Una pequeña sorprendente
El corazón euna mujer es un universo insospechado, el despertar de una niña un placentero torbellino...
En Lima no hay tormentas, jamás en mi vida he experimentado una tempestad, sin embargo la mujer que desperté en aquella niña me zarandeó más que si se hubiera tratado de un torbellino real.
"Pequeña" estuvo melancólica varios días luego de su primera experiencia, era evidente que algo había cambiado en ella luego de aquello.
Comencé a extrañar a esa niña feliz que me revolvía el cabello y ponía mi cuarto de cabeza cada vez que nos encontrábamos solos, simplemente ya no lo hacía, sino que encerrada en su cuarto se adormilaba más seguido... ¡Bueno!-dije para mis adentros-mejor que sea así
Lo que sucedió luego fue más sorprendente aún; me encontraba escribiendo algo, cuando me hizo dar un salto aquel ruido, "Pequeña" abrió intempestivamente la puerta golpeándola contra la pared, llegó a mi escritorio me volteó en la silla giratoria y empezó a golpearme sobre el pecho con desesperación
-¡Hey! ¡Qué sucede! Vamos, tranquila
-¡Cállate! Estúpido- Y esta vez quiso golpearme la cara, la cogí por las muñecas para evitarlo, y como no pudo seguir, estalló en llanto, y se abrazó a mí, y yo pensaba ¡Realmente soy un estúpido! Que estoy haciendo Interrumpió mis pensamientos diciendo
-¿Porqué no has venido a mi cuarto? ¡Te he esperado todas las noches y nada! ¡Eres un estúpido!
-¡¿Qué dices?!
-¡Estúpido! Repitió al mismo tiempo que abría sus piernitas y se sentaba sobre mí quiero que vengas esta noche y comenzó sus movimientos sexuales sobre mi miembro enfundado, ¡Vendrás! ¿Verdad? Repetía respirando excitación y aún con lagrimas en los ojos, cuando se escuchó claramente que alguien daba la vuelta a la llave para entrar a casa, ella lo notó, pero en vez de asustarse comenzó a moverse con más furia, cuando se sintieron los pasos acercándose a mi cuarto al fin se puso de pie, tranquilamente cogió una de mis revistas, se sentó en mi cama y con rostro de aburrimiento, ocultado con la revista sus cerecitas jadeantes saludó a mi hermana que volvía de sus clases y entraba a pedirme algo.
Antes de irse dijo en voz baja
-Si no subes tú, yo bajaré.
Si vieran que quedé con una real cara de estúpido, no salía de mi estupor, de mi excitación, y con la cabeza aún latiéndome pensaba, sabía de niñas precoces pero "Pequeña" es una niña realmente sorprendente
Esa noche en mi cobardía no subí, y claro, soñé con "Pequeña" sentada sobre mí jadeando como una mujer experimentada, me desperté sudando a pesar del frío de la madrugada, y pensaba, ¿Dónde habrá aprendido eso, tal vez en la televisión? Me sentía bastante tonto y me acosté de nuevo para evitar cualquier "tentación" de subir mi padre me hubiera echado de casa si se enteraba de algo y mi situación económica todavía era precaria en ese entonces, mis pensamientos se diluyeron en el sueño.
Durante el desayuno,"Pequeña" me miraba con cara de "¡Me las pagaras!", y no me dirigió la palabra cuando intenté despedirme de ella, cuando regresé en la noche, ella se había dormido ya, y perdí toda esperanza de ver su sonrisa perturbadora de nuevo.
Estaba planchando una de mis camisas, cuando sentí sus pies desnudos bajando por la fría escalera de metal que conduce a su cuarto, me mira y sin gesto alguno me abraza, su cabeza llegaba a la altura de mi cuello, le iba dar un besito en la frente pero no me dio tiempo de nada, comenzó a frotar su sexo bajo su pantaloncito con mi miembro, y a apagar sus gemiditos en mi hombro, la agarro de la cintura y la levanto en vilo, ella con sus piernitas enrolladas en mi, se deja llevar hacia la pared, le hago el amor con ropa y todo y ella respondía con más entusiasmo que yo, de nuevo pude ver su sonrisa rebelde y sus ojos llenos de placer, le meto la mano bajo el pantalón y le acaricio el sexo y su anito, completamente secos, pero tan excitada, que ella misma me desabrocha el pantalón y me dice-te espero arriba-, y sube como de rayo, dejándome totalmente desconcertado, huele a quemado, había arruinado una de mis mejores camisas.
