Una pequeña orgia en los aseos subterráneo
Cuando veo dos hombres mayores en dirección a los servicios en un intervalo de tiempo corto, mi extrañeza no es porque fueran al servicio, sino que este tenía prohibido su entrada por suelo resbaladizo.
Una pequeña orgia en los aseos subterráneo del Mediamark
Mi faceta de pasivo curioso siempre la ocultado con la de mujeriego, unos me dirán que por esta faceta soy bisexual, faceta que para nada estoy de acuerdo. Yo soy uno de esos que tienen un buen piquito para decir lindezas, unas manos para masajear y algunas cualidades más, me han servido para llevarme más de una al huerto. Pero mi otra faceta más moldeable, faceta pasiva y al mismo tiempo curiosa e incluso un poco sumisa, me ha llevado a experimentar el sexo en su plenitud, no precisamente con un solo hombre sino con varios.
No soy una maricona ni un adicto al sexo, pero ignoro lo que me pasa cuando veo un rabo, bueno supongo como a todos, pero esta sensación a veces me hace aceptar aquello que pocos aceptan, dejo que las perversiones o fantasías de aquellos que me tienen realizo por gusto. Mirad, para aquellos que tanto me preguntan, tengo cuarenta y cuatro años, mido un metro ochenta y tres centímetro, peso setenta y cinco kilos, mí físico es normal para nada fibroso… aunque me gustaría. Mis cabellos son castaños y poco a poco tirando a grisáceos, siendo mi mujer muy reacia a teñírmelos pues como suelta…
- “Me atraen los hombres de cabellos blancos”.
Poniendo como ejemplo Paul Newman entre otros, ya me gustaría ser ellos no solo en el atractivo sino en la cartera. Bueno sigo, aunque puedo decir que de joven hasta los veintiuno aproximadamente, no tuve pelo alguno en el cuerpo a excepción de cejas, pestañas y cabellos, aunque no duro mucho pues comenzó a crecerme hasta parecerme a un osito. Pero claro está, eso no me ha durado mucho, pues ha día de hoy mis cabellos comienzan a escasear y añoro aquella pelambrera. Aunque por otro lado por ir a la moda, me he depilado la espalda y me he dejado la barba, claro está por este fin y de paso para parecer más maduro. Ya que soy casado y claro esta… hetero, amante de toda mujer y en especial de la mía. Pero mi naturaleza y origen me hace cambiar, como me dicen algunos amigos y conocidos... "Se te nota de lejos".
El pasado martes treinta y uno de julio del presente año, hizo un calor aterrador, tanto que a pesar de ser las tres y treinta y siete de la tarde aun trabajaba. Tras salir de trabajar y sin tener ganas de almorzar, deambule sin saber qué hacer y tenía que hacer tiempo antes de regresar de nuevo al trabajo. Dándome por acercarme al Mediamark, aparcando mi coche en el aparcamiento subterráneo de este. Pero antes de salir de mí coche y dirigirme hacia el Comercio, comencé un poco a whapsear con mi mujer, diciéndole lo mucho que la echo de menos... entre otras cosas. Pero cuando veo dos hombres mayores en dirección a los servicios en un intervalo de tiempo corto, mi extrañeza no era porque fueran al servicio, cosa que aun así es extraña dado el corto espacio de tiempo, sino porque en la entrada a estos había un cartel de prohibido la entrada por suelo resbaladizo.
Estos caballeros cuyas edades las enmarco entre los cincuenta y cinco años y los sesenta años, hombres corpulento ambos. Pero mejor detallare cada uno de ellos, pues mientras el primero de ello tenía abundantes cabellos blancos, bigotes y gafas, el otro era calvo sin ningún otro tipo de rasgo a detallar. El primer maduro calvo iba informal, cuya vestimenta era pantalón corto color arena, camisa beige y sandalias. Mientras el segundo maduro canoso iba algo mas arreglado, pantalón largo color azul cielo, camisa de rayas en blanco y roja, y mocasines.
Mi imaginación sobre estos dos hombres en los aseos volaba, imaginándome que en vez de estar haciendo sus necesidades. Estos estarían dándose placer mutuamente... mmm, mi calenturienta mente me hizo empalmarme en segundos. Pensamientos que hizo que con rapidez me vaciará los bolsillos, vestimenta que voy con náuticos como calzado, pantalón de hilo azul marino y camisa celeste. Me inclino para llegar a la guantera y tomar del interior de esta, un paquete de toallitas húmedas, un par de preservativos y vaselina.
