilo mi niño que me he informado bien en la tienda y el motivo de esos dos pequeños brazos es para dar la posibilidad a que tu compañera de juegos pueda estimularte mientras tienes sexo con ella" ahora comprendía aquella extraña forma, y si ya me parecía un regalo genial, ahora se había convertido en fantástico.
Allí estábamos entre risas mirando aquel peculiar juguete sexual, cuando ella se sentó sobre la mesa y abrió sus piernas ante mi dejo su sexo a la altura de mi cara en una clara invitación a descubrir su calido y acogedor interior mirándola a su ojos llenos de deseo, acerque lentamente mi boca a su vagina inicie mi camino besando de forma suave y delicada las parte interna de sus muslos, acercándome lentamente a sus labios vaginales su sexo ya estaba húmedo y sentía una de sus manos jugando con mi pelo, la otra permanecía apoyada en la mesa sirviendo de punto de apoyo comencé a deambular con mi lengua por sus labios vaginales, los recorría al mismo tiempo que mi lengua se introducía en esa cueva húmeda, calida y convulsa su centro del placer, esa pequeña y delicada bolita llena de terminaciones nerviosas, estaba ya rígida y se mostraba impaciente esperando su ración de caricias, de sentir el húmedo contacto de mis labios y lengua y hacia allí dirigía ahora toda mi atención besaba con dulzura su clítoris, los succionaba con delicadeza, los envolvía con ritmo frenético con mi lengua fui alternando el juego de mi lengua por todo su sexo, no había un resquicio que no recibiese el calido tacto de mi músculo rosáceo . su escalada de placer iba en aumento, podía percibir la cercanía de su orgasmo por la intensidad del calido fluido que provenía de su vagina yo seguía disfrutando de su sexo, de las increíbles sensaciones que estaba despertando en mi aquella sobremesa tenia mis manos acariciando sus pechos, mi lengua dibujando diabluras sobre su clítoris y en esta situación llego su orgasmo, acompañado de un fuerte grito y una descarga de tensión sexual en el interior de su útero, la mano que jugaba con mi pelo, aferraba mi cabeza con fuerza, hasta que rendida acompaño la misma hasta el pubis en un gesto de agradecimiento por el placer recibido.
Baje de la mesa a mi compañera de velada y en mi brazos la lleve hasta el sofá la deposite suavemente y me situé a su lado, comenzamos a acariciarnos, a besarnos, a recorrer nuestros cuerpos con nuestras manos y boca sentía su mano acariciando mi pene, mis genitales, mis muslos, mi pecho al mismo tiempo su boca devoraba con avidez mi cuello y mis hombros mis manos se centraban en sus pechos, sus vientre, mi boca buscaba la suya, mordía sus orejas, sus cuello, hombros, brazos . estábamos a entregado a toda una vorágine de caricias y besos, encendíamos las calderas de nuestra pasión a ritmo acelerado ya su boca entro en contacto con mi pene, lo besaba, engullía, mordisqueaba, succionaba mis testículos, mientras yo me retorcía de placer busque su ano y los bese, lo recorría con mi lengua e introduje uno de mis dedos suavemente ella hizo lo mismo conmigo y en un momento dado me susurro al oído "mi niño ha llegado el momento de estrenar mi regalo" esbocé una sonrisa cargada de deseo y turbación, y me levante rápidamente a por aquel juguete sexual, y de paso saque de un cajón una crema lubricante llegue a su lado con el juguete y la crema con gesto sorprendido y sonrisa provocadora me dijo "ya veo que siempre estas preparado .para cualquier contratiempo chico previsor" estallamos en una risa que quedo ahogada por nuestro besos, por la reanudación de nuestro juego pasional transcurridos un breves minutos llenos de excitación mutua comenzamos a untar nuestros anos de forma profusa con la crema lubricante, ella dilataba mi ano y yo el suyo siempre con suavidad, paciencia y mucha carga erótica adornando el acto cuando ya eran tres los dedos de ella que se introducían en mi recto, note que incrementaba la dosis de lubricante y un objeto frió y ondulado se introducía en mi ano, ella lo guiaba don delicadeza y al mismo tiempo me colmaba de besos y palabras tranquilizadoras fue una sensación extraña, pero poco a poco fui sintiendo nuevas sensaciones desconocidas para mi, la forma del juguete ayuda a estimular mi punto G, al miso tiempo uno de sus extremos en la base estimulaba mi escroto, y el otro extremo servia para que ella pudiese manejarlo con facilidad y llevar el ritmo de la penetración poco a poco gracias su delicadeza y buen manejo fui llenándome de sensaciones placenteras en ese momento comencé la misma operación en su ano, empecé a dilatarlo suavemente, de forma delicada, con abundante lubricación así estuve un rato largo mientras ella seguía haciendo que aquel juguete maravilloso me llenase de sensaciones increíbles, diferentes, placenteras hasta que una vez dilatado convenientemente conduje mi pene hacia esa cavidad ya dilatada y en espera de recibir a un insigne visitante y compañero fue una entrada suave, milimétrica momentos en el los que me guié por sus gestos, sus susurros, el lenguaje de su cuerpo una vez dentro mi pene volvíamos a estar los dos en igualdad de condiciones una de sus manos busco el juguete que habitaba en mi interior, que seguía proporcionándome un placer difícil de definir comencé a moverme y al mismo tiempo ella movía el juguete en mi interior.. fueron instantes de una intensidad de un desenfreno de nuevas sensaciones en ambos estábamos penetrando al mismo tiempo que éramos penetrados la amalgama de sensaciones que estábamos viviendo no tenia parangón, nos encontrábamos en una espiral creciente de sensaciones intensas y gozosas todo era nuevo para mi, aquellas sensaciones se multiplicaban cada vez mas hasta estallar ambos en un orgasmo brutal, nuestras voces y gritos debieron despertar a todo el vecindario pero la intensidad del momento supero con mucho lo vivido anteriormente mi orgasmo vino de mi interior, no de mis testículos como era habitual fue una sensación nueva esa explosión interior por ser tan intensa y devastadora el suyo no desmereció en absoluto en intensidad, porque los dos caímos fundidos por aquel encuentro tan especial.
Tras una noche de entrega y pasión amanecí en brazos de aquella hermosa y encantadora mujer aquella primera cita había sido el recuerdo mas impactante de mi vida no se que seria de nosotros pero se que todo aquella elaboración e ilusión puestas en ella, habían merecido la pena porque siempre el resultado supera lo esperado si se mima desde el inicio.