Mi padre dice desde lejos ¡Algo se quema!, si,-le respondo- fue un accidente, planchaba algo
Si, algo se quemaba, estaba ardiendo yo totalmente, ningún temor impediría esta vez que subiera, me quité los zapatos, desenchufé la plancha, corrí a mi cuarto dije un hasta mañana a todo el mundo apresurado y cerré la puerta, obviamente me había quedado afuera, a hurtadillas caminé sigilosamente de nuevo al cuarto de lavado y subí las escaleras que me invitaban a ese nuevo y excesivamente excitante placer.
Ella había dejado la puerta abierta, y la luz apagada, de modo que entré y contrario a lo que imaginaba la encontré arropada bajo varias frazadas, totalmente cubierta, me dijo-¡Te has tardado demasiado! Hace mucho frío, creí que me estaba despidiendo cuando de un salto, salió de la cama y cerró la puerta, me tiró de un brazo y caí de bruces encima de ella, en mi torpeza golpeé con mi mentón su cabecita y ella diciendo ¡Ay! Y frotándose me dijo ven en la oscuridad no había visto que se hallaba ya con su ropa de dormir, una batita solamente y sin ropa interior, lo supe porque inmediatamente empecé a acariciarla, ella en vez de excitarse me abrazó y puso su cabecita en mi pecho y dijo en forma juguetona
-primero quiero escuchar tu corazón-,
Antes que respondiera algo añadió -¿Estás enamorado de mí verdad?-
En su inocencia creo que realmente estaba convencida y no tuve el valor ni era el momento de negarle nada, por toda respuesta comencé a besarla en la boca, ¡Qué haces tonto!, me alejó sus labios entonces la besé en el cuello y luego subí por su mentoncito de nuevo a su boca que tenía sabor a goma de mascar, aprisioné su labio inferior con los míos y eso si empezó a gustarle, luego se dejó besar, y empezó a hacerlo con lo que yo calificaría como deseo muy parecido al de una mujer, me chupó los labios como si fuera un caramelo pero cuando quise meterle la lengua, se apartó y me dijo mejor, quiero que me mojes- si han leído el relato anterior sospecharán a lo que se refería, se levantó entonces la batita y a desabrocharme el pantalón, la ayudé en ello, y puse mi miembro ya húmedo sobre su cosita, con mi mano lo guiaba acariciándole el esbozo de clítoris que tenía y lubricándola lo más que se podía, ella se movía torpemente como loquita, y se agarraba de mi cuello fuertemente y al mismo tiempo chupaba mis labios en lo que creía un beso apasionado. Luego bajó una de sus manitos y me retiró la mano que guiaba mi pene para que me echara sobre ella, me encantaba escuchar su respiración agitadísima de niña y sus gemiditos cuando dejaba de chuparme los labios, llegó el momento en que se abrazó más fuerte y con su carita sobre mi cuello empezó a gemir esta vez más fuerte, pero era uno de esos gemidos apagados por su respiración agolpada, le dije -¿Te gusta así?- en vez de responderme preguntó -¿Te gusto así?- pensé ¡Wow! ¿En qué novela habrá aprendido eso? Y me moví más rápidamente siempre sin penetrarla, en mi delirio vi de nuevo emblanquecerse sus ojitos y un gemidito nuevo largo y profundo que no le había escuchado antes sus piernitas esta vez se trenzaron en mis pies para que no me baje de ella aún, sorprendentemente recordaba lo que venía y quería "Ser mojada" algo que luego supe le excitaba aún más
Arruiné otra camisa limpiando mi semen de sobre ella, le di un último beso en la boquita chupadora esa, una última caricia en su cosita mojada por mí, y con el sigilo del principio fui a dormir, anonadado, maravillado, sorprendido de que la madrugada helada ya no tuviera dominio sobre mí, a la mañana siguiente me enteré por sus propios labios que mi "Pequeña" durmió feliz por haber cumplido mi promesa
Aún sucedieron muchas cosas más, pero eso lo sabrán muy pronto cuando su recuerdo me ponga de nuevo a soñar...