Tras estar preparado, salí de mi coche y me encamine apresuradamente a los aseos, abrí la puerta y extrañado al ver los urinarios de enfrente vacios, camine hacia estos porque están en el fondo, pasando por delante de las cabinas del wc, cuyas dos puertas estaban abiertas y naturalmente vacías. Cuando llegue al fondo, observe que la estancia de los aseos hacia una especie de “C”, o sea que están colocados de frente y en los extremos a su espalda.
Cuando miento todos estos detalles, no es por otro motivo que por haceros ver donde estaban estos, pues descubrí precisamente a estos ocultos a miradas extraña en ese recodo. Mientras uno estaba en el orinal de mi espalda, el otro estaba en el que está situado a uno de mi derecha. Yo como he dicho, me dirigí hacia donde estaban estos a pesar de tener el resto vacio, pues extraño que fuera, extraño digo por estar los demás vacios. Como educación que tengo, dije…
- “Buenas tardes”.
Respondiéndome ellos. No escuche sonido de que estuvieran orinando, obviamente ellos tampoco el mío. Pasaron unos minutos cuando note como ambos me miraron, mirándose poco después entre ellos, ignoró con que expresión y si quizás hubiera complicidad entre ellos. Cuando el maduro corpulento calvo de mi derecha me miró, sonriendo me soltó…
- “¿Qué pasa?, se te han quitado las ganas de mear”.
Me hice el sorprendido, cuando el hombre mayor de mi derecha sin guardarse su miembro en el interior del pantalón, se aparto de su urinario y se coloco junto al mío, movimiento que con todo descaro dejo ver su miembro… mmm.
Pero menos me sorprendió el maduro de detrás de mí, cuando este se separo de su urinario, quedándose mirándome sonriente, le mire como si estuviera sorprendió, acabando por bajar la vista y ver como se masturbaba. No mostré malestar y mucho menos hice como si fuera a irme, quizás esto le envalentono para soltarme…
- “Tan empalmado estas que no puedes ni mear”.
Volví a girar mi cabeza hasta fijar mi vista en los blancos azulejos, viendo la figura del maduro detrás de mí, viendo como este se me acercaba por detrás. Observando la figura malformada que daba el azulejo de este maduro corpulento, notando que se pega a mi espalda, viéndose detenido por cuerpo y sobre todo por mis nalgas. Pues pude notar con toda claridad su duro miembro presionar mis nalgas… mmm, siendo al mismo sus manos descansar en mis caderas… uuummm. El maduro calvo que estaba a mi derecha, volvía a soltarme…
- “Déjame ver tu polla”.
No hice nada, ni me moví, envalentonándose este nuevamente al introducir su mano entre el orinal y mi cuerpo. Sintiendo como me cogía mi miembro y lo rodeaba por sus dedos… uuufff, di un sobresalto ante esta inesperada reacción por su parte. Soltándome…
- “De que te vas a sorprender a estas altura, sabes perfectamente a lo que vamos a estas hora y lo que hacemos”.
Continúa, volviendo a repetir…
- “A ver, sepárate un poco y déjame ver mejor tu polla”.
Acabando por ceder y separarme un poco del orinal, dejándole ver mejor mi miembro en plena erección llevado por los nervios y el morbo… mmm. Mientras el maduro canoso no dejaba de restregarse por mis nalgas... mmm, llegando a sentir la dureza de su tronco entre mis glúteos... ooohhh. Soltándome al oído...
- "Menudo polvazó que tienes... mmm".
No dije nada. Soltó el otro…
“Eres muy guapo, además tiene un buen culito… mmm”.
“Sabes… mmm, has tenido suerte de habernos encontrado hoy aquí”.
Uno de los maduros se arrodillo, no siendo otro que el maduro calvo, este cogiendo mi miembro se lo introdujo dentro de su boca… uuufff. Las piernas me flaqueaban… mmm, como me la comía y encima aprovecho por soltar la hebilla del cinturón, desabotonar el botón, dejando caer mis pantalones a mis pies. Sonriente soltarme…
- “Hueles muy bien, hueles a liquido preseminal… mmm, estas súper caliente… eeehhh”.
La verdad es que no me lo esperaba, escuchamos en esos precisos momentos el ruido de la puerta abrirse. Quise moverme… pero no me dejaron, menos que me subiera el pantalón u ocultara mi miembro. Dejaron que ese hombre que había entrado a orinar nos viera, hombre de unos treinta y tantos años, fornido y que no quito ojo de lo que estábamos haciendo, acabando por decir…
- “Buena mamada te están dando eeeehhh, uno más se puede unir al grupo”.
Soltando estos…
- “Otro día quizás, hoy es cosa nuestra”.
Acercándose finalmente este con su polla desnuda en mano, acercándose hasta que se coloco a mi lado, ofreciendo su polla al que me la estaba chupando, mientras que con su otra mano comenzó a magrear mis nalgas. Soltando…
- “Mmm… que culito más duro tiene, no me seáis así… dejarme participar hombre. Donde entran dos pollas… entra tres”.
Volviéndole a soltar el otro maduro…
- “Te hemos dicho que otro día… que hoy no, no te preocupes que te avisamos”.
Nada más marcharse este por la puerta, no llego a cerrar la puerta cuando apareció otro, llevándose la sorpresa que el anterior al encontrarnos. Este era un hombre mayor, canoso y al cual le echaría unos cincuenta y tantos, delgado pero al mismo tiempo fibroso, no dijo nada simplemente se puso al lado de nosotros a orinar, mostrando poco después su enorme miembro. Enorme por medir al menos dieciocho o diecinueve centímetros, pero de menor grosor… mmm. Yo nada más verla, apenas pude apartar la vista de esa polla, dándose cuenta estos y que soltaron…
- “Te gustaría probarla antes de que se marche”.
Nuevamente no me dio tiempo para responder, cuando me hicieron entre ambos, tomando mi cabeza hasta encontrarme delante ese miembro, miembro que tenía su capullo sonrojado. Me la introdujo dentro de mi boca, comenzando a tragármela y relamiéndosela con la lengua, mientras este acariciaba mis cabellos y soltaba…
- “Uuuffff, como la come la muy puta”.
Suspira, gime y se estremece, volviendo a decir…
- “Si folla como la come, menuda puta habéis conseguido más buena… uuuffff”.
Saque su polla de mi boca y levante su tronco, deslizando mi lengua desde su glande hasta sus huevos, lamiendo estos al tiempo que se los magreaba, intentando introducírmelo dentro de mi boca sin dejar de pajearlo. Volviéndome a decir…
- “Como sigas así, vas a conseguir que me corra… maricona”.
Pero el ruido no muy lejano de la radio del vigilante hizo que la fiesta se acabara, pues de malas maneras me saco su rabo de la boca el maduro larguirucho. Rabo que se guardo y con rapidez dentro de su pantalón, acabando por dirigirse hacia la puerta y desapareciendo tras esta. Mientras yo me levante con rapidez y pegándome al orinal, fingí que orinaba al tiempo que estos hicieron lo mismo, uno fingió como yo y el otro que se lavaba las manos. Minutos más tarde y viendo que solo se había quedado en una falsa alarma, estos dos maduros me preguntaron…
- “¿Te gustaría que te follara uno de nosotros mientras tu se la comes al otro, siendo luego viceversa?”.
Asenté con la cabeza y cuando quise responder. No pude decir nada más, pues me empujaron hacia el interior de unas de las cabinas vacías del wc. Nada más entrar y cerraron este la puerta con pestillo tras de sí… yo me senté sobre la taza del wc. Estos sin que dijeran nada y menos les pedí yo, se bajaron sus braguetas y se sacaron del interior sus pollas… mmm. Pensé yo…
- “Menudas trancas me voy a comer”.
Cogí cada una con una mano y comencé con el de mí derecha, no tire de ella sino que me acerque yo, abriendo la boca y comenzar a restregármela por los labios, darle a su glande muerdos y lamidas… ooohhh. Este suspiraba y gemía, soltándome obscenidades y lo que me vendría después, mientras el otro miraba, tocándole a él a los pocos minutos y hacerle lo mismo, maduro que al igual que su compañero, no dejo de suspirar, gemir y todo lo demás. Mientras ellos para nada se quedaron quietos, pues mientras el primero disfrutaba, el segundo aprovecho para quitarme la camisa. Luego mientras disfrutaba el segundo fue el primero, quien aprovecho a bajarme los pantalones y descalzarme, quedándome en calzoncillos.
Luego me hizo levantar y se sentó el maduro calvo, inclinándome yo hacia delante hasta introducirme su polla en mi boca… mmm, mientras el maduro canoso y corpulento quedo detrás. Sintiendo como bajaba mis calzoncillos, como magreaba mis nalgas y de vez en cuando soltaba una cachetada… mmm. Sentía como escupía entre mis glúteos, ayudándose de esto para ir introduciéndome sus dedos… mmm, me dolía pero al mismo tiempo disfrutaba… aaahhh. Sentí su glande deslizarlo por entre mis glúteos… ooohhh, mientras yo tragaba esa otra polla hasta sentirla en mis amígdalas, sintiendo arcadas pero en ese momento como que no me importaba. El maduro corpulento jugaba con mis ganas de ser follado, jugaba con mi orificio. Llegando a soltarme…
- “Menudo coñito más hambriento tienes… “.
Acto seguido y sin ninguna contemplación me la introdujo… ooohhh, viendo yo estrellas y al mismo tiempo el cielo… uuummm, menuda embestida me había dado… uuuffff. Estuvo penetrándome durante un largo rato, soltándome en pleno fregado…
“Me voy a correr… aaahhh, donde quieres que suelte toda mi leche… uuummm”.
“Quieres que te preñe o te doy de beber, pues pareces sediento… uuuffff”.
No pude decir mucho la verdad, aunque fue el maduro calvo quien tras tirar de mis cabellos, acabo por levantarse y este entendiéndolo… cogió y se sentó sobre la taza del wc. Volviendo yo a inclinarme y ser embestido por este otro maduro, quien para nada era despreciable su polla y mientras me penetraba… mmm, no dejo de pellizcarme los pezones… aaahhh. Produciéndome mucho dolor… aaayyy, mientras chupaba y tragaba la polla del maduro canoso, maduro que poco duro en correrse, pues tras presionar mi nuca y no dejarme ni tan siquiera respirar… mmm. Me obligo a tragar toda su leche, sintiéndola deslizarse por mi garganta hasta mi estomago… uuummm. El maduro calvo con sus manos en mis caderas, comienza a darme unas frenéticas y brutales embestidas, dejándome mi orificio anal de lo más dolorido… ooohhh. Acabando por correrse el maduro calvo dentro de mí, mientras soltaba…
- “Joder que coñito tan calientes tiene puta… aaahhh, te voy a dejar preñada… uuummm”.
Ya finalizados se visten mientras me miran, miran lo aturdido que estoy sentado en la taza del wc sin vestirme, dándome caricias y besos uno al tiempo que el otro muerde y pellizca mis pezones… mmm. Preguntándome estos…
- “No tienes un sitio donde podamos estar más cómodos los tres, pudiéndote follar a placer y sin miedo a ser descubiertos, y de paso disfrutar aun mejor de tu cuerpo”.
Respondiéndoles…
- “Pues la verdad es que no, pero quizás el mes que viene me quede solo durante catorce días”.
Soltándome sorprendidos, primero uno…
- “No jodas… te quedas de rodríguez, menuda orgia vamos a pasar”.
Y luego el otro…
- “Sabes que te vamos a preñar día sí y día no… verdad, pues ya sabes ve diciendo la dirección que vas a comenzar a ejercer putita mía… mmm”.
Tras abrir la puerta y cerciorarse que no había nadie, comenzaron a salir uno tras del otro, acabando por salir yo el ultimo, pues deseaba asearme un poco antes de volver al trabajo. Me marche rozado y con dolor de mi orificio anal, mientras sentía como se diluía semen, me marche preñado y contento de haber disfrutado, deseando volverlo a repetir… mmm.
Antes de despedirme, debo agradecer tantos a todos aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, pues por vosotros sé que hago bien contando mis confidencias. Soy de esos que siempre digo…
- “No nacemos sabiendo, pues debemos aprender y esta experiencia, nos lo da práctica”.
Bueno os dejo, espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios. Mi email (lógicamente todo junto)… Jhosua 1974 @ Gmail . com